Los túneles del tiempo de Jerusalén nos llevan bajo tierra, a una cantera de piedra caliza, ideal para la construcción de edificios nobles, ubicada a unos 100 metros de la Puerta de Damasco y conocida como la gruta del Rey Sedecías.
GURA BERGER Portavoz - Sociedad de Desarrollo de Jerusalén Este
Esta gruta, esta cantera, es como el seno de Jerusalén: de aquí provienen las piedras con las que se construyó la ciudad en la superficie.
La gruta cubre una superficie de unos 9.000 metros cuadrados y se extiende bajo las viviendas del barrio islámico. Está descrita en un libro escrito por un franciscano del siglo XIV, quien afirmaba haber recorrido un largo tramo de ella, iluminando el camino con grandes velas, y que podía albergar hasta 10.000 personas.
Según la tradición, la actividad en la cueva se remonta a la época del Primer Templo, hasta la época del rey Salomón. Esta datación se basa en la descripción bíblica de la construcción del Templo por parte de Salomón:
Salomón tenía además setenta mil cargadores y ochenta mil canteros en la montaña. […] El rey mandó sacar piedras grandes y costosas para los cimientos del templo, y piedras labradas. Por esta razón, la gruta también se conoce como la Gruta de Salomón.
El análisis de las piedras que componen el Muro Occidental ha revelado que son geológicamente idénticas a las rocas de la Gruta de Sedecías. Sin embargo, no tenemos evidencia arqueológica que vincule definitivamente la actividad de la cantera con mil años antes, en la época del rey Salomón.
Numerosas tradiciones están vinculadas a la cueva, la más famosa de las cuales se refiere a la huida de Sedecías, rey del reino de Judá, de los babilonios durante la destrucción del Primer Templo. De esta tradición proviene el nombre de la gruta.
GURA BERGER Portavoz - Sociedad de Desarrollo de Jerusalén Este
Sedecías fue el último rey del reino de Judá de la dinastía de David y, según la tradición, huyó con su familia y todas sus riquezas de la Ciudad de David —ubicada a un kilómetro de aquí, en esta dirección— bajo tierra, sin que nadie sepa cómo, para reaparecer en Jericó.
Este suceso se relata en el capítulo 52 del Libro de Jeremías, donde el profeta advierte al rey que no se rebele contra los babilonios. Dice:
Entonces hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta situada entre las dos murallas, por el camino de los jardines reales. Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá. Allí el rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedequías ante sus ojos. En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia, donde estuvo preso hasta que murió.
En el interior de la gruta hay una fuente, documentada desde hace al menos mil años, conocida como el Manantial de las Lágrimas de Sedequías. Según la tradición, las lágrimas del rey aún fluyen allí, señal de su dolor por la destrucción de Jerusalén. Otra historia también tiene como escenario esta gruta.
Si el rey Sedequías huyó de este lugar, es posible que el Arca de la Alianza también se encuentre aquí.
Fr. EUGENIO ALLIATA, ofm Arqueólogo - Studium Biblicum Franciscanum, comenta que en realidad, los arqueólogos no pueden afirmarlo con certeza, pero según los textos sagrados existen diferentes versiones sobre la ubicación final del Arca de la Alianza.
En 1873, se descubrió en la pared de la gruta un grabado que representaba una criatura alada, similar a los dos querubines colocados en la tapa del Arca de la Alianza. Según los investigadores, el autor podría haber sido alguien que regresó del cautiverio babilónico, que vio grabados similares allí, o alguien que los observó en el Templo e intentó crear un símbolo de protección para este lugar. Se descubrió un túnel bajo el pavimento con características distintivas de la era cristiana.
Los muros están construidos en un estilo que recuerda mucho al de los caballeros cruzados. Aquí hay un secreto que aún no se ha revelado, y espero que en los próximos años se reanuden las excavaciones, lo que nos permitirá descubrir el otro misterio que esconde esta gruta, ya rica en secretos, historias y tradiciones.
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