El periódico italiano “Avvenire” tituló hoy su primera plana con las siguentes palabras: “Las catacumbas de Aleppo”. Y con mucha razón.
Dedicó, además, varias páginas al estado de abandono en el que vive la ciudad mártir de Siria, en la que los ciudadanos se ven obligados a vivir bajo tierra por temor a los bombardeos que están acabando de destruir lo que quedaba. Es necesario que aumente el número de los que no quieren aceptar que toda una población se vea abandonada a su suerte. Lo afirmó la Comunidad de Sant’Egidio en un comunicado.
«Porque estamos frente a una guerra devastadora, que dura desde hace ta tres años, frente a la cual la palabra más adecuada es “vergüenza”. La de la comunidad internacional que no ha logrado hasta el momento hacer lo posible para detener la masacre en la ciudad siria, símbolo de milenaria convivencia entre religiones y culturas diferentes», declaró el ente fundado por Andrea Riccardi y guiado en la actualidad por Marco Impagliazzo. «Pero también –añade– la vergüenza de una opinión pública europea y occidental demasiado distraída como para poder preocuparse por miles de muertos y miles de desplazados. Los datos de Amnistía Internacional sobre los civiles muertos bajo las bombas dan miedo y recuerdan que en la mira del terror están las iglesias, las mezquitas, los mercados, los hospitales y las escuelas, es decir lo slugares que representan la vida de una viudad».
La Comunidad de Sant’Egidio invitó a retomar el llamado “Save Aleppo”, que lanzó hace un año Andrea Riccardi «con miles de adhesiones a favor de un canal humanitario para socorrer a la población y abrir espacios para la paz: que sea la base para una intervención urgente de la comunidad internacional. No hacer nada o esperar demasiado antes de actuar equivale a dejar morir de abandono Aleppo».
Se trata de una propuesta que recibió hace una semana el apoyo de los mayores representantes de las Iglesias orientales, durante el primer encuentro inter-cristiano sobre «Crisitanos en el Medio Oriente: ¿cuál futuro?», promovido por la Comunidad de Sant’Egidio y la arquidiócesis de Bari.
Una conferencia internacional que contó con la participación de representantes de los gobiernos europeos, como el ministro del Exterior italiano, Paolo Gentiloni, el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Richard Gallagher y, como representante de la Conferencia Episcopal Itlaiana, el Secretario Nuncio Galantino, que recordó la urgencia de no rendirse frente a esta masacre que no cesa.
«No abandonemos Aleppo», es el llamado de la Comunidad de Sant’Egidio, «hagamos lo posible para denunciar el drama de esta ciudad vecina, proque se encuentra en la otra orilla del Mediterráneo, ¡volvamos a dar esperanza a su población!».