“El que ofrecía el sacrificio debía llevar por su mano la víctima al altar del Atrio, imponerle las manos sobre la cabeza en señal del entrega a Dios y de sustitución, confesar sus pecados e inmolarla también por su mano junto al lado oriental del altar.Un sacerdote, ayudado a veces por los levitas, recogía la sangre en una copa y rociaba después con ella, según la clase e importancia del sacrificio, el altar de los holocaustos o del incienso, el velo que cubría el Sancta Sanctorum o el Arca de la Alianza. Con esto se hacía entrega a Dios de la vida del animal y de la del oferente, a quien la víctima sustituía.Por fin, partido el animal en pedazos, se quemaban todos o parte de ellos en el altar, juntamente con las ofrendas, mientras los sacerdotes intercedían por el oferente” .
“En el Santo sacrificio de la Misa tenemos un sacrificio perpetuo. Este solo sacrificio es suma y recapitulación del las virtudes de todos los sacrificios: es la más sublime alabanza, perfectísima acción de gracias, ferventísima súplica y eficacísima reconciliación.En el rito de este sacrificio se pone también de manifiesto la semejanza de los sacrificios de la Antigua Alianza con el de la Nueva, y la superioridad de éste sobre aquellos” . (Schuster, Ignacio – Holzmmer, Juan B. "Historia bíblica", tomo primero (Antiguo Testamento), Editorial Litúrgica Española, Barcelona, p. 281).
La Última Cena, fue la celebración de la pascua judía, un "séder", una solemne comida sacrificial llevada a cabo de acuerdo con los antiguos ritos judíos por nuestro Señor y sus apóstoles. Aquí queremos reconstruir los acontecimientos de esa solemne comida, según se narra en el Evangelio y de la que los eruditos nos dicen de la pascua en el tiempo de Cristo.
Realmente la Última Cena fue la "última", en parte porque fue la celebración final de los ritos pascuales de la nueva ley, la Pascua Cristiana.
La última Cena es el momento decisivo cuando los símbolos y profecías de antaño del Antiguo Testamento son reemplazados para siempre por los hechos y cumplimiento del Nuevo Testamento. Los evangelistas omitieron a la hora de narrar esa Cena muchos detalles que daban como conocidos por sus lectores judíos.
¿Por qué nuestro Señor toma el cáliz dos veces en la narración de San Lucas en la Última Cena? (Lc. 22: 17-20). Por qué San Pablo habla de la "Copa de bendición" (1Cor 10,16). Por qué se dijo un salmo antes de que los Apóstoles dejaran el Cenáculo? (Mt. 26: 30).
Estas y otras frases cobran nuevo significado a la luz de los antecedentes judaicos. La Cena Pascual también nos ayudará a entender y a profundizar en las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y la Pascua, empapadas como están de figuras y alusiones al Antiguo Testamento.
"Esta es la solemnidad pascual en la cual el verdadero Cordero, fue sacrificado..." "Oh noche bendita que desposeyó a los egipcios y enriqueció a los hebreos...". Al mismo tiempo comprendiendo más claramente el contexto en el cual Cristo escogió instituir la Santa Eucaristía, se enriquecerá nuestra participación en la Misa.
La Comida Pascual es una especie de preparación de la Misa que enfoca nuestra atención en el corazón del misterio pascual, el Cordero que fue sacrificado y nos redimió de la esclavitud con su sangre.
Y así nos prepara para entrar más de lleno en cada Misa, porque la Vigilia Pascual no fue únicamente el fin del viejo rito, sino el principio del nuevo. San Atanasio dice: "Cuando nos reunimos y comemos la carne de nuestro Señor y bebemos su sangre, celebramos la Pascua".
La ceremonia de la Cena Pascual nos permite representar los eventos de la vigilia pascual como un drama-oración, para prepararnos para la verdadera representación de la vigilia pascual en la Santa Misa. Pero, ¿por qué Cristo usó la Cena Pascual para instituir la Eucaristía?
