La mujer en el cristianismo primitivo

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Las mujeres llevaban a cabo una importante labor apostólica y su fe es destacada por San Pablo e incluso por autores paganos

En ocasiones se oye que las mujeres estaban discriminadas entre los primeros cristianos. Esta acusación no es consistente ya que más bien lo que ocurre es lo contrario, sobre todo teniendo en cuenta el rol que tenía la mujer en aquellos momentos en la sociedad y en imperio romano.

Cabe destacar  las numerosas menciones que San Pablo hace en sus cartas a diversas mujeres (citando incluso sus nombres) para destacar sus esfuerzos en la labor de predicación del Evangelio o agradecerles algún servicio prestado a él o a la comunidad: Claudia, CloeApfiaEvodia, Síntique,Ninfas...

Al ser preguntado por la cuestión del papel de la mujer en el cristianismo primitivo, el profesor Domingo Ramos-Lissón explica lo siguiente:

"Se puede decir que el trabajo apostólico de las mujeres en la Antigüedad cristiana tuvo una importancia extraordinaria. Un índice de la relevancia que tuvieron es la crítica que manifestaron por este motivo algunos paganos ilustres, como Plinio, Celso y Porfirio, que hacen un derroche de ironía contra el cristianismo, al reconocer la rápida profusión de conversiones entre las mujeres.

Desde los orígenes cristianos, la mujer desempeña un papel insustituible en la difusión evangélica. Un ejemplo, podía ser el de Priscila, que evangeliza a Apolo, según nos narra S. Lucas (Hch 18, 26). Clemente de Alejandría describe el papel de estas cristianas, que ayudaban a los primeros Apóstoles y que son las únicas que pueden entrar en los gineceos, servir de intermediarias y llevar a esas estancias la doctrina liberadora del Señor (Stromata, III, 6, 53).

En la literatura apócrifa cristiana encontramos los Hechos de Pablo y Tecla, que son una especie de novela histórica del siglo II, cuyo anónimo autor narra el protagonismo de Tecla y la presenta como la evangelista del Apóstol entre las mujeres. Los ejemplos podrían multiplicarse".

Además, el número de mujeres santas, mártires y vírgenes, de los primeros siglos es impresionante: las santas Felicidad y PerpetuaSanta InésSanta ÁguedaSanta LucíaSanta Cecilia... Todo ello sin olvidar a tantas mujeres desconocidas, como el caso de muchas viudas, que desde los tiempos apostólicos formaban un «orden» y atendían a los ministerios con mujeres.

El propio Benedicto XVI quiso cerrar su ciclo de catequesis sobre los testigos del cristianismo naciente con una audiencia dedicada a "las mujeres al servicio del Evangelio" (14 de febrero de 2007).

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