¿Sabes quién era San Fructuoso?

Sus últimas palabras fueron: «Es preciso que tenga en mi pensamiento a la Iglesia Católica, derramada de Oriente hasta Occidente»               

Obispo de Tarragona, mártir en el 259

Es la primera de las grandes figuras que nos ofrece la historia de la Iglesia española. Las Actas de su martirio están reconocidas por los estudiosos como de las pocas que pueden ser consideradas fieles, hasta el punto de considerar a Fructuoso como "el protomártir hispano justificado ante la historia" por su autenticidad.

A mediados del siglo III, cuando Basilides y Marcial, los obispos libeláticos de la España occidental, escandalizaban a los cristianos con su cobardía, Fructuoso avanzaba hacia la hoguera con un gesto lleno de grandeza y dignidad. Noblemente había gobernado antes la iglesia de Tarragona, la primera ciudad de la España citerior. Pocas se habían mostrado tan adictas a las leyes, a las costumbres y a los dioses del Imperio romano.

El culto al César y a Roma había nacido dentro de sus muros, y el medio millar de inscripciones que se han encontrado entre las ruinas son una prueba elocuente de una romanización ferviente y completa.

No obstante, el Cristianismo se propagaba en la gran ciudad mediterránea. Tal vez fue San Pablo el primero que dejó allí la semilla. En 250 el jefe de esa pequeña cristiandad, el obispo Fructuoso, era un hombre que tenía todo el aliento de los grandes pastores. Respetado de los fieles lo mismo que de los paganos, era uno de los más eminentes personajes del municipio.

 

 

En la peste terrible que entonces asolaba al Imperio poniendo en riesgo su vida dio pruebas de aquella caridad heroica que por aquellos mismos días ejercitaban Cipriano en Cartago, Dionisio en Alejandría y Gregorio Taumaturgo en Neocesarea. Pero la ley es implacable. Gobernaba entonces el Imperio Valeriano. «Era dulce y bueno—dice una de sus víctimas, el patriarca de Alejandría—; ninguno de sus predecesores, ni siquiera los que habían profesado pública o clandestinamente la fe, tuvo para los hermanos una acogida tan afectuosa y familiar. Su casa, llena de hombres piadosos, parecía una iglesia.»

De este hombre excelente, la tiranía de la política hizo un perseguidor. Dominado por una camarilla de fanáticos, llegó a imaginarse que frente al Imperio había un poder tenebroso, poseedor de inmensas riquezas y causante de todas las crisis económicas por que atravesaba el Estado. Ese poder, le dijeron, es la Iglesia de los cristianos.

Martirio

En 257 aparecía un edicto por el cual los jefes de las iglesias se veían obligados a ofrecer sacrificios a las divinidades del Imperio. En los primeros días del año siguiente, la policía imperial arrestaba a Fructuoso en Tarragona y le encerraba en la cárcel con dos de sus diáconos, Eulogio y Augurio.

Toda la «fraternidad» de los cristianos pasó por la prisión, presentándole sus donativos y rogándole que les tuviese presentes en su confesión. El obispo seguía predicando y catequizando, y, aunque encadenado, tuvo la alegría de bautizar a un convertido. Siete días más tarde, los tres detenidos comparecieron ante el tribunal.

Tanto el obispo como los dos diáconos (Augurio y Eulogio) se negaron a adorar a los dioses romanos y, después de que Fructuoso reconociera su condición de obispo, el juez Emiliano ordenó que los tres fuesen quemados vivos. Los esbirros se apoderaron de ellos y los llevaron al anfiteatro, que era el lugar designado para el suplicio. El pueblo caminaba junto a ellos llorando.

En el trayecto hubo un momento emocionante y de un sabor arcaico. Varios «hermanos» se acercaron a los reos ofreciendo una copa de vino. Fructuoso la rehusó diciendo: «Aún no es hora de romper el ayuno». Efectivamente, era miércoles, día de ayuno para los primeros cristianos, ayuno que duraba hasta las tres de la tarde. Pero, en realidad, con esta excusa iba unida la más noble modestia. El brebaje ofrecido por la «caridad fraterna» no era un vino puro, sino una bebida en que se mezclaban infusiones de plantas aromáticas, que daban al cuerpo un vigor momentáneo y le hacían menos sensible a los dolores.

Tertuliano se reía de los mártires a quienes había que sostener con semejantes artificios. La altivez ibérica de Fructuoso no se avenía tampoco con esas cobardes mitigaciones. Tenía un sentido demasiado alto del honor cristiano, para permitir que le confundiesen con aquellos «mártires ambiguos» de que hablaba el vehemente africano. Imitando al Salvador, apartó los labios de la copa que debía adormecer su agonía, y prefirió beber hasta las heces el cáliz del martirio.

 

Anfiteatro de Tarragona

 

Habían llegado al anfiteatro; la hoguera ardía, y Fructuoso iba a subir a ella, cuando un lector se acercó para desatarle las sandalias. También ahora rehusó el mártir, prefiriendo descalzarse él mismo. Ya avanzaba, cuando un cristiano llamado Félix se le acercó, le cogió de la mano y le rogó que se acordara de él. Entonces Fructuoso, extendiendo a lo lejos la mirada, dijo con voz poderosa: «Es preciso que tenga en mi pensamiento a la Iglesia Católica, derramada de Oriente hasta Occidente».

Estas fueron sus últimas palabras. Inmediatamente, sin la menor señal de turbación, penetró en la hoguera. Sus diáconos le siguieron. Rotas por el fuego las cuerdas que sujetaban sus manos, los tres mártires cayeron de rodillas con los brazos extendidos. Al verlos así, en medio de las llamas, dice Prudencio, todos recordaban a los tres jóvenes hebreos en el horno de Babilonia, «Dos de nuestros hermanos, pertenecientes a la casa del prefecto—dicen las actas—, vieron a los tres elegidos subir al cielo», y la hija del gobernador fue también testigo de la maravilla.

