La celebración del Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa

 

Día en el que recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, unos días antes de su muerte.

 

¿Qué celebramos el Domingo de Ramos?

El Domingo de Ramos es el último domingo antes del Triduo Pascual. Al que también llamamos Domingo de Pasión.

Esta es una fiesta cristiana de paz. Los ramos, con su antiguo simbolismo, nos hacen recordar ahora, la alianza entre Dios y su pueblo. Confirmada y establecida en Cristo, porque Él es nuestra paz.

En la liturgia de nuestra Santa Iglesia Católica, leemos en el día de hoy estas palabras de profunda alegría: los hijos de los hebreos, llevando ramos de olivo salieron al encuentro del Señor, clamando y diciendo: Gloria en las alturas.

Mientras Jesús pasaba, cuenta San Lucas, las gentes tendían sus vestidos por el camino. Y estando ya cercano a la bajada del monte de los Olivos, los discípulos en gran número, transportados de gozo, comenzaron a alabar a Dios en alta voz por todos los prodigios que habían visto: bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor, paz en el cielo y gloria en las alturas.

«Con obras de servicio, podemos preparar al Señor un triunfo mayor que el de su entrada en Jerusalén» San Josemaría Escrivá

Domingo de Ramos - Historia

En este día, los cristianos conmemoramos la entrada de Cristo en Jerusalén para consumar su Misterio Pascual. Por eso se leen desde muy hace mucho tiempo dos evangelios en la Santa Misa de este día.

Como lo explica el Papa Francisco, “esta celebración tiene como un doble sabor, dulce y amargo, es alegre y dolorosa, porque en ella celebramos la entrada del Señor en Jerusalén, aclamado por sus discípulos como rey, al mismo tiempo que se proclama solemnemente el relato del evangelio sobre su pasión. Por eso nuestro corazón siente ese doloroso contraste y experimenta en cierta medida lo que Jesús sintió en su corazón en ese día, el día en que se regocijó con sus amigos y lloró sobre Jerusalén”

Es en el Domingo de Ramos, cuando Nuestro Señor comienza la semana decisiva para nuestra salvación.

Las hojas de palma, escribe San Agustín, son símbolo de homenaje, porque significan victoria. El Señor estaba a punto de vencer, muriendo en la Cruz. Iba a triunfar, en el signo de la Cruz, sobre el Diablo, príncipe de la muerte.

Él viene a salvarnos; y nosotros estamos llamados a elegir su camino: el camino del servicio, de la donación, del olvido de uno mismo. Podemos encaminarnos por este camino deteniéndonos durante estos días a mirar el Crucifijo, es la “cátedra de Dios”

Papa Francisco

Significado del Domingo de Ramos

«Así como entonces el Señor entró en la Ciudad Santa a lomos del asno, dice Benedicto XVI, así también la Iglesia lo veía llegar siempre nuevamente bajo la humilde apariencia del pan y el vino”.

El Papa Francisco señala que nada pudo detener el entusiasmo por la entrada de Jesús; que nada nos impida encontrar en él la fuente de nuestra alegría, de la alegría auténtica, que permanece y da paz; porque sólo Jesús nos salva de los lazos del pecado, de la muerte, del miedo y de la tristeza. Quien recibe a Jesús con humildad y sencillez, luego lo lleva a todas partes.

Domingo de ramos: significado bíblico e historia

 

“Nosotros, que no somos nada, nos mostramos a menudo vanidosos y soberbios: buscamos sobresalir, llamar la atención; tratamos de que los demás nos admiren y alaben.  El entusiasmo de las gentes no suele ser duradero. Pocos días después, los que le habían acogido con vivas pedirán a gritos su muerte.

Y nosotros ¿nos dejaremos llevar por un entusiasmo pasajero? Si en estos días notamos el aleteo divino de la gracia de Dios, que pasa cerca, démosle cabida en nuestras almas. Extendamos en el suelo, más que palmas o ramos de olivo, nuestros corazones. Seamos humildes, mortificados y comprensivos con los demás. Éste es el homenaje que Jesús espera de nosotros.» Javier Echevarría, nos hace ver el significado cristiano de esta fiesta

El Domingo de Ramos en la Biblia

La liturgia del Domingo de Ramos pone en boca de los cristianos este cántico: levantad, puertas, vuestros dinteles; levantaos, puertas antiguas, para que entre el Rey de la gloria.

