Es necesario utilizar un lenguaje renovado para anunciar la gracia del matrimonio cristiano
- El obispo de Bilbao clausuró las Jornadas de Actualización Pastoral de la Universidad de Navarra
“Es necesario utilizar un lenguaje renovado para anunciar la gracia del matrimonio cristiano, especialmente con los jóvenes, para transmitirles la belleza del amor y hacer comprender el significado de términos como donación, amor conyugal, fidelidad, fecundidad y procreación”.
Así lo afirmó Mons. Mario Iceta, obispo deBilbao en la Universidad de Navarra, durante la conferencia de clausura de las Jornadas de Actualización Pastoral 2019, centradas en el acompañamiento de los jóvenes en el noviazgo.
Durante la conferencia señaló que actualmente en España sólo el 23% de los matrimonios se casan por la Iglesia e hizo hincapié en la importancia de anunciar a Jesucristo, “el de ayer, hoy y siempre, en términos que se entiendan, reconocer qué aporta el sacramento al proyecto de amor, porque si no hay un cimiento, el compromiso se fundamenta en sentimiento, en una pasión, y eso es inestable”.
Asimismo, recordó las palabras del papa Francisco en las que afirma que “el matrimonio es una verdadera vocación que exige discernimiento, oración y maduración”.
Explicó que es un camino que hay que aprender y caminar: “No es sencillo, pero para eso está la gracia de Dios y la compañía de la Iglesia”. Y anunció que la Conferencia Episcopal publicará a finales de 2019 un itinerario de formación y acompañamiento de novios.
Antes de concluir recordó cuatro fake news sobre el matrimonio, en las que los cristianos no deben caer.
La primera, ‘el amor es ciego’: “Esto no es real, necesito conocer al otro tal y como es”, dijo.
La segunda, ‘lo importante es estar enamorados’; más bien, señaló, “lo importante es comprometerse a amar”.
La tercera, ‘el amor es placer y bienestar’: explicó que conlleva ciertamente placer y bienestar, pero que también requiere “mucho sacrificio”.
Y cuarta, ‘el amor es espontáneo’; de esta última quiso recalcar que “no es lo mismo virtud que espontaneidad: el amor mueve a la voluntad y es consciente de lo que hace”.
La antigua ciudad deparó a los arqueólogos un auténtico aluvión de riquísimos mosaicos hoy repartidos por los museos de medio mundo.
Fue una de las ciudades de Oriente más importantes de la Antigüedad por su relación con el cristianismo primitivo y de la Edad Media gracias a las cruzadas. Tras su esplendor, Antioquía nunca desapareció del mapa. Sus ruinas yacían parcialmente cubiertas por Antakya, la capital de la provincia de Hatay, otomana hasta la Primera Guerra Mundial, siria hasta la Segunda y turca desde entonces.
Pero no empezó a excavarse de forma sistemática hasta los años treinta del siglo pasado, muy tarde en comparación con otras capitales de su talla. Los trabajos, sin embargo, se detuvieron aquella misma década y no se retomaron hasta 2003. La espera, en ambos casos, valió la pena.
Una aventura financiera
Corrían los tiempos difíciles de la Gran Depresión. Después de que Schliemann descubriera Troya y Micenas, Evans la Creta minoica o Carter y lord Carnavon el tesoro egipcio de Tutankhamón, la arqueología estaba de capa caída. El crac económico del 29 no había favorecido esta clase de aventuras.
Detalle de uno de los numerosos mosaicos hallados en las excavaciones en Antioquía que hoy puede verse en el Museo del Louvre, París. (Terceros)
Mecenas e instituciones se encontraban en un aprieto cuando se estrenó la década de 1930. Pese a este panorama oscuro, los Museos Nacionales de Francia, encabezados por el Louvre, firmaron un convenio con Siria para explorar el subsuelo de Antakya. No fue complicado. El país galo ejercía un protectorado sobre el asiático, lo que zanjaba cualquier contingencia política.
Más arduo sería resolver el problema económico. El museo parisino, sin recursos para emprender las excavaciones en solitario, se puso en contacto con una universidad del otro lado del Atlántico. En EE.UU., los arqueólogos de la Universidad de Princeton seguían muy activos pese a la Depresión.
Aun así, Charles Rufus Morey, su director, también tuvo que pedir ayuda a otras instituciones para financiar el proyecto. Su coste rondaba los 220.000 dólares, una enorme fortuna. Las perspectivas no estaban nada claras cuando, por sorpresa, dos museos de arte medianos pero pujantes, los de Baltimore y Worcester, apostaron por la empresa.
Así se formó un equipo variopinto. Lo integraban representantes de tres países, cuatro centros académicos y un goloso objetivo en común: sacar a la luz los tesoros de Antioquía. No cabía esperar sino un éxito rotundo a juzgar por los documentos antiguos y medievales, que describían una metrópolis excepcional.
Siempre capital
Fundada hacia 300 a. C. por Seleuco I Nicátor, general de Alejandro Magno, la ciudad no tardó en crecer. No era para menos. Su artífice, creador de otras 69 colonias, había elegido muy bien el solar: en una serie de bancos modelados por el río Orontes, junto a los montes Silpios y Staurin, que lo resguardaban de posibles ataques.
El sitio, además, se encontraba en un cruce de vías terrestres y fluviales utilizadas desde la prehistoria para transitar entre África, Asia y Europa. De hecho, mesopotámicos, egipcios, fenicios e hititas lo habitaron durante milenios antes de surgir el asentamiento helenístico. No fue extraño, pues, que Seleuco lo convirtiera en el eje de su reino y de su dinastía, la seléucida.