Los fieles, cuando el fuego consumió los cuerpos, se precipitaron en el anfiteatro, rociaron los huesos con vino, en recuerdo de las libaciones que hacían los antiguos en la ceremonia de la cremación, y, habiendo cogido cada cual lo que pudo de las reliquias, se las llevaron a sus casas. Pero, comprendiendo luego que aquello era un celo mal entendido, encerraron las cenizas en un mismo sarcófago, «para que recibiesen juntos la corona los que juntos habían alcanzado la victoria».

Tal fue la muerte con que el gran obispo dio testimonio de su fe. Aquella serenidad impresionó profundamente a todos sus conciudadanos, y uno de ellos, testigo de vista, nos ha conservado la emoción en un relato de una sencillez maravillosa, digna de la grandeza del héroe. Es uno de los documentos más venerables de la antigua Iglesia de España.

Fueron las posteriores apariciones de estos tres mártires las que facilitaron que en las ruinas del antiguo anfiteatro se construyera una iglesia paleocristiana dedicada a San Fructuoso. La Iglesia celebra la memoria de estos tres mártires el 21 de enero.

 

+ info :  ACTA DEL MARTIRIO DE SAN FRUCTUOSO

 

 

Un año más hay que lamentar la muerte de aquellos que gastaron su vida por hacer que la de otros fuera más digna.

29 misioneros fueron asesinados en el año 2019. Fueron 18 sacerdotes, un diácono permanente, dos religiosos no sacerdotes, dos religiosas y 6 laicos.

 

 

El continente más peligroso para los misioneros sigue siendo el africano. De los 29 misioneros asesinados 15 fueron asesinados en África. Uno de ellos fue el salesiano español Antonio César Fernández, que murio el 15 de febrero tras ser acribillado a tiros en Burkina Faso.

El Sahel se está convirtiendo en una zona sin ley. Otro de esos misioneros, víctima de esta violencia, es el padre Pierluigi Maccalli, de la Sociedad de Misiones Africanas, secuestrado en Níger en septiembre de 2018. Se encuentra en paradero desconocido en algún lugar entre Níger, Burkina Faso y Malí.

El Papa Francisco lo recordó así durante su encuentro con la Sociedad de Misiones Africanas.

FRANCISCO
“Gracias por vuestro afán misionero, impregnado de valentía, que os lleva a salir y ofrecer a todos la vida de Jesucristo, poniendo a veces vuestra vida en peligro”. “En este sentido, quisiera unirme a vuestra oración por vuestro hermano Pierluigi Maccalli, secuestrado desde hace varios meses en Níger”.

En Mali continúa desaparecida la misionera colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en 2017 por la rama de AlQaeda en el Sahel.

2019 también termina sin noticias sobre el destino del padre Paolo Dall’Oglio, raptado en 2013 en Siria.

En 2019 se ha constatado una “globalización de la violencia” ya que, mientras que en el pasado la violencia se daba en un país concreto o zona geográfica, en 2019 el fenómeno se ha generalizado y extendido. Alguno de estos asesinatos han tenido un trasfondo religioso perpetrados por grupos yihadistas. En otros casos, los intereses son muchos otros y se ataca al misionero porque así se desestabiliza toda una comunidad.

RomeReports

 

¿Qué es el ecumenismo?

La Semana de oración por la Unidad de los Cristianos ha brindado la oportunidad de plantearse algunas cuestiones particularmente actuales: ¿Qué es el ecumenismo? ¿Por qué es importante el “testimonio común” de los cristianos? ¿Qué posibilidades existen en la “colaboración ecuménica”?

El ecumenismo y sus formas

     1. El “ecumenismo” (la tarea a favor de la unidad de los cristianos), se lleva a cabo de diversas formas: teológico o doctrinal (“diálogo ecuménico”), entre especialistas; institucional, entre las autoridades de la Iglesia Católica y de las distintas confesiones cristianas; espiritual, a partir de la oración de los cristianos; pastoral o práctico, con la colaboración de los cristianos entre sí en los ámbitos de la caridad, el bien común, la ayuda social y cultural, etc.
Los dos últimos niveles corresponden a todos los cristianos. Y es importante que cada uno se proponga colaborar, aunque piense que su aportación es solo un granito de arena.
Esto pide de cada cristiano una continua y efectiva renovación espiritual, enraizada en la oración y manifestada en la conducta. Requiere subrayar los valores éticos y ejercitar las virtudes: la comprensión, la paciencia y sobre todo la caridad con los demás cristianos, en los juicios, palabras y comportamientos; junto con la humildad para reconocer las faltas propias contra la unidad y la disposición al perdón recíproco. Todo ello debe estar presidido por la verdad.

 

Santidad personal y justicia social

Por otra parte, cada año se propone un tema que centra la oración y la colaboración ecuménica. El año pasado, 2012 –sobre la base de la propuesta de un grupo ecuménico de Jerusalén– fue: “Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración” (cf. Hch 2, 42). Esos cuatro elementos pueden considerarse, en efecto, como pilares de la unidad.
Recordando estas características de la primitiva Iglesia de Jerusalén, hoy día los cristianos de esa ciudad luchan, en medio de las dificultades, por alcanzar la unidad más allá de las palabras, primero entre ellos y después con otros (en Jerusalén, entre palestinos e israelíes; en otras comunidades, la justicia y la reconciliación en diversos contextos).
Este año el tema de la Semana de la Unidad, es: "¿Qué exige el Señor de nosotros" (cf. Miq. 6, 6-8)", y los textos han sido preparados con la colaboración de cristianos de la India. Inspirados en el profeta Miqueas, nos proponen que "la verdadera fe en Dios no se puede separar de la santidad personal ni de la búsqueda de la justicia social".
En un encuentro con luteranos finlandeses, el 17 de enero, Benedicto XVI se ha hecho eco del tema de este año: "Para proceder en el camino de la comunión ecuménica es, por tanto, necesario, que estemos cada vez más unidos en la oración, cada vez más comprometidos en la búsqueda de la santidad y cada vez más implicados en los campos de la investigación teológica y de la cooperación al servicio de una sociedad justa y fraterna".

