Francisco en Santa Marta: "Algo 'no va' cuando alguien que se dice cristiano es triste"

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"Las riquezas no son malas en sí mismas: pero servir a la riqueza sí es una maldad"

El Papa reflexionó en su misa matutina en Casa Santa Marta sobre la escena del joven rico que narra el Evangelio.

"Las riquezas no son malas en sí mismas: pero servir a la riqueza sí es una maldad"

Un cristiano no puede estar triste. El Papa reflexionó en su misa matutina en Casa Santa Marta sobre la escena del joven rico que narra el Evangelio. Este no fue capaz de ser discípulo de Jesús porque no estaba dispueso a abandonar sus riquezas. El evangelista cuenta que se fue triste.
 

PAPA FRANCISCO

"Estaba aferrado a los bienes. Jesús nos había dicho que no se puede servir a dos patrones: o sirves al Señor, o sirves a las riquezas. Las riquezas no son malas en sí mismas: pero servir a la riqueza sí es una maldad. El pobrecito se fue triste… ‘Se le ensombreció el rostro y se fue entristecido’. Cuando en nuestras parroquias, en nuestras comunidades, en nuestras instituciones encontramos gente que se dice cristiana y quiere ser cristiana pero es triste, algo sucede allí que no va”.
 
Francisco subrayó que la alegría de un cristiano debe estar apoyada en Cristo porque Él ayudará a llevar con esperanza y serenidad las cruces y sufrimientos de la vida.
 

EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA (Fuente: Radio Vaticana)

"Un cristiano es un hombre y una mujer de alegría, un hombre y una mujer con alegría en el corazón. ¡No existe un cristiano sin alegría! ‘Pero, Padre, ¡yo he visto tantos así!’ – ‘¡No son cristianos! Dicen que lo son, ¡pero no lo son! Les falta algo’. El documento de identidad del cristiano es la alegría, la alegría del Evangelio, la alegría de haber sido elegidos por Jesús, salvados por Jesús, regenerados por Jesús; la alegría de aquella esperanza que Jesús nos espera, la alegría que – también en las cruces y en los sufrimientos de esta vida – se expresa de otro modo, que es la paz en la seguridad de que Jesús nos acompaña, está con nosotros”.
 
"¡Estaba aferrado a los bienes! Jesús nos había dicho que no se puede servir a dos patrones: o sirves al Señor, o sirves a las riquezas. Las riquezas no son malas en sí mismas: pero servir a la riqueza es esa la maldad. El pobrecito se fue triste… ‘Ensombreció su rostro y se fue entristecido’. Cuando en nuestras parroquias, en nuestras comunidades, en nuestras instituciones encontramos gente que se dice cristiana y quiere ser cristiana pero es triste, algo sucede allí que no va. Y debemos ayudarlos a encontrar a Jesús, a quitarles aquella tristeza, para que puedan gozar del Evangelio,para que puedan tener esta alegría que es propia del Evangelio”.
 
"Pidamos hoy al Señor que nos dé el estupor ante Él, ante tantas riquezas espirituales que nos ha dado; y que con este estupor nos dé la alegría, la alegría de nuestra vida y de vivir con paz en el corazón las tantas dificultades; y que nos proteja de buscar la felicidad en tantas cosas que al final nos entristecen: prometen tanto, ¡pero no nos darán nada! Acuérdense bien: un cristiano es un hombre y una mujer de alegría, de alegría en el Señor; un hombre y una mujer de estupor”.
 

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