Esta es la ciudad de María Magdalena. La discípula de Cristo seguramente pasó por estas calles o por esta sinagoga. Se trata de la única de su época encontrada en la región de Galilea
DINA AVSHALOM-GORNI (Arqueóloga)
"Era una sinagoga preciosa. Las paredes estaban decoradas con frescos hermosos de color rojo, amarillo, verde, colores bellísimos. El suelo estaba decorado con un mosaico y había seis columnas que sostenían el techo, era muy grande. Tenía bancos pegados a las paredes. ¿Para qué? Para que la comunidad que iba allí pudiera aprender, estudiar. Se sentaban a lo largo de estos bancos y escuchaban a los rabinos”.
Esta sinagoga tiene un significado muy especial no solo para los cristianos. Para los judíos es la demostración de la unidad que existía entre Jerusalén y las comunidades más alejadas.
La prueba es la devoción que sentían por el Templo, atestiguada por la pieza más valiosa de las excavaciones. Esta piedra donde seguramente los rabinos apoyarían los textos sagrados que iban a explicar.
En ella está tallada la Menorá, el candelabro de siete brazos que estaba en el lugar más sagrado del Templo de Jerusalén.
DINA AVSHALOM-GORNI (Arqueóloga)
"La persona que la hizo vio el templo de Jerusalén, lo conocía de primera mano, no por una historia que le habría contado un abuelo suyo. Hasta el momento es la primera pieza que encontramos con estas características. No se trata por tanto de algo importante desde el punto de vista artístico sino espiritual”.
Lo más curioso de todo es que esta excavación dirigida por la Autoridad de Antigüedades de Israel comenzó por casualidad. En esta zona los Legionarios de Cristo iban a construir un centro de atención a peregrinos. Al hacer las excavaciones previas se encontraron con la antigua ciudad de Magdala y tuvieron que modificar el proyecto original.
Ahora, por primera vez la piedra está expuesta al público en el lugar que pocos hubieran imaginado: el Vaticano. Se trata de un gesto sin precedentes que quiere demostrar la sintonía y el diálogo que existe entre los cristianos y, como dijo Juan Pablo II, sus "hermanos mayores en la fe”.
Experta en Sábana Santa: Los autores del estudio que niega que haya sangre en ella no la han visto ni de cerca
Emanuela Marinelli ha dedicado 41 años de su vida al estudio de la Síndone y asegura que este experimento es del todo impreciso.
El antropólogo forense Matteo Borrini y el experto en química orgánica Luigi Garlaschelli han publicado un polémico estudio sobre las manchas de sangre de la Sábana Santa. Aseguran que no corresponden a las de una persona crucificada y que podría tratarse de pintura.
Aún así, expertos en la Síndone dicen que este estudio es incorrecto empezando por los métodos que se han empleado. Por ejemplo, usaron anticoagulantes para las pruebas y eso modificó el resultado. Además, no tuvieron en cuenta el estado de la piel tras una tortura.
EMANUELA MARINELLI
Experta en la Sábana Santa “Para hacer un experimento creíble desde el punto de vista científico no se puede usar sangre líquida que fluye como el agua. Este es el primer error. Después, han hecho otro procedimiento poco creíble con la herida de la muñeca en el que, obviamente no crucificaron a una persona para demostrarlo, pero para el que usaron un poco de sangre en una muñeca y presionaron encima con un trozo de madera durante diez segundos”.
La experta dice que es absurdo hacer estas pruebas empleando un maniquí como el que hay en cualquier tienda y sin tener en cuenta el peso de un cuerpo humano y las heridas reales de clavos.
EMANUELA MARINELLI
Experta en la Sábana Santa “No es una cosa seria. No es en absoluto comparable a las investigaciones científicas hechas por quienes han estudiado la Síndone de verdad. Estos dos señores, los autores de este estudio, no han visto la Síndone de cerca nunca y seguramente de lejos tampoco. Además, quienes niegan que la Síndone sea real tienden a banalizar el tema”.
