Los cristianos de Tierra Santa, custodios del origen del Cristianismo

La Iglesia exhorta a “garantizar un futuro” a los cristianos de Tierra Santa

 

 

 

 

 

 

Carta a los obispos para la Colecta del Viernes Santo

 

 

 

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 8 de marzo de 2010 (ZENIT.org).

 

 

 

"Garantizar un futuro a los cristianos allí donde aparecieron la benevolencia y la humanidad de nuestro Dios y Padre”, es la invitación que la Iglesia dirige con ocasión de la Colecta pro Terra Sancta, exhortando a prodigarse "incansablemente" con este fin.

 

Cada año, al inicio de la Cuaresma, la Congregación para las Iglesias Orientales envía a todos los obispos de la Iglesia católica a una carta circular sobre la Colecta, que en la mayor parte de las diócesis tiene lugar el Viernes Santo.

 

En el texto de este año, firmado por el Prefecto de la Congregación, el cardenal Leonardo Sandri, y por el arzobispo secretario, Cyril Vasil", S.I., se pide mostrar “sensibilidad por las necesidades de la Iglesia de Jerusalén y de Oriente Medio”: “sensibilidad que se hace ayuda, como la enviada a los hermanos de la Judea”, “recuerdo, como la invitación de San Pablo en la Carta a los Gálatas”, y “ colecta, que responde a precisas indicaciones prácticas”, afirma la carta, citando pasajes del Nuevo Testamento.

 

El llamamiento, recuerda el cardenal Sandri, se inspira esta vez en la peregrinación realizada por Benedicto XVI a Tierra Santa en mayo de 2009.

 

"Tuve el honor de acompañarlo y de compartir el ansia pastoral, ecuménica e interreligiosa que animaron sus palabras y sus gestos – revela el purpurado –. Junto a la comunidad eclesial de Israel y Palestina escuché una voz de fraternidad y de paz”.

 

En sus discursos, subraya, el Papa mencionó “el problema incesante de la emigración”, observando que “ en Tierra Santa hay lugar para todos y exhortando a las autoridades a “sostener la presencia cristiana, y al mismo tiempo aseguró a los cristianos de aquella Tierra la solidaridad de la Iglesia”.

 

En la santa Misa en Belén, prosigue el cardenal Sandri, el Pontífice animó a los bautizados a ser "un puente de diálogo y colaboración constructiva en la edificación de una cultura de paz que supere la actual situación estancada de miedo, agresión y frustración", a fin de que lasIglesias locales sean "laboratorios de diálogo, tolerancia y esperanza, así como de solidaridad y de caridad práctica".

 

En el año sacerdotal, la Carta del cardenal Sandri pide volver “con el corazón al Cenáculo de Jerusalén, donde nuestro Maestro y Señor nos amó hasta el fin", a ese lugar donde los Apóstoles con la Santa Madre del Crucificado Resucitado vivieron la primera Pentecostés”.

 

“Creemos firmemente en el "fuego nunca apagado" del Espíritu Santo, que el Viviente efunde con abundancia”.

 

Benedicto XVI, señala, ha confiado a la Congregación para las Iglesias Orientales “el encargo de mantener vivo el interés por aquella Tierra bendita”.

 

En su nombre exhorta, por tanto, a “confirmar la solidaridad mostrada hasta ahora. Los cristianos de Oriente tienen, en efecto, una responsabilidad que lo es de la Iglesia universal, la de custodiar los "orígenes cristianos", los lugares y las personas que de ellos son signos, para que estos orígenes sean siempre la referencia de la misión cristiana, la medida del futuro eclesial y su seguridad”. 

 

“Por tanto, merecen el apoyo de toda la Iglesia”, concluye, con una oración “ para que recompense abundantemente a cuantos aman la Tierra donde Él nació”.

 

La finalidad de la Colecta pro Terra Sancta es el de sensibilizar a los fieles en el valor de la solidaridad hacia las comunidades y los entes católicos presentes en esa región y promover toda inicativa e intervención a favor de los Santos Lugares que conservan la memoria di Cristo.

 

La Congregación para las Iglesias Orientales recibe parte de la Colecta pro Terra Sancta directamente de las Nunciaturas Apostólicas y, según el porcentaje establecido por las relativas normas pontificias, concede por tanto los subsidios ordinarios y extraordinarios a las circunscripciones eclesiásticas, a las órdenes religiosas y a otras personas jurídicas eclesiásticas en el Líbano, Siria, Iraq, Jordania, Egipto y particularmente en Israel y Palestina.

