Historia de Belén: De la Ciudad de David al Corazón de la Navidad Cristiana

basílica Natividad Belén

BELÉN, Palestina. Situada a apenas unos kilómetros al sur de Jerusalén, Belén (Beit Lahm en árabe, "Casa de la Carne"; Bet Lehem en hebreo, "Casa del Pan") es una de las ciudades más antiguas y simbólicas del mundo. Conocida universalmente como el lugar de nacimiento de Jesucristo, su historia se extiende mucho más allá de los relatos evangélicos, hundiéndose en las raíces de la Edad del Bronce y el Antiguo Testamento. Hoy, Belén no es solo un centro de peregrinación mundial, sino un testimonio vivo de la resiliencia cultural y religiosa en una de las regiones más complejas del planeta. Su importancia como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO subraya un legado que une a milenios de civilizaciones bajo el amparo de la fe y la tradición.

Orígenes e Importancia en el Antiguo Testamento

Las primeras menciones históricas de Belén aparecen en las cartas de Amarna (siglo XIV a.C.), donde se la identifica como un asentamiento en las colinas de Judea. Sin embargo, su fama bíblica comienza con la figura de Raquel, la esposa de Jacob, cuya tumba se encuentra a las puertas de la ciudad y sigue siendo un lugar de veneración hoy en día. Más tarde, Belén se convertiría en el escenario del Libro de Rut y, fundamentalmente, en la cuna del Rey David. Fue aquí donde el profeta Samuel ungió al joven pastor David como futuro rey de Israel, estableciendo la conexión dinástica que, según las profecías de Miqueas, daría lugar al nacimiento del Mesías en la misma aldea de sus antepasados.

Adoración de los magos

Durante el período del Primer Templo, Belén era una pequeña aldea agrícola famosa por sus campos de cereales y sus pastos. Tras el exilio babilónico, la ciudad fue repoblada, manteniendo su identidad como un enclave judío estratégico en el camino hacia Hebrón. La arqueología moderna ha confirmado la presencia de estructuras administrativas y sellos de cerámica que datan de la monarquía judía, validando el papel de Belén como un centro económico y religioso de relevancia local antes de la era cristiana.

El Nacimiento de Jesús y la Basílica de la Natividad

El momento definitivo en la historia de Belén ocurre con el censo ordenado por César Augusto, que llevó a José y María desde Nazaret hasta la ciudad de sus ancestros. Según los Evangelios de Mateo y Lucas, Jesús nació en una de las muchas cuevas que servían como establos en la zona. Este evento transformó una modesta aldea en el epicentro de la cristiandad. En el año 326 d.C., la emperatriz Elena, madre de Constantino el Grande, ordenó la construcción de la Basílica de la Natividad sobre la cueva venerada. Aunque fue destruida durante la revuelta samaritana del 529, el emperador Justiniano I la reconstruyó en el siglo VI, creando la estructura que, en su mayoría, sigue en pie hoy en día, siendo la iglesia cristiana más antigua en uso continuo.

basílica Natividad Belén

Basílica Natividad Belén, el lugar dónde nació Jesucristo

La Basílica es un laberinto de historia: sus mosaicos del siglo XII, sus columnas del siglo VI con grabados de santos y su famosa "Puerta de la Humildad" narran siglos de devoción. Debajo del altar mayor se encuentra la Gruta de la Natividad, marcada por una estrella de plata de catorce puntas que indica el lugar exacto del nacimiento de Cristo. La importancia de este sitio ha sido tal que, incluso durante la invasión persa del 614, la iglesia fue respetada porque los invasores reconocieron en los mosaicos exteriores a los Reyes Magos vistiendo trajes persas, un milagroso detalle que salvó la estructura de la demolición.

Belén a través de los Siglos: De las Cruzadas a la Actualidad

Durante la época de las Cruzadas (siglo XII), Belén experimentó un renacimiento artístico y político. Fue aquí donde se coronó al primer rey del Reino Latino de Jerusalén, Balduino I. Los cruzados restauraron la basílica y la enriquecieron con nuevos mosaicos y pinturas que reflejaban la unión de las tradiciones bizantina y latina. Tras la caída del reino cruzado, la ciudad pasó a manos de diversas potencias islámicas, incluyendo a los ayubíes y mamelucos, quienes mantuvieron el respeto por el santuario cristiano. En el período otomano, Belén se convirtió en un próspero centro de artesanía en nácar y madera de olivo, una tradición que los peregrinos todavía aprecian hoy como una de las señas de identidad de la economía local.

En el siglo XX y XXI, Belén ha enfrentado desafíos geopolíticos significativos, pero su espíritu como ciudad de paz y esperanza permanece intacto. El turismo religioso es su motor principal, especialmente durante la temporada navideña, cuando miles de peregrinos de todo el mundo se reúnen en la Plaza del Pesebre para la Misa del Gallo. La ciudad es también un centro de convivencia interreligiosa, donde la comunidad cristiana e islámica comparten un entorno marcado por monumentos como la Mezquita de Omar, situada frente a la Basílica de la Natividad. Estudiar la historia de Belén es comprender cómo un pequeño punto en el mapa ha logrado influir en la cultura, el arte y la fe de miles de millones de personas a lo largo de diecisiete siglos de cristianismo y muchos más de historia bíblica.

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Por, Red Historia 2 de diciembre de 2025. Un recorrido por milenios de fe y arqueología en Tierra Santa.

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