Es importante que pensemos que esto representa la elección deliberada y completamente considerada de Cristo. Él envía a sus discípulos a preparar el Cenáculo. Él se preocupa acerca del tiempo y el lugar exacto y arregla todo cuidadosamente de antemano, diciéndole:
Ardientemente deseaba comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que no la comeremos hasta que sea cumplida en el Reino de Dios (Lc. 22: 15-16).
La historia del Éxodo de Egipto que la Iglesia lee en preparación a los misterios pascuales, es la más grande parábola de nuestra Redención en el Antiguo Testamento.
Cada detalle es significativo. Y, dentro de todos los acontecimientos de la Antigua Ley, el más significativo de todos es la sangre del cordero sacrificado salpicada en las puertas de los hijos de Israel para que el ángel vengador, que vino a matar al primogénito en toda casa de Egipto, "pasa de largo" las casas de los hebreos.
La sangre del cordero profetiza el verdadero cordero cuya sangre liberó al mundo de la esclavitud del pecado.
Dios ordenó que esta primera Pascua fuera conmemorada solemnemente en una festividad anual; la gente debía sacrificar un cordero y participar de su comida con pan ázimo y lechuga silvestre (un recuerdo de la huida apresurada de Egipto, cuando no hubo tiempo de llevar consigo pan con levadura), en agradecimiento por la libertad que fue un regalo de Dios.
La fiesta de la Pascua anual llegó a ser un acontecimiento de primera importancia en la religión de Israel.
Gradualmente el ritual llegó a ser más elaborado; gradualmente también la Pascua llegó a ser no únicamente una memoria del agradecimiento a Dios por la bondad de Israel en el pasado, sino como una profecía del futuro; justamente como Dios había una vez conducido al pueblo escogido, lejos de la esclavitud, para que un día los guiara al nuevo éxodo, a la era futura del Mesías.
En el tiempo de nuestro Señor, la comida pascual ya no se comía de pie y apresuradamente, sino reclinados alrededor de la mesa de fiesta.
En gran contraste a esa noche de huida, 1,500 años antes, la atmósfera era de amor y alegría espiritual. Pero el corazón verdadero de la celebración permanecía el mismo a través de los siglos: sacrificio y banquete sacrificial, celebrado en acción de gracias.
Ahora podemos empezar a ver por qué Cristo escogió este momento para su sacrificio. Esta fiesta familiar del pueblo escogido, celebrada por el pueblo como un todo y con un corazón, existía para que pudiera ser transformada en la gran fiesta de la comunidad cristiana, demostrando caridad, uniendo más íntimamente en un solo cuerpo aquellos alimentados por el único Pan divino.
La primera pascua fue conmemorada en una Comida Pascual; la segunda Pascua, el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, fue realizada en la Santa Misa, la Comida Pascual del Nuevo Testamento.
En el marco de la Pascua el significado del sacrificio se aclara: "Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros" (Lc 22,19) para que vosotros podáis "pasar de largo" de la muerte en el pecado a la vida de Dios. En este contexto se aclara también que el nuevo sacrificio tendrá también su banquete sacrificial:
"En verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros". (Jn 6,54).
En la última Cena, Cristo con toda humildad y reverencia guardó la Pascua con sus discípulos, observando en detalle su ritual. Pero cuando la Cena iba a concluir, Él reemplazó el antiguo rito con el nuevo. Él tomó el pan, lo bendijo y partió y lo que les dio a sus discípulos ya no era simplemente el pan sin levadura de la Pascua.
Él tomó el cáliz lo bendijo y lo que les dio ya no era únicamente el ofrecimiento de la Pascua, sino él misterio del Nuevo Pacto que se acababa de establecer. El momento supremo, anticipado en la conmemoración de la Pascua a través de los siglos, había llegado. La redención del hombre iba a realizarse.
