La penitencia y el ayuno en la iglesia primitiva

Los primeros cristianos procuraron revivir en sus vidas la Pasión de Cristo, tomando la propia cruz para seguirle, identificándose con Él mediante el espíritu de sacrificio y de penitencia. Supieron encontrar la mortificación en su vida ordinaria, en el cumplimiento de sus deberes, en lo pequeño de cada día. Vivían la sobriedad.

La Iglesia de los primeros tiempos también conservó la práctica del ayuno, siguiendo el ejemplo de Jesús en el desierto. Los Hechos de los Apóstoles mencionan celebraciones de culto acompañadas de ayuno.

San Pablo, en su misión apostólica, no se conforma con sufrir hambre y sed cuando las circunstancias lo exigen, sino que añade repetidos ayunos. La Iglesia ha permanecido fiel a esta tradición, procurando mediante el ayuno disponernos a recibir mejor las gracias del Señor.

Presentamos a continuación algunos textos de los primeros escritores cristianos que reflejan cómo vivían el ayuno y la penitencia.

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Necesidad de la mortificación

El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar.
(EPÍSTOLA A DIOGNETO, 5-6)

Hermoso es mortificar el cuerpo. De ello te persuada Pablo, que sin cesar lucha y se sujeta con violencia (cfr. 1 Cor 9, 27), e inspira santo temor, con el ejemplo de Israel, a cuantos confían en sí mismos y condescienden con su cuerpo. Que te persuada el mismo Jesús, con su ayuno, su sometimiento a la tentación y su victoria sobre el tentador (cfr. Mt 4, 1 ss).
(SAN GREGORIO NACIANCENO, Discurso 14, 2-5)


No creamos que es suficiente un fervor pasajero de la fe, porque es preciso que cada uno lleve continuamente su cruz, para dar a entender de este modo, que es incesante nuestro amor a Jesucristo.

(SAN JERÓNIMO, Comentario a San Mateo, 10, 96)


El camino por el que viene el Señor
, penetrando hasta dentro del hombre, es la penitencia, por la cual Dios baja a nosotros. De aquí el principio de la predicación de Juan: haced penitencia.

(SAN JERÓNIMO, Comentario sobre el libro del profeta Joel, 25)


(La mortificación…) purifica el alma, eleva el pensamiento, somete la carne propia al espíritu, hace al corazón contrito y humillado, disipa las nebulosidades de la concupiscencia, apaga el fuego de las pasiones y enciende la verdadera luz de la castidad.

(SAN AGUSTÍN,  Sermón 73, 5)

Si eres miembro de Cristo, tú, quienquiera que seas [...], debes saber que todo lo que sufres por parte de aquellos que no son miembros de Cristo es lo que faltaba a la pasión de Cristo. Por esto la completas, porque faltaba; vas llenando la medida, no la derramas; sufres en la medida en que tus tribulaciones han de añadir en parte a la totalidad de la pasión de Cristo, ya que Él, que sufrió como cabeza nuestra, continúa ahora sufriendo en sus miembros, es decir, en nosotros.
(SAN AGUSTÍN, Comentario sobre el Salmo 61, 7)

Sobre el Ayuno

El libro del Pastor de Hermas refleja el estado de la cristiandad romana a mediados del siglo II. Tras una larga pausa de tranquilidad sin sufrir persecución, parece que no era tan universal el buen espíritu de esos primeros tiempos. Junto a cristianos fervorosos, había muchos tibios; y esto en todos los niveles de la Iglesia. No es de extrañar, pues, que el libro gire en torno a la necesidad de la penitencia y el ayuno… 

Los ayunos agradables a Dios son: no hagas mal y sirve al Señor con corazón limpio; guarda sus mandamientos siguiendo sus preceptos y no permitas que ninguna concupiscencia del mal penetre en tu corazón [...]. Si esto haces, tu ayuno será grato en la presencia de Dios.
(HERMAS, “El Pastor”, Comparaciones, 3)

Este ayuno es sobremanera bueno, a condición de que se guarden los mandamientos del Señor. Así pues, el ayuno que vas a practicar lo observarás de este modo: ante todas las cosas, guárdate de toda palabra mala y de todo deseo malo y limpia tu corazón de todas las vanidades de este siglo. Si esto guardares, este ayuno tuyo será perfecto.
(HERMAS, “El Pastor”, Comparaciones, 4)

Por lo demás, lo harás de esta manera: después de cumplido lo que queda escrito, el día que ayunes no tomarás sino pan y agua, y de la comida que habías de tomar calcularás la cantidad de gasto que correspondería a aquel día y lo entregarás a una viuda, a un huérfano o a un necesitado. Y te humillarás de manera que quien tomare de tu humillación sacie su alma y ruegue por ti al Señor.         (HERMAS, “El Pastor”, Comparaciones, 5, 1-4)

Alegrad, pues, vuestros rostros. (…) ayuna, y ayuna con alegría.
(SAN BASILIO EL GRANDE, Homilía sobre el ayuno, 1)

