«Jerusalén» en un papiro de hace 2.500 años

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Un antiquísimo documento contable, dado a conocer ahora por los arqueólogos israelíes, cita a Yerushalma. Así se llamaba Jerusalén durante el siglo XII a.C., en la época del primer Templo judío.

Un antiquísimo documento contable, dado a conocer ahora por los arqueólogos israelíes, cita a Yerushalma. Así se llamaba Jerusalén durante el siglo XII a.C., en la época del primer Templo judío.

Yerushalma, así era conocida Jerusalén durante el siglo VII a.C., en la época del primer Templo judío. La confirmación llega del recibo de un envío que se remonta a hace 2.500-2.800 años, escrito en hebreo antiguo sobre un fragmento de papiro. Según los arqueólogos, el texto sería el siguiente: «Por parte de la criada del rey, de Na’arat, jarras de vino, dirigidas a Jerusalén»; una nota que indica el pago de las tasas y el envío de los bienes al depósito real de Jerusalén, que entonces era la capital del reino de Judá.

El pasado miércoles, 26 de octubre, la Autoridad israelí para las Antigüedades (AIA) presentó al público el fragmento de papiro durante una conferencia dedicada a las novedades en el campo arqueológico en la zona de Jerusalén. Las autoridades explicaron que recuperaron el papiro hace algunos años, durante una «compleja operación», después de que una banda de ladrones, dedicados al contrabando de antigüedades, sustrajo el fragmento de una gruta en el desierto de Judá. El estudioso de textos sagrados, Samuel Ahitu, define el papiro como «una pequeño nota adjunta a las jarras de vino»; pero subraya la importancia científica del documento, porque «este papiro es la fuente más antigua no bíblica en la que se menciona a Jerusalén en hebro». Según Yoli Schawarts, portavoz de la Autoridad israelí para las Antigüedades, la fecha de la presentación no tiene nada que ver con la polémica entre Israel y la UNESCO respecto a la resolución aprobada hace pocos días. En el texto se critican las acciones directas de Israel en el complejo islámico de Haram ash Sharif, que para los judíos se corresponde con el monte del Templo, y según Israel el uso de términos exclusivamente árabes para describir el complejo elimina deliberadamente la conexión entre los judíos y el lugar en el que se encontraba el segundo Templo, destruido en el año 70 a.C. La ministra de Cultura, Miri Regev, ha definido el papiro como la última «prueba tangible del hecho que Jerusalén era y seguirá siendo la capital eterna del pueblo judío»; pero Yoli Schwartz ha declarado a la prensa que el hallazgo del papiro se incluía desde hace tiempo en el programa de la conferencia del miércoles, sin tener que ver con la polémica actual.

Lo cierto es que, según el análisis del Carbono 14, el papiro encontrado en el desierto se remonta a finales del período del primer Templo, y según Eitán Klein, vicedirector de la Unidad contra el Robo de Antigüedades de la AIA, «el documento supone una prueba extremadamente rara de la existencia de una administración organizada en el reino de Judá». Klein afirma también que estas escasas líneas en hebreo antiguo subrayan «la centralidad de Jerusalén como capital económica del Reino durante la segunda mitad del siglo VII a.C.».

Llama también la atención de los estudiosos la autora del recibo. Pnina Shora, directora y conservadora del proyecto Rollos del Mar Muerto en la AIA, afirma con gran alegría: «Es la primera vez que encontramos el nombre de Jerusalén en un papiro, y probablemente ¡fue escrito por una mujer! Una mujer que desempeña el cargo de funcionaria pública».

TERRASANTA.NET

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