El testimonio común de los hijos de Dios

     2. Entre las intenciones de Benedicto XVI en relación con la unidad de los cristianos, está el testimonio común de los cristianos acerca de la paternidad divina.  Es decir, que todos juntos manifestemos, sobre todo con nuestra conducta, que Dios es nuestro padre. La paternidad amorosa de Dios es la gran novedad que Jesucristo trajo a los hombres y transmitirlo a los que nos rodean, el don más grande que podemos hacerles. Por ello es muy importante que nos esforcemos con obras en darlo. Y el más creíble testimonio de la paternidad divina -por parte de los hombres- es el esfuerzo por vivir la fraternidad, primero entre los cristianos, y después entre todas las personas.
En la práctica, esto pide: evitar las críticas y polémicas internas dentro de la propia confesión (¡en el caso de los católicos, entre nosotros mismos!); rechazar las polarizaciones ideológicas y las recriminaciones respecto de otras comunidades cristianas o eclesiales; omitir las expresiones y los gestos que puedan herir los sentimientos de otros cristianos; fomentar la comunicación, las informaciones y el contacto con ellos; cultivar las buenas relaciones en las familias, vecindarios y ambientes de trabajo, entre los cristianos y entre todos.
Los jóvenes pueden encontrarse con otros cristianos para profundizar en su fe, trabajar por la reconciliación –sobre todo en algunas regiones más proclives a los conflictos entre cristianos–, comprometerse en actividades de oración, estudio y colaboración sobre temas sociales y culturales.

La colaboración ecuménica

     3. En cuanto a la “colaboración ecuménica”, un cristiano no puede quedarse indiferente ante las necesidades materiales o espirituales de los demás. Hoy su  contribución a la salvación puede ser más eficaz si la hace junto con otros cristianos, porque esa unidad es un testimonio de fe. Con otras palabras: las separaciones actuales entre los cristianos son, ciertamente, un límite y un obstáculo a la evangelización; pero la colaboración conjunta a favor de otros puede ser, también para los cristianos mismos, un don que les ayude a redescubrir lo que les une y vencer los obstáculos a la unidad, en orden a la misión que todos los cristianos han recibido de Dios.
Los ámbitos posibles de la colaboración ecuménica son muchos y variados. Los católicos contamos con las orientaciones de la Iglesia para el ejercicio del ecumenismo (cf. Directorio para el ecumenismo, 25-III-1993).
a) En el ámbito bíblico y litúrgico, mediante la oración y la celebración conjunta de la fe, en los modos convenientes, pues “cuando los cristianos rezan juntos, con una sola voz, su testimonio común alcanza los cielos, pero también se escucha en la tierra” (Directorio, n. 187).
b) En el ámbito catequético y formativo, subrayando la verdad que nos une y explicando las diferencias de las confesiones cristianas (y, más allá, con otras religiones), pero no con espíritu agresivo sectario, sino con amor y respeto.
c) En el ámbito misionero e interreligioso, mostrando que, con la ayuda de Dios y no sin ella, somos capaces de superar las divisiones humanas, también en materias tan delicadas como las religiones. Como consecuencia, aumenta la credibilidad del Evangelio. Junto con los judíos, los cristianos hemos de luchar contra el antisemitismo, el fanatismo religioso y el sectarismo (cf. Directorio, n. 210).
d) En el ámbito social, cultural y ético, mediante la promoción de los valores cristianos y humanos fundamentales (la dignidad de la persona humana y la cultura de la vida, la libertad religiosa y los demás derechos humanos, la paz y la justicia); luchando contra el hambre, la ignorancia o la pobreza, y con la atención particular a los más débiles (como los inmigrantes y los refugiados) sin dejarse llevar por intereses puramente ideológicos o políticos; fomentando el cuidado de la tierra; promoviendo la educación para el uso crítico de los medios de comunicación.
e) Por último cabe la colaboración y la coordinación ecuménica en algunas situaciones especiales, como los hospitales, las prisiones y el ejército, las universidades, los grandes complejos industriales y el ámbito, ya citado, de las comunicaciones sociales.
Todo ello puede llevarse a cabo mientras se proporciona una formación ecuménica adecuada a las diversas circunstancias de las personas, y de acuerdo con las autoridades religiosas correspondientes.

 

 La educación para el ecumenismo

Por lo que afecta a los educadores cristianos, “como evangelizadores –señaló Pablo VI– debemos ofrecer a los fieles de Cristo, no la imagen de hombres divididos y separados por litigios nada edificantes, sino la de personas maduras en la fe, capaces de encontrarse más allá de las tensiones reales gracias a la búsqueda común, sincera y desinteresada de la verdad. Sí, la suerte de la evangelización está ciertamente unida al testimonio de unidad dado por la Iglesia. Es ésta una fuente de responsabilidad, pero también de consuelo" (Evangelii nuntiandi, n. 77).

 

El número de turistas y viajeros extranjeros en Israel continúa creciendo. El 5 de enero, el ministro competente, Yariv Levin, comunicó que 4 millones y 550 mil personas pasaron al menos una noche en el país durante 2019. El aumento en comparación con 2018, cuando las llegadas fueron de 4 millones y 120 mil, es igual a 10.6 por ciento, pero aumenta a 55 por ciento si se compara con hace tres años.

 

En el terreno palestino, el cálculo en el año que acaba de terminar fue de unos 3 millones y 521 mil turistas, incluidos los que estuvieron en Belén, sin pasar la noche (datos informados por la agencia Wafa). El ministro de Turismo, Rula Maayah, celebra los acuerdos de colaboración intensificada con instituciones y socios extranjeros. Para empezar, la presencia palestina ahora está asegurada en todos los foros internacionales y eventos turísticos.

En Jordania, las llegadas de más de 4 millones 535 mil turistas en 2019, 7.6 por ciento más que el año anterior.

Estrategias de marketing israelíes

Los ingresos del turismo en Israel el año pasado fueron de alrededor de € 5,7 mil millones.El sector ha empleado a 153 mil personas; 13,600 nuevos empleos. El ministro Levin destacó la amplitud y la aceleración del progreso logrado: "Tomó tres décadas, a partir de 1948, llegar a un millón de turistas en un año. Tuvimos que esperar otros 16 años para alcanzar la cifra de dos millones en 1994 ». Los tres millones se superaron en 2017 y el hito de 4 millones se alcanzó en 2018.

