Para un cristiano, los lugares en que Cristo nació, vivió, sufrió, murió y resucitó tienen un carácter especial. La añoranza que se siente al pensar en esa tierra, santificada por el paso del Verbo Encarnado, nace del cariño que tiene el creyente a todo lo que rodeó la vida terrena del Hijo de Dios, que “acampó entre nosotros”.
Monte Moriah , Jerusalén – Lugares de Tierra Santa
Está delante del monte Sion, ambos forman la explanada del Templo.