Se sostiene generalmente que nuestro Señor celebró la Pascua con sus discípulos el jueves en la noche, anticipando en un día la Pascua legal de los discípulos. El Viernes Santo, a la hora precisa en que los corderos pascuales eran sacrificados en el Templo, símbolo elocuente del cumplimiento de las profecías el Cordero de Dios consumaba su sacrificio en la Cruz.
El Viejo Pacto entre Dios y el pueblo escogido había sido sellado por la sangre de muchas víctimas. El Nuevo Pacto estaba ahora sellado por la sangre de la única víctima perfecta.
El cordero figurado era reemplazado por le Cordero verdadero. El sacrificio ahora había sido hecho perfecto. Este mismo sacrificio profetizado en la Pascua judía, cumplido en el Calvario, es renovado en cada Misa. Tan a menudo como nosotros los cristianos, el pueblo escogido del Nuevo Testamento, comamos el pan y bebamos el vino, celebramos el misterio pascual.
Como dice San Juan Crisóstomo, en cada Misa "es Cristo, quien aquí y ahora celebra la Pascua con sus discípulos. Y la mesa del altar es nada menos que la mesa de la Última Cena".
Esta representación de la Comida Pascual es, entonces una preparación para el misterio pascual, como es renovada en cada Misa, y más especialmente como es celebrado el Jueves Santo y durante toda la Semana Santa...ahora que las ceremonias litúrgicas del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo han sido restauradas a las horas de la noche, la dramatización puede hacerse apropiadamente a cualquier hora antes de la Misa del Jueves , y quizá mejor la noche del Miércoles Santo.
"Celebración de la Cena Pascual", de Mons. Mario De Gasperín
https://www.primeroscristianos.com/eucaristia-iglesia-primitiva/
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La teleserie The Chosen (Los Elegidos) lleva ya años asombrando por su financiación de crowfunding y su éxito de público, pero desde este Jueves Santo será mucho más accesible al público español al poder visionarse desde Movistar Plus+.
La serie nos muestra cómo Jesús va llamando a sus apóstoles, y las vidas, heridas e ilusiones que cada uno de estos trae consigo. Ha sido traducida a 56 idiomas, lleva más de 500 millones de visionados en 142 países distintos y es la primera adaptación cinematográfica en varias temporadas sobre la vida de Jesús. Su objetivo es ambicioso: alcanzar las 7 temporadas con un total de 50 episodios.
Para evitar la dictadura de las grandes corporaciones del cine, el equipo de esta teleserie se financia directamente con pequeños donativos y ha logrado el mayor crowdfunding en la historia audiovisual: 19.000 personas donaron 11 millones de dólares para la primera temporada, y para la segunda y tercera temporada, se han recaudado más de 40 millones de dólares.
En España ha debutado en la plataforma acontra+, donde se convirtió en el contenido más demandado por sus abonados.
A partir de este Jueves Santo, en Movistar Plus+ se podrán ver las dos primeras temporadas. También estarán disponibles los capítulos especiales "El pastor", sobre la primera Navidad que inspiró posteriormente a la producción de la serie, y "Los mensajeros".
Además de en Movistar Plus+ y en acontra+, la serie, que tuvo un estreno selectivo en cines de España, está disponible en DVD y Blu-ray.
Entre sus logros figura el haberse situado como la segunda serie más popular de todos los tiempos según el ranking del sitio especializado IMDB, solo por detrás de "Breaking Bad".
La tercera temporada se estrenó el pasado mes de noviembre en cines de Estados Unidos certificando una vez más su éxito, alcanzando la tercera posición del Box Officeen su primer fin de semana. Ese estreno batió un récord en películas de fe: más de 8 millones de dólares recaudados en un sólo día.
La historia está protagonizada por Jonathan Roumie en el papel de Jesús, un católico que a menudo habla de su fe y relación con Dios. Le acompañan Shahar Isaac, Elizabeth Tabish, Paras Patel, Erick Avari, Yasmine Al-Bustami, Noah James, Amber Shana Williams y Vanessa Benavente, entre otros.