Primer Evangelio del Domingo de Ramos (Lucas 19,28-40)

Dicho esto, caminaba delante de ellos subiendo a Jerusalén.
Y cuando se acercó a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos discípulos, diciendo:
—Id a la aldea que está enfrente; al entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo desatáis, le responderéis esto: «Porque el Señor lo necesita».
Los enviados fueron y lo encontraron tal como les había dicho. Al desatar el borrico sus amos les dijeron:
—¿Por qué desatáis el borrico?
—Porque el Señor lo necesita —contestaron ellos.
Se lo llevaron a Jesús. Y echando sus mantos sobre el borrico hicieron montar a Jesús. Según él avanzaba extendían sus mantos por el camino. Al acercarse, ya en la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llena de alegría, comenzó a alabar a Dios en alta voz por todos los prodigios que habían visto, diciendo:
¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor!
¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
Algunos fariseos de entre la multitud le dijeron: —Maestro, reprende a tus discípulos.
Él les respondió: —Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.

Evangelio del Domingo de Ramos  (Marcos 11, 1-10)

Al acercarse a Jerusalén, a Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos y les dijo:
—Id a la aldea que tenéis enfrente y nada más entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», respondedle: «El Señor lo necesita y enseguida lo devolverá aquí».
Se marcharon y encontraron un borrico atado junto a una puerta, fuera, en un cruce de caminos, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les decían:
—¿Qué hacéis desatando el borrico?
Ellos les respondieron como Jesús les había dicho, y se lo permitieron.
Entonces llevaron el borrico a Jesús, echaron encima sus mantos, y se montó sobre él. Muchos extendieron sus mantos en el camino, otros el ramaje que cortaban de los campos. Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban:
—¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el Reino que viene, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!
Y entró en Jerusalén en el Templo; y después de observar todo atentamente, como ya era hora tardía, salió para Betania con los doce.

 

 

Las procesiones del Domingo de Ramos

La tradición de celebrar el Domingo de Ramos tiene cientos de años. Durante siglos, la bendición del olivos ha sido parte de esta fiesta, al igual que las procesiones, La Santa Misa y el relato durante la misma de la Pasión de Cristo. Hoy se celebran en muchos países.

Los fieles que participan en la procesión de Jerusalén, que data del siglo IV, también llevan en las manos ramos de palma, olivos u otros árboles, y entonan los cantos del Domingo de Ramos. Los sacerdotes llevan ramos y van delante guiando a los fieles.

En España, una alegre procesión de Domingo de Ramos conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén. Reunidos se canta hosanna y se agita las palmas como un gesto de alabanza y bienvenida.

Las ramas de olivo son un recordatorio de que la Cuaresma es un tiempo de esperanza y renovación de la fe en Dios. Se les atribuye ser un símbolo de la vida y resurrección de Jesucristo. Asimismo, recuerdan también la fe de la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey del Cielo y de la Tierra.

Al final la peregrinación, es costumbre colocar las palmas, ya bendecidas, junto a las cruces que hay en nuestro hogar como recuerdo de la victoria pascual de Jesús.

Estos mismos olivos se prepararán para el siguiente Miércoles de Ceniza.  Ya que para esta importante ceremonia se queman los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas se rocían con agua bendita y luego son aromatizadas con incienso.

 

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https://www.primeroscristianos.com/entrada-triunfal-jerusalen/

 

paz en Ucrania

Tierra Santa también ha respondido a la petición hecha por el papa Francisco a todos los obispos del mundo.

“Un mes después del comienzo de la guerra en Ucrania, como dice la carta, la Iglesia, en esta hora oscura, está llamada a interceder ante el Príncipe de la Paz”.

 

El lugar santo elegido para el acto de consagración de la humanidad, y especialmente de Rusia y Ucrania, al Inmaculado Corazón de María fue la Gruta de la Leche en Belén, que es un lugar rico en historia y especialmente significativo. Aquí, franciscanos, religiosos, diplomáticos y fieles se reunieron en oración.

 

Fr. FRANCESCO PATTON, Custodio de Tierra Santa:

"Según la tradición, es el lugar de la primera parada de la sagrada familia cuando tuvo que huir a Egipto para escapar de la persecución de Herodes. Es un lugar que recuerda el sufrimiento que aún hoy viven millones de desplazados, refugiados, millones de refugiados exiliados que tienen que dejar su patria para proteger su propia vida, la de su familia para escapar de las guerras y la violencia".

 

 

 

"Y esta imagen de María ofreciendo su pecho y alimentando es la imagen de la misericordia, de esa ternura que María tiene no sólo hacia el niño Jesús, sino hacia toda la humanidad. Sabemos que María crió a ese niño para que pudiera ser nuestro salvador."

"¡En este momento nos falta la paz! Y pedimos, por intercesión de María, que obtenga de su hijo el don de la paz, la paz entre Rusia y Ucrania, entre todos los países en conflicto, la paz en todas las situaciones que necesitan en este momento de reconciliación".

