Jesús pasó 40 días en Yeshimon, que significa “Lugar de desolación”

 

Extendiéndose desde las montañas de Judea en el este hasta el mar Muerto en el oeste, el desierto de Judea abarca gran parte de la tierra hollada a lo largo de las narraciones bíblicas.

Juan el Bautista, que predicó en el desierto de Judea, se llama a sí mismo “una voz [que] grita en el desierto”, presagiada por Isaías (Mateo 3):

En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”. A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: “Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”.

 

Después de ser bautizado por Juan, Jesús pasó 40 días en la yerma tierra del desierto Judea, donde superó las tentaciones de Satán (Marcos 1):

En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.

 

El sitio web Land of the Bible describe el terreno del desierto de Judea como “irregular”, con profundos cañones que los ríos han abierto entre la roca; algunos fluyen durante todo el año para crear valiosos oasis donde tanto personas como animales pueden encontrar alivio del fatigoso entorno, mientras que otros hace tiempo que corren secos, dejando varios uadis que explorar. Como las montañas y las formaciones rocosas se componen mayormente de arenisca, el paisaje cambia constantemente debido a la erosión del viento y el agua.

 

 

Desde una perspectiva histórica, explorar el desierto de Judea nos acerca a los ancestros de nuestra fe católica. Se encuentran muchos asentamientos bíblicos dentro y a las afueras de los límites del desierto de Judea. Jerusalén, por ejemplo, está en el extremo occidental del desierto, mientras que el mar Muerto (la cota más baja del mundo a 430 metros por debajo del nivel del mar) es donde termina el desierto en su parte oriental, con el río Jordán.

Dentro del desierto de Judea reposan las ciudades bíblicas de Belén, Jericó y Hebrón, por nombrar algunas. También ubicadas en el desierto de Judea están las cuevas de Qumrán, donde se descubrieron los Manuscritos del Mar Muerto a mediados del siglo XX, además de varios monasterios de los cristianos primitivos, algunos de los cuales siguen activos.

 

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Hay una variedad de yacimientos arqueológicos dentro del desierto, incluyendo las fortalezas de Masada y Horkenya.

Echa un vistazo a nuestra galería fotográfica para contemplar algunas de las cautivadoras escenas del desierto de Judea.

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El Papa Francisco se refirió en el Ángelus al papel de San Juan Pablo II en la caída del comunismo

 

El 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín es la ocasión para recordar el indudable papel de San Juan Pablo II en la lucha a los regímenes totalitarios. Pero el Papa polaco invitaba a no caer en simplificaciones

 

Que Juan Pablo II (primer Papa eslavo, que nació y creció en uno de los países del este europeo que después de la guerra formaban parte de los satélites de la Unión Soviética) haya tenido un papel en los eventos culminantes de hace 25 años, cuando cayó el Muro de Berlín, es un hecho indudable. La irrupción en el escenario mundial de un pastor polaco, y testimonio de la vida cotidiana bajo un régimen comunista, representó en sí mismo un elemento que desestabilizó a los totalitarismos del este. Papa Francisco durante el Ángelus de ayer, recordando el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, dijo: «La caída sucedió de repente, pero fue posible gracias al largo y fatigoso compromiso de muchas personas que lucharon, rezaron y sufrieron por ello, algunas incluso hasta el sacrificio de la vida. Entre ellos, un papel de protagonista lo tuvo el Santo Papa Juan Pablo II».

En marzo de 1992, justamente en las páginas del periódico italiano “La Stampa”, fue publicado un artículo de Mikhail Gorbaciov. El estadista, que en aquel momento ya había pasado a la historia como el liquidador del sistema soviético, evocó uno de los gestos más significativos: el apretón de manos con Juan Pablo II en el Vaticano, el primero de diciembre de 1989, apenas a tres semanas de la caída del Muro de Berlín. «Todo lo que sucedió en la Europa Oriental en estos últimos años –escribía el padre de la Perestroika– no habría sido posible sin la presencia de este Papa, sin el gran papel, incluso político, que supo jugar en el escenario mundial».

Hay quienes han notado que Juan Pablo II, con su magisterio sobre la libertad religiosa, y acompañando los procesos que se habían puesto en marcha en su Polonia con el nacimiento del primer sindicato libre en un país comunista, contribuyó a que la caída de los sistemas totalitarios se diera sin grandes traumas y sin derramar más sangre, sin verdaderas guerras civiles. Papa Wojtyla era un místico, leía la historia con una óptica de la fe, estaba consciente del proprio papel vivido en el sufrimiento debido al atentado del 13 de mayo de 1981. En abril de 1990, a bordo del avión que lo llevaba hacia Praga después de la Revolución de terciopelo, con la que cayó el régimen comunista, respondió a un periodista que le preguntaba si su papel había sido verdaderamente fundamental: «Al ir a un país tan afectado durante las últimas décadas… yo me siento un “servus inutilis”, pero, sobre todo, me inclino profundamente, con gran humildad y con profunda confianza, ante la Providencia Divina, que guía la suerte de los pueblos, de las naciones, de cada hombre y de toda la humanidad».

Una lectura que Juan Pablo II habría repetido en el libro entrevista con Vittorio Messori, «Atravesar el umbral de la esperanza» (de 1994), en el que recordó, a propósito del colapso de un poder que parecía invencible, la profecía de Fátima. «Sucedió exactamente todo lo que habían anunciado» los tres pastorcillos de Fátima en 1917, poco antes del estallido de la Revolución de Octubre, cuando escucharon la predicción: «Rusia se convertirá».