Así como es peligroso pasar los límites de la templanza en el comer, también está fuera de razón abatir demasiado el cuerpo con abstinencias excesivas, inutilizándole para todo lo bueno por haberle enflaquecido demasiado. Estamos, pues, obligados a cuidar de nuestros cuerpos.
(SAN BASILIO EL GRANDE, Sobre la verdadera virginidad, 27)

En otros tiempos del año hay algunos ayunos por los cuales se merece premio si se observa: mas en Cuaresma peca el que deja de ayunar. Los otros ayunos son voluntarios; pero los de Cuaresma son de obligación: a los otros nos convidan; pero a estos nos obligan: y no tanto son precepto de la Iglesia, como del mismo Dios.
(SAN AMBROSIO, Sermón 3, 148)

Hablaba del ayuno del alimento como una práctica necesaria para ser caritativo, del ayuno constituido por la continencia con vistas a la santidad, del ayuno de las palabras vanas o detestables, del ayuno de la cólera, del ayuno de la propiedad de los bienes con vistas al ministerio, y del ayuno del sueño para dedicarse a la oración.
(BENEDICTO XVI presenta a San Afraates el Sabio, 21 noviembre 2007)

Del libro:
ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Gabriel Larrauri  (Ed. Planeta)

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Los orígenes de la Cuaresma

El Miércoles de Ceniza el sacerdote traza una cruz de ceniza sobre la frente de los fieles

¿De dónde viene esa ceniza?

El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma. Un día en el que durante la celebración de la misa los sacerdotes trazan con ceniza una cruz sobre la frente de los fieles. Pero, ¿de dónde proviene esa ceniza?

La ceniza que los sacerdotes utilizan para trazar la cruz en los cristianos viene de la inceniración de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior. Esta bendición tiene lugar en la misa del Miércoles de Ceniza, después de la homilía.

La ceniza es sacramental, es decir, un signo sagrado "con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida" -Catecismo, 1667-.

“Conviértete y cree en el Evangelio” o "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás" son las palabras con las que el sacerdote hace la señal de la cruz a todos los feligreses.

"Eres polvo y al polvo volverás"

Este gesto recuerda a una antigua tradición del pueblo hebreo: cuando se estaba en pecado o cuando querían preparar para una fiesta importante en la que debían estar purificados, se cubrían de cenizas y se vestían con un saco de tela áspera.

Unas palabras que nos remiten a cuando "el Señor dijo a Adán tras la culpa de los orígenes: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás" (Gen 3,19). Aquí, la palabra de Dios nos recuerda nuestra fragilidad, incluso nuestra muerte, que es su forma extrema.

Frente al innato miedo del fin, y aún más en el contexto de una cultura que de tantas formas tiende a censurar la realidad y la experiencia humana del morir, la liturgia cuaresmal, por un lado, nos recuerda la muerte invitándonos al realismo y a la sabiduría, pero, por otro lado, nos empuja sobre todo a coger y a vivir la novedad inesperada de que la fe cristiana libera de la realidad de la misma muerte".

+ info - ¿Qué es la Cuaresma? 

 

 

Benedicto XVI tuvo el coraje de tomar esta decisión.

No podemos más que estarle agradecidos

El 12 de febrero de 2013, Joaquín Navarro-Valls mantuvo una conversación con Luigi Accattoli, publicada en el Corriere della Sera. En ella valora como "muy valiente y muy espiritual" la renuncia del papa Benedicto XVI al pontificado, al faltarle las fuerzas para seguir al frente de la Iglesia católica.

 

También mantuvo una conversación con euronews. Esta es la entrevista, en la que destaca -entre otras cosas- la incidencia de Benedicto XVI, como intelectual y como pastor, en las ideas de  nuestro tiempo, y en el modo valiente y racional de abordar todas las cuestiones candentes, incluyendo siempre la espiritualidad de la fe:

 

En ella valora como "muy valiente y muy espiritual" la renuncia del papa Benedicto XVI al pontificado, al faltarle las fuerzas para seguir al frente de la Iglesia católica.

También ha mantenido una conversación con euronews. Esta es la entrevista, en la que destaca -entre otras cosas- la incidencia de Benedicto XVI, como intelectual y como pastor, en las ideas de  nuestro tiempo, y en el modo valiente y racional de abordar todas las cuestiones candentes, incluyendo siempre la espiritualidad de la fe:

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 «Que Benedicto XVI considerase posible, realística y no sólo teóricamente, la renuncia de un Papa, lo sabíamos bien: lo había dicho más veces, tanto de cardenal como después de su elección. Personalmente, lo comprendí después una broma que sucedió, con ocasión de su último cumpleaños cuando hizo 85 años, y que ahora me viene a la mente de repente: Hubo quien dijo: ´Santidad, ad multos annos´, y él respondió, con una sonrisa esquiva y casi irónica: ´Verdaderamente no querría que fueran muchos´. Así que, en cierta manera ya se preparaba».

Es el comentario de Joaquín Navarro-Valls, español, que fue portavoz del Vaticano desde 1984 hasta 2006, es decir, durante 21 años con el Papa Wojtyla y durante 14 meses con el Papa Ratzinger.

