Nacido en Nola en el siglo III hijo de un rico padre sirio, se hace sacerdote. Sufre torturas durante las persecuciones del Imperio Romano, dando un valeroso testimonio de fidelidad a Cristo. Liberado, rechaza la elección como obispo. Vive pobre, ganándose de comer trabajando.
En la más vasta y fértil llanura de la Campania occidental, no lejos de la populosa Nápoles y de la señorial Caserta, se levanta la antiquísima pequeña ciudad de Nola, patria de San Félix.
Su padre, Hermias, militar, que se estableció en ella la primera mitad del siglo III, procedía de Siria. Otro hijo del mismo nombre del padre le siguió en su dedicación a las armas. Félix escogió mejor ser soldado del reino de Cristo. Nos han llegado pocas noticias de su carrera eclesiástica cuando joven.
Seguiría normalmente por los grados de las distintas órdenes, desde lector hasta presbítero. Como presbítero fue el brazo derecho de su obispo Máximo, al parecer ya anciano y demasiado débil para poder actuar con eficacia en tiempos difíciles que requerían en el clero temple de héroes, como el de nuestro esforzado Félix, que podía entregarse en cuerpo y alma al apostolado, a cultivar la viña del Señor ya que, sin apego a la riqueza.
Poseía amplio patrimonio que le exoneraba del cuidado de las cosas terrenas y podía dedicar buena parte de él a las necesidades de la comunidad cristiana. Así se ganó muy pronto la simpatía y la devoción de todo el pueblo fiel, que lo siguió y respetó como a padre.
El temple de héroe de nuestro Félix se manifestó esplendorosamente en los años terribles de las persecuciones desencadenadas por Decio (a. 245 - 50) y Valeriano (256). Félix, aunque tenido con razón como mártir, no llegó a sufrir la pena capital ni el proceso judicial reglamentario que nos hubiera podido proporcionar las más preciadas noticias, como las que nos ofrecen las actas del proceso seguido en la misma época a San Cipriano, el santo obispo de Cartago.
Tenemos muchas, recogidas amorosamente y con toda diligencia, pero a distancia de más de un siglo, por Paulino, el santo obispo poeta (394 - 410). Es sabido que la fama de taumaturgo de Félix en el siglo IV atrajo a Paulino, insigne patricio y senador aquitano, a retirarse, al dejar las vanidades humanas, en la recoleta ciudad de Nola, habiendo ya antes sido ordenado de presbítero en nuestra Barcelona.
Erudito escritor e inspirado poeta se creyó obligado a dedicar cada año en la festividad de San Félix un poema panegírico en verso a su santo protector. Como habían pasado unos ciento cincuenta años desde la muerte del santo presbítero nolano, Paulino indagaría piadosamente sobre todos los datos históricos conservados por la tradición, embellecidos con la aureola de la ferviente devoción popular y aun coloreados por el pincel de su estro poético.
Paulino no puede señalar nunca con precisión los años en que actuó Félix, pero casi con certeza puede deducirse de los poemas que sería durante dos persecuciones, las de Decio y Valeriano.
Después de unos años de relativa paz religiosa en el Imperio, Decio, inteligente príncipe y sagaz político, desencadenó una de las persecuciones más aciagas para la Iglesia. Para destruirla, creyó que lo mejor era desorganizar sus resortes de mando; ordenó arrestar y procesar principalmente a los jefes de las comunidades, a los obispos, presbíteros y diáconos.
No pocos obispos huyeron de los centros urbanos, los más peligrosos, buscando asilo en lugares solitarios aunque sin perder el contacto y la dirección de su grey. Así San Cipriano, en Cartago. En Nola el obispo Máximo, viéndose en peligro, se dirigió al monte, escondiéndose en algunas de las anfractuosidades de los no lejanos Apeninos, quizá en las laderas del Montevergine, cuya cumbre llega a los 1.500 metros y dista pocas leguas de la ciudad nolana.
El gobierno de la comunidad cristiana lo confió al intrépido Félix, que no quiso salir de su urbe para proteger mejor la perseverancia en la fe de sus encomendados. El astuto perseguidor había, en efecto, ordenado que todos los ciudadanos sospechosos de cristianismo debían hacer acto de sacrificio a los dioses del Imperio ante un magistrado civil que les libraría un certificado de ello, un libelo como se le llamó después.
En una ciudad tan pequeña como Nola no podía durar mucho tiempo la seguridad personal de Félix, que no temía actuar como fuera para cumplir su difícil misión pastoral, Con el alma en lo alto, según cuenta Paulino, atento a Cristo y no al mundo, llevando a Dios en su corazón y llenos sus pechos de Cristo, no disimula que es presbítero y jefe de la comunidad y por esto es arrestado.
El se entrega contento en manos de los crueles esbirros. Es llevado a la cárcel, en donde es atado con cadenas de pies y manos y sin que pueda descansar su cuerpo por tener por lecho un montón de tiestos triturados, pero descansa su ánimo en Cristo, que le da fuerza y le multiplica en las penas las palmas del triunfo. Decio procuraba hacer apóstatas, no mártires, y por esto se prodigaban los tormentos agotadores hasta el desfallecimiento de la voluntad. De ahí que Félix debió pasar largas horas, días y meses en prisión.
Entre tanto el obispo Máximo, solo en el monte, no padece menor martirio por el frío y el hambre, por la tristeza y el dolor. Lo sabe Félix y arde en deseos de ir a socorrerle. Como a Pedro, un ángel se le presenta una noche, se deshacen las cadenas y puede salir acompañado del mensajero celestial pasando entre los guardias dormidos. Y
a en pleno campo, se dirige veloz al bosque en busca de su viejo venerable obispo, al que encuentra casi exánime y ya sin conocimiento. Nada tiene él con qué reanimarle cuando ve entre el espeso matorral un grueso racimo de uvas enviado del cielo. Con el reconfortante jugo del sabroso fruto vuelve a la vida el desvalido anciano, quien, al recobrar el sentido, abrazando a Félix, se le queja de la tardanza en ir a socorrerlo y le pide no le abandone más si no quiere que muera.
Se lo promete el fiel presbítero y, cargándoselo en hombros, bajan al valle en busca de un refugio. Lo encuentran en casa de una anciana, a la puerta de cuya casa llaman a hora bien intempestiva. "Recibe, le dice Félix, este sagrado depósito que te entregan mis manos, testigos sólo las estrellas." Lo acepta ella gozosa. Máximo bendice conmovido a Félix, que se va a la ciudad para consolar a sus cristianos de Nola.
Allí, viendo que siguen amenazadoras las circunstancias, se convence de la necesidad de refugiarse también en casa de la piadosa anciana. Lo hace por algún tiempo, hasta que se amengua la virulencia de la persecución y puede volver a tomar la cura pastoral de la comunidad, que lo recibe como un confesor de la fe digno ya de una veneración que continuará por los siglos de los siglos durante su vida y después de muerto.