«Tal vez también por ello –subrayaba Wojtyla– el Papa ha sido llamado de un “país lejano”, tal vez por ello era necesario que se verificara el atentado en la Plaza San Pedro justamente el 13 de mayo de 1981, aniversario de la primera aparición de Fátima, para que todo se volviera más transparente y comprensible, paraq que la voz de Dios, que habla en la historia del hombre mediante los “signos de los tiempos”, pudiera ser escuchada y comprendida fácilmente».

Pero no hay que olvidar, y es útil recordarlo en estos días de conmemoraciones, lo que el mismo Juan Pablo II dijo sobre la caída del Muro de Berlín y sobre la caída del comunismo. «Sería simplista decir –afirmó en el libro entrevista con Messori– que fue la Providencia Divina la que hizo caer el comunismo. El comunismo como sistema, en cierto sentido, cayó solo. Cayó como consecuencia de los propios errores y abusos. Demostró ser una medicina peligrosa y, en la práctica, más dañina que la enfermedad misma. No puso en marcha ninguna verdadera reforma social, aunque se hubiera convertido en todo el mundo en una potente amenaza y un desafío. Pero cayó solo, por la propia inmanente debilidad».

 

Fuente: Vatican Insider

 

El árbol viene de Eslovenia

El Vaticano quiere que el pesebre y el árbol de Navidad de este año sean un “signo de esperanza” contra el COVID-19. El árbol viene de Eslovenia y es uno abeto rojo de 28 metros de altura. El país lo envía para celebrar los 30 años desde su independencia.

Procede de una región especialmente cuidadosa con el medio ambiente, donde sus bosques ocupan el 90% del territorio. En Eslovenia, además, está el que se considera el abeto más alto de Europa, el “Sgermova smreka”, que mide 61.80 metros y tiene 300 años.

 

 

El pesebre monumental de la plaza es italiano y viene de la provincia de Téramo, famosa desde el siglo XVI por sus esculturas en cerámica.

Las figuras son de tamaño mayor que el natural. Se trata de una obra hecha hace unos 50 años por alumnos y profesores de un colegio artístico. Las figuras están inspiradas en el arte antiguo de sumerios y griegos. Tienen una forma cilíndrica porque están formadas por anillos superpuestos.

La inauguración del árbol y el pesebre será el 11 de diciembre a las 4.30 de la tarde. Si las medidas de seguridad lo permiten, por la mañana el Papa se reunirá con delegaciones de autoridades y artistas involucrados en el proyecto.

 

https://www.romereports.com/

DUNS ESCOTO: CANTOR DEL VERBO ENCARNADO Y DEFENSOR DE LA INMACULADA

 "La libertad es real cuando se reconcilia con la verdad"

El beato Juan Duns Escoto, nacido probablemente en 1266, en un pueblo de Escocia llamado Duns. Entró en los franciscanos menores y fue ordenado sacerdote en 1291. "Por su inteligencia brillante se le conoce con el nombre de "Doctor sutil".

 

Enseñó teología en las universidades de Oxford, Cambridge y París. Decidió abandonar Francia por fidelidad al Papa Bonifacio VIII, en su disputa con el rey Felipe IV el Hermoso. En 1305 regresó a París para enseñar teología y posteriormente ejerció su magisterio en Colonia, donde falleció en 1308.

"Con motivo de la fama de santidad de la que gozaba -dijo el Papa-, su culto se difundió enseguida en la orden franciscana y el Venerable Juan Pablo II lo declaró beato el 20 de marzo de 1993, definiéndolo "cantor del Verbo encarnado y defensor de la Inmaculada Concepción". En esa expresión se sintetiza la notable aportación que Duns Escoto ofreció a la historia de la teología".

El Santo Padre explicó que "Duns Escoto, aun consciente de que, a causa del pecado original, Cristo nos ha redimido con su pasión, muerte y resurrección, subraya que la Encarnación es la obra másgrande y más hermosa de toda la historia de la salvación, y que no está condicionada por ningún hecho contingente".

"Fiel discípulo de San Francisco, a Duns Escoto le gustaba contemplar y predicar el misterio salvífico de la Pasión de Cristo, expresión del amor inmenso de Dios", que "se revela no solamente en el Calvario, sino también en la Sagrada Eucaristía, de la que era muy devoto"

Benedicto XVI puso de relieve que "esta visión teológica, fuertemente "cristocéntrica", nos abre a la contemplación, al asombro y a la gratitud: Cristo es el centro de la historia y del cosmos, es aquel que da sentido, dignidad y valor a nuestra vida".

Refiriéndose a las reflexiones del beato escocés sobre la Virgen, el Papa señaló que frente a la mayoría de los teólogos de la época, que se oponían a la tesis de que "María Santísima fuese libre del pecado original desde el primer momento de su concepción", Scoto expuso un argumento; el de la "redención preventiva", según la cual la Inmaculada Concepción es la obra maestra de la Redención realizada por Cristo, porque precisamente la potencia de su amor y de su mediación hizo que la Madre fuese preservada del pecado original. Los franciscanos acogieron y difundieron con entusiasmo esta doctrina, y otros teólogos -a menudo con un juramento solemne- se comprometieron a defenderla y a perfeccionarla".