 

— ¿Cómo valora el evento? ¿Qué consecuencias podrá tener un hecho así de inédito?

— Es inédito para la modernidad, pero no para la entera historia de la Iglesia. Lo veo como una decisión que estaba destinada a madurar, con un Papa o con otro. El cambio de los tiempos, su velocidad y la prolongación de la vida humana plantean la cuestión de la sucesión de un Papa debilitado por la edad. Benedicto XVI ha tenido el coraje de tomar esta decisión. No podemos más que estarle agradecidos.

 

— ¿Habrá sido un proceso dramático tomar esta decisión?

— Grave sí, pero no dramático, creo yo. Considerando el dominio intelectual y espiritual que todos sabemos que tiene, debemos pensar que ha sido de ahí donde ha surgido el coraje para decidir. Seguro que no podía ser una decisión tomada a la ligera. Él sabía bien, por conocimiento directo, lo que habían pensado y dispuesto sus dos predecesores, Juan Pablo II y Pablo VI. Por tanto, aunque se haya tratado, como es evidente por sus propias palabras, de una decisión solitaria, no ha sido tomada sin consultar. Creo que se podría decir que ha consultado con sus predecesores.

 

— ¿En qué términos ve esta consulta?

— Pablo VI y Juan Pablo II, cuando se vieron en dificultad con la edad y la salud,confiaron a sus colaboradores dos cartas, una de renuncia al Pontificado y otrasobre cómo hacerla pública. En sustancia, eligieron someterse a la voluntad de Dios y a la valoración de los demás. El Papa Benedicto, por el contrario, ha asumido la responsabilidad de decidir, con plena conciencia, siendo perfectamente dueño para comunicar personalmente su voluntad. Aquí veo un elemento de alcance histórico: ésta es una decisión que no atañe solamente a la biografía de Joseph Ratzinger, sino a la historia de la Iglesia Católica.

 

Benedicto

—Existía una espiritualidad -en la tradición- que insistía sobre la unicidad de la figura papal o sobre el serlo «de por vida». «Un padre lo es para siempre», se decía. A esta espiritualidad no se había sustraído ni siquiera un hombre nuevo en muchos aspectos como lo era el Papa Wojtyla...

—Es verdad, en esta decisión del Papa Benedicto XVI se manifiesta una postura innovadora respecto a la de la tradición. Creo que haber estado al lado del predecesor, como estrecho colaborador, también en los últimos meses, los más difíciles, le ayudó a elegir. Pero, sobre todo creo que le ha sido útil su seguridad en materia doctrinal, la fuerza de la formación teológica que le ha permitido distinguir eficazmente entre el alcance de la tradición y el contenido de los cánones y de la doctrina.

 

— ¿No existe un elemento psicológico, del hombre Ratzinger, que desea reencontrar un mínimo de paz después del trabajo de estos años?

— Existe eso también. Mirando hacia atrás, nosotros vemos un cardenal que no se esperaba el papado, sino que, por el contrario, esperaba poder volver a su país y a los estudios. Podría narrar varias anécdotas sobre esto. Aquel cardenal fue elegido y acepta rápidamente, con acto total y completo de confianza en la Providencia. Como Papa ha afrontado problemas graves, uno tras otro, casi sin tregua. Pero he aquí que las fuerzas se debilitan y aquel hombre toma una decisión. Me mantengo sobre esta línea de interpretación, sin ir a buscar motivos oscuros. Una renuncia de acuerdo con los cánones,cuando uno ve que «no puede más», como había dicho en un libro-entrevista.

 

 

 

El pasado 12 de febrero, Joaquín Navarro-Valls mantuvo una conversación con Luigi Accattoli, publicada en el Corriere della Sera, y también en el blog del entrevistador. Hoy puede llegar una traducción al español:

 «Que Benedicto XVI considerase posible, realística y no sólo teóricamente, la renuncia de un Papa, lo sabíamos bien: lo había dicho más veces, tanto de cardenal como después de su elección. Personalmente, lo comprendí después una broma que sucedió, con ocasión de su último cumpleaños cuando hizo 85 años, y que ahora me viene a la mente de repente: Hubo quien dijo: ´Santidad, ad multos annos´, y él respondió, con una sonrisa esquiva y casi irónica: ´Verdaderamente no querría que fueran muchos´. Así que, en cierta manera ya se preparaba». Es el comentario de Joaquín Navarro-Valls, español, que fue portavoz del Vaticano desde 1984 hasta 2006, es decir, durante 21 años con el Papa Wojtyla y durante 14 meses con el Papa Ratzinger.

— ¿Cómo valora el evento? ¿Qué consecuencias podrá tener un hecho así de inédito?

— Es inédito para la modernidad, pero no para la entera historia de la Iglesia. Lo veo como una decisión que estaba destinada a madurar, con un Papa o con otro. El cambio de los tiempos, su velocidad y la prolongación de la vida humana plantean la cuestión de la sucesión de un Papa debilitado por la edad. Benedicto XVI ha tenido el coraje de tomar esta decisión. No podemos más que estarle agradecidos.

 ¿Habrá sido un proceso dramático tomar esta decisión?