Con el advenimiento de Valeriano en 253 cesa del todo la persecución. Pero duró pocos años la benevolencia de éste emperador hacia la Iglesia. En 256 - 57 publica un edicto contra ella que emulaba el del impío Decio. Causa motriz principal del cambio fue la codicia. Quiso apoderarse de las riquezas de la Iglesia que sus consejeros exageraron intencionadamente. A Félix le fue confiscado todo su patrimonio al mismo tiempo que se le buscaba para procesarle.
Los esbirros enviados de fuera para capturarle, como no lo conocían y no lo encontraron en su casa, toparon con él y le preguntaron por Félix, el jefe de la comunidad cristiana. Disimulando no saber de qué se trataba, lo dejan en paz. Pero pronto alguien les dio tales señas del verdadero Félix, que se dieron cuenta de que era el que poco antes había sido interrogado.
Vuélvense furiosos a la ciudad exultando por la que ya creían segura presa, no sin que Félix lo advirtiera cuando ya estaban muy cerca, pudiéndose meter por la ancha grieta del paredón de un derruido edificio, grieta que por milagro instantáneamente quedó tapada por un tupido velo de telarañas, lo que despistó a los perseguidores.
Pasado el peligro, se alejó Félix de la ciudad y huyó a otra región. Asilo seguro le ofreció una cisterna seca. Una anciana que vivía por allí cerca le procuraba la comida. La Providencia velaba por el siervo fiel. Así pasó escondido algunos meses hasta que, desaparecido Valeriano, con el reinado de Galieno, se abrió un largo período de paz para la Iglesia.
Félix puede volver a su ciudad, que lo recibe con inmenso júbilo.
Había entre tanto muerto el obispo Máximo y la comunidad cristiana quería forzar a Félix a ocupar la sede episcopal. La rehúsa él decididamente alegando que este honor ha de concederse a otro presbítero, Quinto, que había sido promovido antes que él al presbiterado. Es inútil toda insistencia.
Quinto, como obispo regirá la grey; Félix será su voz aleccionadora ante los fieles, su predicador con la palabra y el ejemplo. Sobre todo con el ejemplo de desprecio de las riquezas y vanidades del mundo. Le habían sido confiscados todos sus bienes durante la persecución y podía reivindicarlos como hicieron otros. No todas las cosas lícitas son provechosas, observa su biógrafo. Félix prefiere lo útil a lo lícito y a los que le importunan para que reclame sus bienes, replica:
"Dios no quiera que haya de volver a tener unos bienes que perdí por amor a Jesucristo".
Como presbítero, pues, y pobre, pudo Félix continuar su misión evangelizadora entre la veneración cada día más profunda de los fieles de Nola, veneración que se convirtió en ferviente devoción a su memoria, a su sepulcro, cuando Dios le llamó al cielo.
Y esta devoción, con las manifestaciones del culto, traspasó bien pronto los límites de la ciudad y de la región y con la paz constantiniana, los de Italia, llegando a ser el santuario de Nola a fines del siglo IV uno de los más celebrados de todo el Occidente.
En la misma Roma le fue consagrada una basílica, y el papa San Dámaso le dedicó un epigrama para implorar su protección en momentos de graves apuros.
San Paulino, el cantor de las glorías de Félix, hizo construir, contigua al humilde santuario que protegía el sepulcro, una espléndida basílica decorada con bellísimos mosaicos y aun otras tres rodearon pronto el primitivo santuario, visible desde todas ellas, de tal manera que vino a convertirse en un templete circundado de un bosque de columnas a la manera del altar mayor de la catedral de Córdoba, perdido entre las columnatas de la antigua mezquita.
Millares de peregrinos acudían a Nola cada año por la festividad de San Félix, el 15 de enero, a pesar del tiempo poco propicio para viajar, principalmente peregrinos venidos de Roma, la ciudad santa. Los campesinos invocaban al santo presbítero como especial protector de sus ganados.
Los sospechosos de falsos testimonios eran llevados, aun desde lejanos países, ante el sepulcro, en donde se manifestaba su inocencia o su perjurio. San Agustín quiso remitir a Nola a un acusador de graves crímenes contra uno de sus clérigos. Gregorio de Tours explica otras maravillas obradas junto a la tumba venerada.
Proporcionan más información que ninguna otra fuente
En la segunda mitad del siglo diecinueve, dirigidas por Giovanni Battista de Rossi, se emprendieron excavaciones en las catacumbas de la Via Ostiensis, la Via Ardeatina, la Via Appia, la Labicana, Tiburtina, Nomentana y en la Via Salaria.
La más cuidadosa exploración se realizó en las catacumbas de Calixto, Domitilay Priscila. En muchos casos las tumbas de los mártires mencionados en los antiguos documentos (martirologios, itinerarios, el “Libro Pontifical” y los relatos legendarios de los mártires) fueron redescubiertos.
Al mismo tiempo se excavó un tesoro más valioso de lo esperado, de epitafios cristianos primitivos y de pinturas, que aportaron mucha información inesperada sobre la fe de los primeros cristianos, sus conceptos de la vida, esperanza de eternidad, relaciones familiares y muchas otras materias.
Inscripciones cristianas
Aunque se han perdido miles de inscripciones de las tumbas de los primeros cristianos y otras muchas no contienen nada importante, hay un resto que proporciona más información que ninguna otra fuente sobre los primeros siglos cristianos.
La cristiandad entró, desde tiempos de los apóstoles, en familias distinguidas de la ciudad eterna y a medida que fue pasando el tiempo, se ganó a toda la nobleza romana, como se puede ver en los epitafios que contiene títulos del tipo, CLARÍSIMA (de rango senatorial), así como los epitafios en los que aparecen los nombres de clanes conocidos (GENTES).
El cambio que introdujo el cristianismo en las relaciones sociales de dueños y esclavos está claro por el pequeñísimo número de las palabras CERVUS (esclavo), o LIBERTAS (liberado), palabras que se ven constantemente en las lápidas de las tumbas paganas. Se repite mucha la palabra ALUMNAS (hijo-adoptivo) caracteriza la nueva relación entre el dueño y el esclavo.
Muchos epitafios dan una elocuente voz al amor de los esposos, insistiendo en el hecho de que hombre y mujer habían vivido castamente (VIRGINIAS, VIRGINIA) antes de casarse, sobre las virtudes del compañero muerto y la fidelidad a los que se habían ido a lo largo de largos años de vida solitaria para que, yaciendo uno junto a otro en la misma tumba, pudieran levantarse juntos en la resurrección.
Otros recuerdan el amor de los padres por el niño fallecido y viceversa. En las inscripciones cristianas se hace referencia al estado de virginidad, lo que raramente aparece en los epitafios paganos. A partir del siglo cuarto se hace mención especial a la virginidad dedicada a Dios: virgo Deo dicata, famula Dei.
Además de las alusiones en las inscripciones a los distintos rangos eclesiásticos de obispo, sacerdote, diácono, lector, excavador (fossor), hay referencias a los médicos, panaderos, herreros, carpinteros con frecuencia con emblemas de los respectivos instrumentos.