 

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Una inscripción rupestre del desierto jordano, en Arabia, invoca a Jesús

Antes del surgimiento del Islam a principios del siglo VII, Arabia era el hogar de una fe monoteísta diferente. Siglos antes de Mahoma, algunas antiguas tribus árabes parecen haber adoptado el cristianismo. Si bien la llegada del cristianismo a Arabia se ha conocido a través de fuentes literarias, como el famoso erudito bíblico y traductor San Jerónimo, los descubrimientos recientes presentan evidencia del cristianismo desde la propia Arabia preislámica.

 

Las vastas franjas de desierto al este del río Jordán revelan miles de inscripciones antiguas, algunas de las cuales llevan cruces y usan terminología cristiana.

 

¿Es esta antigua inscripción rupestre la evidencia más antigua del cristianismo en Arabia? Foto: Cortesía del Proyecto de Levantamiento Epigráfico Badia.

¿Es esta antigua inscripción rupestre la evidencia más antigua del cristianismo en Arabia? Foto: Cortesía del Proyecto de Levantamiento Epigráfico Badia.

 

Escribiendo para la edición de primavera de 2022 de Biblical Archaeology Review , Ahmad Al-Jallad presenta los fascinantes resultados de su misión epigráfica de 2019 en Wadi al-Khudari, en el noreste de Jordania. . Su estudio arrojó cientos de inscripciones antiguas, registradas por los pastores nómadas que vagaban por estas regiones hace casi dos milenios.

Los puntos de hallazgo y la distribución de estas inscripciones indican las rutas y los sitios temporales que las tribus árabes usaban cuando cazaban animales salvajes y pastoreaban su ganado y camellos.

 

El Harra, el desierto rocoso de basalto que se encuentra en el sur de Siria, el noreste de Jordania y el norte de Arabia Saudita, fue durante milenios el hogar de pastores nómadas que abandonaron millas de grabados en roca e inscripciones, algunas de las cuales atestiguan la primera llegada del cristianismo a Arabia.

 

Cada una de estas inscripciones es una valiosa fuente de información histórica y cultural, pero una de ellas es realmente notable, ya que documenta la muy temprana penetración del cristianismo en Arabia. La inscripción, que probablemente data del siglo IV, invoca a Jesús, con el nombre que se le da a Jesús en el Corán.

Profesor de árabe en la Universidad Estatal de Ohio y especialista en los idiomas de la Arabia preislámica, Al-Jallad cuenta la historia del descubrimiento y proporciona un análisis en profundidad de la inscripción única. Primero presenta el Harra, el desierto de basalto negro en el noreste de Jordania, donde se encontró la inscripción.

“Las tribus que habitaron este entorno marginal abandonaron extensos restos arqueológicos, que datan desde el Neolítico hasta la época moderna. Estos incluyen instalaciones funerarias, recintos de animales y campamentos. Pero quizás el testimonio más notable del pasado de la región es su registro epigráfico, que incluye inscripciones y arte rupestre”.

 

Un solo túmulo en Wadi al-Khudari contenía más de 100 inscripciones antiguas, incluida la que invoca a Jesús. Foto: Ahmad Al-Jallad.

 

Al presentar las inscripciones como grupo, comentando su estilo, contenido y escrituras (o alfabetos), Al-Jallad agrega:

“La escritura llegó a los nómadas del norte de Arabia ya a principios del primer milenio a. la Era Común, los nómadas de Harra habían dominado la palabra escrita. Esculpieron decenas de miles de inscripciones rupestres en su lengua vernácula local, un dialecto primitivo del árabe, usando un alfabeto consonántico indígena, que los eruditos modernos han llamado Safaitic ”.

Posiblemente el testimonio más antiguo del cristianismo en Arabia, la inscripción de Jesús de Wadi al-Khudari es una inscripción conmemorativa, lo que significa que conmemora a una persona fallecida.

Consta de tres partes: primero da el nombre del inscriptor (Wahb-El) y la genealogía, luego agrega una conmemoración de su tío fallecido y finalmente concluye con una invocación religiosa única, a Isay, que corresponde al nombre dado a Jesús en el Corán: “Oh Īsay ('sy), ayúdalo contra aquellos que te niegan”. No cabe duda de que el escritor (y posiblemente también su tío) era cristiano.

 

Jesús en el Corán se llama Isa, que corresponde al nombre divino 'sy (encerrado en un círculo) invocado en este texto conmemorativo. Dibujo: Cortesía del Proyecto de Levantamiento Epigráfico Badia.

 

“El presente texto es una composición típica de Safaitic, pero los antiguos dioses y oraciones son reemplazados por una invocación cristiana. Por lo tanto, Wahb-El puede haber sido un converso que modificó la tradición de escritura Safaitic para adaptarse a su nueva fe, invocando a Jesús con la misma estructura formulaica utilizada para invocar a los dioses antiguos”.