— Grave sí, pero no dramático, creo yo. Considerando el dominio intelectual y espiritual que todos sabemos que tiene, debemos pensar que ha sido de ahí donde ha surgido el coraje para decidir. Seguro que no podía ser una decisión tomada a la ligera. Él sabía bien, por conocimiento directo, lo que habían pensado y dispuesto sus dos predecesores, Juan Pablo II y Pablo VI. Por tanto, aunque se haya tratado, como es evidente por sus propias palabras, de una decisión solitaria, no ha sido tomada sin consultar. Creo que se podría decir que ha consultado con sus predecesores.

— ¿En qué términos ve esta consulta?

— Pablo VI y Juan Pablo II, cuando se vieron en dificultad con la edad y la salud,confiaron a sus colaboradores dos cartas, una de renuncia al Pontificado y otra sobre cómo hacerla pública. En sustancia, eligieron someterse a la voluntad de Dios y a la valoración de los demás. El Papa Benedicto, por el contrario, ha asumido la responsabilidad de decidir, con plena conciencia, siendo perfectamente dueño para comunicar personalmente su voluntad. Aquí veo un elemento de alcance histórico: ésta es una decisión que no atañe solamente a la biografía de Joseph Ratzinger, sino a la historia de la Iglesia Católica.

—Existía una espiritualidad -en la tradición- que insistía sobre la unicidad de la figura papal o sobre el serlo «de por vida». «Un padre lo es para siempre», se decía. A esta espiritualidad no se había sustraído ni siquiera un hombre nuevo en muchos aspectos como lo era el Papa Wojtyla...

—Es verdad, en esta decisión del Papa Benedicto XVI se manifiesta una postura innovadora respecto a la de la tradición. Creo que haber estado al lado del predecesor, como estrecho colaborador, también en los últimos meses, los más difíciles, le ayudó a elegir. Pero, sobre todo creo que le ha sido útil su seguridad en materia doctrinal, la fuerza de la formación teológica que le ha permitido distinguir eficazmente entre el alcance de la tradición y el contenido de los cánones y de la doctrina.

— ¿No existe un elemento psicológico, del hombre Ratzinger, que desea reencontrar un mínimo de paz después del trabajo de estos años?

— Existe eso también. Mirando hacia atrás, nosotros vemos un cardenal que no se esperaba el papado, sino que, por el contrario, esperaba poder volver a su país y a los estudios. Podría narrar varias anécdotas sobre esto. Aquel cardenal fue elegido y acepta rápidamente, con acto total y completo de confianza en la Providencia. Como Papa ha afrontado problemas graves, uno tras otro, casi sin tregua. Pero he aquí que las fuerzas se debilitan y aquel hombre toma una decisión. Me mantengo sobre esta línea de interpretación, sin ir a buscar motivos oscuros. Una renuncia de acuerdo con los cánones,cuando uno ve que «no puede más», como había dicho en un libro-entrevista.

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"Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás"

"Conviértete y cree en el Evangelio". Estas dos oraciones se van a repetir hoy en muchas iglesias de todo el mundo. Se acompañan con la imposición del sacerdote de una pequeña cantidad de ceniza en la cabeza haciendo la señal de la cruz.

El motivo, es que hoy se celebra el Miércoles de Ceniza, la festividad con la que da comienzo el tiempo de Cuaresma en la Iglesia católica. Estas son cuatro cosas que tienes que saber y te pueden ayudar a entender mejor lo que se celebra en este día.

El Miércoles de Ceniza el sacerdote traza una cruz de ceniza sobre la frente de los feligreses pero, ¿de dónde viene esa ceniza?

 

El mensaje: la conversión 

El mensaje que transmite la Iglesia con la ceniza a los fieles es un llamado fuerte a la conversión. Se hace a través del signo de la ceniza bendecida como recordatorio a la persona de lo efímero de la vida. Sirve a su vez como preparación a los signos de vida de la luz, el agua y el fuego que se emplean en la Pascua de Resurrección.

 

La penitencia: no es un castigo

Por esa razón, el tiempo de Cuaresma que comienza hoy con el Miércoles de Ceniza tiene asociada otra palabra: penitencia. No se trata de un castigo, si no de una opción libre para preparar el alma y seguir a Jesús en su propia preparación para su Pasión y Muerte. Un cambio de mirada y de mentalidad que caracterizan al cristiano: la búsqueda de Dios por encima de las cosas del mundo.

 

Ayuno y abstinencia 

El ayuno y la abstinencia son dos palabras que también marcan la Cuaresma. Son dos prácticas que acompañan a estos 40 días. Las ha establecido la Iglesia en consonancia con el Evangelio  y guardan sentido con la preparación del alma.

El ayuno estipula que el católico reduzca la cantidad de alimento que consume de forma usual. Las edades a las que afecta esta norma es desde los 18 hasta los 59 años. Es de carácter obligatorio especialmente el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.

Por su parte, la abstinencia dicta que cualquier católico a partir de los 14 años ha de renunciar a consumir carne los viernes de Cuaresma. La razón, honrar la Pasión de Jesús del Viernes Santo. Esa abstinencia incluye la carne del animal, sus órganos en cualquier forma y el pollo. Los pescados, vegetales, mariscos y derivados de productos animales sí que se permiten.