 

Tourists visit the Minsara path, a sandstone hill in the Ramon Crater, in southern Israel, on March 3, 2017. Photo by Hadas Parush/Flash90

 

Levin atribuye los éxitos recientes a los cambios introducidos en la política comercial: en primer lugar, ya no nos centramos en el turismo religioso, sino que también nos centramos en gran medida en los viajes de placer (una combinación de playas, buena comida, deportes, cultura, paisajes ... ). Para ser claros, el modelo es el de la campaña One Break Two Sunny Cities: Tel Aviv - Jerusalén , pero también se centra en el balneario de Eilat, junto al Mar Rojo, como un destino ideal para el turismo de invierno. El siguiente paso será la mejora turística del desierto de Negev y el valle de Arava. "Son áreas, explica el Director General del Ministerio de Turismo, Amir Halevi, que, en nuestra opinión, tienen un gran potencial en términos de aumento de los flujos turísticos y crecimiento económico".

En los últimos años, Israel también ha ofrecido incentivos a las aerolíneas internacionales para abrir nuevas rutas al país, inauguró el nuevo aeropuerto de Eilat y, gracias a la alta velocidad, mejoró drásticamente las conexiones ferroviarias entre el aeropuerto internacional Ben Gurion y las ciudades. de Tel Aviv y Jerusalén.

Todavía se puede mejorar

A pesar de los buenos resultados, el horizonte del turismo en Tierra Santa no está despejado y podría verse afectado por las amenazas que se ciernen en el contexto más amplio del Medio Oriente. Sin embargo, el aumento de la tensión a principios de año después de que Estados Unidos mató al general iraní Qassem Suleimani, jefe de las fuerzas especiales de Al Quds en Bagdad, no parece preocupar particularmente al Ministerio de Turismo de Israel.

Aunque el director general Halevi está convencido de que Israel puede apuntar a 5 millones de llegadas, el crecimiento en este 2020 podría verse comprometido por las restricciones impuestas por el presupuesto estatal: no se excluye que los recursos asignados en los últimos años para las campañas puedan reducirse Publicidad y marketing planetario.

La afluencia masiva de visitantes a Tierra Santa en ciertas épocas del año, especialmente en conjunción con las fiestas religiosas, puede causar algunos dolores de cabeza a las agencias de viajes, así como a los peregrinos y turistas. Resulta encontrar hoteles llenos de gente, largas colas para acceder a los sitios más interesantes, santuarios, museos o parques naturales. Sin mencionar el embotellamiento en el tráfico.

Según el periódico financiero israelí Globes , "el alojamiento en los próximos años debería mejorar gracias a un mayor número de habitaciones disponibles por las cadenas hoteleras ya operativas y la entrada en el mercado de nuevos operadores y compañías inmobiliarias.

Al margen, podemos ver que hay un crecimiento acelerado en el número de alojamientos disponibles a través de la plataforma Airbnb: solo en Tel Aviv ha habido más de 10,000 apartamentos disponibles.

 

https://www.terrasanta.net

Semana de oración por la Unidad de los Cristianos

El Papa instó a pedir a Dios el don de la unidad de los cristianos

18 de enero, 2012.

Durante la audiencia general el Papa explicó en qué consiste la Semana de oración por la unidad de los cristianos que comienza hoy y que la Iglesia católica y otras confesiones cristianas conmemoran todos los años desde hace más de un siglo.



TEXTO COMPLETO:

Queridos hermanos y hermanas:

Inicia hoy la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que desde hace más de un siglo, viene celebrada por todas las Iglesias y Comunidades eclesiales, para invocar el don extraordinario de la unidad por el que el Señor oró durante la Última Cena, y animar a la oración, como primer camino que conduce a la plena comunión.

El tema elegido para este año, "Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo", resalta la importancia de la fe cristiana en medio de las pruebas y dificultades, con relación al don total obrado por Jesús en el Misterio Pascual. La unidad por la cual pedimos requiere una conversión.

No se trata simplemente de cordialidad y cooperación, es necesario reforzar la fe en Dios, el Dios de Jesucristo, que ha hablado y se ha hecho uno de nosotros; se requiere entrar en su nueva vida, que es la verdadera y definitiva victoria; abrirse a los demás, acogiendo los elementos de unidad que ofrece el Señor; y dar testimonio del Dios vivo, que se ha hecho conocer en su Hijo.

Os invito a implorar de Dios el don de la unidad de los cristianos, para que crezca el testimonio común y la colaboración, y podamos un día profesar todos juntos la fe transmitida por los Apóstoles y celebrar los sacramentos de nuestra transformación en Cristo. Muchas gracias. 

 

 

Etiopía se cristianizó al mismo tiempo que Roma

Los arqueólogos ahora pueden fechar más de cerca cuándo se extendió la religiónal Imperio Aksumita

 

En las polvorientas tierras altas del norte de Etiopía, un equipo de arqueólogos descubrió recientemente la iglesia cristiana más antigua conocida en África subsahariana, un hallazgo que arroja nueva luz sobre uno de los reinos más enigmáticos del Viejo Mundo, y su sorprendente conversión temprana al cristianismo.

Un grupo internacional de científicos descubrió la iglesia a 30 millas al noreste de Aksum, la capital del reino de Aksum, un imperio comercial que surgió en el siglo I d. C. y dominaría gran parte de África oriental y Arabia occidental. A través de artefactos de datación por radiocarbono descubiertos en la iglesia, los investigadores concluyeron que la estructura fue construida en el siglo IV d. C., aproximadamente al mismo tiempo cuando el emperador romano Constantino I legalizó el cristianismo en 313 CE y luego se convirtió en su lecho de muerte en 337 CE.

 

Es la basílica cristiana más antigua del África subsahariana

El descubrimiento de la iglesia y sus contenidos confirman la tradición etíope de que el cristianismo llegó a una fecha temprana en un área a casi 3,000 millas de Roma. El hallazgo sugiere que la nueva religión se extendió rápidamente a través de redes comerciales de larga distancia que unían el Mediterráneo a través del Mar Rojo con África y el sur de Asia, arrojando nueva luz sobre una era importante de la que los historiadores saben poco.