Con respecto a las circunstancias que rodearon la inscripción y el surgimiento del cristianismo en Arabia, Al-Jallad teoriza, “[Wahb-El] pudo haber tenido contactos cercanos con áreas pobladas, como Bostra en Siria o las ciudades de Decápolis en Transjordania, que parecen en otros textos Safaitic. Por otro lado, es posible que su inscripción refleje los esfuerzos de los misioneros por convertir a los nómadas”.

 

 

 

 

 

La confirmación - un sacramento fundamental para la vida cristiana, ya desde los primeros siglos

Los Padres de la Iglesia expresan la importancia de la Confirmación, como sacramento que fortalece la presencia de Dios en el alma. En los textos que recogemos a continuación podemos observar la importancia que daban a este sacramento los primeros escritores cristianos.

 

 

TEÓFILO DE ANTIOQUÍA

“¿No estás dispuesto a ser ungido con el aceite de Dios? Es por esto por lo que somos llamados cristianos: porque somos ungidos con el aceite de Dios” ( To Autolycus 1:12 [AD 181]).

 

TERTULIANO

“Después de venir del lugar del lavado somos completamente ungidos con una unción bendita, de la antigua disciplina por la cual [aquellos] en el sacerdocio. . . estaban acostumbrados a ser ungidos con un cuerno de aceite, desde que Aarón fue ungido por Moisés. . . .

Así también entre nosotros, la unción corre sobre el cuerpo y nos beneficia espiritualmente, del mismo modo que el bautismo mismo es un acto corporal por el cual somos sumergidos en agua, mientras que su efecto es espiritual, en cuanto somos libres de los pecados. Después de esto, se impone la mano para bendecir, invocando e invitando al Espíritu Santo” ( Bautismo  7:1–2, 8:1 [AD 203]).

“Ningún alma es capaz de alcanzar la salvación a menos que haya creído mientras estaba en la carne. De hecho, la carne es el gozne de la salvación. . . . La carne, pues, es lavada [bautismo] para que el alma quede limpia. La carne es ungida para que el alma se dedique a la santidad. La carne se firma para que el alma se fortalezca.

La carne es cubierta por la imposición de manos [confirmación] para que el alma sea iluminada por el Espíritu. La carne se alimenta del cuerpo y la sangre de Cristo [la Eucaristía] para que también el alma se alimente de Dios. No pueden, pues, estar separados en su recompensa, cuando están unidos en sus obras” ( La resurrección de los muertos 8:2–3 [210 d. C.]).

 

HIPÓLITO

“El obispo, imponiéndoles la mano, hará una invocación, diciendo: 'Oh Señor Dios, que los hiciste dignos de la remisión de los pecados por el lavamiento del Espíritu Santo para renacer, envíales tu gracia para que te sirvan conforme a tu voluntad, porque tuya es la gloria, del Padre y el Hijo con el Espíritu Santo, en la santa Iglesia, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.'

Luego, echando en su mano el aceite consagrado e imponiéndolo sobre la cabeza del bautizado, dirá: "Te unjo con el aceite santo en el Señor, Padre Todopoderoso, en Cristo Jesús y en el Espíritu Santo". Haciéndoles una señal en la frente, los besará y dirá: "El Señor esté con vosotros". El que ha sido firmado dirá: 'Y con tu espíritu.' Así hará con cada uno” ( La Tradición Apostólica 21–22 [AD 215]).

 

 

CIPRIANO DE CARTAGO

“Es necesario que el que ha sido bautizado también sea ungido, para que habiendo recibido el crisma, es decir, la unción, pueda ser ungido de Dios y tener en él la gracia de Cristo” ( Cartas  7:2 ). [253 d. C.]).

“Algunos dicen acerca de los que fueron bautizados en Samaria, que cuando vinieron los apóstoles Pedro y Juan, sólo les impusieron las manos para que recibieran el Espíritu Santo, y que no fueron rebautizados. Pero vemos, queridísimo hermano, que esta situación de ninguna manera pertenece al presente caso.

Los que habían creído en Samaria habían creído en la fe verdadera, y fue por el diácono Felipe, a quien esos mismos apóstoles habían enviado allí, que habían sido bautizados dentro, en la Iglesia. . . . Como, pues, ya habían recibido un bautismo legítimo y eclesiástico, no era necesario volver a bautizarlos. Más bien, lo único que faltaba lo hicieron Pedro y Juan. Habiéndose hecho la oración sobre ellos y habiéndoles impuesto las manos, se invocó al Espíritu Santo y se derramó sobre ellos.