Cuando los romanos conquistaron la región en el siglo I a. C. hicieron de la estratégica ciudad la capital de la provincia de Siria. Debido a su importancia como núcleo administrativo, militar y comercial, varios emperadores la embellecieron con diversas obras públicas y repararon los daños causados por los seísmos, un mal endémico en la zona.
Solo la propia Roma y la opulenta Alejandría superaban el esplendor de Antioquía en los siglos iniciales de la era cristiana, cuando llegó a ser conocida como la Reina de Oriente. La nueva religión la llevó a su momento culminante. Lujosa y cosmopolita, poblada por griegos, sirios, latinos y judíos, en Antioquía se oyó por primera vez la palabra “cristianos”.
Allí san Pedro organizó la iglesia más antigua tras la de Jerusalén, san Pablo debutó como predicador en una de sus sinagogas y san Mateo escribió su evangelio. La ciudad se erigió en una de las cinco sedes patriarcales de la cristiandad temprana, con Jerusalén, Roma, Alejandría y Constantinopla.
En el siglo IV superaba el medio millón de habitantes. Las viviendas de la clase acomodada incluían agua corriente, calefacción central y suntuosos pavimentos con mosaicos. En cuanto al urbanismo, la metrópolis contaba con sólidas defensas, dos avenidas columnadas que se cruzaban en un amplio foro y una red de acueductos que la surtía de abundante agua.
Los barrios residenciales se alternaban con otros comerciales. Un teatro y anfiteatro y varios baños públicos alegraban la vida diaria, mientras que templos paganos, sinagogas e iglesias brindaban sosiego. Por su parte, un enorme palacio en la isla Basileia (formada por una bifurcación del Orontes) ofrecía descanso y recreo a los césares de paso.
El bullicio empezó a declinar en el siglo VI, a raíz de dos violentos terremotos y de la conquista persa de Antioquía. Los emperadores bizantinos recobraron la plaza y le dieron un segundo auge, sobre todo Justiniano. Pero la expansión musulmana, un siglo más tarde, selló su decadencia al desplazar la capitalidad regional a Alepo.
La ciudad de papel
Ocho campañas arqueológicas se sucedieron en Antakya entre 1932 y 1939 para buscar bajo su suelo aquel apogeo de la era clásica. En 1936, durante el clímax de las excavaciones, llegaron a trabajar en los yacimientos hasta dos mil operarios.
Sin embargo, pese a conocerse en detalle la antigua Antioquía gracias a testimonios literarios griegos, romanos, paleocristianos y bizantinos, no se encontró gran cosa en cuanto a edificios. Los sedimentos del Orontes habían borrado del mapa, por ejemplo, la isla Basileia.
Y la ciudad moderna cubría lo más relevante de la histórica. Nada quedaba de los numerosos templos paganos y sinagogas. De las iglesias apenas se hallaron dos.
Mosaicos vitales
Pese a ello, la expedición francoamericana localizó finalmente varios templos bizantinos en los alrededores y otros vestigios de interés en poblaciones vecinas. Con respecto a la vieja Antioquía, consiguieron desenterrar una de las dos avenidas columnadas, varios baños públicos y un centenar de residencias privadas.
Los hallazgos depararon una grata sorpresa, lo más valioso del proyecto: magníficos mosaicos grecolatinos con escenas míticas y ceremoniales. Realizados entre los siglos II y VI, sus escenas permitieron conocer mucho mejor la acomodada vida de las clases altas en el Oriente tardorromano.
El inesperado aluvión de teselas fue tan exquisito como generoso. Hasta el punto de que Siria, dueña de la mitad de lo que se encontrara (el 30% restante era para las instituciones norteamericanas y el 20% para el Louvre), creó en Antakya un museo arqueológico considerado el segundo mejor dotado del mundo en mosaicos de esta época.
Otras piezas, transportadas a Francia y Estados Unidos, se han convertido en las estrellas de sus espacios de acogida. Lamentablemente, la entrega de la provincia de Hatay a Turquía y el estallido de la Segunda Guerra Mundial paralizaron en seco los trabajos. Solo pudieron retomarse a comienzos del siglo XXI.
El documental histórico “Las huellas de Jesús en Roma”, presentado por Rome Reports
Los restos mortales de san Pedro y san Pablo, el fragmento de la Cruz de Cristo, los escalones que recorrió Jesús en su pasión… Desde hace cientos y cientos de años, millones de peregrinos de todo el mundo visitan Roma para recogerse en oración ante estas y otras reliquias. Pero, ¿son verdaderas?
A esta pregunta, que ha generado importantes debates a lo largo de la historia, responde el documental “Las huellas de Jesús en Roma”, elaborado por la agencia informativa audiovisual Rome Reports, presentado el 16 de septiembre en la Embajada de España ante la Santa Sede.
Se trata de un filme de 46 minutos, que indaga con imágenes inéditas en el origen y la repercusión de las numerosas reliquias de Cristo y sus apóstoles en la Ciudad Eterna.
La lanza del centurión romano que traspasó a Jesús
El espectador, por ejemplo, descubrirá que la cúpula de Miguel Ángel, que custodia el altar mayor de la Basílica de San Pedro del Vaticano, se apoya sobre cuatro columnas en las que pueden apreciarse precisamente las estatuas que hacen referencia a vestigios ligados a la vida de Jesús.