Son especialmente interesantes las inscripciones que arrojan luz sobre las concepciones religiosas del momento, que hablan no solo de la esperanza de la eternidad, sino también de los medios de la gracia en los que apoyar esa esperanza – sobre todo la fe en un Dios y en Cristo su Hijo.
También hablan la cualidad de miembro de la Iglesia por el bautismo y de las relaciones con los muertos a través de la oración. Naturalmente que cuento más antiguas las inscripciones que se refieren al dogma, tanto más importantes son.
¿Cómo se puede estar seguro de la fecha de una inscripción?
En primer lugar las inscripciones se limitan a los primeros cuatro siglos de la Era Cristiana, puesto que después de la invasión de los godos (410), los enterramientos en las catacumbas eran muy raros y pronto cesaron del todo.
El método más natural y cierto para determinar la edad de la inscripción que es el año del cónsul, apenas puede ser utilizado en doce ocasiones en los epitafios de los dos primeros siglos.
Pero hay muchos medios auxiliares para determinar la cuestión, como los nombres, la forma de las letras, el estilo, el lugar del descubrimiento, los emblemas pictóricos (que varían del áncora y el pez y al monograma de Cristo) éstos permiten con un razonable grado de certeza asignar las inscripciones al siglo cuarto, al tiempo anterior a Constantino, al principio del tercero o al final del siglo segundo y hasta a un período anterior.
Esas inscripciones de los primeros cuatro siglos suponen pruebas importantísimas no solo para los dogmas fundamentales de la Iglesia Católica sino para las costumbres, de manera que los epitafios podrían ser utilizados par ilustrar y reforzar cada página del Catecismo de la Iglesia Católica.
Veamos algunos ejemplos
Catacumba de Calixto, siglo Segundo (el texto algo restaurado):
Esta inscripción fue encontrada muy fragmentada junto a otras de la familia Cecilia, cerca de la tumba de Santa Cecilia.
Phroton hizo la tumba. El epitafio menciona dos muertos, Septimio Preatextato Caciliano y Petilio, este último con la afirmación adicional Lamprotatos, clarissimus, que significa del rango senatorial.
Septimio es llamado “siervo de Dios” y se representa como diciendo: ”Si he vivido virtuosamente no me he arrepentido de ello y si te he servido a Ti (Oh Señor) daré gracias a Tu Nombre”. El “entregó su alma a Dios” a la edad de 33 años y seis meses. La misma expresión “entregó su alma a Dios” se usa para Petilio, cuya fecha de fallecimiento se da como antes del 1 de septiembre.
Catacumba de Domitila, siglo Segundo:
C. IVLIA. AGRIPPINA
SIMPLICI. DVLCIS IN
ÆTERNUM
"Dulce Simplicio , vive eternamente” es el deseo de Caia Julia Agrippina, cuyo aristocrático nombre indica una fecha imperial temprana.
Catacumba de Domitila, siglo tercero:
. . . . SPIRITVS
TVVS IN REFRIGERIO
Ha desaparecido el principio de la inscripción que contenía el nombre: “Que el tu espíritu esté en refrigerio. La antigua oración del Canon de la misa pedía para los muertos “locum refrigerii, lucis et pacis" (un lugar de refrigerio, luz paz y agradable)
Catacumba de Ponciano, principios del siglo cuarto:
EVTYCHIANO FILIO DVLCISSIMO
EVTYCHIUS PATER [Chi-Rho symbol] V.A.I.M.
II.D IIII DEI SERVS ICHTHYS
"Eutiquio, el padre (ha erigido) el monumento a su mas dulce hijito, Eutiquiano. El niño que vivió un año, dos meses y cuatro días siervo de Dios”.
El monograma griego del nombre de Cristo Chi-Rho, y el Ijzys, rascado en la tumba muestran que el niño, había muerto cristiano por el bautismo y había sido recibido en el cielo por Jesucristo , el Salvador.
Catacumba de Priscila, siglo tercero (en verso):
VOS PRECOR O FRATRES. ORARE. HVC QVANDO VENITIS
ET PRECIBVS. TOTIS. PATREM. NATVMQVE ROGATIS
SIT. VESTRÆ. MENTIS. AGAPES. CARÆ. MEMINISSE
VT DEVS. OMNIPOTENS. AGAPEN IN SÆCVLA SERVET
“Os pido, hermanos, siempre que vengáis aquí (para el servicio de Dios) y dirijáis vuestras oraciones unidas al Padre y al Hijo, que os acordéis de pensar en vuestro amado Agape, al que Dios Todopoderoso preserve en la eternidad”.
Agape vivió 27 años. La madre, Eucaris, y el padre, Pío, erigieron el monumento para ella.
Cinnamius Opas, lector de la iglesia de Fasciola, amigo de los pobres, que vivió 46 años, siete meses y nueve días y fue enterrado en paz el 1 de marzo , cuando Graciano era cónsul por cuarta vez y con él Merobaudus.
Catacumba de Comodila, 394 d. C.:
DEP III IDVS MAII OSIMVS QVI
VIXIT ANNVS XXVIII QVI FECIT
CVM CONPARE SVA ANNVS SEPTE
MENSIS VIII BENEMERENTI IN PACE. CON
SVLATV NICOMACI. FLABIANI. LOCV MAR
MARARI QVADRISOMVM
Enterrado el 13 de mayo, Osimo que vivió 28 años, que estuvo unido a su esposa siete años y nueve meses. Que descanse en una paz merecida. Murió durante el consulado de Nicomachus Flavianus. Tumba de piedras de cantero de cuatro cuerpos.
Catacumba de Calixto, siglo tercero:
PETRONIÆ AVXENTIÆ. C.F. QUÆ VIXIT
ANN. XXX. LIBERTI. FECERUNT. BENEMERENTI IN. PACE
La liberta de Petronia Auxentia, la señora de alta cuna (clarissimae feminae), que murió a la edad de treinta, hizo la tumba donde descansa en paz. Parece que no tuvo hijos, hermanos o hermanas, en el momento de su muerte.
Catacumba de Calisto, siglo cuarto:
DASVMIA QVIRIACE BONE FEMINE PALVMBRA SENe FELlE . . .
QVÆ VIXIT ANNOS LXVI DEPOSITA IIII KAL MARTIAS IN PACE
Ciriaca, miembro de la noble familia Dasumiana que murió a la de de 66 años, recibe el nombre de “paloma sin amargura”, un elogio que se halla en otras tumbas de mujeres.
Catacumba de Calixto, alrededor del 300 d. C.:
Con el permiso de su papa Marcelino (296-304) Severo el Diácono hizo en el nivel del cementerio de Calixto, un enterramiento familiar que consistía en una cámara mortuoria doble (cubiculum duplex) con tumbas con arcos (arcosolia) y un respiradero para luz y aire, como sitio de descanso para él y su familia, donde sus restos pudieran ser preservados en un largo sueño para su Hacedor y Juez.
El primer cuerpo que debía ponerse en este monumento funerario era el de su dulce hijita Severa, amada por sus padres y sirvientes. En su nacimiento Dios le había concedido magníficos dones para su vida terrena. Su cuerpo descansa en paz hasta que se levante en Dios, que se llevó su alma casta, modesta y siempre inviolada en Su Santo Espíritu, el Señor, la revestirá en algún momento con su gloria espiritual.