Esta es aún ahora la práctica entre nosotros, de modo que aquellos que son bautizados en la Iglesia luego son llevados a los prelados de la Iglesia; por nuestra oración y la imposición de las manos, reciben el Espíritu Santo y son perfeccionados con el sello del Señor» (ibid., 73[72], 9).

“¿No son las manos, en el nombre del mismo Cristo, impuestas a las personas bautizadas entre ellos, para la recepción del Espíritu Santo?” (ibíd., 74[73]:5).

“[N]o se nace por imposición de manos, cuando se recibe el Espíritu Santo, sino en el bautismo, para que, siendo ya nacido, reciba el Espíritu Santo, así como sucedió en el primer hombre Adán. Porque primero Dios lo formó, y luego sopló en su nariz aliento de vida. Porque el Espíritu no puede ser recibido, a menos que el que lo recibe primero tenga una existencia. Pero . . . el nacimiento de los cristianos está en el bautismo» (ibid., 74[73]:7).

 

CONCILIO DE CARTAGO VII

“[E]n el Evangelio nuestro Señor Jesucristo habló con su voz divina, diciendo: 'El que no naciere de nuevo del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios' [Juan 3:5]. Este es el Espíritu que desde el principio se movía sobre las aguas; porque ni el Espíritu puede operar sin el agua, ni el agua sin el Espíritu.

Ciertas personas, por lo tanto, interpretan [este pasaje] por sí mismos erróneamente, cuando dicen que por la imposición de la mano reciben el Espíritu Santo, y así son recibidos, cuando es manifiesto que deben nacer de nuevo [iniciados] en la Iglesia Católica por ambos sacramentos” ( Séptimo Cartago [256 d. C.]).

 

TRATADO SOBRE EL REBAUTISMO

“[E]s preguntado entre los hermanos qué conducta debe adoptarse especialmente hacia las personas de aquellos que . . . bautizados en herejía. . . y partiendo posteriormente de su herejía, y huyendo como suplicantes a la Iglesia de Dios, deben arrepentirse de todo corazón, y sólo ahora percibiendo la condenación de su error, implorar de la Iglesia la ayuda de la salvación. . . .

[S]egún la antiquísima costumbre y tradición eclesiástica, bastaría, después del bautismo que han recibido fuera de la Iglesia. . . que el obispo sólo les impusiera las manos para que recibieran el Espíritu Santo, y esta imposición de manos les proporcionaría el sello renovado y perfeccionado de la fe” ( Tratado sobre el rebautismo 1 [AD 256]).

“[P]or la imposición de las manos del obispo se da el Espíritu Santo a todo aquel que cree, como en el caso de los samaritanos, después del bautismo de Felipe, los apóstoles les impusieron las manos [Hechos 8:14–17 ]; así también les confirieron el Espíritu Santo» (ibid., 3).

 

 

CIRILO DE JERUSALÉN

“Después que hubisteis subido del estanque de los arroyos sagrados, se os dio el crisma, el anticipo de aquello con lo que Cristo fue ungido, y este es el Espíritu Santo. Pero tenga cuidado de suponer que se trata de ungüento ordinario.

Porque así como el pan de la Eucaristía después de la invocación del Espíritu Santo ya no es pan simple, sino el cuerpo de Cristo, así también este ungüento ya no es ungüento simple, ni, por así decirlo, común, después de la invocación. Además, es el don de la gracia de Cristo, y está preparado para impartir su divinidad por la venida del Espíritu Santo.

Este ungüento se aplica simbólicamente en tu frente y en tus otros sentidos; mientras vuestro cuerpo es ungido con el ungüento visible, vuestra alma es santificada por el Espíritu Santo y vivificante. Así como Cristo, después de su bautismo y de la venida sobre él del Espíritu Santo, (Lecturas catequéticas, 21:1, 3–4 [350 d. C.]).

“[David dice:] 'Has ungido mi cabeza con aceite'. Con aceite ungió tu cabeza, tu frente, con la señal de la cruz dada por Dios, para que seas lo que está grabado en el sello, 'cosa santa del Señor'” (ib.  22:7).

 

SERAPIO

“[Oración para bendecir el santo crisma:] 'Dios poderoso, ayuda de toda alma que se vuelve a ti y se pone bajo tu mano poderosa en tu unigénito. Te suplicamos que, por tu divino e invisible poder de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, hagas en este crisma una operación divina y celestial, para que los bautizados y ungidos en el trazado de la señal de la cruz salvadora del unigénito. . .

como renacidos y renovados por el baño de la regeneración, puedan hacerse partícipes del don del Espíritu Santo y, confirmados por este sello, puedan permanecer firmes e inamovibles, ilesos e inviolables. . . .'” ( El Sacramentario de Serapion 25:1 [AD 350]).