Fiel al espíritu bíblico, valiente en su apuesta musical y tratamiento del humor que humaniza a los personajes, esta producción ha enganchado al público. Ha recibido premios como el de Actuación más inspiradora en televisión en los MovieGuide Awards para Jonathan Roumie, o el premio Film & TV Impact en los K-Love Fan Awards.
En España, se ha hecho con el premio a la Mejor serie sobre el hecho religioso de los XXVII Premios Alfa y Omega de este mismo año, así como con el Premio BRAVO de la Conferencia Episcopal Española.
FUENTE: www.religionenlibertad.com
Hija del tribuno romano Quirino, fue bautizada, cuenta la tradición, por el Papa Alejando I junto con su padre convertido al cristianismo. Arrestada con su padre por orden del emperador Adrián, fue decapitada después de largas torturas alrededor del 130 y sepultada en la vía Apia.
En el Martirologio Romano anterior a la última reforma se leía: «En Roma, Santa Balbina, virgen, hija de san Quirino, mártir, que fue bautizada por el papa Alejandro y escogió a Cristo como su esposo en santa virginidad; después de terminar su curso en este mundo, fue sepultada en la Vía Apia, cerca de su padre.»
Este relato, el tradicional de la santa, desgraciadamente depende de la inserción completamente gratuita del martirologista Adón, quien tomó ciertos detalles de las «Actas del papa Alejandro», que Beda prudentemente pasó por alto, y usó los nombres de Quirino, Teodora y Balbina para llenar tres nombres dejados en blanco en el mes de marzo. Las así llamadas «Actas de Balbina» son meramente un tardío plagio de las actas de Alejandro.
Todo lo que sabemos es que a mitad del camino entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, hubo un monasterio de Balbina, probablemente llamado así, porque fue construido en las propiedades de una dama cristiana, llamada Balbina. Por otra parte, parece que hubo una Balbina, llamada hija de Quirino, pero no puede haber sido la misma, ya que la primera vivió en época muy anterior y fue sepultada en la catacumba de Pretéxtato.
Balbina fue honrada en una pequeña iglesia del siglo IV, en el Aventino, que llevó su nombre, pero es difícil determinar de cuál Balbina se trataba. La fecha que le asigna el Martirologio (anterior al 595) proviene de que esa pequeña iglesia es el único dato cierto que tenemos.
La fabulosa historia de Santa Balbina está publicada en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, pero está sacada de las Actas de Alejandro, en una versión en la que Balbina es presentada como mártir. Ver también Dom Quentin, Les martyrologes historiques, especialmente pp. 113 y 490; Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. II, pp. 137-157; y J. P. Kirsch, Die Römischen Titelkirchen im Altertum, pp. 94-96.
https://www.primeroscristianos.com/san-quirino-25-marzo/
GIULIA SPADANUDA Estudiante de doctorado en Topografía Cristiana (PIAC)
Estoy sacando a la luz esta zona que debería pertenecer al monasterio del siglo VI, para luego poder documentarlo con un dron y ver mejor los límites de todos los entornos desde arriba.
El 15 de marzo, los arqueólogos del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC) iniciaron una misión plurianual de rehabilitación e investigación en el yacimiento arqueológico del Campo de los pastores, en Beit Sahour. Aquí, según la tradición, los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús a los pastores. El lugar pertenece a la Custodia de Tierra Santa, con la que PIAC ha firmado un convenio:
Mons. CARLO DELL’OSSO Secretario Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC)
Nuestro mayor deseo es hacerlo utilizable y al mismo tiempo volver sobre la importancia de este sitio desde un punto de vista histórico y religioso.
Fr. FRANCESCO PATTON Custodio de Tierra Santa
Los trabajos arqueológicos ayudan a mantener viva esta tradición típica de la Custodia de Tierra Santa y son también una vía para que los fieles locales recuperen su propia historia y una tradición muy importante, muy significativa y muy larga.