"El imperio de Aksum fue una de las civilizaciones antiguas más influyentes del mundo, pero sigue siendo una de las menos conocidas", dice Michael Harrower, de la Universidad Johns Hopkins, el arqueólogo que dirige el equipo.

 

 

Helina Woldekiros, una arqueóloga de la Universidad de St. Louis en Washington que formó parte del equipo, agrega que Aksum sirvió como un "punto de conexión" que une el Imperio Romano y, más tarde, el Imperio Bizantino con tierras lejanas al sur.

Ese comercio, en camello, burro y bote, canalizó plata, aceite de oliva y vino desde el Mediterráneo a ciudades a lo largo del Océano Índico, lo que a su vez trajo de vuelta el hierro exportado, cuentas de vidrio y frutas.

 

ColganteUn colgante de piedra con una cruz y el término "venerable" en la antigua escritura Ge'ez de Etiopía que se encuentra fuera del muro de la basílica oriental. (Ioana Dumitru)

 

El reino comenzó a declinar en los siglos VIII y IX, y finalmente se contrajo para controlar solo las tierras altas de Etiopía. Sin embargo, permaneció desafiantemente cristiano incluso cuando el Islam se extendió por toda la región. Al principio, las relaciones entre las dos religiones fueron en gran medida pacíficas, pero se volvieron más tensas con el tiempo.

En el siglo XVI, el reino fue atacado por los ejércitos somalíes y luego otomanos, pero finalmente retuvo el control de sus tierras altas estratégicas. Hoy, casi la mitad de todos los etíopes son miembros de la Iglesia etíope ortodoxa Tewahedo.

Para los primeros cristianos, el riesgo de persecución de los romanos a veces era alto, obligándolos a practicar sus creencias en privado, lo que representa un desafío para los académicos que estudian esta época. El cristianismo había llegado a Egipto en el siglo III dC, pero no fue hasta la legalización de la observancia cristiana de Constantino que la iglesia se expandió ampliamente por Europa y el Cercano Oriente. Con la noticia de la excavación de Aksumite, los investigadores ahora pueden sentirse más seguros de fechar la llegada del cristianismo a Etiopía en el mismo período de tiempo.

 

"[Este hallazgo] es, que yo sepa, la evidencia física más temprana para una iglesia en Etiopía, [así como para todo el África subsahariana"], dice Aaron Butts, profesor de lenguas semíticas y egipcias en la Universidad Católica de Washington, DC , que no participó en la excavación.

 

El equipo de Harrower realizó su trabajo entre 2011 y 2016 en un antiguo asentamiento llamado Beta Samati, que significa "casa de audiencia" en el idioma local Tigrinya.

 

La ubicación, cerca de la frontera moderna con Eritrea y 70 millas al suroeste del Mar Rojo, atrajo a los arqueólogos en parte porque también era el hogar de templos construidos en un estilo del sur de Arabia que datan de muchos siglos antes del surgimiento de Aksum, un claro signo de antiguos lazos con la Península Arábiga. Los templos reflejan la influencia de los sabaeanos, que dominaron el lucrativo comercio de incienso y cuyo poder alcanzó el Mar Rojo en esa época.

El mayor descubrimiento de los excavadores fue un edificio masivo de 60 pies de largo y 40 pies de ancho que se asemeja al antiguo estilo romano de una basílica. Desarrollada por los romanos con fines administrativos, la basílica fue adoptada por los cristianos en la época de Constantino para sus lugares de culto. Dentro y cerca de las ruinas de Aksumite, los arqueólogos también encontraron una gran variedad de productos, desde un delicado anillo de oro y cornalina con la imagen de una cabeza de toro hasta cerca de 50 figuras de ganado, evidencia clara de las creencias precristianas.

También descubrieron un colgante de piedra tallado con una cruz e inciso con la antigua palabra etíope "venerable", así como quemadores de incienso. Cerca del muro de la basílica oriental, el equipo se encontró con una inscripción pidiendo "que Cristo [sea] favorable para nosotros".

En el trabajo de investigación, Harrower dijo que esta colección inusual de artefactos "sugiere una mezcla de tradiciones paganas y cristianas primitivas".

 

anillo

 

Según la tradición etíope, el cristianismo llegó por primera vez al Imperio Aksum en el siglo IV dC cuando un misionero de habla griega llamado Frumentius convirtió al Rey Ezana. Butts, sin embargo, duda de la fiabilidad histórica de este relato, y los estudiosos no han estado de acuerdo sobre cuándo y cómo la nueva religión llegó a la lejana Etiopía.

 

"Esto es lo que hace que el descubrimiento de esta basílica sea tan importante", agrega. "Es una evidencia confiable de una presencia cristiana un poco al noreste de Aksum en una fecha muy temprana".

 

Si bien la historia de Frumentiuspuede ser apócrifa, otros hallazgos en el sitio subrayan cómo la difusión del cristianismo se entrelazó con las maquinaciones del comercio. Los sellos y tokens utilizados para las transacciones económicas descubiertas por los arqueólogos señalan la naturaleza cosmopolita del asentamiento. Una cuenta de vidrio del Mediterráneo oriental y grandes cantidades de cerámica de Aqaba, en el Jordan de hoy, dan fe del comercio a larga distancia. Woldekiros agregó que los descubrimientos muestran que "las rutas comerciales de larga distancia jugaron un papel importante en la introducción del cristianismo en Etiopía".

Ella y otros académicos quieren entender cómo se desarrollaron estas rutas y sus impactos en las sociedades regionales. "El reino Aksumita era un centro importante de la red comercial del mundo antiguo", dice Alemseged Beldados, un arqueólogo de la Universidad de Addis Abeba que no formó parte del estudio. "Estos hallazgos nos dan una buena visión ... de su arquitectura, comercio, administración cívica y legal".

