SAN AMBROSIO DE MILÁN  Y  EL BELÉN

“¡Dios mío, cómo me quieres Tú!”

 

Hoy, cerca de la cueva de Belén,
no es día de decir:
Dios mío, te quiero“.
Es el día de asombrarse diciendo:
“¡Dios mío, cómo me quieres Tú!”

 

 

 

Él, hecho infante,
para que tú seas
hombre perfecto;

 

Él, atado en pañales,
para que tú quedes libre
de las ataduras de la muerte;
Él
, en el pesebre, para que te sientes a su mesa.

 

¡Qué increíble valor debe tener nuestra vida
para que Dios venga
a vivirla
de tal manera!

 

Pero ¡qué increíble amor
para quererlo realizar!

 

Hoy, cerca de la cueva de Belén,
no es día de decir:
Dios mío, te quiero“.
Es el día de asombrarse diciendo:
“¡Dios mío, cómo me quieres Tú!”

 

 

San Ambrosio de Milán (339-397)