El proyecto nació casi de manera fortuita, pero sin duda providencial:
Fr. SIMONE SCHIAVONE ofm conv. Estudiante de doctorado en Arqueología Arquitectónica (PIAC)
Estuve en Tierra Santa por primera vez entre 2017 y 2018 y el primer lugar que visité fue el Campo de los Pastores. Teniendo al Padre custodio a mi lado, me mostró el yacimiento arqueológico y me dijo: 'Mira lo que puedes hacer'. Hace dos años, el rector de nuestro instituto me pidió que buscara un yacimiento en el Medio Oriente. Me vinieron a la mente las palabras del Padre Custodio. Todo este proyecto nació de ahí.
Después de un año "preparatorio" de limpieza del lugar, mapeo y estudio de los datos adquiridos, la campaña de excavación real comenzará en 2024 en las áreas ya conocidas y posiblemente en otras cercanas. Actualmente son visibles algunos restos de la zona litúrgica y la zona industrial.
Fr. SIMONE SCHIAVONE ofm conv. Estudiante de doctorado en Arqueología Arquitectónica (PIAC)
Estamos en el ábside de lo que debió ser la capilla del monasterio. El padre Corbo identificó dos fases: un primer ábside del siglo IV y otro posterior del siglo VI. Hemos sacado a la luz los muros de la primera capilla del monasterio, la del siglo IV y esto ya nos ha permitido identificar la técnica constructiva de esa época.
GABRIELE CASTIGLIA Ayudante de Cátedra de Topografía Cristiana (PIAC)
Estamos en un punto dedicado a la vida diaria del monasterio. Arriba tenemos toda la parte relacionada con la producción de vino y aceite, mientras que en esta zona probablemente —según la interpretación del padre Corbo, que excavó aquí en la década de 1950— había animales, ganado, todo ello ligado a la vida cotidiana del monasterio.
La voluntad es que el proyecto tenga un impacto positivo en el territorio, tanto en términos de valorización del propio lugar como desde el punto de vista social, con la implicación de instituciones y profesionales locales.
Mons. CARLO DELL’OSSO Secretario Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC)
El interés del PIAC en este lugar tiene que ver con nuestra misión: La recuperación de yacimientos arqueológicos, lugares importantes desde el punto de vista histórico y arquitectónico, son parte de esa recuperación de la Creación que quiere el Santo Padre.
https://www.cmc-terrasanta.com/es
La Santa Misa fue celebrada por Fr. Alberto Pari, secretario de Tierra Santa y concelebrada por los frailes de la Custodia.
El Santuario de Dominus Flevit fue construido por el arquitecto Antonio Barluzzi entre 1953 y 1955 en el lugar que recuerda el episodio evangélico en el que Jesús lloró sobre Jerusalén. Y del "llanto de un Dios que se hizo carne" habló en su homilía Fr. Alessandro Coniglio, profesor del Studium Biblicum Franciscanum.
Fr. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Profesor Studium Biblicum Franciscanum - Jerusalén El Dios que llora por nosotros es el Dios de Jesucristo, que se hace hombre y comparte plenamente nuestra propia condición humana, porque está tan implicado en la historia humana que no puede ser plenamente cada uno de nosotros. No mira impasible la condición miserable del hombre pecador, sino que e
ntra en la historia porque tiene esta preocupación por el bien del hombre, al que está ligado con un pacto de alianza eterna.
Incluso hoy, ante la historia del hombre inmerso en diversas situaciones de pecado, Dios quiere llamar a sus hijos a volver a él a través de su llanto.
Fr. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Profesor Studium Biblicum Franciscanum - Jerusalén Dios llora por nuestro pecado. Pero nuestro pecado toma mil formas diferentes. En particular podemos pensar en los pecados sociales, pensamos en la guerra, en las diversas guerras del mundo, pensamos en el asesinato, en el aborto, pensamos en las ofensas contra la vida humana en general, en la eutanasia y en los ataques a la familia.