Ambas prácticas las observa la Conferencia Episcopal Española en consonancia con el Código de Derecho Canónico.

 

El símbolo de la ceniza

Detrás del símbolo de la ceniza también se esconde lo que los cristianos nos preparamos para vivir. La Cuaresma comienza con la ceniza, producto de la combustión de materiales consumidos por el fuego. Es un símbolo de lo que va a morir en nosotros, el llamado "hombre viejo", para que nazca el "hombre nuevo" por el fuego, el agua y la luz de la Pascua.

La ceniza que se usa en cada arranque de Cuaresma no es fruto de cualquier quema de objetos. La que se impone en el día de hoy en la cabeza de los católicos proviene de las palmas y ramos del Domingo de Ramos del año anterior.

Por otro lado, la ceniza es un signo que recuerda cómo se vivía la Cuaresma en la Iglesia primitiva. Según la tradición, en torno a los siglos V y VI. Los primeros cristianos hacían la penitencia de forma pública con un sayal y lo solían acompañar de ceniza a partir del siglo VII.

 

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Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana.

El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio. Es abogada contra los males de dientes y muelas. 

 

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto.

El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas.

Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad.

Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar.

Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse a al suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa.

Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

 

Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana.

El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio. Es abogada contra los males de dientes y muelas. 

 

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto.

El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas.

Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad.

Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar.

Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse a al suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa.

Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

 

¿Sabes quién era Santa Águeda?

Santa ÁGUEDA, virgen y mártir. Su nombre aparece en el Canon Romano

La fama de su virtud heroica- virginidad consciente y constante, puesta a prueba de mil modos insinuantes y coercitivos- se extendió por toda la cristiandad y se confirmó por diversos prodigios después de su muerte.

VIDA

Santa Águeda fue una joven cristiana de Catania (o Palermo), en la isla de Sicilia, que murió mártir en el siglo III. Prometida en matrimonio a Quinciano, gobernador de la isla, ella no acepta por haberse consagrado a Dios desde su infancia.

A partir de esta negativa las fuentes nos hablan de distintas pruebas que culminaron en su martirio durante la persecución de Decio (Passio Santa Agathae), o durante la de Diocleciano (Aldelmo, De laudibus virginitatis, cap. 42: PL 89, 142). Son, pues, inciertas las fechas de su nacimiento y de su muerte (ca. 251).

El proceso de su martirio se narra en la Passio Santa Agathae. Ante la primera negativa a los requerimientos del gobernador, Águeda es encomendada a una tal Afrodisia que trata de persuadirla durante 30 días. Presentada de nuevo ante el tribunal de Quinciano, se declara cristiana y es condenada a prisión.

Después de algunos días la llevan nuevamente al tribunal y la someten a nuevo interrogatorio. Vuelve a rehusar, haciendo profesión de su fe en Cristo.

Su actitud provoca la ira del gobernador, quien ordena le arranquen los pechos, y la envía una vez más a prisión.

En esta etapa de su encarcelamiento recibe la visita milagrosa y confortante del apóstol San Pedro. La constancia de Águeda encuentra réplica en la tozudez de Quinciano, que vuelve a la carga, haciéndole renovadas instancias y disponiendo, finalmente, suplicios que le acarrearon la muerte.

La fama de su virtud heroica- virginidad consciente y constante, puesta a prueba de mil modos insinuantes y coercitivos- se extendió por toda la cristiandad y se confirmó por diversos prodigios después de su muerte.

 

EL CULTO A SANTA ÁGUEDA

El fervor popular la constituyó patrona de Catania y abogada en las erupciones del Etna. Más adelante se le consideró abogada en caso de incendio.

Finalmente, y por una extensión fácilmente comprensible, pasó a invocarse como patrona de los constructores de campanas (éstas anunciaban la aparición de un fuego).

Las reliquias de Santa Águeda se conservaron primero en Catania, mas, por temor a la profanación sarracena, fueron trasladadas a Constantinopla, de donde se rescataron definitivamente en 1126.

Hay constancia de su culto muy difundido en diversos documentos y monumentos: varias iglesias reciben su nombre. Aparece en el Martirologio Jeronimiano, en el Calendario Cartaginés, y en el Calendario Mozarábigo, en las Sinaxis griegas, y también se inserta su nombre en el Canon de la Misa, probablemente por intervención directa del papa San Gregorio (cfr. J. Jungmann, El sacrificio de la Misa, Madrid 1953, 937).

Los documentos litúrgicos de los siglos VI al X fijan la fecha de celebración de su festividad el 5 de febrero.

El documento fontal más abundante relacionado con su martirio es la Passio Santa Agathae. Existen de esta narración varias recensiones, una latina y dos griegas, que se remontan a una recensión original común del siglo VI que suscita la sospecha de los estudiosos a la hora de pronunciarse sobre su valor histórico.