"La política y la religión son factores importantes en la configuración de las historias humanas, pero son difíciles de examinar arqueológicamente", dice Harrower. Los descubrimientos en Beta Samati brindan un vistazo bienvenido al surgimiento del primer reino cristiano de África, y, espera, provocarán una nueva ronda de excavaciones relacionadas con Aksum.

 

Por Andrew Lawler
smithsonianmag.com

Cada año se ofrece más evidencia de la autenticidad de los registros bíblicos

 

2019 fue un año excepcional para los arqueólogos que hicieron varios grandes descubrimientos que han avanzado nuestra comprensión del mundo antiguo.

La arqueología bíblica es un campo de estudio importante porque identifica conexiones reales entre los relatos de la Biblia y los registros históricos. La corroboración de las narraciones bíblicas por los registros históricos mejora nuestra comprensión y puede encender un fuego de renovación en nuestras devociones.Echemos un vistazo a algunos de los mejores descubrimientos del 2019.

1. Los expertos creen que han encontrado un ancla del naufragio de San Pablo

 

Saint Paul SHIPWRECK
Public Domain

 

Los buzos descubrieron cuatro anclas en la Bahía de St. Thomas en la década de 1960. Si de hecho son los anclajes del barco de san Pablo, entonces su descubrimiento en la Bahía de St. Thomas, al sur de Malta, ya ha cambiado lo que sabemos del viaje de san Pablo, ya que se creía que aterrizaron en la Bahía de san Pablo, al norte de Malta.

 

2. El arte de las catacumbas en Malta da testimonio de la vida de los primeros cristianos

 

Paleochristian catacomb
Archaeological Society Malta | Facebook | Fair Use

 

Descubierto en Malta, este hallazgo ofreció una visión rara de las prácticas de adoración de los primeros cristianos. Las paredes estaban garabateadas con graffiti que representaban escenas bíblicas, algunas de las imágenes más antiguas jamás descubiertas.

3. Investigadores israelíes reviven levadura de 5,000 años para recrear la cerveza antigua

 

ANCIENT BEER

Yaniv Berman | Courtesy of the Israel Antiquities Authority

 

Utilizando muestras de levadura de ollas de arcilla excavadas, que habían estado inactivas durante miles de años, un equipo compuesto por biólogos, arqueólogos y cerveceros artesanales ha elaborado cerveza con éxito que podría haber sido consumida por nuestras figuras bíblicas favoritas.

 

4. La piedra inusual descubierta cerca de Jerusalén podría estar conectada al Arca de la Alianza

 

TEL BET SHEMESH

Mujaddara | CC BY-SA 3.0

 

Los arqueólogos han encontrado una piedra cerca de Jerusalén que es muy sugerente de una descrita en las Escrituras como el lugar de descanso del Arca de la Alianza, que contenía las tablas de los Diez Mandamientos.

5. Excavación en el monte. Sión da evidencia de la destrucción bíblica de Jerusalén

 

MOUNT ZION ARCHAELOGICAL EXCAVATIONS

Mt. Zion Archaeological Expedition | Rafi Lewis

 

Los arqueólogos que trabajan en un sitio en el Monte Sión han descubierto evidencia de que la era de la Edad de Hierro en Jerusalén era mucho más grande y rica de lo que se pensaba anteriormente. También se encontraron artefactos y capas de cenizas que respaldan el relato bíblico de la conquista babilónica de Jerusalén hace unos 2.600 años.

 

6. Imágenes desclasificadas de aviones espías U-2 que ayudan con la arqueología bíblica

 

U-2 SPY PLANE IMAGE

2019 © Society for American Archaeology | CC BY 4.0

Los aviones espía U-2 de la Guerra Fría fotografiaron áreas de Medio Oriente, y la desclasificación de esas imágenes de alto secreto arroja nueva luz sobre la historia antigua, según un artículo académico publicado recientemente.

 

7. El Arca de Noé descubierta en Turquía, dicen los expertos

 

Noah's ark

Simon de Myle | Public Domain

 

Los nuevos desarrollos en la búsqueda del Arca de Noé hacen que los expertos confíen en que pronto tendremos pruebas definitivas de que el Arca de Noé está enterrada en Turquía.

 

Fuente: Aleteia 

¿Sabes quién era San Hilario de Poitiers?

Nació en Poitiers (Francia) a principios del siglo IV y murió en el 367. Fue obispo de su ciudad, destacando por su fortaleza en la defensa de la fe frente a los arrianos, llegando por ello a ser desterrado. Son importantes también sus escritos teológicos, entre los que sobresale su tratado sobre la Trinidad. Es Doctor de la Iglesia.

Benedicto XVI presenta la figura de San Hilario

Fortaleza y mansedumbre, secreto para defender y anunciar la fe

CIUDAD DEL VATICANO,  (ZENIT.org).-

Anunciar y defender la verdadera fe requiere fortaleza y mansedumbre, considera Benedicto XVI. Así lo explicó al presentar la figura de san Hilario de Poitiers, doctor de la Iglesia, fallecido en torno al año 368, quien se convirtió en uno de los grandes defensores de la divinidad de Jesús ante la herejía arriana que veía en él una criatura.

Como el mismo Papa explicó, Hilario tuvo un papel decisivo para que Galia, la antigua Francia, la hija primogénita de la Iglesia, mantuviera su fidelidad a la fe de los apóstoles, particularmente en el sínodo de París, celebrado en el año 360 o en el 361.

San Hilario

«Algunos autores antiguos consideran que este cambio antiarriano del episcopado de Galia se debió en buena parte a la fortaleza y mansedumbre del obispo de Poitiers», constató el Papa.

«Esta era precisamente su cualidad: conjugar la fortaleza en la fe con la mansedumbre en la relación interpersonal», explicó. De hecho, el mensaje central de la obra teológica que ha dejado escrita Hilario de Poitiers es ante todo un mensaje de amor.

«Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre lo es totalmente», decía el obispo según uno de sus escritos retomados por el Santo Padre.

Interior de la Iglesia de San Hilario en Potiers

«Por este motivo, el Hijo es plenamente Dios sin falta o disminución alguna», decía Hilario, recordó el pontífice.

«Quien procede del perfecto es perfecto, porque quien lo tiene todo le ha dado todo», afirmaba el doctor de la Iglesia. «Sólo en Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, encuentra salvación la humanidad».

La meditación del Papa continuó con la serie de intervenciones de los miércoles sobre las grandes figuras del inicio del cristianismo.

 

Ver obras de San Hilario

Intervención de Benedicto XVI en la que presentó la figura de san gregorio de nisa (II)

Cristo está presente en los pobres, recuerda el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).-

San Gregorio de Nisa

Hizo esta constatación al proponer algunos aspectos de la doctrina de san Gregorio de Nisa, sobre quien ya había hablado la semana anterior, continuando con la serie de meditaciones sobre los grandes personajes de los inicios de la Iglesia.

En particular, el obispo de Roma presentó a los 16 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano algunos pasajes de profunda belleza literaria escritos por el obispo del siglo IV y considerado como padre de la mística.

El fin del hombre, decía Gregorio, «es el de hacerse semejante a Dios, y este fin lo alcanza sobre todo a través del amor, del conocimiento y de la práctica de las virtudes», «rayos luminosos que descienden de la naturaleza divina».

«Cristiano es quien lleva el nombre de Cristo y por tanto debe asemejarse a Él también en la vida. Nosotros, los cristianos con el Bautismo, nos asumimos una gran responsabilidad», aclaró.

«Ahora bien, Cristo», aclaró el Papa citando a Gregorio, «está presente también en los pobres, de manera que no tienen que ser nunca ultrajados».

«No desprecies a quienes están postrados, como si por este motivo no valieran nada. Considera quiénes son y descubrirás cuál es su dignidad: representan a la Persona del Salvador», advertía el obispo de Nisa.

«Y así es --recalcaba--, pues el Señor, en su bondad, les prestó su misma Persona para que, a través de ella, tengan compasión por quienes son duros de corazón y enemigos de los pobres».

San Gregorio de Nisa

El amor, según Benedicto XVI, «es la escalera que lleva a Dios». Por eso lanzó esta exhortación que tomó prestada del padre y doctor de la Iglesia: «Sé generoso con estos hermanos, víctimas de la desventura. Da al hambriento lo que le quitas a tu estómago».

San Gregorio recordaba que «todos dependemos de Dios», y por ello exclamaba: «¡No penséis que todo es vuestro! Tiene que haber también una parte para los pobres, los amigos de Dios».

«Pero, de qué te sirve ayunar y hacer abstinencia, si después con tu maldad no haces más que daño a tu hermano? --preguntaba-- ¿Qué ganas, ante Dios, por el hecho de no comer de lo tuyo, si después, actuando injustamente arrancas de las manos del pobre lo que es suyo?».

Al final de la audiencia, el Papa saludó a Misioneros y Misioneras de la Caridad, las dos obras fundadas por la beata Teresa de Calcuta, y les invitó a seguir su ejemplo, siendo «por doquier instrumentos de la divina misericordia».

Ver texto completo

Ver obras y vida de San Gregorio de Nisa

Defendió la fe con firmeza ante las amenazas heréticas

De familia de santos, el santo fue conocido como el "Padre de los Padres"

San Gregorio de Nisa (o Nissa), a quien el séptimo Concilio ecuménico y segundode Nicea llamaron «Padre de los Padres», era hermano de los santos Basilio el Grande, Pedro de Sebaste y de Macrina e hijo de los santos Basilio y Emelia; esta última era, a su vez, hija de un mártir. Gregorio nació en Cesárea de Capadocia. Probablemente quedó huérfano muy pronto, pues sus hermanos mayores Basilio y Macrina, se encargaron de su educación. En una carta a su hermano menor, Pedro, san Gregorio nombra a Basilio «nuestro hermano y maestro».

La veneración que tenía por él duró toda la vida. Terminada su excelente preparación en las letras sagradas y profanas, Gregorio tomó el oficio de retórico y se casó con una joven llamada Teosebeia. Cuando era ya lector en la Iglesia, aceptó el puesto de profesor de retórica, disciplina en la que era muy versado. Gregorio no encontró el cargo muy de su gusto, pues sus alumnos se interesaban más en las glorias militares, que en las académicas. San Gregorio de Nazianzo le escribió una dura carta, en la que le exhortaba a renunciar a «ese infame honor». La carta tuvo el efecto apetecido. Gregorio volvió al servicio de la Iglesia y fue ordenado sacerdote.

Algunos autores llegan a decir que dejó de vivir con su esposa, pero la afirmación carece de fundamento. En aquella época, el celibato sacerdotal no era de precepto ni siquiera en la Iglesia de occidente; en todo caso, no sabemos con certeza si Teosebeia siguió viviendo con san Gregorio o si entró en el convento de santa Macrina. San Gregorio de Nazianzo, que profesaba el mayor respeto a Teosebeia, la llamaba su «santa y bendita hermana» y en el panegírico que pronunció a su muerte, la califica de «gloria de la Iglesia y bendición de nuestra generación».

Según parece, san Gregorio pasó sus primeros años de sacerdocio en el retiro, tal vez en Iris del Ponto. Entre tanto, su hermano Basilio, que era obispo de Cesárea, tenía que hacer frente a la herejía y a la oposición; entre sus enemigos se contaba su propio tío, Gregorio, obispo del Ponto. Esta división en el seno de la familia escandalizó profundamente al joven Gregorio, el cual, con la intención de hacer la paz, falsificó una carta de reconciliación de su tío a su hermano. Naturalmente el fraude se descubrió pronto; san Basilio reprendió a su hermano, por más que el incidente no dejó de divertirle un tanto.

Parece que san Basilio fue quien sugirió el nombre de su hermano para que ocupase la sede de Nisa en 372, pues su política consistía en hacer nombrar prelados ortodoxos en las regiones cercanas a su diócesis para combatir eficazmente la herejía. Así pues, el mismo san Basilio consagró a su hermano, muy contra la voluntad de éste, como obispo de la sede en los confines de la Baja Armenia. Las dificultades empezaron a surgir cuando san Gregorio llegó a Nisa.

La ciudad estaba llena de arrianos y uno de los miembros de la corte del emperador había tratado de hacer que se nombrara obispo de la diócesis a un amigo suyo. A pesar de toda su buena voluntad, san Gregorio carecía de tacto y no tenía la menor noción de cómo se gobernaba una diócesis. Con la intención de ayudar a su hermano Basilio, convocó un sínodo de obispos de la provincia de Ancira; pero como Gregorio no supo manejar a los delegados, el sínodo hizo más mal que bien a su hermano. Nada tiene, pues, de extraño que Basilio se haya opuesto al nombramiento de san Gregorio como delegado ante el Papa san Dámaso, diciendo que carecía de experiencia en los asuntos eclesiásticos y era muy mal diplomático.

Apoyado por los arrianos, Demóstenes, gobernador del Ponto, convocó a una reunión, en la que un tal Filocarres acusó a san Gregorio de abuso de las propiedades de la Iglesia y de irregularidad en su elección episcopal. Este se dejó arrestar por los soldados, sin oponer resistencia, pero después consiguió escapar de la brutalidad de sus carceleros y refugiarse en sitio seguro. Sus enemigos alegaron que su fuga era la señal de su culpabilidad; pero san Basilio escribióuna violenta carta para hacer notar que el tesorero de la Iglesia había declarado inocente a Gregorio. No obstante eso, un sínodo de obispos de Galacia y del Ponto depuso a san Gregorio, quien anduvo errante hasta el año 378, cuando el emperador Graciano arrojó de la sede al usurpador y llamó al desterrado. El pueblo le recibió con un gran júbilo, que poco después quedó empañado por la muerte de san Basilio y la de santa Macrina. San Gregorio presintió la muerte de su hermana y, la víspera, tuvo con ella una larga conversación, que más tarde relató en sus escritos.

A la muerte de san Basilio, la influencia de san Gregorio empezó a aumentar, lo mismo que su actividad; asistió al Concilio de Antioquía, convocado contra los errores de los melecianos; los obispos ahí reunidos le enviaron a Palestina y Arabia con la misión de poner fin a los desórdenes que la herejía meleciana había provocado. Para facilitar su trabajo, el emperadorle concedió el libre uso de los caballos y carruajes del correo imperial. San Gregorio ocupó un sitio muy destacado en el Concilio ecuménico de Constantinopla, el año 381.

Era considerado como «la columna de la Iglesia»; estar de su parte era estar con la ortodoxia. El Concilio, que había sido convocado por el emperador Teodosio, manifestó su conformidad con el credo de Nicea y combatió el arrianismo. La asamblea confió a san Gregorio una especie de derecho inquisitorial sobre el Ponto. Hacia el fin de su vida, el santo visitó nuevamente Palestina; los abusos de los peregrinos y la atmósfera herética que encontró allí le llevaron a la conclusión de que, en tales condiciones, las peregrinaciones no constituían una devoción recomendable. En una carta o tratado sobre las peregrinaciones a Jerusalén hace notar que éstas no constituyen un precepto evangélico y añade que él personalmente no había sacado ningún provecho de la visita a los Santos Lugares.

El emperador designó tres diócesis supremas en oriente: la de Gregorio de Nisa, la de Heladio de Cesárea y la de Otreyo de Mitilene. Este honor ganó a san Gregorio la envidia y mala voluntad de Heladio, quien se consideraba como obispo metropolitano y llevó a mal que otro prelado fuese su igual. En una de sus cartas, el santo describe la falta de cortesía con que Heladio le había tratado.

Pero en Constantinopla era muy honrado y consultado. Ahí predicó las oraciones fúnebres de san Melecio de Antioquía, de la princesa Pulqueria y de la emperatriz Flaccila, así como un sermón con motivo de la entronización de san Gregorio de Nazianzo. Más tarde predicó también el sermón de la dedicación de la gran iglesia que el prefecto Rufino había erigido cerca de Calcedonia. Es cosa cierta que san Gregorio vivió hasta edad muy avanzada, pero ignoramos la fecha exacta de su muerte.

La veneración de que san Gregorio fue objeto durante su vida y después de su muerte, no tiene eco entre los escritores eclesiásticos modernos, quienes ven en él menos al enemigo del arrianismo, que al causante principal de las cláusulas que el Concilio de Constantinopla insertó en el Credo de Nicea. En todo caso, debemos reconocer que san Gregorio ejerció una gran influencia sobre el segundo Concilio ecuménico y que su ortodoxia es indiscutible. Pero hay que admitir igualmente que se inclinaba a la doctrina universalista, donde se sostiene que todas las cosas serán restauradas en Cristo al fin del mundo. Los escritos del santo demuestran que conocía a fondo a los filósofos paganos. San Gregorio utilizó a Platón, de la misma manera que los escolásticos usaron a Aristóteles.

La influencia de Orígenes se deja sentir en sus escritos para los que adoptó, en gran parte, las interpretaciones alegóricas de la Sagrada Escritura. Sus obras literarias, admirables por la elegancia del lenguaje, ofrecen una síntesis exacta de la fe cristiana y son particularmente interesantes por la mezcla de ideas ordinarias con especulaciones místicas y poéticas muy complicadas. Entre las numerosas obras del santo, se destacan el «Discurso Catequético» o instrucción sobre le fe, dos libros contra Eunomio y Apolinar, que constituyen una fuente muy importante para el estudio de las doctrinas de esos dos herejes y muchos comentarios sobre la Sagrada Escritura.

Entre las obras ascéticas, hay que mencionar el libro sobre la virginidad, muchos sermones sobre la vida y la conducta del cristiano, así como numerosos panegíricos. Uno de éstos narra la vida y la muerte de santa Macrina; otro, la de tres damas de Jerusalén y un tercero describe en forma muy moderna las bellezas de una «villa» en Galacia donde estuvo san Gregorio. Tanto san Gregorio como san Basilio poseían un sentido de las bellezas naturales que se encuentra muy de cuando en cuando entre los escritores de los primeros siglos.

 

Primeros Cristianos en otros idiomas
magnifiercrosschevron-down