No sería la primera vez que esto sucedería. Marinelli asegura que incluso hubo un antropólogo que se jactaba de no haber visto nunca la Sábana Santa y era el autor de un libro que sostenía que era una estafa.
Las investigaciones sobre el sudario continúan ya que todavía no se ha conseguido demostrar cómo se formó la imagen que hay en la Sábana Santa y que reproduce exactamente las heridas que recibió Jesús en la Pasión.
Descubren un mosaico en el que aparecen los espías bíblicos de Moisés
El hallazgo ha tenido lugar en la antigua sinagoga de la ciudad israelí de Huqoq
Dentro del Libro de los Números, uno de los que componen el Antiguo Testamento, se relata cómo Moisés envió a varios espías, entre los que se encontraba Josué, a explorar Canaán. El objetivo de esta misión era averiguar cuál era la situción de aquella tierra prometida que tantos años y esfuerzo le había costado encontrar al pueblo de Israel. Sobre todo, según se explica en las Escrituras, a Moisés le interesaba saber quién poblaba esa zona y la calidad de la tierra y sus frutos.
Ahora un equipo de arqueólogos, mientras trabajaban en las ruinas de la antigua sinagoga de la ciudad israelí de Huqoq, ha encontrado un mosaico de 1600 años de antigüedad en el que aparecen dos de los enviados de Moises, según informa LiveScience. Los espías están representados portando un racimo de uvas, un episodio que aparece recogido en el Antiguo Testamento.
«Estos mosaicos revolucionan nuestra comprensión del judaísmo en este período», ha expresado en un comunicado Jodi Magness, profesor de arqueología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, quien dirigió la excavación. «A menudo se piensa que el arte judío antiguo carece de imágenes. Pero estos mosaicos, coloridos y llenos de escenas con figuras, dan fe de una rica cultura visual, así como del dinamismo y la diversidad del judaísmo en los períodos tardorromano y bizantino», añadió.
India: crece persecución a cristianos
Nueva Delhi - India (Jueves, 12-07-2018, Gaudium Press) En la India, la violencia contra los cristianos no para; por el contrario, ha aumentado.
En los primeros cinco meses de este año, un nuevo informe de la ONG "Alliance Defending Freedom" (Adf) cuenta que 101 episodios de violencia fueron registrados en los primeros cinco meses de 2018.
Esto quiere decir que, cada mes, "cerca de veinte episodios de violencia contra cristianos, amenazas e intimidaciones o, también, ataques y agresiones contra encuentros pacíficos de cristianos reunidos en oración son perpetrados".
De la misma forma, crecen, cada vez más, los ataques contra mujeres y niños cristianos.
La violencia se esparce
El documento de la Adf también observa que la violencia se esparce: otros cuatro estados indios relataron violencias contra los cristianos, por primera vez en 2018:
Delhi, Goa, Pondicherry y Rajasthan, aumentando a 75% el área territorial del país donde se considera estado de riesgo la práctica libre de la fe.
De acuerdo con Tehmina Arora, investigadora y abogada cristiana, la clasificación de los partidos laicos o religiosos no hace ninguna diferencia cuando se trata de ataques contra los cristianos.
La violencia ocurrió en ocho estados gobernados por las llamadas "fuerzas laicas", al igual que en otros 14 estados gobernados por nacionalistas hindúes del Partido Bharatiya Janata (BJP).
Conferencia Episcopal India
En los cuatro últimos años fueron relatados más de 750 episodios de violencia contra los cristianos, y esto apenas a través del servicio telefónico "Helpline", (línea de apoyo), promovido por otra ONG cristiana.
En los últimos días, la Iglesia en India pidió el apoyo total del Estado para enfrentar las cuestiones todavía pendientes que afectan a los cristianos de Orissa.
El pedido fue hecho por el Secretario General de la Conferencia Episcopal India (CBCI), Theodore Mascarenhas, al primer ministro del estado de Orissa, Naveen Patnaik, en el décimo aniversario de las feroces violencias anti-cristianas de Kandhamal en agosto de 2008. (JSG)
¿Por qué la cruz de Tierra Santa, que los franciscanos ostentan en su escudo, tiene cinco cruces?