Vivió como virgen nueve años, once meses y quince días. Y así fue trasladada fuera de este mundo.
Los símbolos de las catacumbas – Síntesis de la fe cristiana
Además del texto de los epitafios, en muchas tumbas las ideas se manifiestan con pinturas; así se expresa, sobre todo, la esperanza en la vida eterna para los muertos. Primero son pinturas simbólicas y signos: el ancla, la palma, la paloma con el ramo de oliva, todos alegorías de la esperanza, victoria y paz eterna; desde el siglo tercero en adelante aparece un pez, símbolo de Cristo.
El Buen Pastor que lleva el cordero en sus hombros y el Orante, ambos pintados juntos con frecuencia, eran muy conocidos y la alusión favorita al gozo celestial.
Los bajorrelieves en las tumbas copian esas pinturas de las catacumbas que representan, escenas bíblicas, por ejemplo, la resurrección de Lázaro, la adoración de los Reyes. También hay relieves de carácter completamente secular , por ejemplo, representaciones de herramientas características para indicar el rango y oficio de fallecido: una medida de grano para el panadero, un plano para el carpintero, un martillo y yunque para el herrero. Si el muerto había llevado en vida el nombre de un animal, como león, Equitius (de equus, caballo), el animal se reflejaba en la lápida.
Una sinagoga de la era del Segundo Templo descubierta en Magdala
En Magdala, la ciudad de donde se dice que vino María Magdalena, se descubrió una segunda sinagoga del período del Segundo Templo. Esto confirma la hipótesis de que en la época de Jesús estos edificios tenían un propósito social.
Hasta la fecha, solo se conocen diez sinagogas en Tierra Santa que se remontan a antes de la destrucción del Templo de Jerusalén, que tuvo lugar en el año 70 dC Orillas noroeste del lago de Galilea en el noreste de Israel.
Doce años después del descubrimiento de una primera sinagoga del período del Segundo Templo (516 a. C. - 70 d. C.), este año se desenterró una segunda sinagoga de la misma época como parte de las excavaciones de YG Contractual Archaeology, la principal sociedad de consultoría arqueológica del país. , bajo los auspicios del Instituto Zinman de Arqueología de la Universidad de Haifa.
"Las dos sinagogas han sido fechadas a través de otros artefactos encontrados en el sitio, incluyendo vidrio, cerámica y monedas", dijo la codirectora Dina Avshalom-Gorni de la Universidad de Haifa al periódico Haaretz . Tenga en cuenta que las vasijas estaban hechas de piedra arenisca, un material utilizado para los rituales de purificación judíos.
Según el arqueólogo, las dos sinagogas convivieron sin que una sustituyera a la otra, "ambas datan de la ciudad en época romana y estuvieron en funcionamiento desde aproximadamente el 50 aC hasta la revuelta judía del 67 dC".
La misma planta para dos sinagogas
Es muy posible que a fines del siglo I a.C. y durante el siglo I d.C., María Magdalena, la primera testigo del Resucitado, y su familia, que se dice que se originaron en la ciudad, asistieron a uno de los dos sinagogas. Quizás el mismo Jesús hubiera estado en ese lugar, considerando los numerosos milagros que realizó en la región y los muchos sermones que dio a sus habitantes.
Los arqueólogos excavan los restos de la segunda sinagoga descubierta en Magdala. (foto cortesía de la Universidad de Haifa)
La primera sinagoga fue descubierta en 2009 , en Magdala, durante las excavaciones que desenterraron baños rituales judíos, calles, un mercado e instalaciones de producción. La segunda sinagoga recién descubierta es más pequeña. Construida de forma similar, en basalto y piedra caliza, seguía la misma distribución: una gran plaza que albergaba un vestíbulo central con otras dos habitaciones a cada lado.
En la pequeña sinagoga, las paredes del salón principal se cubrieron con yeso blanco y de colores. "El techo de la habitación, probablemente de madera y arcilla, estaba sostenido por seis pilares, dos de los cuales tenían plintos de piedra que se han conservado", dice el comunicado.
A lo largo de las paredes había un banco de piedra, también cubierto con yeso. En el lado sur del edificio, una de las habitaciones contiguas presentaba un estante de piedra cubierto con yeso. Según los expertos, es posible que se haya utilizado para almacenar rollos que están legalmente asociados con los rollos de la Torá .
La primera sinagoga descubierta tiene las mismas características, excepto que estaba adornada con coloridos frescos y pavimentada con mosaicos, a diferencia de la segunda, que tenía un piso de tierra compacto y enlucido, dijo Haaretz .
La primera sinagoga descubierta en 2009 estaba ubicada en una zona industrial y la segunda, recientemente desenterrada, en una calle residencial. Esto demuestra que ambos se insertaron "en el tejido social de la ciudad", explicó Adi Erlich, director del Instituto Zinman, en un comunicado de la Universidad de Haifa.
Dos sinagogas en el mismo centro, un hecho inédito
Hasta ahora, los arqueólogos especulaban que mientras el Templo estuviera en funcionamiento, las sinagogas eran innecesarias. Pero el descubrimiento, por primera vez en una sola ciudad, de dos sinagogas del período del Segundo Templo a menos de 200 metros entre sí sugiere otra pista.
Sobre Magdala, Dina Avshalom-Gorni sostiene que "el descubrimiento de una segunda sinagoga en esta ciudad galilea (...) refleja la necesidad de un edificio dedicado a la lectura y el estudio de la Torá y las reuniones". Dado que el culto y los sacrificios tuvieron lugar en el Templo de Jerusalén hace dos mil años, las sinagogas contemporáneas a él no eran, lógicamente, lugares de culto y adoración, sino lo que hoy llamaríamos "casas de vecindario", es decir, lugares de reunión, estudio de la Torá y de los intercambios.
Los arqueólogos recuerdan que, en la sinagoga descubierta en 2009, en el centro del salón principal se ubicaba una gran piedra tallada, de unos 60 centímetros por 50 y 40 de altura, que quizás servía de mesa de lectura de la Torá . Probablemente evoca el Segundo Templo de Jerusalén y representa una menorá de siete brazos .
Los arqueólogos creen que el artista reprodujo la menorá colocada en el templo mismo. Para el profesor Adi Erlich es una confirmación de que "los judíos locales consideraban a Jerusalén como su centro religioso y sus actividades locales se desarrollaban bajo esta centralidad".
La ciudad de Magdala, fundada en el período hasmoneo (140-37 a.C.) fue destruida por los romanos durante la guerra de los años 66-70 d.C. Se menciona tanto en los escritos del historiador Flavio Josefo como en los Evangelios como el lugar de nacimiento o residencia de María Magdalena. El Talmud y San Villibaldo, que fue peregrino en el siglo VIII alrededor del lago de Tiberíades, indican la posición de Magdala, entre Tiberíades y Capernaum.
“Pórtico de la Biblia” es un libro gratuito online que explica las Sagradas Escrituras de forma amena
Contiene gráficos y mapas que sitúan los acontecimientos más significativos de la Historia de la Salvación.
¿Cómo usaría yo este libro? En realidad, este libro son los apuntes que yo usaría para tener como un resumen de cada libro de la Biblia y tener cada libro de la Bibliasituado en todo el contexto de la historia de la Salvación”. JESÚS GIL
Coautor de “Pórtico de la Biblia”
Los autores dividieron el libro en dos secciones: historia de la Biblia y su mensaje. Su objetivo es llegar al gran público.
“Para retratar el mensaje, hemos decidido dividirlo en dos secciones. Una se centra más en el proceso histórico: cómo se escribió el libro y cuál es el proceso del libro para convertirse en libro y llegar a nosotros, y la otra: qué dice el libro, cuál es la historia dentro del libro”. JOSÉ ÁNGEL DOMÍNGUEZ
Coautor de “Pórtico de la Biblia”
El libro se publica en diciembre en inglés, español y polaco. En 2022 estará disponible en italiano y portugués.
“Entenderás mejor el significado de la Biblia, no sólo el significado de las palabras de la Biblia. Por qué está ahí y cómo es de útil”.
Es posible descargarlo en la página web de Saxum, el proyecto creado en Israel para promover el conocimiento de Tierra Santa entre los peregrinos.
Se le llama Epifanía porque es, en efecto, la primera manifestación de la divinidad de Cristo. Sobre todo, es la primera manifestación de la universalidad de la redención: porque Jesús, que es el Mesías esperado y procede de la estirpe de David, no viene a salvar sólo al pueblo judío, sino a todos los hombres. Sin excepción.
La Adoración de los Magos es la última gran fiesta de la Navidad, aunque el tiempo litúrgico termina con el Bautismo del Señor. Es una fiesta de capital importancia en el mensaje cristiano. Se le llama Epifanía (del griego “epi”: primera, y “fanía”: aparición) porque es, en efecto, la primera manifestación de la divinidad de Cristo.
Sobre todo, es la primera manifestación de la universalidad de la redención: porque Jesús, que es el Mesías esperado y procede de la estirpe de David, no viene a salvar sólo al pueblo judío, sino a todos los hombres. Sin excepción.
En Rey de Reyes (1961), la escena empieza con una evocación del Evangelio de S. Mateo: “Cuando el Hijo de Dios nació en Belén de Judea, tres Magos vinieron de Oriente”. Pero, a continuación añade algunas tradiciones populares: “Se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar. Venían de Persia, Mesopotamia y Etiopía”. En el desarrollo de la escena es importante tanto el juego de la luz (con los Magos recortados en silueta sobre el horizonte) como el tono costumbrista del establo, con diversos animales domésticos ubicados en el portal.
El sentido pictórico de la secuencia se refleja en la composición de los grupos (en la puerta los Magos, a la izquierda José y los pastores, al fondo la Virgen con el Niño), y también en el silencio con que se desarrolla todo:ni una sola palabra rompe el recogimiento de este pasaje.
Por otro lado, en La historia más grande jamás contada (1965), la escena se nos muestra rica en contrastes y en el uso simbólico de la luz, como ya dijimos en el primer artículo de esta serie. Los ropajes blancos de los Magos contrastan con el negro oscuro en que transcurre la acción. La única luz de la escena es la que proviene del candil de José, tal como vimos en un artículo anterior.
La puesta en escena juega con los distintos espacios. En el espacio más interior (el establo) están José, María y el Niño; ahí entran los Magos, que ofrecen sus presentes y explican el sentido que cada tienen; esa entrada en el "interior" les autoriza a iniciar un diálogo con la Virgen centrado en el nombre que pondrán al Niño: “Se llamará Jesús”, dice Ella, recordando lo que le había dicho el Ángel en la Anunciación.
En el espacio exterior, contemplando la escena, están los pastores (con la luz que proviene del interior). Detrás (apartados de la escena, y situados en lo alto de un cerro: en una posición amenazante), están los soldados de Herodes, que han seguido el rastro de los Magos; aparecen sin luz alguna. El ladrido de un perro pone sobre aviso a los Magos, que deciden reemprender la marcha aunque sólo han estado unos minutos en el portal. José se asoma al ventanuco y "oye" en su interior la advertencia del Ángel que S. Mateo relata como escuchada en sueños: "Toma al Niño, y huid".
La versión de esta escena en María de Nazaret (1995), de Jean Delannoy, es mucho más colorista y vistosa que las anteriores. La luz cálida del portal vence aquí sobre la oscuridad de la noche, y la alegría del momento se refleja en los ropajes de los Magos. En el interior, la puesta en escena realza la majestad de la Virgen: aunque tumbada por el alumbramiento, su rostro refleja paz y serenidad, y su figura ocupa el centro de la imagen: la vemos como Señora, como Madre de Dios, como Reina de cielos y Tierra.
También aquí los Magos explican el sentido de sus regalos, con un tono más poético y una sensibilidad más cercana a la nuestra: todo se parece mucho a las representaciones de nuestros belenes. Al final, un narrador recoge con bastante fidelidad la narración de S. Mateo: "Y, tras ser prevenidos en un sueño de no volver a Herodes, regresaron a sus propios países por otro camino".
FUE DESTRUIDO POR YIHADISTAS DURANTE LA RECIENTE GUERRA
El antiguo Monasterio de Mar Elian, ubicado a las afueras de la ciudad siria de Quaryatayn y que en 2015 fue destruido y profanado por terroristas yihadistas, pronto podría volver a ser un lugar de oración y paz para los cristianos sirios. Se espera que ello anime al regreso de dichos cristianos, ya que solo quedan veintiséis en la región.
Así lo anunció con gran alegría en estos días de Navidad el padre Jacques Mourad, monje de la comunidad de Deir Mar Musa que fue secuestrado en Mar Elian el 21 de mayo de 2015 por un comando del autodenominado Estado Islámico. Fue su rehén durante meses, primero en aislamiento y luego junto a más de 150 cristianos de Qaryatayn, también tomados secuestrados en los territorios ocupados por los terroristas del califato.
En un mensaje recogido por la Agencia Fides, el padre Jacques explica que la reconstrucción de Mar Elian será posible gracias a un acuerdo entre la archieparquía sirio-católica de Homs, Hama y Nabk y la comunidad monástica de Deir Mar Musa, fundada por el padre Paolo Dall'Oglio, el jesuita romano cuyas huellas se perdieron el 29 de julio de 2013 mientras se encontraba en Raqqa, en ese momento la capital siria de Daesh.
En su mensaje, el padre Mourad pide a todos que recen para que en este momento los feligreses de Qaryatayn puedan discernir «la voluntad de Dios para el futuro de esta importante zona geográfica de Siria, nuestro país».
El plan para renacimiento de Mar Elian, ideado por el monje de Deir Mar Musa, contempla inicialmente la replantación de viñedos y olivares en los terrenos alrededor del monasterio, junto con la reconstrucción de los muros circundantes y las puertas de acceso. Después es necesario incentivar el regreso a Qaryatayn de los cristianos que allí vivieron y que se vieron obligados a huir durante la guerra, mediante la reconstrucción de sus hogares y la mejora de cultivos y de las actividades que propiciaban su independencia económica antes del conflicto. Si esta primera fase avanza, se procederá a la reconstrucción delmonasterio destruído en el año 2015 y de la iglesia parroquialy se retomarán también los trabajos de recuperación arqueológica alrededor del sepulcro del Santo, «que no serán fáciles tras la destrucción padecida».
La noticia del proyecto de reactivación del monasterio de Qaryatayn la comparte el padre Jacques confiando en que despertará alegría y consuelo dado el vínculo espiritual entre ese monasterio y la vocación de la comunidad monástica de Deir Mar Musa.
Sólo quedan 26 cristianos
Actualmente, unos 10.000 musulmanes viven en la zona de Qaryatayn, mientras que los cristianos solo son 26. Experiencias similares, como las de aquellos cristianos que han regresado a las aldeas iraquíes de la llanura de Nínive, animan a «seguir sus pasos» y no rendirse a los procesos que están extinguiendo la presencia de las comunidades cristianas originales en los países de Oriente Medio.
En los años anteriores al conflicto, el antiguo Santuario de Mar Elian, que data del siglo V, vivía en estrecha relación con la comunidad monástica de Deir Mar Musa y había experimentado una época de florecimiento gozando de la simpatía de la población musulmana predominante bajo la dirección del padre Jacques Mourad, que entonces ejercía allí el cargo de Prior.
Somo se ha indicado, en febrero de 2015, el padre Jacques fue secuestrado por los yihadistas, quienes tomaron el control de toda la zona el agosto siguiente. Desde los primeros días de la ocupación yihadista, la tumba de Mar Elian fue brutalmente profanada para borrar lo que representaba el corazón del complejo monástico.
Pero las reliquias de Mar Elian no se perdieron. Los huesos del santo fueron encontrados, recogidos y trasladados a Homs en abril de 2016, tras el fin de la ocupación yihadista. Ya entonces, el padre Jacques Mourad confió a la Agencia Fides cuál era su esperanza:
«Sabemos que el antiguo santuario fue arrasado, que el sitio arqueológico fue devastado y que la nueva iglesia y el monasterio fueron incendiados y parcialmente bombardeados. Cuando, en el futuro, volvamos a trabajar en Mar Elian, también volveremos a poner las reliquias del Santo en su lugar. La vida de la gracia volverá a florecer en torno a la memoria de los santos. Y será un gran signo de bendición para toda nuestra Iglesia».
Dios no quiere que le demos porcentajes, sino nuestro corazón, nuestro ser
Pero hay algo más que forma parte de la imagen de la Navidad: los regalos. Algunas obras de teatro popular navideño ilustran ricamente cómo los pastores piensan cuál podría ser el obsequio que pueden llevar al Niño, y toman las diferentes alternativas posibles de la misma vida cotidiana de los hombres de nuestra tierra.
Un himno litúrgico de la Iglesia oriental se dedica al mismo tema pero le da mayor profundidad. Dice el himno:
«¿Qué hemos de ofrecerte, oh Cristo, que por nosotros has nacido hombre en esta tierra?
Cada una de las criaturas, obra tuya, te trae en realidad el testimonio de su gratitud: los ángeles, su amor; el cielo, la estrella; los sabios, sus dones; los pastores, su asombro; la tierra, la gruta; el desierto, el pesebre. Pero nosotros, los hombres, te traemos una Madre Virgen». (Stikharion de la Navidad)
María es el regalo de los hombres a Cristo. Pero eso significa al mismo tiempo que el Señor no quiere de los hombres «algo», sino al hombre mismo. Dios no quiere que le demos porcentajes, sino nuestro corazón, nuestro ser.
Él quiere nuestra fe y, a partir de la fe, la vida; después, de la vida; después, de la vida, aquellos dones de los que se hablará en el juicio final: alimento y vestidos para los pobres, compasión y amor compartido, la palabra de consuelo y la compañía para los perseguidos, los encarcelados, los abandonados y los perdidos.
“¿Qué hemos de traerte?
¿Qué hemos de ofrecerte, oh Cristo? Seguramente te traemos demasiado poco cuando sólo intercambiamos entre nosotros regalos caros que ya no son expresión de nosotros mismos y de nuestra gratitud –sentimiento que habitualmente dejamos sin expresar–.
Intentemos llevarle por regalo la fe, llevarnos a nosotros mismos, y aunque más no fuera en esta forma: ¡Creo, Señor, ayuda mi incredulidad! Y no olvidemos ese día a los muchos en quienes el Señor sufre sobre la tierra.”
El verdadero sentido de los regalos
“Dios, por nosotros, se ha hecho don. Se ha regalado a sí mismo. Se toma tiempo para nosotros”. “¡Entre tantos regalos que compramos y recibimos no nos olvidemos del verdadero regalo: de entregarnos mutuamente algo de nosotros mismos! De donarnos mutuamente nuestro tiempo. De abrir nuestro tiempo para Dios. Así se disuelve la agitación. Así nace la alegría, Así surge la fiesta”.
“Cuando por Navidad hagas regalos, no regalos algo sólo a aquellos que, a su vez, te hacen regalos, sino que regala a aquellos que no reciben de nadie y que no pueden darte nada a cambio. Así ha actuado Dios mismo”.
Benedicto XVI hizo luego una referencia eucarística al señalar que para los Padres de la Iglesia, el pesebre de los animales en Belén “se ha convertido en el símbolo del altar, en el cuál yace el Pan que es Cristo mismo: el verdadero alimento para nuestros corazones”. “Y vemos una vez más, cómo Él se ha hecho pequeño: en la humilde apariencia de la hostia, de un pedacito de pan, Él se entrega a sí mismo”.
“Oremos para que así, la luz que vieron los pastores también nos ilumine a nosotros y que se cumpla aquello que los ángeles cantaron aquella noche: ‘Gloria a Dios en lo alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres que Él ama’”.
"Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como le había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno". Lucas 2, 21
Belén era una ciudad pequeña. En tiempo de Nuestro Señor no llegaría a los dos mil habitantes. Y aunque hubiera aumentado por aquellos días la población con motivo del empadronamiento, no pasaría inadvertido aquel joven matrimonio que había tenido su primer hijo en las afueras del pueblo. Tampoco olvidemos que Belénera la cuna del Mesías esperado y que las esperanzas mesiánicas estaban muy vivas en todas partes, pero especialmente allí, donde había de surgir.
José buscó enseguida un lugar más confortable para Jesús y para su Madre. Ocho días más tarde, cuando tuvo lugar el pequeño festejo que acompañaba a la circuncisión, aquella Familia de recién llegados no se encontrarían del todo solos. Por su parte, también ellos tendrían algo que ofrecer dentro de su pobreza y de estar lejos de su residencia habitual. Quizá los mismos presentes que habían llevado los pastores servirían para este pequeño agasajo.
La circuncisión constituía un acontecimiento importante en la vida del niño judío, pues por esta ceremonia los varones entraban a formar parte del pueblo elegido. Su origen no era exclusivamente hebreo, pero sólo el pueblo judío le dio sentido religioso. Esta ceremonia era la señal visible del pacto que Dios hizo con Abrahán y con sus descendientes. Según el núcleo fundamental de este pacto, Yahvé sería el Dios de Abrahán y de su descendencia.
Los profetas repiten esta idea muchas veces mirando a sus tiempos y a la época mesiánica: Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. El incircunciso quedaba excluido del pacto y, por tanto, del pueblo de Dios, excomulgado. Uno de los mayores insultos para un judío era ser llamado «incircunciso».
Por el contrario, el esclavo podía participar incluso de la cena pascual si estaba circuncidado. Pero ya el profeta Jeremías proclama que la circuncisión material no basta si en el adulto no va acompañada de la búsqueda de Dios y de la fidelidad interior, lo que llama la circuncisión del corazón [21]. Insta a la conversión interior para ser verdaderos hijos de Abrahán. La circuncisión en tiempos de nuestro Señor es considerada, junto al sábado, como el soporte esencial del judaísmo.
Todo nos revela la importancia de esta ceremonia en el pueblo hebreo. Era tan central este rito que tenía primacía sobre el descanso sabático, y sólo podía ser diferido por razones de gran peso. Con esta luz se puede comprender mejor la polémica originada en los comienzos del cristianismo cuando los apóstoles declaraban que no era necesario circuncidarse para pertenecer al nuevo Pueblo de Israel, la Iglesia.
San Pablo explica que la circuncisión, después de la venida de Cristo, ya no es nada, como tampoco la incircuncisión; ya no hay circunciso ni incircunciso [22]. Una sola cosa cuenta: Cristo, que en el Bautismo imprime en el neófito una señal indeleble y misteriosa que le configura con Él mismo [23].
En virtud de este precepto de la Ley judía, Jesús fue circuncidado al octavo día [24]. María y José cumplieron puntualmente con esta obligación, como las demás familias israelitas [25].
La ceremonia tenía lugar en la casa donde vivía el niño con sus padres, y el ministro de la circuncisión era una especie de practicante o cirujano, hábil en su oficio, habitualmente encargado de verificarla. Se requerían testigos y un padrino, y se procedía de acuerdo con un determinado rito en el que el padre tenía una breve intervención.
Con esta sencilla ceremonia, Jesús entró de modo oficial a formar parte del pueblo judío. San Pablo mencionará este hecho [26] como principio de la consagración y sacrificio de Cristo, fuente de bendiciones para todos los que habían de unirse a su Cuerpo por la fe y el bautismo [27].
LE PUSIERON POR NOMBRE JESÚS
La circuncisión llevaba consigo otro acto muy importante en el pueblo judío: la imposición del nombre, que en el caso de Nuestro Señor fue fijado por Dios mismo a través del ángel: le pondrás por nombre Jesús, le había dicho a José.
Con el nombre no sólo se designaba a una persona; se quería indicar además algo propio y exclusivo de ella, expresaba su misma naturaleza, su misión o sus cualidades más características [28]. Con el nombre queda señalado lo que de él se deseaba o se esperaba [29].
Jesús significa Salvador. Con Él llegó la salvación al mundo entero: Dios lo exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre; para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos [30]. Para los judíos el nombre que está sobre todo nombre es el nombre de Dios (Yahvé), al que la Ley mosaica obligaba a tener un respeto extraordinario [31].
Cuando se lee en el Génesis que Adán dio nombre a todos los animales, lo que hizo en realidad fue expresar lo que cada uno era y manifestar su dominio sobre los vivientes. Pero cuando el nombre viene impuesto por Dios, entonces tiene una profunda relación con lo que en su más honda realidad es aquel hombre a quien se le impone, con lo más esencial, con lo que constituye la raíz de su ser.
Podemos fijarnos, por ejemplo, en Abrahán: fue Abrán hasta que Dios le mudó el nombre al confirmar su alianza con él: He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos, y ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque yo te haré padre de una muchedumbre de pueblos [32].
O en el caso del último de los hijos de Jacob, Benjamín (hijo de la dicha, nombre dado por Jacob), antes Benomi (hijo de mi dolor, nombre que le dio su madre, Raquel). Así, el nombre de Jesús, al significar salvador, indicaba lo que Jesús es. Existe en este caso una profunda y especial unidad entre la persona y su misión. Su nombre es santo y tiene una virtud que no se ha concedido a ningún otro [33].
Terminada la circuncisión del Niño, María y José le llamaron por su nombre, Jesús. Así le nombrarían sus amigos y conocidos de Nazaret: Jesús, el hijo de María, Jesús Maestro... Jesús, Hijo de David [34]...
15 películas sobre "Cuento de Navidad", de Dickens
Cuento de Navidad (A Christmas Carol) es probablemente el relato navideño más famoso de la historia. Escrito por Charles Dickens en diciembre de 1843, cuenta la historia de Scrooge, un hombre avaro y egoísta que experimenta una profunda transformación tras la visita de tres fantasmas (pasado, presente y futuro) en Nochebuena.
La novela corta consiguió un éxito inmediato y el aplauso de la crítica; a ello contribuyó el perfecto retrato de su personaje y la sincera hermosura de su mensaje. Llegó, además, en el momento oportuno: en una época en que surgió una gran nostalgia por las viejas tradiciones navideñas unida a nuevas costumbres como los árboles de Navidad o las tarjetas de felicitación.
De ese precioso relato se han hecho varias versiones cinematográficas.
Éstas son las 15 más importantes:
La primera data de 1901: “Scrooge, or Marley’s ghost”, realizada por Walter R. Booth. Dura sólo 5 minutos, pero resume lo más conocido del relato. Su principal novedad radica en que, para suprimir personajes, es el propio Marley, el difunto socio de Scrooge, quien hace ver al anciano su pasado, su presente y su futuro.
En 1910 se estrena “A Christmas Carol”. Es la versión muda más popular, una producción norteamericana con buenos efectos especiales, que cuenta todo el argumento en tan solo 17 minutos. De hecho, es sorprendentemente muy dinámica. Marc McDermott, uno de los mejores actores del Estudio de Edison, interpreta el papel de Scrooge. Y lo hace bastante bien.
En 1928 se filmó la primera película hablada, realizada por Hugh Croise. Hoy apenas conocida. En 1935, Henry Edwards haría su “Scrooge”, con el actor Seymour Hicks en el papel del avaro (tanto anciano como joven, lo cual resulta llamativo a sus sesenta y tantos años). Fue notorio su atrevimiento al mostrar muerto al Pequeño Tim en las Navidades Futuras, algo que solo se trata de forma elíptica en la mayoría de las versiones. Aquí ofrezco la película completa.
En 1938, la Metro-Goldwyn-Mayer rodó “A Christmas Carol” (1938), realizada por Edwin L. Marin. La versión clásica por excelencia: llena de sentimiento, muy melodramática, en un cuidadoso blanco y negro. Reginald Owen dio vida al Scrooge de toda la vida, aquel en el que se han inspirado todos sus sucesores.
En 1947, tenemos la primera versión hecha en España: “Leyenda de Navidad”, de Manuel Tamayo. En 1951 Brian Desmond Hurst dirige "Scrooge", otra versión clásica, muy popular y repleta de estrellas británicas que recitan con deje teatral los diálogos de Dickens. Alastair Sim da vida al avaro, justificando su conducta miserable por la influencia de un mentor miserable. Es la versión que retrata de forma más amable la figura de Scrooge.
De 1970 es el musical “Muchas gracias, Mr. Scrooge”, de Ronald Neame. Con Albert Finney como Scrooge y Alec Guinness como su difunto socio Marley. Es una de las versiones más populares en el mundo anglosajón, y dejó deslizar, sobre todo gracias a las interpretaciones, cierto humor sardónico en el relato de Dickens. Podéis ver aquí la película completa en castellano.
En 1983 la Disney rueda la versión en dibujos animados: “Una Navidad con Mickey”. Estaba claro que el Tío Gilito (llamándose Scrooge en su encarnación original), tenía que tener su correspondiente adaptación del cuento. Aquí el humor vence al sentimiento, aunque no falta la enseñanza moral que esta fábula encierra.
En 1984 hay una nueva producción británica: "A Christmas Carol", un telefilme con George C. Scott en el papel de Scrooge y un amplio elenco de actores ingleses. Tuvo numerosos premios, y el propio Scott fue nominado al mejor actor en los premios Emmy. Aquí os dejo la película completa, con audio en español latino.
En 1988 se estrena “Los fantasmas atacan al jefe”, una adaptación en clave de comedia, con protagonismo absoluto de Bill Murray, dirección de Richard Donner y manifiesta intención de aprovechar el éxito de Los Cazafantasmas. A pesar de lo descarado del proyecto, la película fue un éxito, lo que demuestra el carismo y la atemporalidad de Cuento de Navidad.
En 1992: “Los Teleñecos en Cuento de Navidad”. Junto a los famosos teleñecos, tres actores dan al cuento un aire relamente nuevo: Michael Caine como Scrooge, y Statler y Waldorf como “Marley duplicado” que llegan para atormentar a su antiguo socio. Cameos de todos los Muppets en esta película que reactivó la franquicia de los teleñecos durante los noventa.
En 1999 se produjo un nuevo filme: "A Christmas Carol", dirigido por David Hugh Jones y protagonizado por Patrick Stewart, Richard E. Grant y Joel Grey. Y en 2005 Arthur Allan Seidelman dirigió "A Christmas Carol: The Musical", en el que actuó Kelsey Grammer como Scrooge.
Finalmente, en 2009 se estrena "Cuento de Navidad", la versión animada de Robert Zemeckis, que es también autor también del guión. Esta producción de la Disney muestra la vigencia del cuento, sus valores universales y su fondo cristiano. Nos habla del tiempo limitado de que disponemos los seres humanos en este mundo, y de la necesidad de aprovecharlo para hacer el bien y ocuparse de los demás.
Los actores, que han sido filmados con sensores para luego trabajar las imágenes en la animación fotorrealista, están muy bien, de modo especial Jim Carrey, que no sólo compone un Scrooge contenido en sus diversas edades, sino que pone voz a otros personajes como los fantasmas de las navidades. Aquí tenéis el tráiler.
Existen algunas versiones más, pero éstas son las más importantes. En todo caso, una cosa está clara: el cuento de Dickens ha dado mucho –y seguirá dándolo– en el argumentario del Séptimo Arte.
¿Qué sabemos de la Estrella de los Magos de Oriente?
La estrella de Oriente se menciona en el evangelio de San Mateo. Unos magos preguntan en Jerusalén: “Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle” (Mt 2,2).
Los dos capítulos iniciales de los evangelios de San Mateo y San Lucas narran algunas escenas de la infancia de Jesús, por lo que se suelen denominar “evangelios de la infancia”. La estrella aparece en el “evangelio de la infancia” San Mateo.
Los evangelios de la infancia tienen un carácter ligeramente distinto al resto del evangelio. Por eso están llenos de evocaciones a textos del Antiguo Testamento que hacen los gestos enormemente significativos.
En este sentido, su historicidad no se puede examinar de la misma manera que la del resto de los episodios evangélicos. Dentro de los evangelios de la infancia, hay diferencias: el de San Lucas es el primer capítulo del evangelio, pero en San Mateo es como un resumen de los contenidos del texto entero.
El pasaje de los Magos(Mt 2,1-12) muestra que unos gentiles, que no pertenecen al pueblo de Israel: descubren la revelación de Dios a través de su estudio y sus conocimientos humanos (las estrellas), pero no llegan a la plenitud de la verdad más que a través de las Escrituras de Israel.
En tiempos de la composición del evangelio era relativamente normal la creencia de que el nacimiento de alguien importante o algún acontecimiento relevante se anunciaba con un prodigio en el firmamento. De esa creencia participaban el mundo pagano (cfr Suetonio, Vida de los Césares, Augusto, 94; Cicerón, De Divinatione 1,23,47; etc.) y el judío (Flavio Josefo, La Guerra de los Judíos, 5,3,310-312; 6,3,289). Además, el libro de los Números (caps. 22-24) recogía un oráculo en el que se decía: “De Jacob viene una estrella, en Israel se ha levantado un cetro” (Nm 24,17). Este pasaje se interpretaba como un oráculo de salvación, sobre el Mesías. En estas condiciones, ofrecen el contexto adecuado para entender el signo de la estrella.
¿Qué pudo ser la Estrella?
La exégesis moderna se ha preguntado qué fenómeno natural pudo ocurrir en el firmamento que fuera interpretado por los hombres de aquel tiempo como extraordinario. Las hipótesis que se han dado son sobre todo tres:
1) ya Kepler (s. XVII) habló de una estrella nueva, una supernova: se trata de una estrella muy distante en la que tiene lugar una explosión de modo que, durante unas semanas, tiene más luz y es perceptible desde la tierra
2) un cometa, pues los cometas siguen un recorrido regular, pero elíptico, alrededor del sol: en la parte más distante de su órbita no son perceptibles desde la tierra, pero si están cercanos pueden verse durante un tiempo. También esta descripción coincide con lo que se señala en el relato de Mateo, pero la aparición de los cometas conocidos que se ven desde la tierra no encaja en las fechas con la estrella
3) Una conjunción planetaria de Júpiter y Saturno. También Kepler llamó la atención sobre este fenómeno periódico, que, si no estamos equivocados en los cálculos, pudo muy bien darse en los años 6/7 antes de nuestra era, es decir, en los que la investigación muestra que nació Jesús.
Bibliografía: A. Puig, Jesús. Una biografía, Destino, Barcelona 2005; S. Muñoz Iglesias, Los evangelios de la infancia. IV, BAC, Madrid 1990; J. Danielou, Los evangelios de la infancia, Herder, Barcelona 1969