Ello no obstante, puede afirmarse sin ningún género de duda que, en fuerza de los testimonios monumentales y litúrgicos aducidos, son absolutamente seguros desde el punto de vista histórico tanto el hecho de su martirio y del culto que se le tributó desde muy pronto, como también el lugar de su muerte, aunque algunas particularidades que se dicen acompañaron a su martirio resulten dudosas.

 

F. MENDOZA RUIZ, (G.E.R.)
BIBL.: Acta Sanctorum, 5 de febrero; J. BAUDOT, Dictionnaire d’hagiographie, París 1925, 17; BAUDOT-CHAUSSIN, Vies des Saints et des Bienhereux, II, París 1936, 114-117 ; F. MARTÍN HERNÁNDEZ, Año Cristiano, I, Madrid 1959, 276-279 ; M. SCADUTO, Agata, santa, martire, en Enciclopedia Católica, I, Roma 1948, 432-433; S. ROMEO, Sant’Agata vergine e martire ed il suo culto, Catania 1922; G. CONSOLI, Sant’Agata vergine e martire catanese, Catania 1951; VARIOS, Studi su Sant’Agata e il suo culto, “Archivo storico per la Sicilia Orientale”, XLVIII (1952-53); A. RIGOLI, Agata, en Bibl. Sanct., 1, 328-335.

 

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Papa Francisco anima a los jóvenes a apreciar la pureza como Santa Águeda

Ver Santa Águeda en Wikipedia

 

'Ahora sabemos que había cristianos en esta área en esa época'

"Cristo nacido de María": primera prueba del cristianismo primitivo encontrada en la aldea de Galilea La inscripción griega proporciona evidencia de una iglesia de la era bizantina del siglo V hasta ahora desconocida; el hallazgo "cierra un círculo" en el asentamiento cristiano en la pequeña aldea Taibe del valle de Jezreel

 

Con las palabras "Cristo nacido de María", un equipo de arqueólogos ha descubierto la primera evidencia de un asentamiento cristiano primitivo de hace 1.500 años en lo que hoy es la ubicación de una pequeña aldea árabe cerca de Nazaret.

Según investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), una inscripción griega recientemente descubierta dedicada al Mesías cristiano se había colocado originalmente en la entrada de una iglesia del siglo V de la era bizantina y que era desconocida. La piedra inscrita se descubrió como un uso secundario en un muro de la estructura eclesial excavada en Taibe, ubicada en el valle de Jezreel en el norte de Israel.

Según el texto de la inscripción, la iglesia fue fundada a finales del siglo V bajo los auspicios del conocido arzobispo regional de Beit She'an, Teodosio, cuyo nombre, parcialmente destruido, proporcionó a los arqueólogos una datación segura.

"La importancia de la inscripción reside en que hasta ahora no sabíamos con certeza que había iglesias del período bizantino en esta área", dijo el arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Walid Atrash (izquierda), a The Times of Israel. Otros restos de ese período han sido hallados en la cercana Tamra, y un monasterio fue descubierto recientemente por los arqueólogos Nurit Feig y Moti Aviam, también de la AAI y del Kinneret College, en la vecina Kfar Kama.

 

"Ruinas de una iglesia del período cruzado se descubrieron anteriormente en Taibe, pero hasta ahora no ha habido evidencias de una presencia cristiana de la era bizantina anterior. Aunque la ubicación no se menciona en el Nuevo Testamento, el descubrimiento de que hubo una iglesia de la era bizantina construida aquí no es sorprendente", dijo Atrash. "La nueva inscripción ha cerrado el círculo, y ahora sabemos que hubo cristianos en esta área durante dicho periodo histórico", añade.

 

Habitación con piso de mosaico hallada en el recinto eclesial bizantino.

 

La inscripción fue descubierta como un uso secundario de un bloque de construcción de paredes de un edificio decorado de dos habitaciones que fue construido a finales de la era bizantina tardía, cuando tanto cristianos como judíos residían en Galilea. Los arqueólogos creen que el edificio se utilizó hasta bien entrado el período musulmán temprano. Se desconoce, sin embargo, dice Atrash, si los cristianos o los judíos lo construyeron inicialmente.

El texto griego de siete líneas -parcialmente destruido- inscrito en la piedra era una dedicatoria que se grabó originalmente mientras se hacían los cimientos de la iglesia, según Leah Di Segni  (derecha), epigrafista del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Según Di Segni, la misma dice: “Cristo nacido de María. Esta obra del obispo más piadoso y temeroso de Dios, [Teodo]sio, y el desdichado T[omas], se construyó desde los cimientos . Quien entre debe rezar por ellos”.

Según Di Segni, la frase "Cristo nacido de María" servía para proteger a los fieles del mal de ojo, y se usaba comúnmente al comienzo de las inscripciones y documentos de la época.

 

Pueblo de et-Taiyiba (Taybeh) en el valle de Jezreel. (Einat Ambar-Armon / Autoridad de Antigüedades de Israel).