Muy probablemente, las cinco cruces representan las cinco llagas de la pasión de Jesús: las heridas en los pies, en las manos y en el costado.
Las primeras cuatro provocadas por los clavos, la última por la lanzada de un soldado romano, como leemos en el evangelio de Juan: “Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua” (19,33-34).
El propio Resucitado presenta sus llagas al apóstol Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe” (Juan 20,27).
La devoción a la pasión del Señor y a las cinco llagas se desarrolló en la Edad Media, en particular gracias a san Francisco de Asís. Los estigmas recibidos por él corresponden a las cinco llagas e indican su plena configuración a Cristo.
Una invocación usada en el Via Crucis, que deriva del Stabat Mater del franciscano Jacopone da Todi, dice así: “Santa Madre, haced que las llagas del Señor queden impresas en mi corazón”.
En la Edad Media había también una Misa votiva de las cinco llagas, que confluyó en la Misa de la Pasión con la reforma litúrgica de san Pío V. La devoción se difundió después con los Pasionistas, a través del rosario y la corona de las cinco llagas.
Es interesante observar que una de las interpretaciones de la llamada cruz de Jerusalén remita a las cinco llagas. Se trata de una cruz griega (con los brazos de la misma longitud) colocada en el centro y rodeada por otras cuatro cruces más pequeñas. Es el escudo de los Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, y también el del Patriarcado de Jerusalén de los latinos.
Las cinco llagas son el signo visible del amor de Jesucristo por nosotros, que llegó hasta dar la vida en la cruz. Como había profetizado Isaías, “por sus llagas hemos sido curados” (53,5).
Una piedra usada durante mucho tiempo para grafitis de turistas ahora se piensa que es un vestigio de las Cruzadas
Unos trabajadores griegos e investigadores israelíes quizás hayan descubierto un antiguo altar en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. Y lleva “oculto a plena vista” durante siglos.
“Apoyada contra un muro en un rincón oscuro [de la Iglesia] del Santo Sepulcro de Jerusalén, la gran roca desnuda invitaba a los turistas y peregrinos que pasaban a garabatear en ella”, decía la revista Smithsonian, señalando que la pieza era conocida entre los turistas como la “piedra de los grafitis”.
El altar habría continuado pasando desapercibido de no ser por las obras de los recientes años para apuntalar el Edículo (también escrito aedicule, en latín), la “iglesia dentro de una iglesia” que protege el lugar del enterramiento de Jesucristo.
Un equipo griego de ingenieros y arquitectos restauró hace poco el Edículo, que durante mucho tiempo ha estado en peligro de desplome. En el transcurso de las obras, el equipo de construcción usó una grúa para levantar un bloque de dos toneladas, conocido como “piedra de los grafitis” debido a la inclinación de los visitantes a dejar su firma en ella, para ponerla en una estructura de acero, girándola en el proceso, pero relegándola a otro rincón oscuro.
Amit Re’em, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, que estaba supervisando la restauración, se percató de unos intrincados círculos grabados en la caliza “con trazos de mármol y de la valorada piedra roja llamada pórfido”. No eran grafitis de turistas. Re’em, especializado en arqueología medieval, se apresuró a una biblioteca de Jerusalén para buscar indicios de otras piedras con decoraciones similares.
Junto con el historiador Ilya Berkovich en la Universidad Ludwig Maximillian de Múnich, Re’em “rastreó el patrón geométrico del diseño de la piedra hasta un estilo popular en la Roma del siglo XII”, según informa la revista. “El uso de cuatro círculos en torno a un círculo central, todo espléndidamente taraceado, era el diseño distintivo de la familia Cosmati, artesanos romanos que trabajaban para el Papa”.
El diseño en la piedra “simbolizaba el poder, tanto temporal como espiritual, que el Papado alcanzó durante el siglo XII”, escribe la historiadora del arte y arquitecta en Nueva York Paloma Pajares-Ayuela en su libro, único en su clase, sobre este estilo. El hecho indica que la piedra habría sido grabada y taraceada cuando los cruzados reconstruyeron la iglesia.