 

CONCILIO DE LAODICEA

“[A]quellos que han sido iluminados, después del bautismo, serán ungidos con el crisma celestial y así serán partícipes del reino de Cristo” (Canon 48 [AD 360]).

 

 

PACIANO DE BARCELONA

“Entonces, si el poder tanto del bautismo como de la confirmación, mucho mayor que los carismas, se transmite a los obispos, también lo es el derecho de atar y desatar” ( Tres Cartas al Novaciano Sympronian  1:6 [AD 383] ).

 

LAS CONSTITUCIONES APOSTÓLICAS

“¿Cómo se atreve alguno a hablar contra su obispo, por quien el Señor dio entre vosotros el Espíritu Santo por la imposición de sus manos, por quien habéis aprendido las sagradas doctrinas, y conocido a Dios, y creído en Cristo? ,

por quien fuisteis conocidos de Dios, por quien fuisteis sellados con óleo de alegría y con ungüento de entendimiento, por quien fuisteis declarados hijos de luz, por quien el Señor, en vuestra iluminación, testificó mediante la imposición de la manos del obispo” ( Constituciones Apostólicas 2:4:32 [AD 400]).

 

EL CÓDIGO AFRICANO

“[E]l consejo anterior. . . decretó, como vuestra unanimidad recuerda tan bien como yo, que los que siendo niños fueron bautizados por los donatistas, y no pudiendo aún conocer el carácter pernicioso de su error, y después cuando hubieren llegado al uso de razón, recibieron el conocimiento de la verdad, aborrecieron su error anterior, y fueron recibidos de acuerdo con el antiguo orden por la imposición de la mano, en la Iglesia Católica de Dios esparcida por todo el mundo” (Canon 57[61] [AD 419]) .

 

Fuente: Church Fathers

 

San Alejandro de Drizipara
Soldado

Etimológicamente significa “protector de los hombres”. Viene de la lengua griega.

El Dios del Evangelio no quiere ni sufrimiento, ni angustia para nadie. Perdonado, reconciliado, tu corazón lleno de compasión, reza por el enemigo, atrévete a consolar a los que desfiguran tus propias intenciones. Tú mantente en las fuentes de la fe y avanza.

Este joven mártir romano dio muestras fehacientes de lo que significa el perdón para todo ser humano y, para el creyente – con mayor razón todavía.

Era un militar a las órdenes del tribuno Tiberio, en tiempos del emperador Maximiliano (286-305).
Se celebraban en la ciudad imperial unas grandes fiestas dedicadas al honor de Júpiter, el dios de los dioses.

Sabían que era cristiano. Entonces quisieron obligarle a que hiciera los sacrificios al dios.
Como era natural y consecuente con su fe en el Resucitado, se negó en rotundo.

Como era un militar afamado, lo llevaron ante el emperador. En su presencia profesó abiertamente su fe. Consecuencia: le torturaron y le enviaron a Tracia, en donde le dieron fuertes castigos. Pero todo lo soportó con alegría por Jesús, perdonando a sus verdugos.

Lo trasladaron de una sitio para otro. Los interrogatorios continuos lo indignaban.

Cansados, lo transfirieron a Drizipara (actual Karistiran) en donde lo decapitaron.

Arrojaron su cuerpo al río y cuatro perros lo rescataron en presencia de su madre Pemenia.
El culto a Alejandro comenzó con mucho fervor en el siglo VI. Exaltaban el valor de la madre dando sepultura a su hijo. Hicieron una bella iglesia en su honor.

ver en wikipedia

La Semana Santa de 2022 será lo más parecido a la época pre-pandemia, con Vía Crucis en el Coliseo

Los presentes en las ceremonias tendrán que llevar mascarillas, pero ya no habrá restricciones de aforo. Francisco presidirá todas las ceremonias, comenzando por el Domingo de Ramos a las 10 de la mañana (hora local en San Pedro). El Jueves Santo estará en la misa crismal por la mañana a las 9:30, aunque todavía no se sabe dónde se celebrarán los oficios de la tarde, en los cuales cobra protagonismo el rito del lavado de pies, que imita el de Jesús con sus discípulos. El año pasado el Papa lo celebró junto al cardenal Angelo Becciu, a quien meses antes Francisco había obligado a renunciar a sus derechos de cardenal.

El viernes, los oficios tendrán lugar a las 5:30 de la tarde y después, a las 9:15 de la noche, se volverá al Coliseo a realizar el Vía Crucis. En los dos últimos años la pandemia obligó a realizar un Vía Crucis casi minimalista para evitar contagios. Es posible que la guerra en Ucrania marque de algún modo las meditaciones del Vía Crucis.