Pensemos en todas las condiciones en las que personalmente como pecadores, nosotros individualmente —y luego también como sociedad— nos hemos dejado arrastrar al pecado, en lugar de volvernos hacia Dios que llora precisamente porque está ofendido por este pecado nuestro. Porque quiere llamarnos a sí mismo a través de sus lágrimas. Jesús también lloró por su amigo Lázaro
Un camino de Cuaresma que llevará cada miércoles a franciscanos, peregrinos y cristianos locales a hacer una parada en los Lugares de la Pasión: desde Getsemaní hasta los Santuarios de la Flagelación.
https://www.primeroscristianos.com/dominus-flevit-jerusalen/
A diferencia de Navidad o Año Nuevo, la fecha de celebración de Semana Santa cambia todos los años. Es una de las celebraciones más importantes para los católicos porque se conmemora la Muerte y la Resurrección de Jesús.
Durante los primeros tres siglos, la Semana Santa fue una de las pocas celebraciones de los cristianos. En sus orígenes la llamaban “La gran semana”. Actualmente comienza el Domingo de Ramos y culmina el Domingo de Pascua.
Sin embargo, todos los años surge la pregunta de cuándo será, ¿en marzo o en abril?. La Pascua cristiana se celebra el domingo pero depende del calendario lunar y su origen está asociado a la Pascua Judía.
Para los judíos, la Pascua o Pésaj, es una celebración que recuerda la libertad del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, plasmada en el libro del Éxodo, en el Antiguo Testamento de la Biblia. Se suele conmemorar cada año el día 15 del mes hebreo de Nisán, un período que arranca con la primera luna llena de primavera en el Hemisferio Norte.
Según el Antiguo Testamento, durante el Pésaj, Jesús tuvo el encuentro con sus discípulos en la Última Cena. Debido a que la Semana Santa debe coincidir con la fase de luna llena, esta celebración religiosa varía cada año.
La Pascua Cristiana se celebra tres días después del día en que, según las escrituras Jesús fue crucificado. Con las variaciones del calendario lunar, la Pascua Cristiana tiene lugar siempre entre el 22 de marzo y el 25 de abril, celebrándose el conocido como Domingo de Resurrección el domingo siguiente a la luna llena siguiente al equinoccio de primavera en el hemisferio norte.
+ info -
https://www.primeroscristianos.com/los-origenes-de-la-semana-santa-1/
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Es la fiesta de la Encarnación: el Hijo eterno del Padre entra en la historia; se hace hombre en la carne de María, una muchacha humilde del pueblo de Israel. Desde entonces, «la historia no es una simple sucesión de siglos, años, días, sino que es el tiempo de una presencia que le da pleno significado y la abre a una sólida esperanza».
Es probable que ya en el siglo IV se celebrara esta fiesta en Palestina, pues en aquellas fechas se levantó una basílica en Nazareth, en el lugar donde la tradición emplazaba la casa de María. Esta impronta mariana se advierte en el nombre que la conmemoración también ha recibido: “Anunciación de la Virgen María”.
Muy pronto, durante el siglo V, la fiesta se difundirá por el Oriente cristiano, para después transmitirse al Occidente. En la segunda mitad del siglo VII ya hay testimonios de su celebración el 25 de marzo en la Iglesia romana bajo la advocación de Annuntiatio Domini.
La datación de la fiesta parte de una antigua tradición que emplazaba la creación del mundo en el día preciso del equinoccio de primavera (que al inicio de la era cristiana correspondía al 25 de marzo del calendario juliano).
De acuerdo con la idea de que la perfección implica el cumplimiento de ciclos completos, los primeros cristianos consideraron que la encarnación de Cristo (comienzo de la nueva creación), su muerte en la cruz, y su venida definitiva al final de los tiempos, se debían situar en esa misma fecha, que de este modo aparece cargada de sentido.
Además, el lugar preciso de la Navidad en el calendario –nueve meses después de la Anunciación–, parece tener su origen en esta primitiva datación.
