Antes de la misa confesó a varias personas. Luego en su homilía, pidió a los cristianos que no vivan una doble vida fruto de la hipocresía sino que sean coherentes.
"Esta puede ser una buena pregunta para Cuaresma: ¿Jesús, se puede fiar de mí? ¿Jesús se puede fiar de mí o tengo una doble vida? Actúo como un católico, viviendo como dice la Iglesia, y después, ¿vivo como un pagano?”.
El Papa recordó que Dios lo sabe todo y que el cristiano no puede ocultar aquello que tiene en el alma. Es necesario que le dejen "abrir la puerta”.
"Y pedirle al Señor, que igual que fue a limpiar el templo, que venga a limpiar el alma”.
De camino, el Papa visitó un centro que se ocupa de pobres y enfermos atendidos por las Misioneras de la Caridad. Y se reunió con niños que reciben la catequesis.
La parroquia de Santa María Madre del Redentore se encuentra en una zona marginal de la Ciudad Eterna, un barrio asociado también a la droga y a la delincuencia.