Entre ellas se encuentra, por ejemplo, la estatua del centurión romano Cayo Casio Longinos, que traspasó con su lanza el costado de Jesús en la cruz (Evangelio Según Juan 19, 34). Su estatua fue erigida en ese lugar tan importante para el cristianismo pues allí se conserva precisamente la punta de esa lanza, que según la tradición fue donada a Inocencio VIII (Papa de 1484 a 1492) por el sultán turco Bayazid.
San Longino, Basílica de San Pedro, Vaticano
La Cruz de Cristo
Otra de las columnas de la cúpula vaticana está dedicada a Santa Elena, la madre del emperador Constantino, quien en el año 327 emprendió una peregrinación a Tierra Santa en la que habría encontrado en el monte Calvario, en Jerusalén, la “verdadera cruz” de Jesús. Un fragmento de aquella cruz se conserva hoy en la iglesia de la santa Cruz, en Roma.
Estatua de Santa Elena, en la Basílica de San Pedro
Los restos de los santos Pedro y Pablo
Entre las reliquias de la cristiandad en Roma, el documental da particular importancia a los restos mortales de los dos grandes apóstoles. La tumba del apóstol Pedro, que dio origen a la que hoy es la grandiosa basílica vaticana, y la tumba del apóstol Pablo, cimiento de la basílica que lleva su nombre del otro lado de las murallas de la antigua ciudad de Roma.
El documental muestra cómo la arqueología permite comprobar que en los últimos veinte siglos se ha dado una tradición ininterrumpida de atención y conservación con el máximo cariño de los restos de estos dos santos por parte de los seguidores de Jesús.
El verdadero sentido de las reliquias
Esos testimonios históricos no son pruebas irrefutables de la veracidad del cristianismo, explicaron quienes tomaron la palabra en el acto.
Como dijo en la presentación de la proyección Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, “el método de Dios no consiste en ofrecer una prueba histórica irrefutable para afirmar la fe”. Si fuera así, constató, no respetaría la libertad del creyente.
Ahora bien, añadió Tornielli, “la arqueología, bendita arqueología, nos ofrece indicios que nos permiten apoyar la fe”.
El documental se presenta días después de que el Papa Francisco haya donado al patriarca ortodoxo de Constatinopla, Bartolomé I, fragmentos de los restos mortales de San Pedro conservados en el Vaticano, como símbolo de fraternidad.
Tumba de San Pedro, Grutas Vaticanas
La posición de los papas
Después de años de investigaciones arqueológicas en los cimientos de la Basílica del Vaticano, Pablo VI, afirmó públicamente el 26 de junio de 1968 que “tenemos motivo para considerar que han sido encontrados los pocos, pero sacrosantos restos mortales del príncipe de los apóstoles”, Pedro, bajo el altar mayor.
Como puede apreciarse, el Papa se limitó a constatar el parecer de los arqueólogos, pero no declaró en ningún momento ese descubrimiento como una obligación de fe para los cristianos. De hecho, el mismo pontífice reconoció que con ese anuncio “no se agotarán las investigaciones, las verificaciones, las discusiones y las polémicas”.
La proyección fue introducida por las palabras de bienvenida de María del Carmen de la Peña Corcuera, embajadora de España ante la Santa Sede.
Las reliquias, una ayuda para la oración
El cardenal Giovanni Battista Re, subdecano del Colegio Cardenalicio, agradeció a la producción de Rome Reports, dirigida por el periodista Antonio Olivié, pues con elementos históricos, y en algunos pasajes cinematográficos, revive veinte siglos de historia, dando a comprender el sufrimiento de Cristo en la pasión.
“Hemos podido ver todo lo que Cristo sufrió por nosotros, pues la muerte en la cruz era algo verdaderamente terrible”, constató al concluir la proyección, con palabras rotas por la emoción el purpurado italiano.
Las reliquias son “una ayuda a la fe y a la oración”, subrayó.
Imagen del documental “Las huellas de Jesús en Roma”, Rome Reports
¿Por qué este documental?
El documental ha sido producido con el patrocinio de la “Doctor Ramón Tallaj Foundation”. Cuenta con ediciones en español e inglés y está listo para distribuirse en todo el mundo, especialmente a través de canales de televisión.
En sus palabras en el acto de presentación, el doctor Ramón Tallaj, quien es además presidente de Somos Community Care, red de asistencia médica que ofrece atención a 650.000 pacientes del área de Nueva York, explicó que este documental permite descubrir cómo “durante los siglos y desde los primeros cristianos, Roma se fue convirtiendo en el centro de la Iglesia católica, hasta nuestros días”.
“La fe en Cristo está inscrita en el alma de esta Ciudad Eterna de una forma muy profunda y eso hemos querido reflejarlo y proyectarlo en este documental”, siguió diciendo el doctor, ciudadano de la República Dominicana, que ha adoptado la nacionalidad norteamericana.
“Roma es un referente para todos los cristianos y especialmente para quienes somos católicos –dijo por último el doctor Tallaj–. Nuestra fe no es una leyenda, ni tiene como fundamento relatos míticos. La fe cristiana se fundamenta en un dato histórico: la persona misma de Jesús de Nazaret y su proyecto de vida manifestado en todos sus hechos y palabras. Proyecto de vida vivido y anunciado al mundo desde los primeros creyentes”.
“No son caso únicos, sino que forman parte de un plan de avance para sembrar el terror”
Según fuentes cercanas a la fundación ACN la población cristiana está siendo exterminada o expulsada de sus casas por extremistas musulmanes en el norte de Burkina Faso. Los últimos en haber sido abandonado son las poblaciones de Hitté y Rounga, que acaban de recibir el ultimátum de los terroristas de convertirse o abandonar sus casas. “No son caso únicos, sino que forman parte de un plan de avance para sembrar el terror, asesinando a miembros de las comunidades cristianas y haciendo huir al resto después de avisarles que en un plazo de tres días volverán y no quieren encontrar ni un cristiano ni un catecúmeno”, explican las fuentes.