El Papa clausurará la Semana Santa con una misa a las 10 de la mañana en San Pedro y con la bendición Urbi et Orbi

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La Peste de Cipriano - Pandemia "apocalíptica" en la antigua Tebas

 

Los arqueólogos que trabajaban en Tebas (Luxor moderno) en Egipto descubrieron evidencia de una peste que asoló el Imperio Romano en el siglo III d. C. La llamada Peste de Cipriano, probablemente causada por una forma de sarampión o viruela, fue tan devastadora que un testigo creyó que el mundo estaba llegando a su fin.

 

tebas peste cipriano

Los arqueólogos en Tebas han descubierto un entierro para las víctimas de la peste de Cipriano del siglo III EC. Foto de N. Cijan © Associazione Culturale per lo Studio dell'Egitto e del Sudan ONLUS.

 

 

Los arqueólogos en Egipto han encontrado los restos de las víctimas de la peste de Cipriano en la segunda mitad del siglo III. Las víctimas fueron quemadas y cubiertas con cal para evitar que la enfermedad mortal se propague. 

Durante las excavaciones del Complejo Funerario de Harwa y Akhimenru, la Misión Arqueológica Italiana a Luxor (MAIL), dirigida por Francesco Tiradritti, descubrió restos humanos carbonizados saturados de cal. La cal, históricamente utilizada como desinfectante, se elaboraba en tres hornos descubiertos en el complejo. También se encontró una enorme hoguera donde fueron quemadas las víctimas. Los arqueólogos utilizaron cerámica descubierta en los hornos para fechar el enterramiento en el siglo III dC.

tebas peste cipriano

 

Aproximadamente entre 250 y 271 d. C., la peste, conocida como la plaga de san Cipriano, se expandió por Egipto y el resto del Imperio Romano y, según los informes, se cobró más de 5.000 víctimas por día solo en Roma. Al publicar sus hallazgos en Arqueología egipcia , los investigadores de MAIL creen que han descubierto el lugar de enterramiento de las víctimas de la peste tebana.

“Encontramos evidencia de cadáveres quemados o enterrados dentro de la cal. Tuvieron que deshacerse de ellos sin perder tiempo”, dijo Tiradritti a WordsSideKick.com

El nombre moderno de la plaga del siglo III se deriva del escritor cristiano primitivo San Cipriano, obispo de Cartago (la actual Túnez), quien describió vívidamente la pandemia en una serie de relatos. San Cipriano creía que la pestilencia señalaba el fin del mundo:

“El reino de Dios, amados hermanos, comienza a estar cerca” , escribió .

La eliminación de las víctimas de la peste tebana se llevó a cabo en un complejo funerario construido originalmente en el siglo VII a. C. para un mayordomo llamado Harwa. El sucesor de Harwa, Akhimenru, construyó su propia tumba allí y, a partir de entonces, los egipcios continuaron usando el complejo para los entierros. Sin embargo, el complejo funerario fue abandonado después del entierro de las víctimas de la peste de Cipriano.

 

+ info -

San Cipriano, Obispo de Cartago - 16 de septiembre

 

 

biblicalarchaeology-org

 

¿QUÉ ES LA MISA?

Todos los católicos saben que hay que ir a Misa los domingos, pero a muchos les cuesta saber por qué es importante y se preguntan qué significa cada parte de la ceremonia.

 

El Papa y algunos expertos en liturgia explican por qué la Misa es el centro de la fe católica, y qué importancia tiene el momento de la consagración.

De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia católica, “la Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe... contiene todo el bien espiritual de la Iglesia”.

 

 

 

PIERANGELO MURONI
Pontificia Universidad Urbaniana

“La Misa para nosotros es el centro de la sacramentalidad de la Iglesia, la celebración cristiana plena. La Eucaristía es el momento en el que toda la comunidad se reúne para responder al mandamiento de Jesús: haced esto en conmemoración mía. Se divide en dos partes, La Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística”.

El Papa Francisco ha explicado estas dos partes de la misa en varias catequesis de sus audiencias generales del miércoles.

 

FRANCISCO
31 de enero, 2018

“En la misa, se lee la Palabra de Dios. Es Dios quien nos habla. Sustituir sus palabras con otras cosas empobrece y compromete el diálogo entre Dios y el pueblo que reza”.

 

¿LA MISA SIGUE SIENDO IMPORTANTE?

Cristo instituyó la Misa en la Última Cena, y la concluyó diciendo “Haced esto en memoria mía”. Por eso, la misa está por encima del tiempo, ya que es un “memorial” de la Pasión de Jesús.

 

FRANCISCO
13 de diciembre, 2017

“Por desgracia, para muchos la Misa del domingo ha perdido sentido, piensan que basta ser buenos y amarse. Esto es necesario, pero no es posible sin la ayuda del Señor, sin obtener de Él la fuerza para conseguirlo. En la Eucaristía recibimos del Señor lo que más necesitamos, Él mismo se nos da como alimento y nos anima a seguir caminando”.