La Colecta es una tradición que se remonta a los tiempos de la Iglesia primitiva. Fue el papa Pablo V, después, en el Breve Coelestis Regis del 22 de enero de 1618, en establecer por primera vez su finalidad, mientras que Benedicto XIV la confirmó con el Breve Apostólico In supremo militantis Ecclesiae del 7 de enero de 1746.
 

 

 

 

 

 
 
 

Publicamos a continuación la Carta que el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, ha enviado a los Pastores de la Iglesia Universal, para que sostengan la Tierra Santa.

 

Excelencia Reverendísima:

 

Con la preparación para la Pascua del Señor se renueva la llamada a los Pastores de la Iglesia universal para que sostengan a la Tierra Santa, ofreciendo la oración, la participación vigilante y la concreción de la generosidad.

 

En el "nosotros" de la Iglesia encuentra motivación la sensibilidad por las necesidades de la Iglesia de Jerusalén y de Medio Oriente. Sensibilidad que se hace ayuda, como la enviada a los hermanos de la Judea (Hech. 11,29-30); recuerdo, como la invitación de San Pablo en la Carta a los Gálatas (2,10); y colecta, que responde a precisas indicaciones prácticas (1 Cor. 16,1-6) y ha sido definida gracia de tomar parte en el servicio a favor de los santos (2 Cor. 8-9 y Rm. 15).

 

Este año nuestra llamada se inspira en la peregrinación realizada "sobre las huellas históricas de Jesús" por el Santo Padre Benedicto XVI en el pasado mes de mayo.

 

Tuve el honor de acompañarlo y de compartir el ansia pastoral, ecuménica e interreligiosa que animaron sus palabras y sus gestos.

 

Junto a la comunidad eclesial de Israel y Palestina escuché "una voz" de fraternidad y de paz.

 

Subrayando fuertemente el problema incesante de la emigración, Su Santidad recordó que "¡en Tierra Santa hay lugar para todos!". Exhortó a las autoridades a sostener la presencia cristiana, y al mismo tiempo aseguró a los cristianos de aquella Tierra la solidaridad de la Iglesia.

 

En la santa Misa en Belén, Su Santidad animó a los bautizados a ser "un puente de diálogo y colaboración constructiva en la edificación de una cultura de paz que supere la actual situación estancada de miedo, agresión y frustración", a fin de que las Iglesias locales sean "laboratorios de diálogo, tolerancia y esperanza, así como de solidaridad y de caridad práctica".

 

El año sacerdotal insta a los queridísimos sacerdotes y seminaristas de toda la Iglesia, junto a sus respectivos Obispos, a favor de los Lugares Sagrados. Volvemos por ello con el corazón al Cenáculo de Jerusalén, donde nuestro Maestro y Señor "nos amó hasta el fin", a aquel lugar donde los Apóstoles con la Santa Madre del Crucificado Resucitado vivieron la primera Pentecostés. Creemos firmemente en el "fuego nunca apagado" del Espíritu Santo, que el Viviente efunde con abundancia. Y prodiguémonos incansablemente para garantizar un futuro a los cristianos allí donde aparecieron "la benignidad y la humanidad" de nuestro Dios y Padre.

 

ElPapa ha confiado a la Congregación para las Iglesias Orientales el encargo de mantener vivo el interés por aquella Tierra bendita. En su Nombre exhorto para que se confirme la solidaridad mostrada hasta ahora. Los cristianos de Oriente tienen, en efecto, una responsabilidad que lo es de la Iglesia universal, la de custodiar los "orígenes cristianos", los lugares y las personas que de ellos son signos, para que estos orígenes sean siempre la referencia de la misión cristiana, la medida del futuro eclesial y su seguridad. Por tanto, merecen el apoyo de toda la Iglesia.

 

Adjunto un documento informativo, que ilustra las obras realizadas por la Custodia de la Tierra Santa con la Colecta 2009. Y recuerdo que diversas intervenciones pueden ser realizadas por el Patriarcado Latino de Jerusalén y por las Iglesias Orientales Católicas en Israel y Palestina sólo gracias a la Colecta anual.

 

Pido al Señor para que recompense abundantemente a cuantos aman la Tierra donde Él nació: ella, gracias a la "Iglesia viva y joven" que allí actúa, debe mantenerse como la testigo por los siglos de las grandes obras de la salvación.

 

En comunión con los Pastores y los cristianos de Tierra Santa, deseo a todos una Pascua llena de las bendiciones divinas.

 

Suyo devotísimo

 

Leonardo Card. Sandri
Prefecto

 

+ Cyril Vasil’, S.I.
Arzobispo Secretario

 

[©Libreria Editrice Vaticana]

 

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