La primera población atacada fue Toulfé, cuando a finales de mayo los yihadistas mataron durante la celebración religiosa a cinco personas, entre ellos un catequista, e hirieron a un segundo catequista. “De Touflé los extremistas avanzaron a la localidad de Babo, que también recibió un ultimátum. Muchos huyeron, los que se quedaron vieron como los terroristas asesinaban a tres personas, entre ellos a Jean-Paul, que había quedado como responsable de la comunidad y organizaba los grupos de oración.”
La última localidad amenazada ha sido Hitté. “A principios de septiembre, 16 hombres llegaron al pueblo e interceptaron a la gente que regresaba de los campos. Mientras unos les obligaban a meterse en la iglesia y amenazaban a los cristianos para que abandonaran sus casas en un plazo de tres días, otros quemaban lo que encontraban por el camino. Hitté ha quedado sin cristianos o catecúmenos”, confirman las fuentes. Después los hombres armados siguieron su avance a Rounga, que también ha sido evacuada.
7.000 desplazados por los ataques
“Sólo de estas dos poblaciones han huido casi 2.000 personas, que han sido recogidas en una escuela primaria de Ouindigui”. También Titao, otra ciudad cercana, ha estado acogiendo desplazados desde los comienzos de la persecución. Ahora acoge a casi 7.000 víctimas de la violencia y el destierro. En Titao la iglesia católica por medio de Cáritas se encarga de organizar la ayuda social y pastoral, la atención medica de enfermos y ancianos, además de acompañar a la población que está muy traumatizada. “Es una situación muy difícil de manejar pero que ha traído la solidaridad del resto de la población de Titao, incluso la musulmana, que no comparte el extremismo radical de los terroristas y aporta comida y agua para ayudar a la iglesia local a paliar las necesidades más básicas de los refugiados”.
Sin respuesta de las autoridades
Las autoridades locales de Titao están conmovidas por la situación dolorosa y dramática que está sufriendo la región. Sin embargo, ”los informes a las instancias superiores son acogidos con silencio. No hay respuestas”.
Otro gran problema es la falta de colaboración de las fuerzas del orden, la gendarmería y la policía, a la hora de colaborar para recuperar los cuerpos de los cristianos asesinados, reprochan las fuentes consultadas. “Ponen muchas dificultades para acompañar a recoger los cuerpos y enterrarlos, dicen que no es seguro, así que es muy difícil. En algunos casos las fuerzas de seguridad se han negado. Una vez las hijas de los asesinados se llenaron de valentía y fueron con un triciclo para obtener los cuerpos y poder enterrarlos. Tampoco en Babo ha sido sencillo. Tuvieron que ir de noche con motos a recoger los cuerpos entre dos personas, robaron los cuerpos y los trajeron a Titao. Los cuerpos habían empezado a descomponerse. Después de eso, muchos tuvieron problemas de salud. Todo esto es inhumano.”
Terroristas locales, armas extranjeras
Las fuentes consultadas advierten que “si bien la mayoría de los terroristas son de la etnia fulani (peuls) no se debe estigmatizar a todos los fulani (peuls)” porque hay una fuerza mayor detrás de los atacantes. “Alguien empuja a estas personas a tomar armas, les da las armas para matar a sus hermanos con quienes han vivido durante mucho tiempo. Y es que aunque hay extranjeros entre los terroristas, la mayoría no son extraños. Son personas que vivieron durante mucho tiempo en la zona, se conoce a su familia, y de la noche a la mañana se han convertido en enemigos de la población. Esas personas están siendo manipuladas.”
Por eso el primer culpable de la crisis y el aumento de la violencia en el país habría que buscarlo fuera: “Estas armas no se fabrican en Burkina Faso. Sabemos que quienes dan estas armas son compañías internacionales que realmente cuidan solo de sus intereses. Los que suministran las armas desconocen el valor de la humanidad. Pedimos que estas armas sean eliminadas y la paz volverá a Burkina”.
En caso contrario las consecuencias pueden ser gravísimas, explican las fuentes: “La paz debe llegar de inmediato, de lo contrario pueden empezar las represalias. La gente sabe ‘ese es el que mató a mi padre, o a mi hermano’. Es muy difícil. Después de tanta barbarie se es insensible a la paz. Además la gente lo ha perdido todo y van a perderse también las cosechas, la consecuencia será el hambre. La situación es crítica. Por favor recen para que Dios pueda tocar los corazones y la paz regrese”.
Yemen es una de las guerras olvidadas del siglo XXI
El conflicto mantiene enfrentado desde 2015 al grupo chií de los hutíes contra el grupo del gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, que cuenta con el apoyo de una coalición internacional liderada por Arabia Saudí. La presencia de grupos terroristas como Al Qaeda y Estado Islámico ha empeorado la situación, ya que han aprovechado la guerra para imponer su violencia terrorista.
Desde 2015 la población yemení ha sido víctima de la violencia. Los últimos datos de las Naciones Unidas registran 70.000 muertes y más de 190.000 desplazados.
El Papa es uno de los pocos que no se ha olvidado de esta guerra. Este año, en una audiencia, Francisco pedía rezar el Padrenuestro por los niños y víctimas de las guerras.
