'No seáis personasque excluyen' - Francisco en Casa Santa Marta

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Pidió a los cristianos que sean inclusivos con los demás, como Jesús.

"Dios nos ha incluido a todos en la salvación, ¡a todos!"

Pidió a los cristianos que sean inclusivos con los demás, como Jesús.

 

Durante la homilía matinal de este jueves en Casa Santa Marta, el Papa Francisco trató uno de los temas centrales de su pontificado. Pidió a los cristianos que sean inclusivos con los demás, como hacía Jesús.
 
PAPA FRANCISCO
"La actitud de los escribas y los fariseos es la misma, excluir. 'Somos perfectos, seguimos la ley. Los demás son pecadores, recaudadores de impuestos'; y la actitud de Jesús es de inclusión. Hay dos caminos en la vida: el camino de la exclusión de las personas de nuestras comunidades o el de la inclusión”.
 
El Papa llevó su mensaje más lejos y dijo que los cristianos deben ser capaces de incluir a todos, aunque a veces cueste. Es importante recordar, subrayó, que todos serán juzgados ante Dios.
 
EXTRACTOS DE LA HOMILIA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
 
"La actitud de los escribas y los fariseos es la misma, excluir. Ellos dicen, 'Somos perfectos, seguimos la ley. Los demás son pecadores, recaudadores de impuestos'; y la actitud de Jesús es de inclusión. Hay dos caminos en la vida: el de excluir a personas de nuestras comunidades o el de incluirlas. El primero puede ser pequeño, pero es la raíz de todas las guerras: todas las calamidades, todas las guerras, comienzan con unaexclusión. Se excluye de la comunidad internacional, pero también de las familias, entre amigos, cuántas peleas… Y el camino que nos hace ver Jesús y que nos enseña Jesús es otro, es lo contrario: incluir”
 
"Están llenos de alegría porque han encontrado aquello que estaba perdido y van a ver a los vecinos, a los amigos, porque están tan felices: ‘He encontrado, he incluido’. Esto es el incluir de Dios, contra la exclusión de aquel que juzga, que expulsa a la gente, a las personas: ‘No, esto no, esto no, esto no…’, y se hace un pequeño círculo de amigos que es su ambiente. Es la dialéctica entre exclusión e inclusión. Dios nos ha incluido a todos en la salvación, ¡a todos! Éste es el inicio. Nosotros con nuestras debilidades, con nuestros pecados, con nuestras envidias, con nuestros celos, siempre tenemos esta actitud de excluir que – como he dicho – puede terminar en las guerras”. 
 
"Pensemos un poco y al menos, ¡al menos!, en nuestra pequeñez hagamos lo propio, no juzguemos jamás: ‘Pero este hace así…’. Dios sabe: es su vida, pero no lo excluyo de mi corazón, de mi oración, de mi saludo, de mi sonrisa, y si la ocasión se presenta le digo una linda palabra. Jamás excluir, ¡no tenemos el derecho! Y como termina Pablo en la Lectura: ‘Todos, en efecto, nos presentarán al tribunal de Dios. Por tanto, cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios’. Si yo excluyo, un día estaré delante del tribunal de Dios y deberé rendir cuentas de mí mismo. Pidamos la gracia de ser hombres y mujeres que incluyen siempre, ¡siempre!, en la medida de la sana prudencia, pero siempre. No cerrar las puertas a nadie, siempre con el corazón abierto: ‘Me gusta, no me gusta’, pero el corazón está abierto. Que el Señor nos dé esta gracia”.

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