El Papa llegó en papamóvil pero se bajó para saludar y bendecir a los peregrinos y también para protagonizar momentos como este.
Los 100.000 peregrinos recibieron al unísono al Papa con este saludo.
Pero no sólo jóvenes se reunieron con el Papa en este multitudinario encuentro. También personas mayores y matrimonios con experiencia. Una joven, una anciana y una pareja preguntaron al Papa.
Bianca preguntó cómo mantener la esperanza en un entorno difícil lleno de corrupción.
"No puedo engañarte diciendo: "No, cree. Todo irá bien, serás feliz, tendrás suerte, tendrás dinero. No, no, no. Nuestro Dios hace en el silencio. Recuerda. Es el Dios de las palabras, el Dios de los gestos y el Dios de los silencios. Debes unir estas tres cosas en tu vida. Perdona, pero no tengo otra receta”.
Erminia, de 95 años, agradeció al Papa su interés por las personas mayores. Francisco con mucho humor, la felicitó por su edad. Después respondió a su pregunta con otra pregunta pero dirigida a los jóvenes.
"¡Felicidades por cómo los lleva. Lo que se siembra, se recoge. A vosotros, hijos, el cuarto mandamiento. ¿Quieres a tus padres?, ¿les abrazas?, ¿les dices que les quieres?”
Angelo y Katerina le pidieron consejos para los matrimonios. El Papa les dijo que la familia está amenazada y reflexionó sobre la preparación al matrimonio de los jóvenes.
"¿Cómo se preparan las parejas para casarse? "¡Ah, sí! Van a tres conferencias”. ¿Esto es suficiente?, ¿cómo es su fe? No es fácil. La preparación al matrimonio no es cosa de un curso, como si fuera hacer un curso de idiomas: "Cómo convertirse en esposos en ocho lecciones”. No, no, no. Es otra cosa”.
Antes de despedirse, el Papa envió a los peregrinos un último mensaje en dialecto napolitano.
"¡Que la Virgen os acompañe!”
Mientras oscurecía, Francisco se marchó bendiciendo a todos las personas que acudieron al encuentro durante el que además, se distribuyeron 10.000 copias del Evangelio.