“Creo que esta exquisita pieza de arte podría evidenciar el patronazgo artístico papal en la iglesia”, afirma Re’em. “Es prueba de que el arte cruzado estaba altamente desarrollado” y refleja la influencia directa de Roma en el lejano santuario de Jerusalén. Los artesanos papales quizás habrían estado directamente involucrados en la obra, según insinuó Re’em.
Re’em cree que el altar se usó para la misa hasta un incendio en la iglesia en 1808. Luego, fue enterrado bajo un suelo nuevo. Los arqueólogos griegos en 1969 empezaron a excavar en la nave y debajo del altar principal al este del Edículo. Los resultados de aquella obra nunca se hicieron públicos, pero un sacerdote católico se percató de que el equipo griego encontró entonces restos de la era de las Cruzadas. “Algunos estaban cubiertos, pero otros, incluyendo el panel rectangular examinado por Re’em, fueron extraídos para que los investigadores pudieran acceder a materiales de la anterior etapa bizantina”, recoge la revista Smithsonian.
Si, en efecto, la piedra resulta ser algo que instalaron los cruzados, será un recordatorio para las diversas comunidades que llaman hogar a la iglesia de la a veces triste historia de división que ha marcado el más sagrado lugar de la cristiandad. Los cruzados intentaban reclamar las tierras que habían sido tomadas por los invasores musulmanes, pero también consideraron hereje al clero griego local (el Gran Cisma había ocurrido solo unas décadas antes), por lo que expulsaron a los sacerdotes ortodoxos de la iglesia del Santo Sepulcro. Smithsonian recuerda a los lectores que ortodoxos griegos, católicos romanos, armenios, coptos y sirianos “guardan celosamente sus territorios respectivos dentro del Santo Sepulcro”, según un decreto emitido en 1853 bajo los entonces gobernantes romanos, un documento conocido como Status Quo, que “relegaba a los etíopes al tejado”.
“No son raros los altercados entre el clero de las diferentes sectas y hay registros de derramamientos de sangre ocasionales”, señala la citada revista. Irónicamente quizás, dos familias musulmanas “guardan las llaves de las grandes puertas para garantizar el acceso de todo el mundo”.
Sin embargo, este año, ahora que el Edículo se ha reabierto formalmente, se confía que la restauración ecuménica del proyecto ayude a las Iglesias a ir más allá del status quo del pasado milenio.
Aleteia
San Arsenio el Grande – 19 de julio
«Anacoreta, uno de los “padres del desierto”. Compartió el ideal de los ermitaños que moraban en Scetis. Fue preceptor de los hijos de san Teodosio el Grande, a demanda del papa san Dámaso»
Las fuentes fidedignas que permiten conocer la vida de Arsenio se deben a san Teodoro Studita quien redactó su biografía en el siglo VII. Pudo nacer a mediados del siglo IV en Roma. Pertenecía a una familia que gozaba de grandes prebendas y bienes al formar parte del prestigioso senado.
Su preparación intelectual y el vigor de su fe cristiana atrajo la atención del papa san Dámaso que, además de nombrarle diácono, pensó en él como la persona idónea para asumir la responsabilidad de formar a los hijos del emperador romano san Teodosio el Grande: Arcadio y Honorio. Durante once años desempeñó en Constantinopla esta tutoría que no fue fácil por el carácter de los muchachos, hasta que a finales del siglo IV su vida tomó un rumbo diametralmente opuesto. Había muerto el emperador y la corte no le satisfacía.
Las maquinaciones y la vida disipada que veía a su alrededor de algún modo dejaban su labor de preceptor en mal lugar. Bien pudo pensar que había fracasado en la tarea educativa por cuanto Arcadio y Honorio no habían respondido como cabía esperar. Con su proceder ponían de manifiesto no haber captado el valor de la vida espiritual que quiso transmitirles.
Dejó su cargo de senador al que había sido elevado, y envuelto en un profundo dilema suplicó a Dios que condujera sus pasos hacia Él. «Huye de la compañía de los hombres para salvarte», fue la respuesta. Se dispuso a cumplir a rajatabla esta indicación percibida en su oración. ¿Dónde podía ir? El monacato estaba bien asentado en el desierto, y partió a Egipto para compartir el ideal de los ermitaños que moraban en Scetis.