 Beato Juan Duns Scoto

El Santo Padre recordó que Duns Escoto también desarrolló "el tema de la libertad y de su relación con la voluntad y con el intelecto". En este contexto, afirmó que "una idea de la libertad innata y absoluta -como se desarrolló sucesivamente al beato-, situada en la voluntad que precede al intelecto, tanto en Dios como en los seres humanos, puede conducir a la idea de un Dios que no está relacionado ni siquiera con la verdad y el bien".

"La libertad -continuó- es real y ayuda a construir una civilización verdaderamente humana, cuando se reconcilia con la verdad. Si se desliga de la verdad, la libertad se convierte trágicamente en principio de destrucción de la armonía interior de la persona humana, fuente de abusos de los más fuertes y de los violentos, y  causa de sufrimientos y de lutos. La libertad (...) crece y se perfecciona, según Duns Scoto, cuando el hombre se abre a Dios. (...) Cuando escuchamos la revelación divina, la Palabra de Dios, para acogerla, entonces recibimos un mensaje que llena de luz y de esperanza nuestra vida y somos verdaderamente libres".

Benedicto XVI concluyó la última catequesis hasta el próximo 4 de agosto, haciendo hincapié en que "el beato Duns Escoto nos enseña que en nuestra vida lo esencial es creer que Dios está cerca de nosotros y nos ama en Cristo Jesús, y cultivar, por tanto, un profundo amor a Él y a su Iglesia. De este amor somos testigos en esta tierra".

CIUDAD DEL VATICANO, 7 JUL 2010 (VIS).

Vídeo: Romereports

La autoridades han arrestado a Ali Azhaar, de 44 años de edad, que presuntamente secuestró a la niña, la obligó a convertirse y a casarse

 

ACN, Tobias Lehner.- Arzoo Raja, la muchacha católica de 13 años de Karachi, en el sur de Pakistán, que había sido raptada y casada a la fuerza, está a salvo. Según informan medios de comunicación pakistaníes, tras una audiencia celebrada el 2 de noviembre, el Tribunal Superior del Sind ordenó a la policía que liberara a la niña de la familia de su presunto secuestrador y la alojara en un lugar protegido para mujeres. El tribunal también habría ordenado una investigación para determinar la edad de la joven cristiana. La fundación pontificia internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) cubre los honorarios de la abogada de Arzoo y ayuda a su familia.

De acuerdo con las fuentes pakistaníes, ha sido detenido Ali Azhaar, de 44 años de edad, que presuntamente secuestró a la niña el 13 de octubre, la obligó a convertirse y a casarse. Dos hermanos y un amigo del acusado también han sido arrestados por presunta complicidad. Se ha programado una nueva vista ante el tribunal para el 5 de noviembre.

«Esperamos que la ley prevalezca»

«Nos alegra ver cómo se está desarrollando, feliz y rápidamente, el caso de Arzoo Raja», dice Regina Lynch, directora de proyectos en ACN International. «La reciente decisión es un éxito para el Estado constitucional pakistaní y para las numerosas personas de todos los grupos religiosos que trabajan contra los matrimonios forzados. Esperamos y confiamos en que la ley y la justicia prevalecerán en las vistas próximas. Sobre todo ahora, es importante que la chica traumatizada esté bien cuidada. Desde Ayuda a la Iglesia Necesitada ayudamos en lo que podemos».

Según organizaciones de defensa de los derechos humanos, cada año son secuestradas y obligadas a casarse en Pakistán alrededor de 1.000 mujeres y niñas cristianas e hindúes. Desde 2014, existe en Pakistán una ley que restringe el matrimonio infantil y que sirve de base para que los familiares y las personas afectadas pueden emprender acciones legales contra esos casos.

El caso de Arzoo Raja produjo numerosas protestas de cristianos, musulmanes e hindúes. La ministra de Derechos Humanos de Pakistán, Shireen Mazari, ha intervenido en el caso. Según informa el diario paquistaní «Dawn», el gobernador de la provincia de Sindh, Imran Ismail, declaró en una reunión con miembros de minorías religiosas: «Cuando se trata del matrimonio de menores no puede hacerse concesiones».

Ayuda a la Iglesia Necesitada

 La misionera colombiana secuestrada en Malí desde 7 de febrero de 2017 está viva, según ha revelado Sophie Pétronin, rehén francesa liberada

Crecen las expectativas de la posible liberación de la hermana franciscana Gloria Narváez, secuestrada por yihadistas en Malí desde hace más de tres años. La últimas noticias confirmadas llegan de parte de Sophie Pétronin, una rehén francesa liberada, que ha compartido su cautiverio con la religiosa, y que ha informado sobre nuevos detalles.

En declaraciones el pasado 9 de octubre a un grupo de personas en la sala VIP del aeropuerto militar de Villacoublay en la región de París, que incluía al presidente francés Emmanuel Macron, Pétronin contó que se enteró de que sería liberada en la madrugada del lunes 5 de octubre.

Uno de los yihadistas responsables del grupo de rehenes, se acercó ese día a la trabajadora humanitaria francesa y le dijo: «toma tus cosas, te vas a ir…». El relato de Sophie Pétronin es significativo porque da detalles hasta ahora desconocidos sobre la vida en cautiverio y el estado de salud de la religiosa franciscana.