FRANCISCO
27 de marzo de 2019 Y ahora nos hará bien detenernos un poco y pensar en los niños que pasan hambre. Pensemos en los niños que están en países en guerra, los niños hambrientos de Yemen, los niños hambrientos de Siria, los niños hambrientos de tantos países donde no hay pan. En Sudán del Sur... Pensemos en estos niños y digamos juntos en voz alta la oración: Padre, danos hoy nuestro pan cotidiano. Todos juntos.
La situación humanitaria en el país es una de las peores del mundo según el programa de alimentos de las Naciones Unidas. Además recientemente se han registrado nuevos brotes de cólera.
ACHIM STEINER
Programa de la ONU para el desarrollo "He visto un resiliencia desesperada, pero también una profunda tristeza, una nación que ha perdido su capacidad de desarrollo y, según nuestras estimaciones, ha perdido veinte años de desarrollo en estos cuatro años de conflicto. La gente tiene hambre. La gente está sufriendo. Sus instituciones, sus escuelas y su administración local han desaparecido. Y para muchos de ellos, la vida tal como la conocían ha dejado de existir".
En el año 2018, se advertía que 10 millones de personas estaban en riesgo de sufrir hambruna. La falta de recursos está generando niveles de desnutrición alarmantes. Una de las razones es que en gran parte la ayuda humanitaria no puede llegar a la población ya que las principales zonas de acceso están bloqueadas por los países de la coalición liderada por Arabia Saudí
ACHIM STEINER
Programa de la ONU para el desarrollo "Lo que he visto aquí en Yemen es la tragedia humana que aparece cuando ocurre la guerra. Nuestro trabajo en Naciones Unidas, el trabajo de la comunidad internacional, pero sobre el trabajo de los líderes aquí en Yemen y en la región, debe considerar esto como lo que es: una tragedia humana con enormes implicaciones para las futuras generaciones si no detenemos esta guerra y comenzamos a reconstruir el país".
La ONU sigue con su campaña de recogida de fondos para Yemen para ayudar a la maltrecha población civil. Mientras tanto el país se deshace entre los pedazos de una guerra olvidada cuyo final todavía no parece cercano.
¿Sabes quién era San Mateo?
Leví, el recaudador de impuestos de Cafarnaúm
San Mateo era probablemente de Cafarnaún. En esa ciudad ejercía el oficio de recaudador de impuestos, cuando Jesús le llamó para formar parte de los Doce. Es el autor de uno de los cuatro evangelios. No hay datos seguros sobre los lugares de Oriente donde predicó. Murió mártir, seguramente en Persia.
LA RESPUESTA DE SAN MATEO
“El Señor esperaba una respuesta pronta y generosa
de aquel rico recaudador de impuestos.
Y Mateo, al instante, le siguió”.
I
Íbamos hacia el mar...
Y, comosiempre, tú y yo detrás de Jesús.
Caía el sol sobre aquel camino arenoso y tú querías descubrir, entre las pisadas de los que iban delante, cuáles eran las huellas del Señor. Como niños pequeños nos entreteníamos en pisar las señales de sus pies, pisando sobre sus pisadas. Llenos de ilusión.
Creíamos que, caminando así, hacíamos lo mejor.
Cuando ya se terminaban las casas, vimos aquélla última, pequeñita, con la puerta mirando al mar. Delante, en fila rigurosa, estaban muchos judíos con bolsas de dinero en sus manos, oteando con mirada recelosa... Jesús se ha parado un instante frente a la puerta de esta casita, mientras que los judíos alineados a la sombra le observan sin cesar.
Hemos llegado tú y yo, y miramos los dos, distraídos, los pies de Jesús, esperando que comience a andar para ser los primeros en pisar sus pisadas. De nuestro juego infantil, nos despertó la voz de Jesús, que dijo:
- "¡Sígueme!"
Alzamos nuestros ojos del suelo y vimos que el Señor hacía a la vez señas con su índice a un hombre que sentado en el banco de los tributos le estaba mirando.
Mateo miraba a Jesús con asombro; una interrogación se dibujaba en su rostro, como diciendo: -"¿A quién es? ¿A mí?"
II
Lago de Tiberíades
Pensando que la llamada era para él, sin mirar más, sin atender a toda aquella gente que aguardaba para pagar, sin contar los montones de dinero que estaban encima de la mesa, y sin cerrar siquiera la puerta de su casa, dejándolo todo como estaba, levantándose le siguió.
Los judíos de la puerta no comprendieron aquella locura: ¿por qué deja abandonado todo a una palabra de Jesús? ¿Por qué, al paso de Jesús, abandona con desprecio el dinero, que antes ambicionaba con tanto ahínco y afán? ¿A qué es debido ese cambio de conducta?
Tú y yo entendimos que era uno más que se nos unía. Ya no perderá más tiempo ganando sólo dinero; dedicará su vida a andar por caminos de amor y de ideal, de heroísmo y de cielo, siguiendo a Jesús a donde quiera que vaya. Y por Él dejará también, un día, con su sangre, su vida.
Mateo no estropeó la elegancia de su entrega sin palabras con remilgos egoístas, como hubiera sido el poner en orden sus cosas, el recoger el dinero, el mirar para atrás cuando se acercaba a Jesús, dejando a sus espaldas las ilusiones de siempre. Y Mateo es publicano...
III
"San Mateo, escribe su evangelio", de Caravaggio
No es de los que se pasan la vida discutiendo si es bueno dar el décimo del perejil y de la hierbabuena, es más sencillo que todo eso, y por ello nunca ha sido visto entre los fariseos de su pueblo.