San Juan «el Enano» fue su preceptor. Lo probó de distintas formasconstatando la autenticidad de su vocación que rubricó con este vaticinio: «Este hombre será un buen fraile». Con toda delicadeza le ayudaron sus hermanos a abandonar hábitos del pasado. Sin ápice de añoranza por las comodidades y lujos que le habían rodeado, los reemplazó gustoso por la ascesis que sabía iba a conducirle a la unión con el Altísimo. Oración, mortificación y penitencia fueron alimentos que llenaros sus días y sus noches. A veces le perseguía su currículum de persona cercana a los altos gobernantes, y entonces aún añoraba más la soledad y el anonimato.
Siempre a la escucha de la voz de Dios para conocer su voluntad, un día se le hizo patente en nueva locución: «Huye al silencio y la paz, que son las raíces de una vida sin pecado». Eligió lugares más apartados y continuó su itinerario espiritual por un desierto interior que iba inundando su espíritu a través de la oración y el ayuno. Dando testimonio de su generosidad y humildad, abrazado al rigor de la regla que acentuaba severamente para sí mismo, fue desprendiéndose de todo. Hasta allí llegaban noticias de los que amó, como a los hijos del desaparecido Teodosio, que habían sucumbido bajo el influjo de ciertas pasiones y malamente podían hacer frente a las consecuencias de sus actos. Esto le llenaba de gran aflicción.
Hubo otros ecos de su pasado que también retumbaron en su elegido exilio. Así, un día supo que había sido nombrado heredero de los bienes de un senador. Pero rompió el documento acreditativo que le mostraron, manifestando: «Yo morí antes que el senador y, por consiguiente, no puedo ser su heredero». Sus discípulos, Alejandro y Zoilo, profundamente edificados por su vida, siguieron la senda de la virtud que aprendieron junto a él.
Arsenio amaba el silencio y velaba para no tener que vulnerarlo. Una de las raras excepciones que hizo con las visitas fue con la de Teófilo, obispo de Alejandría, quien expresamente quiso hablar con él para solicitar su consejo pensando especialmente en el grupo de personas que le acompañaban.
El santo advirtió: «Os mando que, cuando alguien os pregunte dónde vive Arsenio, no se lo digáis, o bien decidles que se eviten la molestia de ir a visitarle y que le dejen en paz». Esa voluntaria reclusión, que llevaba a tal extremo, llamó la atención del abad, y él aclaró: «Dios es testigo de que os amo de todo corazón. Pero, como no puedo estar con Dios y con los hombres al mismo tiempo, prefiero dedicarme a conversar con Dios».
Evagrio del Ponto fue otro de sus ilustres visitantes, y no volvió con las manos vacías porque Arsenio siempre pronunciaba palabras encendidas y juiciosas que instaban a amar a Dios y ponían de relieve su espíritu de penitencia, docilidad y mansedumbre. Se le atribuye esta reflexión: «muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio». Recibió el don de lágrimas, del que muchos fueron testigos.
La invasión de los bárbaros el año 434 le obligó a dejar Scetis y refugiarse en Troe para trasladarse diez años más tarde a Canopo. Desde allí divisaba Alejandría, lo cual suscitaba su emoción. Abandonó esta isla viendo que se acercaba su fin, y volvió a la de Troe. Las lágrimas sellaron sus últimos instantes en la tierra y sus hermanos le preguntaron por la causa: «Padre, ¿por qué lloras? ¿Tienes miedo de morir, como tantos otros?».
La respuesta del santo eremita estaba en consonancia con el sentimiento espiritual que le acompañaba. Explicó que no era tanto el miedo a la muerte como el santo temor que le acompañaba al tener que presentarse ante Dios siendo que se consideraba un pecador. Culminó en paz su fecunda existencia el año 449 o 450 en Menfis.
Los circuitos turísticos y de peregrinaciones no se están viendo afectados por los conflictos políticos en Oriente Medio
Lo entienden como “algo controlado” y de hecho el número de peregrinos que han llegado a Tierra Santa en enero de 2018 se acerca a récords históricos de los últimos años
No solo vuelven con fuerza los grupos de Europa Occidental, sino que en China, Rusia y Europa Oriental se está extendiendo la costumbre de peregrinar a Tierra Santa y se multiplican sus grupos de peregrinos, según recoge la agencia AsiaNews.
“Un boom extraordinario”
El 2018 comenzó con un “boom extraordinario” de peregrinaciones, según el Christian Information Center, que confirma estadísticas del ministerio de Turismo de Israel.
En el mes que acaba de concluir, 770 grupos se dirigieron a Tierra Santa, sumando 26.000 personas en total. Una cifra muy superior a los 529 grupos registrados en enero de 2017, y a los 390 del 2016.
Un “boom” de peregrinaciones que se inició a fines de 2017, como cuenta Sobhy Makhoul, diácono del Patriarcado maronita de Jerusalén. “Desde noviembre y hasta mediados de diciembre hubo muchos peregrinos, tantos, que por primera vez tuvimos que alojar a algunos de ellos en ciudades como Hebrón, situada a casi 30 km al sur de Belén”.
“Los europeos –continúa- están volviendo a la carga, pero no son los únicos. También están en aumento los peregrinos chinos, rusos y los que llegan de Europa del Este. Hay un gran movimiento de parte de las Iglesias ortodoxas, que vienen por centenares. También ha influido de manera positiva el hecho de que Israel haya facilitado la solicitud de visados para los chinos. Por ejemplo, aquellos que ya hayan obtenido un visado europeo, pueden ingresar a Israel sin problemas. Muchos chinos ricos vienen aquí, algunos de ellos son protestantes”.
“En teoría, para el 2018 se prevé que haya una solicitud que exceda las expectativas, siempre esperando que la situación política lo permita, y que no haya focos de tensión”.
También hay peregrinaciones de musulmanes
El diácono subraya que no sólo se registra un aumento de los peregrinos cristianos, sino también de los musulmanes. En particular, es muy numerosa la afluencia de peregrinos provenientes de Indonesia, Malasia y Turquía.
Según Makhoul, las “vacilaciones” de los peregrinos se han aplacado en vista de la tranquilidad brindada por la “controlada” reacción de los palestinosante la decisión del presidente americano Donald Trump de trasladar la embajada americana desde Tel Aviv a Jerusalén.
“Los palestinos quieren protestar de manera pacífica –explica el maronita- todos [los medios] hablan de guerra, pero nadie la quiere. Incluso la población de Israel ya no quiere oír hablar más de guerras, La gente quiere tranquilidad, quiere vivir”.
“[Estas peregrinaciones] son para el bien de la población; no sólo de los cristianos, sino también de los musulmanes y de los judíos”, concluye Makhoul. “Cuando la situación económica es positiva, la gente vive y trabaja. El fundamentalismo y el terrorismo sólo echan raíces allí donde hay pobreza e ignorancia. Esto es algo que el mundo occidental debe entender, comenzando a pensar de manera distinta a la hora de actuar e intervenir en este ‘tercer mundo’ nuestro, ayudando al desarrollo de la gente”.
Fundación Terra Santa
Santas Justa y Rufina, Patronas de Sevilla y de los alfareros
Santas Justa y Rufina son dos hermanas que fueron martirizadas en tiempo del emperador romano Diocleciano por negarse a contribuir en el culto de una imagen de barro que representaba a la diosa pagana Salambona.
Las dos santas nacieron cerca de los años 268 y 270, respectivamente, en Sevilla (España), en el seno de una familia muy modesta pero de firmes costumbres y sólida fe cristiana.
Sus padres fallecieron cuando eran muy niñas, por lo que el Obispo de la ciudad, muy amigo de la familia, las solía visitar para animarlas a perseverar en la virtud y a que emprendieran un oficio que les sirviera para ganarse la vida honradamente.
Las hermanas empezaron a vender recipientes de cerámica, y para hacerse fuertes, solían asistir a misa y oraban durante largo tiempo.
Eran especialmente caritativas con los pobres, con los que eran muy generosas. Sin embargo, la mayor preocupación de ambas fue la conversión de los paganos. Rezaban constantemente por ellos y siempre que tenían ocasión la aprovechaban para anunciar el Evangelio y enseñar las verdades de la fe a los gentiles.
Un día durante las fiestas en honor de Venus, unas mujeres que recorrían las calles de la ciudad con un ídolo de la diosa Salambona en sus hombros, les pidieron a Justa y Rufina una limosna para la festividad y que adoraran al ídolo. Ambas se negaron y rompieron esta imagen, provocando la ira de los idólatras que se lanzaron contra ellas.
Diogeniano, prefecto de Sevilla, las hizo prisioneras, las interrogó y las amenazó con crueles tormentos si persistían en la religión cristiana. Por su parte, las santas se opusieron y afirmaron que ellas solo adoraban a Jesucristo.
"Eso que vos llamáis la diosa Salambona, no era más que un despreciable cacharro de barro cocido; nosotras adoramos al único Dios verdadero que está en los Cielos, y a su Hijo Jesucristo que se hizo hombre y murió por nosotros para salvarnos de nuestros pecados...", dijeron las santas.
Cerca del año 290, luego de muchas torturas Santa Justa partió a la Casa del Padre a causa del debilitamiento, mientras que Santa Rufina fue degollada por orden de Diogeniano.
A ambas santas se les nombró Patronas de Sevilla, y de los gremios de alfareros y cacharreros. Sus restos se veneraron en Sevilla desde el tiempo de su martirio hasta la llegada de los musulmanes en el 711, cuando fueron escondidos para su protección.
El siglo pasado sus restos fueron descubiertos en Alcalá de los Azules en Cádiz. También, bajo la iglesia de la Trinidad en Sevilla, se conservan las cárceles nos las encerraron y fueron torturadas.
Las escenas más usadas por los primeros cristianos en las catacumbas romanas
Roma es una de las ciudades del mundo con mayor densidad de obras de arte por metro cuadrado. Lo sorprendente es que muchas de ellas están bajo tierra, en las catacumbas. El arqueólogo Fabrizio Bisconti es probablemente quien mejor las conoce.
Fabrizio Bisconti Director Arqueológico de las Catacumbas de Roma “Es un arte muy sencillo desde el punto de vista técnico y formal, pero con un contenido muy significativo. Muestra cómo los primeros cristianos representaban la Historia de la Salvación con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, y con otras escenas y símbolos que explican cómo llegar al Cielo”.
En Roma hay entre 50 y 60 catacumbas. Se trata de kilómetros y kilómetros excavados bajo tierra en los que los primeros cristianos enterraban a sus difuntos. Al contrario de lo que suele pensarse, eran sólo cementerios, no lugares en los que esconderse. A lo largo de las catacumbas hay unas mil pinturas con escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
La escena más repetida es la de Moisés golpeando la roca con un bastón, que simboliza la fe en Dios. Le siguen representaciones de la vida de Jonás, que simboliza la resurrección, y por último el milagro de la resurrección de Lázaro.
Sin embargo, en las tumbas de los primeros cristianos no sólo hay representaciones de carácter religioso.
Fabrizio Bisconti Pontificia Comisión de Arqueología Sacra “Aparecen también los oficios, la profesión del difunto. Hay toneleros, carniceros, hortelanos: personas con un trabajo normal, que viven entre los paganos. Como dice Tertuliano, van a los mismos carniceros y a los mismos puertos, pero son cristianos y por eso, dice, tienen algo más que los demás, son espiritualmente más delicados, más inspirados”.
El arqueólogo Fabrizio Bisconti ha clasificado en la obra “Las pinturas de las catacumbas romanas” todas las pinturas de las catacumbas, y ha mostrado cómo los trabajos de restauración les están devolviendo todo su esplendor. Un libro apasionante para conocer cómo vivían y cómo morían los primeros cristianos.