Según medios de comunicación franceses, Sophie Pétronin llamaba cariñosamente a la hermana Gloria Narváez su «compañera de cuarto». Cuando el yihadista le dio la indicación de que preparase sus cosas porque se iría, la religiosa colombiana, que estaba en ese momento a su lado, preguntó: “¿Y yo?”La respuesta del yihadista, descrita por Pétronin fue: “¡Te quedarás para más tarde!”.

Sophie Pétronin, aprovechando que estaba en presencia de Emmanuel Macron y del canciller francés, Jean-Yves Le Drian, ha defendido también la urgencia de la liberación de la hermana franciscana. «Algo tienen que hacer con mi compañera de cuarto, Gloria, ya que no está bien», dijo la ex rehén, y agregó: «su espíritu está cediendo, tenemos que hacer todo lo posible para sacarla de allí».

Misionera cristiana protestante asesinada

Otra rehén de los yihadistas en Mali, la misionera suiza Beatrice Stockli, ha sido asesinada, según ha confirmado recientemente el Ministerio de Exteriores suizo. Otras fuentes, como la organización cristiana evangélica Puertas Abiertas, han informado de que la misionera habría sido asesinada unas semanas antes de la liberación de Pétronin.

La Iglesia en Malí reza por la hermana Gloria

El cardenal Jean Zerbo, arzobispo de Bamako, pidió la liberación de todos los rehenes que aún se encuentran en manos de los grupos yihadistas: “Cada vez que rezamos, le pedimos al Señor la liberación de la hermana Gloria y todos los demás rehenes. Esta es una gran humillación para Mali. Vinieron a hacer el bien y fueron secuestrados por bandidos, como si fueran esclavos. Es algo muy triste para nuestro país”.

La hermana Gloria Cecilia Narváez, de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, fue secuestrada en Karangasso, en el sur de Malí, el 7 de febrero de 2017 por yihadistas vinculados a Al Qaeda en el Sahel.

Una teoría de investigación reciente fecha la imagen más antigua en el siglo II

El Antiguo y el Nuevo Testamento ofrecen muchas descripciones de las palabras y acciones de Jesús, pero no dicen nada sobre su aspecto. Por ese motivo, los pintores y creadores de iconos confiaban más en el canon artístico de su época que en realismo cuando tenían que retratar al Mesías en iconos o frescos. El mismo principio se aplica a María, ya que las Escrituras tampoco ofrecen muchos detalles sobre su apariencia.

Sin embargo, cuando miramos las representaciones más antiguas de la Santa Madre, podemos inferir mucho sobre los principales rasgos de carácter que los artistas querían enfatizar —desde el amor maternal a la obediencia a Dios— y sobre los distintos estilos artísticos desarrollados por las comunidades cristianas durante los primeros nueve siglos del cristianismo.

 

Echa un vistazo a estas nueve primeras imágenes de Nuestra Señora:

1. Iglesia de Dura-Europos, Siria, siglo II

Descubierta en los años 1920 por un equipo de arqueólogos de Yale, la iglesia de Dura-Europosen la Siria actual está considerada una de las primeras iglesias del cristianismo conocidas hasta ahora. El equipo pudo recuperar sus antiguas obras de arte, fechadas en los siglos II y III, incluyendo la imagen de una mujer inclinada sobre un pozo que durante mucho tiempo se consideró una representación de la mujer samaritana que habla con Jesús junto al pozo de Jacob, según se relata en Juan (4,1-42). Sin embargo, una teoría reciente propuesta por Michael Peppard, un profesor asociado de Teología en la Universidad de Fordham, ha rechazado esta interpretación con el argumento de que la pintura representa es en realidad la Anunciación, cuando el ángel Gabriel anunció a María que habría de concebir y dar a luz a Jesús.

Peppard señala que en las descripciones escritas de la Anunciación encontradas en biografías de María del siglo II, Gabriel se le acerca cuando está sacando agua de un pozo, como se muestra en la imagen de Dura-Europos y en línea con las imágenes de la escena de la era bizantina. Posteriores estudios de la imagen revelaron también detalles invisibles a simple vista, como dos líneas en dirección al torso de la mujer que sugieren una representación de la encarnación. En base a estas pruebas, la pintura de Dura-Europos puede considerarse el primer retrato conocido de la Santa Madre.

 

 

 

2. Virgen en las Catacumbas de Priscila, Roma, siglo III

Esta imagen pintada en las paredes de las Catacumbas de Priscila, bajo la Via Salaria de Roma, en lo que solía ser una cantera, muestran a María amamantando a un bebé Jesús sentado en su regazo y mirando al espectador. La obra está fechada en el siglo III, cuando el cristianismo todavía era una práctica ilegal en el Imperio romano.

Los primeros cristianos se reunían en las catacumbas para enterrar a sus difuntos y rezar en las tumbas de los mártires, razón por la cual el arte de esta era puede contarnos mucho sobre los ideales y valores de las primerísimas comunidades cristianas. En este fresco, María es representada atendiendo al Niño Jesús, símbolo de su naturaleza protectora.

 

 

 

3. Virgen con los Reyes Magos, Roma, siglo III

En los Evangelios no aparecen descripciones del aspecto de Jesús o de María, pero abundan descripciones de las acciones de madre e hijo. Una de las situaciones más populares en las representaciones de los primeros días del cristianismo fue la llegada de los Reyes Magos tras el nacimiento de Jesús.