No puede con esas hipócritas discusiones vacías, y cuando le ha llegado el momento, no ha dado el diezmo, lo ha dado todo, con un cambio radical de su vida.
A ti, que me escuchas, amigo, te diré: tú que le sigues jugando a pisar sus pisadas y conservando tu voluntad, sin haberla entregado, mira la actitud de Mateo.
Muchas veces, tú y yo, hemos comentado la conveniencia de darnos del todo a Jesús, haciéndolo también sin palabras, y siempre me has dicho lo mismo, que más adelante, que también sin seguirle del todo se puede hacer mucho bien, que el Señor también quiere que haya recaudadores de tributos, que...
No es preciso que hablemos más, la conducta de Mateo es bastante elocuente. Y Jesús está pasando por tu puerta...
"Caminando con Jesús", J.A. GONZÁLEZ LOBATO,
Ediciones RIALP, S.A.
han sugerido que la colina de Kiriath Yearim y la ciudad adyacente de Abu Ghos deben identificarse como Emaús
Un grupo de arqueólogos israelíes y franceses han hallado los restos de Emaús, un lugar de gran trascendencia en el Nuevo Testamento, y lugar en el cual se apareció Cristo Resucitado por primera vez a sus discípulos.
Este hallazgo, según cuenta el diario Haaretz, se ha producido mientras identificaban una fortificación helenística de de 2.200 años de antigüedad y que podría haber sido construida por un general seléucida que derrotó a Judas Macabeo.
En la colina de Kiryat Yearim
Esta excavación en la que podría localizarse Emaús está situada en la colina de Kiryat Yearim, muy cerca de Jerusalén. Este lugar habría albergado durante 20 años el Arca de la Alianza antes de que el Rey David la transportase a Jerusalén, afirman los investigadores al diario israelí.
Por su parte, el arqueólogo de la Universidad de Telaviv, Israel Finkelstein, y Thomas Römer, profesor del Colegio de Francia, han sugerido que la colina de Kiriath Yearim y la ciudad adyacente de Abu Ghos deben identificarse como Emaús.
Ambos explicaron que este lugar jugó un papel importante en la historia de la lucha judía contra el imperio seléucida y que aparece en el Libro de los Macabeos, muriendo Judas Macabeo en la batalla de Elasa a manos del ejército comandado por Bacchides, que a su vez acabaría fortificando varias ciudades, entre ellas Emaús.
Pero para los cristianos Emaús tiene un significado aún más importante, pues según el relato evangélico una vez resucitado fue en el camino a Emaús en el que Jesús se apareció por primera vez a dos de sus discípulos. Al principio no le reconocieron pero cuando llegaron a este pueblo y Cristo partió el pan “se les abrieron los ojos”.
Otras dos hipótesis sobre su localización
Sin embargo, no todos los especialistas están de acuerdo en que Emáus esté situado en esta fortificación sino que hay al menos otras dos hipótesis sobre la localización de esta localidad. “Tradicionalmente, la mayoría de los estudiosos han identificado el tiempo de Emaús de Jesús con lo que más tarde se convirtió en la ciudad bizantina llamada Emaús Nicopolis, ubicada en el Valle de Ayalon, cerca del cruce moderno de Latrun”, explica Benjamin Isaac, profesor emérito de historia antigua de la Universidad de Tel Aviv a Haaretz.
Según el Evangelio de San Lucas, Emaús estaba a 60 estadios de Jerusalén, casi unos 12 de kilómetros, mientras que Emaús Nicopolis está situada a 25 kilómetros. Por ello, Thomas Römer señala que existen tradiciones antiguas que vinculan a Kiriath Yearim y Abu Ghosh con Emaús. “Al menos algunos cristianos en los pasados siglos no estaban de acuerdo con Eusebio y creían que la aparición de Jesús ocurrió allí en lugar de en Emaús Nicopolis. Es por eso que los cruzados, en el siglo XII, construyeron la Iglesia de la Resurrección magníficamente pintada al fresco en Abu Ghosh”.
Hace cinco años, esas eran las opciones que el Estado Islámico (ISIS) daba a los cristianos de Mosul, entonces la tercera ciudad de Irak: abrazar el islam, abonar un impuesto religioso o enfrentarse a la espada. El ISIS marcaba las casas cristianas con la letra arábiga ن (N), inicial de la palabra nasrani ("nazareno" o "cristiano"). A menudo los cristianos no podían sino echarse la ropa a la espalda y huir de una ciudad que había sido su hogar durante 1700 años.
Hace dos años se derrotó al ISIS en Mosul y se echó abajo su califato. Los extremistas, sin embargo, habían logrado limpiarla de cristianos. Antes del ascenso del ISIS había más de 15.000 cristianos allí. El mes pasado, la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia Necesitada reveló que sólo habían regresado 40. No hace mucho, en Mosul se hacían "celebraciones de Navidad sin cristianos".
Gracias a la indiferencia de los europeos y de numerosos cristianos occidentales, más preocupados por no parecer islamófobos que por defender a sus propios hermanos, ese genocidio cultural tuvo éxito, desgraciadamente. Pensemos por ejemplo en lo que le ocurrió al padre Raguid Gani, sacerdote católico de Mosul: acababa de oficiar misa en su iglesia cuando los islamistas lo asesinaron. En una de sus últimas cartas, Gani escribió: "Estamos al borde del colapso". Eso fue en 2007: casi diez años antes de que el ISIS erradicara a los cristianos de Mosul. "¿Está mirando el mundo 'hacia otro lado' mientras se mata a los cristianos?", preguntó en 2015 el Washington Post. Desde luego.