Los textos de la Misa y de la Liturgia de las Horas de esta solemnidad se centran en la contemplación del Verbo hecho carne. El salmo 39 [40], evocado en la antífona de entrada, en el salmo responsorial y en la segunda lectura, es el hilo conductor de toda la celebración: «aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad»
Jesús se encarna en obediencia al querer de su Padre; y, como Jesús, así su Madre. María se turba, pero no pone objeciones: no duda de la palabra del ángel. Movida por la fe, dice “sí” a la voluntad de Dios.
«María se muestra santamente transformada, en su corazón purísimo, ante la humildad de Dios (...). La humildad de la Virgen es consecuencia de ese abismo insondable de gracia, que se opera con la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima en las entrañas de su Madre siempre Inmaculada»
https://www.primeroscristianos.com/anunciacion-virgen-25-marzo/
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RINA AVNER (Investigadora de Arqueología - Autoridad de Arqueología de Israel)
Esta es la iglesia de Katisma, y antes de las excavaciones la conocíamos solo por algunas fuentes históricas y por el Evangelio apócrifo de Santiago. Santiago relata que María y José se dirigían a Belén y el nacimiento de Jesús era inminente.
Ya cerca de Belén, María, cansada del viaje, se habría apeado del burro para descansar y sentarse en una roca. Se cuenta una visión, en la que María vio dos pueblos, uno que reía y el otro que lloraba. Los cristianos han visto en el pueblo que llora al pueblo judío, y en el pueblo que ríe al pueblo que cree en Cristo. El nombre de la iglesia es de origen griego y significa asiento.
RINA AVNER
Tenemos los testimonios de tres peregrinos del siglo VI. Uno de ellos nos dice que un tal Rubico vino aquí y tomó un fragmento de la roca sobre la que estaba sentada María, para usarla como altar en una iglesia que había construido en Constantinopla.
El peregrino Teodosio añade en su testimonio que el carro con la piedra, tirado por bueyes, se detuvo milagrosamente, y unos monjes de la Iglesia del Santo Sepulcro tomaron la piedra y la utilizaron como altar para la comunión.
RINA AVNER
Otro peregrino del siglo VI llegó aquí y narra que vio a los peregrinos traer agua de este lugar con ellos para buscar bendiciones y curaciones. La investigadora Rina Avner, que ha supervisado las excavaciones en el yacimiento, agrega que Kathisma es la iglesia más grande de su tipo descubierta en Israel, de hecho, es la iglesia más antigua del mundo dedicada al culto de María.
RINA AVNER
Sabemos que aún antes de que se estableciera el 15 de agosto como fiesta de la Asunción de María al Cielo, esta fecha se celebraba aquí en la Iglesia de Katisma como fiesta conmemorativa del reposo de la Virgen en este lugar. La iglesia tenía forma octogonal; en el centro estaba la roca venerada, y el pavimento estaba decorado con preciosos mármoles y mosaicos.
El espacio exterior estaba dividido en capillas. En tiempos de los omeyas, los musulmanes ocuparon el lugar y tomaron la parte sur de la iglesia y construyeron allí un mihrab. Expresaron su fe en María a través de un mosaico que representa un árbol que pasa junto a dos pequeñas palmeras.
RINA AVNER
El musulmán que hizo la pintura vio la palmera mencionada en la narración coránica que ayudó a María, y dado que los musulmanes tienen prohibido hacer dibujos de personas en los lugares de culto, reemplazó la imagen de María dibujando un árbol pequeño.
Las huellas de la iglesia de Katisma permanecen descuidadas y en silencio, pero dan testimonio de una vida fuertemente animada por el culto a María.
RINA AVNER
Seguimos siendo optimistas sobre la colaboración con el patriarcado greco-ortodoxo propietario de esta tierra, y espero, a pesar de todo, ver aquí un lugar turístico como Tabgha y Kursi, donde viene gente de todas las religiones, pueblos y naciones a visitarlo.
FUENTE: www.cmc-terrasanta.com