Esta imagen, que se remonta al siglo III, representa a los Magos adorando al Niño Jesús en brazos de su madre María. Se utilizó para decorar un sarcófago que ahora se conserva en los Museos Vaticanos en Roma.

 

 

 

4. Protectora del Pueblo Romano, Roma, siglo V

Uno de los iconos tradicionales bizantinos que emergieron durante el siglo V, cuando el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio romano, representa a la Santísima Madre como Salus Populi Romani, “Bienestar del Pueblo Romano” en latín.

Este icono, pintado en un panel de cedro, representa a María con un manto azul oscuro ribeteado de oro sobre una túnica morada, el vestido típico de las figuras de poder en la Roma del siglo V. La Virgen sostiene a Jesús Niño, que aparece con un libro en su mano izquierda, supuestamente el Evangelio. A diferencia de representaciones similares de esta escena en el siglo III, vemos que es María, en vez de Jesús, quien mira directamente al espectador.

Los historiadores del arte han debatido largo tiempo sobre la fecha precisa de este icono y el consenso está en que es un icono de la Antigüedad tardía del siglo V repintado durante el siglo XIII. Actualmente se conserva en la Capilla Paulina de la basílica de Santa María la Mayor en Roma.

 

5. Virgen y Niño entronados entre ángeles y santos, Monte Sinaí, siglo VI

El monasterio de Santa Catalina fue construido en la segunda mitad del siglo VI cerca del monte Sinaí y en la actualidad es el monasterio habitado ininterrumpidamente más antiguo del mundo. Entre su impresionante colección de manuscritos y obras de arte antiguas se encuentra una imagen de María y Cristo Niño rodeados de san Teodoro de Amasea, san Jorge y dos ángeles.

En esta obra, María está sentada en un trono, símbolo de poder, y los dos ángeles miran a un ser divino que parece acercarse desde los cielos por encima de la cabeza de la Virgen. El icono fue creado con la técnica encáustica —usando pigmentos vegetales que eran quemados con cera caliente y extendidos por superficies de madera—, típica de la elaboración de iconos del siglo VI.

 

 

 

6. Natividad, Monasterio de Santa Catalina, Monte Sinaí, siglo VI

También en el monasterio de Santa Catalina, este icono incáustico de la Natividad representa a María cuidando de Jesús recién nacido, en el centro de la composición, acompañados por el buey y la mula.

Los Reyes Magos llegan por la derecha, mientras que los ángeles y la estrella rondan por arriba. Bajo la escena central hay viñetas representando el aviso angelical a José (izquierda) y a asistentes al parto bañando al Cristo Niño.

 

 

 

7. Agiosoritissa (Madre de Dios), Constantinopla, siglo VII

El icono de “Panaghia Agiosoritissa”, también conocido como “Señora Defensora”, es uno de los pocos iconos que no presenta a María como madre. Aquí, la Virgen Madre aparece como “intermediaria” entre los humanos y Dios, capaz de rezar por su intercesión.

Este icono, que se conserva hoy en día en la iglesia de Santa María del Rosario, Monte Mario, Roma, fue creado en Constantinopla durante el siglo VII.

 

8. Cubierta de copia de los Evangelios, Alemania, siglos VIII-IX

Antes de la invención de la imprenta (1439), las Sagradas Escrituras se reproducían usando papiro, cera y pergamino y con cubiertas metálicas o de algodón.

Esta cubierta de marfil de una copia del Codex Aureus of Lorsch, un Evangelio iluminado creado en la abadía de Lorsch, Alemania, entre el 778 y el 820, muestra una Virgen María entronada mirando directamente al espectador y con el Niño Jesús en su regazo. Actualmente se conserva en la Biblioteca Vaticana en Roma.

 

 

 

9. Icono de la Virgen y el Niño, siglo IX

Este icono, que representa a María y al Niño mirando ambos al espectador, fue creado durante el siglo IX en Tiflis, Georgia.

Durante siglos ha sido una imagen venerada por los creyentes en este país de Europa del este, atrayendo a muchos peregrinos a su ubicación original. Hoy forma parte de la colección permanente del Museo de Arte de Georgia en la capital, Tiflis.

 

 

 

 

También llamado Lago de Tiberíades

Son numerosos los nombres con los que se conoce esta gran cuenca de agua dulce, que tiene una longitud de 21 km, un ancho de 12 y que se encuentra a unos 200 metros bajo el nivel del mar. Pero en todas las lenguas y en todo el mundo es conocido como el Lago de Jesús. Son innumerables las citas bíblicas de los acontecimientos sucedidos en sus orillas.

 

Para el pueblo judío, explica Fr. Massimo Luca, profesor del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén, es “Yam Kinneret”: Yam (lago o mar), porque en hebreo el término es el mismo; mientras que Kinneret significa “arpa”, cuya forma imita. También se refiere al lago como “Lago o Mar de Galilea”, tomando el nombre de la región colindante. Mientras que en el Evangelio de San Juan es llamado “Lago de Tiberíades”, como el nombre de la ciudad, que ya entonces existía. Y finalmente es conocido también como “Lago de Genesaret”, nombre griego que deriva de Ginnosar, con el que en hebreo se indica la llanura cercana.

 

 

FR. MASSIMO LUCA, ofm
Studium Biblicum Franciscanum

"Los Evangelios nos dicen que, al dejar Nazaret, Jesús vino a vivir a Cafarnaum, tanto que en los evangelios adopta el título de “Ciudad de Jesús”. Aquí, junto a Cafarnaum, en el interior, no muy lejos, pasaba una importante vía de comunicación que era la “via maris”, una vía frecuentada por viajeros de todo tipo. En cambio Cafarnaum tenía otra particularidad, y es que era una ciudad fronteriza. De esta manera, el mensaje de Jesús se podía difundir de manera mucho más amplia porque los viajeros allí donde iban informaban de la presencia de un hombre extraordinario que obraba en Cafarnaún."

 

FR. MASSIMO LUCA, ofm
Studium Biblicum Franciscanum

"Hace dos años más o menos rozamos el desbordamiento del lago, es decir, el nivel era inferior al que los científicos o expertos definían “nivel mínimo”, de agua para salvaguardar el ecosistema. Estamos por debajo de los 312 metros bajo el nivel del mar. Y, en cambio, en estos últimos dos años, gracias a las lluvias de los últimos dos inviernos, en los que la lluvia ha sido abundante, el lago ha vuelto a estos niveles. La última vez que llegó a estos niveles fue en el invierno del 2002-2003. Han pasado 17 años."

Importante embalse, en los últimos 70 años el lago ha tenido continuas fluctuaciones. En los años 80 y 90 la caída de los niveles hidrométricos se debía a la mayor demanda de agua dulce por el incremento de la población, a los cambios climáticos y al desarrollo agrícola e industrial.

Si bien hoy es noticia el crecimiento del nivel del lago, que ha llegado a los 13 cm bajo la “línea roja superior” de los 208,80 metros bajo el nivel del mar. Superado este umbral, hay riesgo de desbordamiento.

 

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Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro

"Estamos frente al lago de Galilea, muy importante para Jesús, para los primeros cristianos pero también para todos aquellos peregrinos que cada año vienen aquí. Es el único lugar, de hecho, donde los peregrinos pueden tocar las aguas del lago de Galilea y experimentar una sensación muy intensa."

 

Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro
"En septiembre la gente debía caminar mucho para tocar el agua."

 

Fr. TYMOTEUSZ MARSZALEK, ofm
Guardián Convento del Primado de S. Pedro

"Quedan solamente, como decía la peregrina Egeria, en la parte derecha de la iglesia, las escaleras que en su tiempo estaban cubiertas de agua."

Los mismos niveles hidrométricos que pudo constatar en 1964 el papa Pablo VI, el primer papa en visitar Tierra Santa. Desde los escalones de la Iglesia del Primado, el sucesor de Pedro pudo tocar el agua. Y los fotógrafos inmortalizaron este acontecimiento extraordinario.

 

https://www.custodia.org

 

Llama la atención la escasa repercusión pública de las acciones de los Papas

La enorme mediatización del fenómeno Thumberg, tan denostado como elogiado, contrasta enormemente con las acciones que desde hace décadas han venido realizándose desde otras instancias a las que no se ha prestado igual atención teniendo todas ellas en común la llamada al cuidado del medio ambiente.

 

Así, merece la pena resaltar la llevada a cabo por la Iglesia Católica en numerosas conferencias, encíclicas o discursos desde antes de PabloVI[1] hasta el Papa Francisco. Sin pretender generalizar respecto a la conducta de los medios de comunicación, es un hecho objetivo la diferencia existente entre la atención prestada por éstos hacia Greta Thumberg y la escasa repercusión de las acciones de los Papas que merece la pena dar a conocer por la profundidad de éstas a diferencia de lo ocurrido con la joven sueca.

Desde que en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se impulsase la celebración de Jornadas Mundiales sobre el Medio Ambiente, la participación de los máximos representantes de la Iglesia Católica fue activa y en el Mensaje de Su Santidad Pablo VI sobre el Medio Ambiente con motivo de la I Conferencia llamaba la atención sobre la relación entre el progreso técnico y científico y su repercusión en un mundo globalizado sobre la naturaleza: “¿cómo ignorar los desequilibrios provocados en la biosfera mediante la explotación, sin orden, de las reservas físicas del planeta, incluso con la finalidad de producir cosas útiles, así como, el derroche de las reservas naturales no renovables, la contaminación del suelo, del agua, del aire, del espacio, con sus atentados a la vida vegetal y animal?”.

En la Carta Apostólica de 14 de mayo de 1971 Octogesima Adveniens dirigida al Cardenal Maurice Roy con ocasión del 18º aniversario de la Encíclica Rerum Novarum dedica un apartado especial “medio ambiente” En la misma podemos leer y comprobar su preocupación por la explotación imprudente que no conduce sino a que la naturaleza sea destruida siendo el hombre autor y víctima. Junto a ello advierte: “No sólo el ambiente físico constituye una amenaza permanente: contaminaciones y desechos, nuevas enfermedades, poder destructor absoluto; es el propio consorcio humano el que la persona no domina ya, creando de esta manera para el mañana un ambiente que podría resultarle intolerable. Problema social de envergadura que incumbe a la familia humana toda entera.”.

Karol Józef Wojtyła no fue ajeno a la amenaza sobre el medio ambiente. Adjetivó la “crisis ecológica” como crisis moral. Su Mensaje “the ecological crisis: a common responsibility “escrito el 8 de diciembre de 1989 para la celebración de la XXIII Jornada Mundial para la Paz de 1 de enero de 1990, comienza haciendo referencia a que uno de los factores que amenazan la paz mundial es la “falta de respeto a la naturaleza”, cuestión ligada a los valores éticos de la sociedad

El cardenal Ratzinger “en la Encíclica Caritas in veritate subrayó que el desarrollo humano integral está estrechamente relacionado con los deberes que se derivan de la relación del hombre con el entorno natural, considerado como un don de Dios para todos, cuyo uso comporta una responsabilidad común respecto a toda la humanidad, especialmente a los pobres y a las generaciones futuras”. Evoca las palabras de Leon XIII y de Juan Pablo II cuando recuerda que en la (encíclica) Rerum Novarum señaló que «debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el hombre] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación». Bastante desconocido es que el Papa Benedicto colocó paneles solares sobre el Hall Pablo VI del Vaticano, que cultivó cientos de acres de bosques climáticos en Bükk en Hungría o que contrató un “papamóvil” híbrido. En Per una Ecología dell’Uomo escrita en 2012 reeditada en inglés bajo el título The Garden of God: Toward a Human Ecology”, se refiere en la primera parte del libro al Amazonas: “a Fountain of Life” o al Ártico: “mirror of Life”, en la segunda, el desastre de Chernobyl.

 

 

La amenaza, la degradación del llamado “pulmón de la tierra”, la Amazonía, ya era objeto de enorme preocupación por parte de la Iglesia Católica, además de por las serias y graves repercusiones sobre la población indígena que habita en la zona: sus vidas se ven afectadas por la explotación abusiva de los recursos naturales del bosque amazónico como tiempo después el actual Pontífice Francisco I pondrá de relieve en su “Querida Amazonía” y antes en Laudato Si.

Creemos que motivos comerciales (¿qué vende más?) e ideológicos (¿” interesa” destacar el papel de la Iglesia Católica?) explican esta falta de atención a la contribución y a la constante llamada por la preservación del medio que nos rodea. Por ahora -por razones de espacio- no podemos traer más a colación, pero hemos dejado señalados algunos de los escritos que conviene conocer. Un deber nos queda: el de intentar llenar estas lagunas. Valga este pequeño comentario como aportación en tanto seguimos acabando un trabajo expresamente sobre esta cuestión en el que intentamos demostrar la enorme labor de aquélla, digna de elogio a la vez que tratamos de profundizar en las causas que han llevado a silenciar su obra.

 

Mª del Ángel Iglesias es profesora del seminario “Conflictos y Crímenes Internacionales” de la Escuela de Humanidades de UNIR

 

[1] Tomamos a SS Pablo VI como punto de partida ya que fue durante su Papado cuando comienza a gestarse la creación de un derecho internacional sobre el medio ambiente. Como mencionaremos después, la llamada a la concienciación es resaltada por algunos autores con respecto a Juan XXIII y otros antecesores.

 

 

Sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte

 

“El máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo” Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et Spes, 18.

 

 

A la inquietud del hombre por su propia fragilidad y finitud la revelación responde con luces profundas. Afirma, en primer lugar, que el origen del enigma –la muerte tal como la conocemos, penosa y trágica- está íntimamente vinculado con la entrada del pecado en la historia humana: “por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo” -dice S. Pablo en alusión a la caída original- “y a través del pecado la muerte” .

Sin embargo, la revelación asevera también -y esto es más importante aun- que ni la muerte ni el pecado tienen la última palabra sobre el hombre. El ser humano no está condenado, pues, a vivir "sin esperanza ni Dios" ; puede estar seguro de que su anhelo de vida tiene respuesta en los proyectos amorosos de Dios.

 

La esperanza del Antiguo Testamento

Los primeros indicios que hallamos en el Antiguo Testamento, de una vida después de la muerte, consisten en dos términos: el sheol, “lugar” donde habitan los refaim, las sombras de los hombres difuntos . Este primer esbozo, tenue, del destino postmortal humano, adquiere con el tiempo mayor relieve y color: así, en algunos Salmos, el hombre justo expresa la confianza de que Dios le libere del sheol:

"No abandonarás mi alma en el sheol"

“Dios rescatará mi alma, me arrancará de las manos del sheol” .

 

La esperanza veterotestamentaria de un triunfo sobre la muerte cristaliza finalmente en dos líneas: la de la pervivencia del alma y la de la resurrección de la carne en el último día. Por un lado, el libro de Sabiduría afirma que el núcleo de la persona -el alma (psykhé)- es imperecedero, y capaz de recibir una recompensa al término de la vida mortal. Asegura que las almas de los justos difuntos “están en la paz”, “en las manos de Dios”, mientras advierte a los impíos que tras su muerte “irán temblando a dar cuenta de sus pecados, y sus iniquidades les acusarán cara a cara".

Por otra parte, otros libros tardíos del Antiguo Testamento -Daniel y 2 Macabeos- anuncian firmemente la resurrección en el último día: los justos y los que padecen martirio por mantenerse fieles a Dios –dicen- pueden esperar una resurrección para la “vida”, mientras que los impíos sólo pueden aguardar una resurrección para el “oprobio” .

En realidad, las dos líneas bíblicas son complementarias: las alusiones al alma inmortal se pueden entender como referidas al estado en que queda el sujeto humano enseguida después de morir, y las menciones de la resurrección corporal como referidas al estado definitivo –reconstituido- del hombre al final de la historia.