 

En la inscripción hay una gran área circular que interrumpe el texto, en la que, según Atrash, seguramente había una gran cruz. También opina que una explicación para la remoción del crucifijo es que el mismo fue destruido intencionadamente por cristianos o judíos que vivían en el área, antes del uso reciclado de la piedra en la pared del edificio posterior. La inscripción, dijo, miraba hacia dentro de la pared y no habría sido visible. El edificio fue construido antes del advenimiento del Islam, pero todavía estaba en uso durante el período musulmán.

Otra explicación para la remoción de la cruz, dijo Atrash, es que la iglesia original, que cayó en desuso al final del imperio bizantino, fue destruida en uno de los varios terremotos que azotaron la región durante aquel tiempo. La piedra pudo haber sido dañada y luego reutilizada por los cristianos o judíos que construyeron la estructura de dos habitaciones posterior, adornadas con piso de mosaico geométrico y que han sido excavadas recientemente por varios estudiantes, voluntarios y trabajadores de la comunidad local.

 

"La mención a Teodosio en la inscripción y su presunta ubicación en la entrada del recinto proporciona pistas de que esta edificación se usó como una iglesia en lugar de como un monasterio, ya que da la bienvenida claramente a los feligreses a que acceden al mismo en lugar de hacerlo a un entorno cerrado como una comunidad monástica", dijo Atrash.

 

DiSegni señaló en el comunicado de prensa de la IAA: “La inscripción saluda a los que entran y los bendice. Por lo tanto, está claro que el edificio era una iglesia y no un monasterio: las iglesias saludaban a los creyentes a su entrada, mientras que los monasterios tendían a no hacerlo".

Atrash explicó, además, que Teodosio alentó la construcción de iglesias en su región y la mención a su nombre apunta a una donación financiera desde su sede en Beit She'an, el centro de la vida religiosa y la capital de la Palaestina Secunda, una provincia bizantina establecida en 390 d.C. hasta la invasión musulmana de alrededor del 636 d.C.

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Nazaret de Galilea

 

'Ahora sabemos que había cristianos en esta área en esa época'

"Cristo nacido de María": primera prueba del cristianismo primitivo encontrada en la aldea de Galilea La inscripción griega proporciona evidencia de una iglesia de la era bizantina del siglo V hasta ahora desconocida; el hallazgo "cierra un círculo" en el asentamiento cristiano en la pequeña aldea Taibe del valle de Jezreel

 

Con las palabras "Cristo nacido de María", un equipo de arqueólogos ha descubierto la primera evidencia de un asentamiento cristiano primitivo de hace 1.500 años en lo que hoy es la ubicación de una pequeña aldea árabe cerca de Nazaret.

Según investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), una inscripción griega recientemente descubierta dedicada al Mesías cristiano se había colocado originalmente en la entrada de una iglesia del siglo V de la era bizantina y que era desconocida. La piedra inscrita se descubrió como un uso secundario en un muro de la estructura eclesial excavada en Taibe, ubicada en el valle de Jezreel en el norte de Israel.

Según el texto de la inscripción, la iglesia fue fundada a finales del siglo V bajo los auspicios del conocido arzobispo regional de Beit She'an, Teodosio, cuyo nombre, parcialmente destruido, proporcionó a los arqueólogos una datación segura.

"La importancia de la inscripción reside en que hasta ahora no sabíamos con certeza que había iglesias del período bizantino en esta área", dijo el arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Walid Atrash (izquierda), a The Times of Israel. Otros restos de ese período han sido hallados en la cercana Tamra, y un monasterio fue descubierto recientemente por los arqueólogos Nurit Feig y Moti Aviam, también de la AAI y del Kinneret College, en la vecina Kfar Kama.

 

"Ruinas de una iglesia del período cruzado se descubrieron anteriormente en Taibe, pero hasta ahora no ha habido evidencias de una presencia cristiana de la era bizantina anterior. Aunque la ubicación no se menciona en el Nuevo Testamento, el descubrimiento de que hubo una iglesia de la era bizantina construida aquí no es sorprendente", dijo Atrash. "La nueva inscripción ha cerrado el círculo, y ahora sabemos que hubo cristianos en esta área durante dicho periodo histórico", añade.

 

Habitación con piso de mosaico hallada en el recinto eclesial bizantino.

 

La inscripción fue descubierta como un uso secundario de un bloque de construcción de paredes de un edificio decorado de dos habitaciones que fue construido a finales de la era bizantina tardía, cuando tanto cristianos como judíos residían en Galilea. Los arqueólogos creen que el edificio se utilizó hasta bien entrado el período musulmán temprano. Se desconoce, sin embargo, dice Atrash, si los cristianos o los judíos lo construyeron inicialmente.

El texto griego de siete líneas -parcialmente destruido- inscrito en la piedra era una dedicatoria que se grabó originalmente mientras se hacían los cimientos de la iglesia, según Leah Di Segni  (derecha), epigrafista del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Según Di Segni, la misma dice: “Cristo nacido de María. Esta obra del obispo más piadoso y temeroso de Dios, [Teodo]sio, y el desdichado T[omas], se construyó desde los cimientos . Quien entre debe rezar por ellos”.

Según Di Segni, la frase "Cristo nacido de María" servía para proteger a los fieles del mal de ojo, y se usaba comúnmente al comienzo de las inscripciones y documentos de la época.