El Papa dice que la Eucaristía da a los católicos lo que más necesitan: Cristo como fuerza y gracia para seguir caminando.

 

¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS MÁS IMPORTANTES?

El secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos hace una explicación general de la Misa y detalla los elementos principales.

 

MONS. ARTHUR ROCHE
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos

“La Escritura, la fracción de la Palabra, da vida a la fracción del pan, en la que Cristo está presente. Es verdad que el Señor está realmente en la Escrituras, pero repetir las Palabras de Dios sobre el pan y el vino hace que éstos se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo”.

Ambas partes de la ceremonia están unidas para cumplir la misión de la Iglesia. Y el misterio de esa presencia real de Cristo hace la Misa tan especial, ya que el catolicismo es la única fe que cree que con la consagración, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo.

 

 

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https://www.primeroscristianos.com/misa-primeros-cristianos/

 

Romereports

Reina de la Paz, ruega por nosotros.

El Vaticano ha anunciado que el Papa consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María el 25 de marzo.

Tendrá lugar durante la Celebración de la Penitencia en la Basílica de San Pedro.

 

En Fátima, el cardenal Konrad Krajewski realizará el mismo acto el mismo día que el Papa. Es el jefe de la Oficina de Caridades Papales, y recientemente el Papa le envió a Ucrania.

La fecha de la consagración tiene un profundo significado. Ese mismo día, en 1984, el Papa Juan Pablo II consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María en la Plaza de San Pedro.

 

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En el último Ángelus del Papa, los peregrinos desplegaron una pancarta para que la consagrara Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. Parece que estaba prestando atención, y ahora hará otro gesto, para intentar llegar a una conclusión pacífica.

JM

 

rome.reports

Misa de Inicio de pontificado

¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio

 

19 de marzo, 2013.

El papa Francisco ha pronunciado la homilía de la Misa de Inicio de pontificado en la que ha invitado a todos a ser “custodios de la Creación” como San José fue custodio de la Sagrada Familia.

 

 

 

Queridos hermanos y hermanas:

Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la solemnidad de san José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mi venerado Predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud.

Saludo conafecto a los hermanos Cardenales y Obispos, a los presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y a todos los fieles laicos. Agradezco por su presencia a los representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, así como a los representantes de la comunidad judía y otras comunidades religiosas. Dirijo un cordial saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a las delegaciones oficiales de tantos países del mundo y al Cuerpo Diplomático.

Hemos escuchado en el Evangelio que «José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer» (Mt 1,24). En estas palabras se encierra ya la la misión que Dios confía a José, la de ser custos, custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: «Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo» (Exhort. ap. Redemptoris Custos, 1).

¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles, en el viaje a Belén para el censo y en las horas temblorosas y gozosas del parto; en el momento dramático de la huida a Egipto y en la afanosa búsqueda de su hijo en el Templo; y después en la vida cotidiana en la casa de Nazaret, en el taller donde enseñó el oficio a Jesús

¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio; y eso es lo que Dios le pidió a David, como hemos escuchado en la primera Lectura: Dios no quiere una casa construida por el hombre, sino la fidelidad a su palabra, a su designio; y es Dios mismo quien construye la casa, pero de piedras vivas marcadas por su Espíritu. Y José es «custodio» porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación.

Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios.

Y cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen «Herodes» que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.

Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro.

Pero, para «custodiar», también tenemos quecuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestrossentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemostener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.

Y aquí añado entonces una ulterior anotación: el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura.

Hoy, junto a la fiesta de San José, celebramos el inicio del ministerio del nuevo Obispo de Roma, Sucesor de Pedro, que comporta también un poder. Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, assediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado (cf. Mt 25,31-46). Sólo el que sirve con amor sabe custodiar.

En la segunda Lectura, san Pablo habla de Abraham, que «apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza» (Rm 4,18). Apoyado en la esperanza, contra toda esperanza. También hoy, ante tantos cúmulos de cielo gris, hemos de ver la luz de la esperanza y dar nosotros mismos esperanza.

Custodiar la creación, cada hombre y cada mujer, con una mirada de ternura y de amor; es abrir un resquicio de luz en medio de tantas nubes;es llevar el calor de la esperanza. Y, para el creyente, para nosotros los cristianos, como Abraham, como san José, la esperanza que llevamos tiene el horizonte de Dios, que se nos ha abierto en Cristo, está fundada sobre la roca que es Dios.

Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado.

Imploro la intercesión de la Virgen María, de san José, de los Apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos vosotros os digo: Orad por mí. Amen.

+ Papa Francisco

 

 

 

(Romereports.com)

 

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