Las huellas del pasado judío perdido también han salido a la superficie en Mosul, donde hubo una comunidad judía durante miles de años. Dos mil años después, tanto el judaísmo como el cristianismo han sido aniquilados. Esa vida se ha terminado. El periódico La Vie recogió el testimonio de un cristiano, Yusef (se le cambió el nombre), que huyó la noche del 6 de agosto de 2014, justo antes de que llegara el ISIS. "Fue un verdadero éxodo", afirmó: "La carretera estaba abarrotada de gente, yo no veía ni el comienzo ni el fin de esa procesión. Había niños llorando, y familias que arrastraban pequeñas maletas. Los ancianos iban a hombros de sus hijos. La gente tenía sed, hacía mucho calor. Perdimos todo lo que habíamos construido para vivir y nadie luchó por nosotros".
"Sin duda, algunas comunidades, como los pequeños núcleos cristianos de Mosul, se han perdido para siempre", escribieron en 2017 dos académicos estadounidenses en Foreign Policy: "Estamos al borde de la catástrofe y, salvo que actuemos pronto, en cuestión de semanas la mayoría de las pequeñas comunidades cristianas que quedan en Irak serán erradicadas en el genocidio que se está perpetrando contra los cristianos del propio Irak y de Siria".
Sólo en Mosul se vandalizaron o destruyeron 45 iglesias. No se libró ni una. Sólo queda una abierta en toda la ciudad. Por lo visto, el ISIS también quiso destruir la historia cristiana del lugar. Atacaron el monasterio de los santos Behnam y Sarah, fundado en el siglo IV. El cenobio sobrevivió a la conquista islámica del siglo VII y a las posteriores invasiones, pero en 2017 se destruyeron sus crucifijos, se saquearon sus celdas y se decapitaron las estatuas de la Virgen. En enero, Nayib Mijaíl, que salvó 850 manuscritos del Estado Islámico, fue ordenado arzobispo católico caldeo de Mosul.
El ISIS, junto con el Frente Al Nusra, rama de Al Qaeda en Siria, siguió el mismo patrón cuando sus combatientes atacaron el pueblo cristiano de Malula. "Marcaron las imágenes de los santos, de Cristo, destrozaron las estatuas", declaró el padre Tufic Eid a la agencia del Vaticano, SIR: "Hicieron añicos los altares, los iconostasios y la pila bautismal. Pero lo que más me llamó la atención fue la quema del registro de los bautizos. Es como si hubiesen querido borrar nuestra fe".
En el cementerio de la iglesia de San Jorge, en Karamlesh, al este de Mosul, el ISIS desenterró un cuerpo y lo decapitó; al parecer, sólo porque era de un cristiano.
La suerte que corren los cristianos de Mosul es similar a la de los demás cristianos de Irak. "La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza tiene varias categorías para definir el peligro de extinción al que se enfrentan varias especies", escribe Benedict Kiely, fundador de Nasarean.org, que ayuda a los cristianos perseguidos de Oriente Medio; y añade: "Sobre la base del porcentaje de descenso de la población, las categorías van desde la de 'especies vulnerables' (un descenso de entre el 30 y el 50%) y la de 'en grave peligro' (80-90%) hasta, por último, la de extinción. La población cristiana de Irak se ha reducido un 83%, lo que la sitúa en la categoría de 'en grave peligro'".
Ominosamente, Occidente ha sido y aún parece completamente indiferente al destino de los cristianos de Oriente Medio. El metropolitano Nicodemo, arzobispo siríaco ortodoxo de Mosul, ha llegado a decir: "No creo en esas dos palabras [derechos humanos], no hay derechos humanos. Pero en los países occidentales existen los derechos de los animales. En Australia cuidan a las ranas (...) Considérennos ranas, lo aceptamos: pero protéjannos, para que podamos quedarnos en nuestra tierra. Esas personas son las mismas que vinieron aquí hace muchos años. Y las aceptamos. Nosotros somos el pueblo original de esta tierra. Los aceptamos, les abrimos las puertas; nos empujan a ser una minoría y después refugiados en nuestra tierra. Esto es lo que os pasará si no abrís los ojos".
"La cristiana de Irak, una de las Iglesias más antiguas, si no la más antigua del mundo, se acerca peligrosamente a la extinción", dijo en Londres el pasado mayo Bashar Warda, arzobispo de Irbil, capital del Kurdistán iraquí. "Los que nos quedemos, debemos estar preparados para afrontar el martirio". Acto seguido, Warda acusó a los líderes británicos de incurrir en "corrección política" en este asunto por temor a ser acusados de "islamofobia". "¿Seguirán condonando esta persecución interminable, organizada, contra nosotros?", preguntó. "Cuando la próxima oleada de violencia empiece a alcanzarnos, ¿organizará alguien manifestaciones en sus campus con pancartas que digan 'Todos somos cristianos'?".
Estos cristianos se han ganado un espacio en nuestras pantallas de televisión y nuestros periódicos; espacio que han pagado con su sangre y su sufrimiento. Su tragedia arroja luz sobre nuestro suicidio moral. Como observó el escritor franco-libanés Amín Maalouf: "Esta es la gran paradoja: uno acusa a Occidente de querer imponer sus valores, pero la verdadera tragedia es su incapacidad para transmitirlos (...) A veces tenemos la impresión de que los occidentales se han apropiado definitivamente del cristianismo (...) y que se dicen a sí mismos: nosotros somos los cristianos, y el resto es solo un vestigio arqueológico destinado a desaparecer. Las amenazas a los pandas causan más emoción" que las amenazas de extinción que se ciernen sobre los cristianos en Oriente Medio.