 

La esperanza cristiana

El Nuevo Testamento derrama una luz más completa sobre el misterio de la muerte. Por un lado, confirma su conexión primigenia con el mysterium inqiuitatis; la muerte es, en palabras de San Pablo, el "salario del pecado" : consecuencia, señal y recordatorio de la pecaminosidad humana; una especie de anti-sacramento. Pero por otra parte, la revelación neotestamentaria anuncia la Buena Nueva de la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado.

El Hijo de Dios, encarnándose, padeciendo, muriendo y resucitando, ya ha vencido la muerte. Ha cambiado radicalmente su signo negativo; no sólo porque ha mostrado la muerte como la puerta que conduce una vida imperecedera, sino también porque, de modo maravilloso, ha hecho de la muerte una vía de comunión con su propia Persona. Para su discípulo, morir significa “estar con Cristo” , “volver junto al Señor” , morar con Él en la casa del Padre .

De este modo radical, la muerte –aun conservando su aspecto doloroso- pierde su aguijón y adquiere un rostro más amable: es “la hermana muerte” , camino de encuentro con Cristo, el Padre, y el Espíritu Santo. “¡No me hagas de la muerte una tragedia! porque no lo es. Sólo a los hijos desamorados no les entusiasma el encuentro con sus padres” S. Josemaría Escrivá, Camino, 355.

Esta concepción positiva -eminentemente cristológica- de la muerte, estuvo en la base de la firme actitud de los mártires en tiempos de persecución: estaban dispuestos a padecer y morir por su fe, convencidos de que su sufrimiento y muerte les iba a proporcionar una oportunidad para participar en la pasión, muerte, y resurrección del Señor.

Emociona hallar, debajo del deseo de martirio de esos cristianos, un ardiente amor a Jesús:

"Fuego y cruz, y manadas de fieras, quebrantamientos de mis huesos, descoyuntamientos de miembros, tribulaciones de todo mi cuerpo, tormentos atroces del diablo, vengan sobre mí, a condición sólo de que yo alcance a Cristo” S. Ignacio de Antioquía, Ad Romanos, 5, 3.

 

Amaban la muerte, porque amaban a Cristo.  El aprecio sobrenatural por la muerte informa el pensamiento cristiano de todos los tiempos, capacitándolo para mirar de frente al mysterium mortis sin terror, a diferencia de muchas filosofías paganas de la Antigüedad. Como afirma el Catecismo de la Iglesia católica, la muerte puede ser contemplada desde la fe como “la última Pascua del cristiano” : punto de tránsito de la vida terrena a la vida eterna junto al Señor, con la gozosa perspectiva de resucitar con Él en el último día.

 

Meditación de la muerte

De maneras diversas, los cristianos a lo largo de la historia han reflexionado acerca de la pervivencia del núcleo espiritual de la persona humana. El alma, que sobrevive a la descomposición del cuerpo, puede -a pesar de su estado incompleto, que aguarda la resurrección de la carne - experimentar, después de la muerte, el gozo de la comunión con la Trinidad, los ángeles y los santos, o bien –en caso de imperfección- un proceso de purificación previa al gozo celestial, o bien –en el caso del pecador empedernido- la pena de separación eterna de Dios y las criaturas santas.

El Papa Benedicto XII (s. XIV) declara:

“Definimos... que las almas (de los que mueren en gracia)... inmediatamente después de la muerte -y de la purificación, para los que tienen necesidad de ella-, aun antes de la reasunción de sus cuerpos y del juicio final... estuvieron, están y estarán en el Cielo... con Cristo, en la compañía de los santos ángeles... Definimos, además, que las almas de los que mueren en estado de pecado mortal actual bajan inmediatamente después de la muerte al infierno, donde son atormentadas con penas infernales” .

 

Puede afirmarse, por tanto, que la retribución del individuo, por lo que se refiere a su contenido fundamental de unión o separación respecto a Dios, empieza justo tras la muerte. Como dice el Catecismo de la Iglesia católica, "la muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo" .

El Nuevo Testamento habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe. La parábola del pobre Lázaro y la palabra de Cristo en la Cruz al buen ladrón , así como otros textos del Nuevo Testamento hablan de un último destino del alma que puede ser diferente para unos y para otros .

La doctrina del juicio particular aparece aquí como corolario de una verdad fundamental, de que los hombres, en el momento de su defunción, se sitúan ya en estados de salvación o no-salvación.

"Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre" Catecismo de la Iglesia católica, n. 1022.

 

El hecho de que con la vida mortal termina el tiempo disponible para dar respuesta a Dios –Sí o No-, constituye para el creyente un reclamo a la responsabilidad. "A la tarde te examinarán en el amor" ; no nos esperan más vidas, ni una segunda oportunidad, como propugnan las teorías reencarnacionistas . Saber esto -vislumbrar en el horizonte la llegada irrevocable de la muerte- nos mueve a trabajar con santa urgencia: “Los que andan en negocios humanos dicen que el tiempo es oro. —Me parece poco: para los que andamos en negocios de almas el tiempo es ¡gloria!” S. Josemaría Escrivá, Camino, 355

 

by  J. José Alviar  www.primeroscristianos.com

 

+ info -

> La devoción a los difuntos en el cristianismo primitivo

 

> ¿Sirve de algo rezar por los difuntos?

 

 

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