 

Pueblo de et-Taiyiba (Taybeh) en el valle de Jezreel. (Einat Ambar-Armon / Autoridad de Antigüedades de Israel).

 

En la inscripción hay una gran área circular que interrumpe el texto, en la que, según Atrash, seguramente había una gran cruz. También opina que una explicación para la remoción del crucifijo es que el mismo fue destruido intencionadamente por cristianos o judíos que vivían en el área, antes del uso reciclado de la piedra en la pared del edificio posterior. La inscripción, dijo, miraba hacia dentro de la pared y no habría sido visible. El edificio fue construido antes del advenimiento del Islam, pero todavía estaba en uso durante el período musulmán.

Otra explicación para la remoción de la cruz, dijo Atrash, es que la iglesia original, que cayó en desuso al final del imperio bizantino, fue destruida en uno de los varios terremotos que azotaron la región durante aquel tiempo. La piedra pudo haber sido dañada y luego reutilizada por los cristianos o judíos que construyeron la estructura de dos habitaciones posterior, adornadas con piso de mosaico geométrico y que han sido excavadas recientemente por varios estudiantes, voluntarios y trabajadores de la comunidad local.

 

"La mención a Teodosio en la inscripción y su presunta ubicación en la entrada del recinto proporciona pistas de que esta edificación se usó como una iglesia en lugar de como un monasterio, ya que da la bienvenida claramente a los feligreses a que acceden al mismo en lugar de hacerlo a un entorno cerrado como una comunidad monástica", dijo Atrash.

 

DiSegni señaló en el comunicado de prensa de la IAA: “La inscripción saluda a los que entran y los bendice. Por lo tanto, está claro que el edificio era una iglesia y no un monasterio: las iglesias saludaban a los creyentes a su entrada, mientras que los monasterios tendían a no hacerlo".

Atrash explicó, además, que Teodosio alentó la construcción de iglesias en su región y la mención a su nombre apunta a una donación financiera desde su sede en Beit She'an, el centro de la vida religiosa y la capital de la Palaestina Secunda, una provincia bizantina establecida en 390 d.C. hasta la invasión musulmana de alrededor del 636 d.C.

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Nazaret de Galilea

Anthony Hopkins como San Pablo en "Pedro y Pablo"

Esta película sigue las huellas de los primeros cristianos, dirigidos por Pedro y Pablo, durante tres decenios de evangelización en la región del Mediterráneo. Comienza cuatro años después de la muerte de Jesucristo, cuando Esteban, un discípulo de la nueva religión, muere apedreado después que los judíos lo encuentran culpable de blasfemia.

Entre los acusadores judíos esta Pablo de Tarso, un líder en la campaña contra los cristianos. Sin embargo, cuando se inclina para tomar una piedra, duda, mientras que otros judíos llevan a cabo la sentencia.

Más tarde, en su camino a Damasco se cae al suelo. Cuando mira hacia arriba, ve una luz brillante y oye una voz -la voz del Dios cristiano- reprochándole su persecución hacia los creyentes. Pablo, posteriormente, convertido al cristianismo predica en Damasco, donde las autoridades lo llevan preso y lo azotan. Él escapa y vuelve a Jerusalén. Allí, otro cristiano, Bernabé, se lo presenta a Pedro.

 

Anthony Hopkins Pedro y pablo

 

En un principio, Pedro sospecha que Pablo es un espía, pero después de que Pablo le persuade de que se ha convertido de verdad, los dos hombres se unen en sus esfuerzos por ganar almas para Cristo. Mientras que Pedro se queda trabajando en Jerusalén y en otras partes de Judea, una provincia romana, Pablo va al norte a predicar en Antioquía, Perga, Lystra, y otras ciudades.

Sin embargo, debido a que convierte a los gentiles sin que tengan que aceptar la ley religiosa judía y sus tradiciones, la rama del cristianismo de Jerusalén le castiga.

Más tarde, cuando Pedro y los demás se reúnen con Pablo para lograr un compromiso, y para pedirle que requieran a los gentiles aceptar un número limitado de las prácticas religiosas judías, Pablo rechaza su propuesta. Eventualmente, Pablo y Pedro se reconcilian y terminan ministrando en Roma durante el reinado del emperador Nerón. Allí, se convierten en mártires de su fe.

Este drama concluye en Roma, aproximadamente en el año 64 después de Cristo, y muestra la muerte de Pablo y Pedro. Pablo fue decapitado y Pedro fue crucificado por el emperador romano Nerón. Es considerada como una de las películas mas impactantes sobre la vida de los apóstoles, los dos pilares fundamentales de los inicios de la evangelización mundial.

 

FICHA TÉCNICA:

AÑO 1981

DIRECTOR Robert Day

REPARTO Anthony Hopkins, David Gwillim, Eddie Albert, Herbert Lom Down Jean Peters, Jon Finch, José Ferrer, Julian Fellowes, Raymond Burr, Robert Foxworth

 

 

PUEDE VER LA PELÍCULA EN ESTE LINK

 

SAN PABLO

 

 

SAN PABLO

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