El trébol, San Patricio e Irlanda

Patricio empleó unas técnicas muy especiales que le produjeron grandes éxitos en la evangelización. La primera fue: ganarse la simpatía de los jefes. La isla estaba habitada por diversas tribus. Y al jefe de cada tribu se esmeró nuestro santo por ganárselo.

 

Si el jefe se convertía a nuestra religión, se convertían también muchos de sus súbditos. Si no se convertía pero aceptaba ser amigo, ya se había ganado un gran terreno con eso, y por lo general sus hijas u otros familiares se convertían y ya quedaba el campo abierto para seguir evangelizando.

La hoja de trébol símbolo de Irlanda

Otra de sus técnicas para evangelizar era emplear un lenguaje muy sencillo y un modo de hablar muy proporcionado a las gentes que lo escuchaban. Así por ejemplo, al hablarles de la Santísima Trinidad les presentaba la hoja del trébol, y les decía que así como esas tres hojitas forman una sola verdadera hoja, así las tres divinas personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, forman un solo Dios verdadero.

El pueblo, lo que desea es entender, y al misionero Patricio todos le entendían. Por eso lo escuchaban con gusto.

 

trebol irlanda

 

Recorrió la isla durante treinta años enseñando religión, consagrando obispos y sacerdotes y fundando monasterios. Y tuvo la feliz idea de que el obispo de cada región fuera al mismo tiempo el Abad o superior del monasterio más importante de aquel sitio. Así cada obispo era un fervoroso religioso y tenía la ayuda de sus monjes para enseñar la religión al pueblo. Las vocaciones que consiguió para el sacerdocio y la vida religiosa fueron muchísimas.

Sus temas favoritos y preferidos al predicar eran las cualidades que Dios tiene (poder, sabiduría, bondad, misericordia, justicia, santidad, etc.) La redención que obró Jesucristo y sus consecuencias. La necesidad que tenemos de convertirnos y de hacer penitencia por nuestros pecados, y lo muy importante que es llenar nuestro día de pequeñas oraciones. Recomendaba muchísimo la señal de la cruz.

Logró reformar las leyes civiles de Irlanda, dejándoles todo lo bueno que tenían (que era mucho) pero añadiéndoles los principios cristianos, en vez de las enseñanzas paganas que antes las afeaban. Así consiguió que en el país toda la legislación fuera hecha de acuerdo con los principios católicos, lo cual ha contribuido a que esa nación se haya conservado firme en la fe por más de 15 siglos, a pesar de las tantas persecuciones.

Dicen sus biógrafos que Patricio era un hombre muy sencillo, con un gran espíritu de humildad. Un trabajador incansable y en su esfuerzo por extender la religión dicen que solamente se le puede comparar con los doce apóstoles o con los profetas del Antiguo Testamento. Cuando no estaba dedicado a predicar o a enseñar catecismo o a visitar enfermos, se dedicaba a la oración y a la meditación.

Su modo de tratar a la gente era extraordinariamente amable y bondadoso, y tenía una capacidad excepcional para perdonar a los que lo ofendían. Pero con los enemigos de la religión sí era fuerte e inexorable, y no les permitía difundir sus errores por los sitios donde el predicaba. Dicen que esa fortaleza para no permitir a los enemigos del catolicismo que propagaran por allí sus herejías, ha sido una de las razones para que Irlanda se haya conservado tan católica.

San Patricio murió el 17 de Marzo del año 461. Que el nos obtenga de Dios la gracia de ser buenos católicos hasta el último momento de nuestra existencia en la tierra.

Las imágenes de San Patricio lo retratan con una cruz en una mano y un trébol en la otra. Por esta razón El trébol es hoy el símbolo de la fiesta de San Patricio, que cae el 17 de marzo, día de su muerte acaecida en el año 461 en Saúl. Sus restos fueron trasladados y sepultados en la Catedral de Down, que desde entonces se denomina Down Patrick.

 

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San Patricio, Obispo de Irlanda - 17 marzo