El Papa Francisco decretó, el 1 de julio de 2019 que, el beato John Henry Newman, junto a otras 4 beatas, sean inscritos en el Libro de los Santos el domingo 13 de octubre de 2019, en el marco del Sínodo de la Amazonía.
El Santo Padre presidió el consistorio público ordinario para la canonización de los 5 beatos en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, durante la celebración de la Hora Tercia.
Además del cardenal Newman, serán elevadas a los altares Giuseppina Vannini (nacida: Giuditta Adelaide Agata), fundadora de las Hijas de San Camilo; Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; Dulce Lopes Pontes (nacida: Maria Rita), de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios; y Marguerite Bays, Virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.
Cardenal John Henry Newman
El cardenal Newman nació en Londres (Inglaterra) el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston (Inglaterra) el 11 de agosto de 1890. Fundó el Oratorio de San Felipe Neri en la ciudad inglesa de Birmingham, en 1848 y fue rector de la Universidad Católica de Dublín (1851-1858). Algunos lo consideran un “padre de la Iglesia” para el próximo siglo.
Newman fue beatificado en el Reino Unido por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010, fijando su festividad para el 9 de octubre, fecha de su conversión.
El segundo milagro que ha permitido la canonización de este cardenal inglés ha sido la curación de Melissa Villalobos, una estadounidense madre de 5 hijos que sufría una grave hemorragia en su quinto embarazo. Dicho milagro fue aprobado por el Papa Francisco el 13 de febrero de 2019.
(ZENIT – 1 julio 2019).-
Un recuerdo de la Ascesión
Unos metros más al norte, en el lugar donde se conserva el recuerdo de la Ascensión de Jesús, la rica y piadosa matrona romana, Pomenia, levantó un edificio octagonal, denominado Imbomon (en la colina), que fue destruido por los persas y reconstruido por los cruzados con el nombre deIglesia de la Ascensión.
Dentro del edículo estaba la piedra sobre la cual, según la tradición, se posaron los pies de Jesucristo. Con Saladino, en 1187, la iglesia fue transformada en mezquita, y hoy no quedan del antiguo edificio más que el edículo y algunos restos. En un lugar muy cercano, a unos 100 metros, sobre las ruinas de la basílica de la Eleona los cruzados erigieron la Iglesia del Pater Noster. En el claustro del actual convento carmelita, construido sobre las ruinas de la iglesia del s. IV, está escrito el Padrenuestro en muchas lenguas.
En la parte alta del Monte de los Olivos tuvo lugar la Ascensión del Señor y allí se encuentra la gruta y Basílica donde según la tradición Jesús enseñó a rezar el Padre Nuestro. La gruta está protegida a la sombra de un monasterio de Carmelitas de clausura, fundado en 1868 por la princesa de la Tour d'Auvergne, llamado Pater Noster. Según una tradición muy antigua, Jesús y sus apóstoles estuvieron repetidas veces en este lugar. La gruta está junto al camino que desde antiguo unía a Betania y Betfagé con Jerusalén.
Según dicha tradición, Jesús instruyó aquí a sus apóstoles sobre muchas cosas y les enseñó el Padre Nuestro, además de hablarles del fin del mundo y la destrucción de Jerusalén. Desde aquí se veía perfectamente Jerusalén, antes de que se levantaran las construcciones que hay delante. El recuerdo debía ser fuerte para que santa Elena tomara la determinación de construir aquí una basílica el año 326, con el nombre de Eleona. Esta constaba de tres naves y estaba precedida de un gran atrio con cuatro pórticos y orientada hacia el este. La gruta quedó como cripta bajo el presbiterio de la basílica.
La tradición de este lugar es constante. Los testimonios antiguos se han visto multiplicados desde la Edad Media. El lugar no ha cambiado pero sí desaparecieron las construcciones antiguas. La Eleona construida por decisión de Santa Elena, fue destruida por los persas en el año 614. No obstante, continuó el culto en la cripta, como consta por algunos testimonios posteriores. En el s. XII el peregrino ruso Daniel dice haber visitado, a la distancia de un tiro de piedra de la Ascensión, una gran iglesia bajo cuyo altar está la gruta donde Cristo enseñó a sus discípulos el Pater Noster».
En 1345 el agustino Santiago de Verona encontró ya destruida la iglesia cruzada. Gracias a las excavaciones arqueológicas llevadas cabo en 1910 por los Padres Blancos, con la colaboración del dominico P. Vincent, de la Escuela Bíblica de Jerusalén, conocemos la planta de la primera basílica, la de Santa Elena, cuyos restos fueron recubiertos de nuevo.
Únicamente en lo que fue la cripta pueden verse una parte de la antigua gruta del lado oeste, y restos de ábside de la cripta bizantina, del lado Este. En 1.920 se comenzó a construir una iglesia dedicada al Sagrado Corazón, que quedó sin terminar, pero que produjo algunos daños en la misma gruta y fue causa de que se mutilase el pórtico occidental del claustro del monasterio.
El recuerdo de la oración enseñada por el Maestro ha motivado que las paredes del claustro aparezcan cubiertas con la oración que nos enseño el Señor, escrita en la lengua nativa de un gran número de pueblos de todo el mundo. Es imposible saber exactamente el lugar de la Ascensión. Fue en la cima del monte de los Olivos, y este lugar está en lo más alto.
Muy bien pudo ser aquí. En cualquier caso al mirar al cielo es fácil imaginarse al Señor subiendo, y recordar esas palabras que les dijo a los discípulos:
«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto»