LA VUELTA DE EGIPTO

Herodes murió en su palacio de invierno de Jericó, en la primavera del año 750 de la fundación de Roma. Según cuenta Flavio Josefo, que escribe a finales del siglo I, una cláusula del testamento real disponía que a su muerte se convocara en el estadio de Jerusalén a los principales del país para comunicarles oficialmente el suceso.

 

Pero en ese momento debían irrumpir los soldados y matar a los invitados; así, la muerte del tirano no sería objeto de alegría, sino día obligado de luto para todo el país. La cláusula no se respetó. El cuerpo del rey fue llevado a Belén y sepultado solemnemente cerca de la fortaleza-palacio llamada Herodium. Muchos autores piensan que la muerte de Herodes debió de suceder no mucho después de la venida de los Magos.

El reino quedaba dividido entre tres de sus hijos: Arquelao, que se llevó la mejor parte con Judea y Samaria; Herodes Antipas, a quien correspondieron Galilea y la Perea; y Filipo, que se quedó con otras regiones de menor importancia. Salomé, hermana de Herodes, recibió en posesión los enclaves de Yamnia y Azoto en la costa mediterránea, así como Fasael en el valle del Jordán.

También sabemos por Flavio Josefo que Arquelao, después de la muerte de su padre y de haber sofocado en sangre una sedición de los judíos, partió para Roma poco después de la Pascua para que el emperador confirmase el testamento de Herodes. Volvió por el otoño del año 750 con el título de enarca, «jefe del pueblo», de Judea, Samaria e Idumea.

Entonces, reinando ya Arquelao, José recibió un nuevo aviso del ángel: Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel; pues han muerto ya los que atentaban contra la vida del niño. Parece probable que la Sagrada Familia permaneciera en Egipto unos dos años y algunos meses.

José levantó una vez más su hogar y tuvo la intención de dirigirse a Judea, a Belén, de donde partieron para Egipto. Pero por el camino debió de enterarse del carácter del nuevo gobernante de Judea. De hecho, Arquelao era un hombre despótico como su padre, y fue mal recibido por el pueblo.

 

vuelta egipto

 

La situación llegó a ser tan conflictiva que se hizo precisa la intervención de las tropas romanas, para lo cual el gobernador de Siria, Quintilio Varo, se puso al frente de tres legiones y penetró en Judea, consiguiendo al fin, tras no pocos esfuerzos, devolver la paz al país. Por su parte, una legación de notables judíos enviada a Roma consiguió que el emperador depusiera al nuevo monarca.

Este acudía entonces a la capital del Imperio para recibir oficialmente la confirmación de su título real. Es posible que una de las parábolas evangélicas esté precisamente inspirada en ese hecho.

José llevaba un tesoro demasiado valioso para exponerlo a cualquier peligro, y temió ir allá. Mientras reflexionaba dónde sería más conveniente para Jesús instalarse –siempre es Jesús lo que motiva las decisiones de su vida–, fue de nuevo avisado en sueños y marchó a la región de Galilea, a Nazaret, el pueblo pequeño y desconocido donde había tenido lugar la Anunciación. Volvía de nuevo al lugar donde conocía a todos y todos le conocían a él.

Allí, en Galilea, gobernaba Herodes Antipas, con muchos errores, pero era menos sanguinario que su padre. Es de notar que Nazaret distaba solamente cinco kilómetros de Séforis, donde tenía su corte el rey Antipas, hasta que se trasladó a Tiberíades en el año 18. Fueron, pues, vecinos durante un buen número de años.

Y a Nazaret se dirigió José, con un ánimo que rondaba entre la inquietud por la seguridad de Jesús y la alegría de hallarse de nuevo en tierra conocida. Allí encontró antiguos amigos y parientes. Sin duda le harían preguntas de no fácil respuesta: de dónde venía, qué había pasado en todo ese tiempo... Reanudó amistades y pronto se adaptó a una nueva tierra, la suya, y vivió con Jesús y María unos años de felicidad y de paz hasta su muerte.

San Mateo hace notar que todo esto sucedió para que se cumpliesen las profecías antiguas: Será llamado nazareno.

 

+ info -

> LA HUIDA A EGIPTO DE LA SAGRADA FAMILIA

 

 

 

Fco. Fdz Carvajal,  Vida de jesús

Ver en Wikipedia

 

LA VUELTA DE EGIPTO

Herodes murió en su palacio de invierno de Jericó, en la primavera del año 750 de la fundación de Roma. Según cuenta Flavio Josefo, que escribe a finales del siglo I, una cláusula del testamento real disponía que a su muerte se convocara en el estadio de Jerusalén a los principales del país para comunicarles oficialmente el suceso.

 

Pero en ese momento debían irrumpir los soldados y matar a los invitados; así, la muerte del tirano no sería objeto de alegría, sino día obligado de luto para todo el país. La cláusula no se respetó. El cuerpo del rey fue llevado a Belén y sepultado solemnemente cerca de la fortaleza-palacio llamada Herodium. Muchos autores piensan que la muerte de Herodes debió de suceder no mucho después de la venida de los Magos.

El reino quedaba dividido entre tres de sus hijos: Arquelao, que se llevó la mejor parte con Judea y Samaria; Herodes Antipas, a quien correspondieron Galilea y la Perea; y Filipo, que se quedó con otras regiones de menor importancia. Salomé, hermana de Herodes, recibió en posesión los enclaves de Yamnia y Azoto en la costa mediterránea, así como Fasael en el valle del Jordán.

También sabemos por Flavio Josefo que Arquelao, después de la muerte de su padre y de haber sofocado en sangre una sedición de los judíos, partió para Roma poco después de la Pascua para que el emperador confirmase el testamento de Herodes. Volvió por el otoño del año 750 con el título de enarca, «jefe del pueblo», de Judea, Samaria e Idumea.

Entonces, reinando ya Arquelao, José recibió un nuevo aviso del ángel: Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel; pues han muerto ya los que atentaban contra la vida del niño. Parece probable que la Sagrada Familia permaneciera en Egipto unos dos años y algunos meses.

José levantó una vez más su hogar y tuvo la intención de dirigirse a Judea, a Belén, de donde partieron para Egipto. Pero por el camino debió de enterarse del carácter del nuevo gobernante de Judea. De hecho, Arquelao era un hombre despótico como su padre, y fue mal recibido por el pueblo.

 

vuelta egipto

 

La situación llegó a ser tan conflictiva que se hizo precisa la intervención de las tropas romanas, para lo cual el gobernador de Siria, Quintilio Varo, se puso al frente de tres legiones y penetró en Judea, consiguiendo al fin, tras no pocos esfuerzos, devolver la paz al país. Por su parte, una legación de notables judíos enviada a Roma consiguió que el emperador depusiera al nuevo monarca.

Este acudía entonces a la capital del Imperio para recibir oficialmente la confirmación de su título real. Es posible que una de las parábolas evangélicas esté precisamente inspirada en ese hecho.

José llevaba un tesoro demasiado valioso para exponerlo a cualquier peligro, y temió ir allá. Mientras reflexionaba dónde sería más conveniente para Jesús instalarse –siempre es Jesús lo que motiva las decisiones de su vida–, fue de nuevo avisado en sueños y marchó a la región de Galilea, a Nazaret, el pueblo pequeño y desconocido donde había tenido lugar la Anunciación. Volvía de nuevo al lugar donde conocía a todos y todos le conocían a él.

Allí, en Galilea, gobernaba Herodes Antipas, con muchos errores, pero era menos sanguinario que su padre. Es de notar que Nazaret distaba solamente cinco kilómetros de Séforis, donde tenía su corte el rey Antipas, hasta que se trasladó a Tiberíades en el año 18. Fueron, pues, vecinos durante un buen número de años.

Y a Nazaret se dirigió José, con un ánimo que rondaba entre la inquietud por la seguridad de Jesús y la alegría de hallarse de nuevo en tierra conocida. Allí encontró antiguos amigos y parientes. Sin duda le harían preguntas de no fácil respuesta: de dónde venía, qué había pasado en todo ese tiempo... Reanudó amistades y pronto se adaptó a una nueva tierra, la suya, y vivió con Jesús y María unos años de felicidad y de paz hasta su muerte.

San Mateo hace notar que todo esto sucedió para que se cumpliesen las profecías antiguas: Será llamado nazareno.

 

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Fco. Fdz Carvajal,  Vida de jesús

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Representaciones e interpretaciones de la estrella en la tradición

En casi todas las representaciones artísticas de la Natividad que muestran la adoración de los Magos, también aparece la "estrella", pero ésta se presenta a menudo como elemento característico sólo en el "lugar de nacimiento" como tal. La imagen más famosa es probablemente el fresco del rico ciclo bíblico que decora la capilla de los Scrovegni en Padua, obra de Giotto a principios del siglo XIV.

 

En este fresco la estrella está pintada con una cola, para indicar la aparición de un cometa, un objeto celeste poco frecuente, pero bien conocido desde la antigüedad. Es común creer que al dibujar sus rasgos particularmente realistas, Giotto se inspiró en el cometa Halley, orbitando el sol con un período de evolución de unos 76 años y visible a simple vista en el año 1301, con motivo de uno de sus pasos cerca de la tierra.

 El cometa pintado por Giotto en la capilla de los Scrovegni en Padua

 

En cambio, las imágenes más antiguas muestran una estrella sin cola. Los del mosaico del Santa Maria Maggiore en Roma del 433 y del San Apollinare Nuovo en Ravenna del siglo VI, que curiosamente muestra dos estrellas, una dentro de la otra.

En el sarcófago de mármol de Adelfia, hallado en las catacumbas del s. Giovanni en Siracusa, y que se remonta al siglo IV, uno de los Magos señala una estrella de siete rayos. La portada de un sarcófago hallado en el Vaticano data del mismo siglo, hacia la tercera década: uno de los tres magos en adoración, junto a dos camellos, apunta a una estrella de seis puntas en forma de rueda.

 

La estrella de Belén en el mosaico de la adoración de los magos en Santa
Maria Maggiore en Roma (siglo V)

 

 

La representación más antigua de los Magos, en un fresco de las catacumbas de Priscilla en Roma, data del siglo II: muestra tres, pero la estrella no es visible, quizás porque la parte más alta de la representación está muy dañada;en cambio aparece en el fresco que representa a la Virgen, con Balaam señalándola. Entre los elementos comunes de buena parte de estas representaciones, cabe mencionar la diversificación somática de los Magos, que a lo largo de los siglos ha conocido variaciones según los nuevos descubrimientos geográficos, indicando la universalidad de la redención cristiana y la llamada de todos los pueblos a salvación.

 

Balaam señala la estrella de la Virgen en las catacumbas de Priscilla

 

 

Entre los autores más antiguos que especularon sobre un origen fenoménico natural de la estrella de Belén encontramos a Orígenes (185 -253), quien habla de ella dos siglos después del evento del nacimiento de Jesús de Nazaret. Defiende una interpretación física de la misma y, para distanciar la reacción de los magos de las prácticas astrológicas de los caldeos, la describe como una estrella "nueva", diferente a las conocidas (y por tanto no comparable a conjeturas preestablecidas, de tipo horoscópico), análoga a aquellos fenómenos celestes que aparecen de vez en cuando, como los cometas (cf. Contra Celsum , I, 58-59).

Al respecto, cita un tratado sobre cometas del estoico Cheremone, tutor de Nerón, recordando que era una práctica aceptada que la aparición de nuevos cometas o estrellas señalaría el nacimiento de personajes importantes, recordando a su oponente Celso de la profecía informado por Num 24.17,  y justificando el viaje de los Magos en base a ello.

Ireneo de Lyon (siglo II) habla de la estrella en referencia al cumplimiento de la profecía de Balaam, pero no piensa en su posible origen natural (cf. Adversus haereses, III, 9,2). San Juan Crisóstomo (c. 350 - 407) considera que la estrella es un verdadero milagro, porque no logra conciliar lo que la narrativa del Evangelio acerca de la estrella con lo que serían los comportamientos habituales de los objetos celestes.

 

 Los tres magos en las catacumbas de Priscilla

 

En particular, Crisóstomo dedicará toda la VI homilía del Comentario al Evangelio de Mateo a la estrella de Belén y su simbolismo.(cf. PG 57, 61-72). Debido al contexto helénico en el que escribe, inmediatamente aclarará que lo que dice la Escritura sobre la aparición de la estrella no se puede asimilar a ninguna profecía u horóscopo de naturaleza astrológica (cf. V, 1). El viaje de los Magos a Judea en sí presenta lados paradójicos, porque implica disposiciones de humildad que les permiten reconocer a un rey recién nacido donde nunca se le habría buscado ...

El autor parece concluir que "la estrella de los Magos no era una estrella ordinaria, más aún no era una estrella real, sino una fuerza invisible que tomaba la apariencia de una estrella […] Pensemos, entonces, de dónde vino la idea del viaje y qué los impulsó a emprenderlo. Me parece que no fue sólo obra de la estrella, sino también obra de Dios que movió sus almas ”(VI, 2.4).En esencia, quiere resaltar la dimensión espiritual del viaje y el reconocimiento, pero no niega la existencia de un signo sensible, por milagroso que sea, ya que no está vinculado a los fenómenos naturales, ordinarios o extraordinarios, del cielo estrellado.

El Papa León Magno (440-461) también presta especial atención al comentario sobre el episodio de los Magos en sus ocho Sermones sobre la Epifanía (PL 54, 234-263). En el tercero leemos:

«Una estrella, más brillante que las demás, llama la atención de los Magos, habitantes del Lejano Oriente. No eran hombres ignorantes en el arte de observar las estrellas y su brillo, por lo que comprenden la importancia del signo. Ciertamente, la inspiración divina operó en sus corazones, para que el misterio que significaba esta gran visión no se les ocultara y lo que se mostraba a los ojos no quedase oscuro para el alma "( Sermones, XXXIII, 2).

 

El autor, mientras desarrolla el valor alegórico-espiritual de la narración en este y otros sermones, se inclina por lo tanto hacia un evento natural como punto de partida que empujó a los Magos a comprender el significado superior al que apuntaba. La articulación se hace explícita en el primer sermón:

«Por eso apareció en Oriente una estrella de extraordinario brillo […] para que fácilmente pudiera llamar su atención. Así pudieron darse cuenta de que lo que les parecía tan inusual no estaba sucediendo por casualidad. De hecho, el que había dado la señal también dio a quienes la observaron la inteligencia para poder comprenderla ( dedit ergo aspicientibus intellectum, qui praestitit signum ). Y luego hizo que la gente buscara lo que había hecho comprender y, cuando lo buscaban, se dejaba encontrar "( Sermones, XXXI, 1).

 

De cierto interés sobre la universalidad con que habla el lenguaje del cosmos, también objeto de las ciencias, es la conexión propuesta por el s. Leon entre la dimensión celestial, en cierto modo pública, del signo y la vocación universal de todos los pueblos a conocer el acontecimiento y la gracia de Jesucristo. Comenta que, si bien el reconocimiento del Mesías por parte del Bautista, al inicio de su vida pública, e incluso antes de la Anunciación a María y la noticia del nacimiento de los pastores, había sido conocido por pocos,

"este signo que efectivamente conmueve los Magos de países lejanos y los atrae irresistiblemente hacia Jesús, Señor, sin duda es el signo sagrado de esa gracia y el comienzo de esa vocación por la que se habría predicado el Evangelio no solo en Judea, sino en todo el mundo.[…] El significado de estos hechos místicos aún persiste: lo que comenzó en la imagen ahora se cumple en la realidad. De hecho, la estrella irradia del cielo como una gracia, y los tres Magos, llamados por el resplandor de la luz del Evangelio, acuden todos los días en todas las naciones para adorar el poder del Rey Supremo "(Sermones , XXXV, 1-2).

 

En lo que respecta a la exégesis bíblica, cabe señalar que no pocas veces se ha inclinado por una lectura del relato evangélico en el marco del Midrash , una forma de interpretar las Escrituras propia del judaísmo. El autor del Evangelio según san Mateo , que escribe en un ambiente judío dirigiéndose principalmente a judíos, puede haberlo utilizado él mismo, es decir, reconstruyendo los hechos a la luz de la tradición bíblica anterior, asociando lo ocurrido en esos años con episodios o imágenes ya descritos en el libro.

A. Toda la historia de los magos, o incluso solo el episodio de la aparición de la estrella, podría ser un ejemplo de midrash haggadic (que a diferencia del halakhicno se refiere a legislación, sino a aspectos morales, filosóficos y teológicos), construida por el evangelista para demostrar el cumplimiento de las profecías de Balaam o de Miqueas, o la de Isaías (cf. Is 41,2-3).

Este último habla del rey persa Ciro (de quien la estrella apareció en el este o los mismos Magos que vinieron de ese lugar serían una imagen) que libera al pueblo de Israel de la esclavitud babilónica. Sería, con la terminología televisiva moderna, una ficción, es decir, de una representación plausible, basada en hechos reales. Esto no socavaría la historicidad de lo revelado, sino que solo afectaría la elección de los elementos de la narrativa.

De acuerdo con la lectura midráshica, la estrella y su resplandor también podría ser una forma de volver a proponer la gloria de Dios ( heb . Kabôd Jahvè ), que se manifestaba de manera visible con una nube, una luz o un resplandor, cubriendo el lugar. donde Yahvé descendió con su presencia, el Tabernáculo (b. 'ohel ) Éxodo y, más tarde, el Templo de Jerusalén (cfr. Est 40,30 a 34; 1 Reyes8.10).

El lugar de nacimiento de Jesucristo, visible con la humildad de una tienda o un arreglo improvisado, pero la figura del templo real, el invisible, quedaría así cubierta por el esplendor "luminoso" de la estrella, como la nube era "luminosa" de gloria divina en el AT. La exégesis, en cambio, no exploró interpretaciones de tipo astrológico-adivinatorio, ya que es una práctica condenada en el Antiguo Testamento (cf. Is 47,13-15; Jer 10,1-2) y rechazada por el cristianismo.

Michele Crudele

 

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https://www.primeroscristianos.com/que-sabemos-de-la-estrella-de-los-magos-de-oriente-1/

Representaciones e interpretaciones de la estrella en la tradición

En casi todas las representaciones artísticas de la Natividad que muestran la adoración de los Magos, también aparece la "estrella", pero ésta se presenta a menudo como elemento característico sólo en el "lugar de nacimiento" como tal. La imagen más famosa es probablemente el fresco del rico ciclo bíblico que decora la capilla de los Scrovegni en Padua, obra de Giotto a principios del siglo XIV.

 

En este fresco la estrella está pintada con una cola, para indicar la aparición de un cometa, un objeto celeste poco frecuente, pero bien conocido desde la antigüedad. Es común creer que al dibujar sus rasgos particularmente realistas, Giotto se inspiró en el cometa Halley, orbitando el sol con un período de evolución de unos 76 años y visible a simple vista en el año 1301, con motivo de uno de sus pasos cerca de la tierra.

 El cometa pintado por Giotto en la capilla de los Scrovegni en Padua

 

En cambio, las imágenes más antiguas muestran una estrella sin cola. Los del mosaico del Santa Maria Maggiore en Roma del 433 y del San Apollinare Nuovo en Ravenna del siglo VI, que curiosamente muestra dos estrellas, una dentro de la otra.

En el sarcófago de mármol de Adelfia, hallado en las catacumbas del s. Giovanni en Siracusa, y que se remonta al siglo IV, uno de los Magos señala una estrella de siete rayos. La portada de un sarcófago hallado en el Vaticano data del mismo siglo, hacia la tercera década: uno de los tres magos en adoración, junto a dos camellos, apunta a una estrella de seis puntas en forma de rueda.

 

La estrella de Belén en el mosaico de la adoración de los magos en Santa
Maria Maggiore en Roma (siglo V)

 

 

La representación más antigua de los Magos, en un fresco de las catacumbas de Priscilla en Roma, data del siglo II: muestra tres, pero la estrella no es visible, quizás porque la parte más alta de la representación está muy dañada;en cambio aparece en el fresco que representa a la Virgen, con Balaam señalándola. Entre los elementos comunes de buena parte de estas representaciones, cabe mencionar la diversificación somática de los Magos, que a lo largo de los siglos ha conocido variaciones según los nuevos descubrimientos geográficos, indicando la universalidad de la redención cristiana y la llamada de todos los pueblos a salvación.

 

Balaam señala la estrella de la Virgen en las catacumbas de Priscilla

 

 

Entre los autores más antiguos que especularon sobre un origen fenoménico natural de la estrella de Belén encontramos a Orígenes (185 -253), quien habla de ella dos siglos después del evento del nacimiento de Jesús de Nazaret. Defiende una interpretación física de la misma y, para distanciar la reacción de los magos de las prácticas astrológicas de los caldeos, la describe como una estrella "nueva", diferente a las conocidas (y por tanto no comparable a conjeturas preestablecidas, de tipo horoscópico), análoga a aquellos fenómenos celestes que aparecen de vez en cuando, como los cometas (cf. Contra Celsum , I, 58-59).

Al respecto, cita un tratado sobre cometas del estoico Cheremone, tutor de Nerón, recordando que era una práctica aceptada que la aparición de nuevos cometas o estrellas señalaría el nacimiento de personajes importantes, recordando a su oponente Celso de la profecía informado por Num 24.17,  y justificando el viaje de los Magos en base a ello.

Ireneo de Lyon (siglo II) habla de la estrella en referencia al cumplimiento de la profecía de Balaam, pero no piensa en su posible origen natural (cf. Adversus haereses, III, 9,2). San Juan Crisóstomo (c. 350 - 407) considera que la estrella es un verdadero milagro, porque no logra conciliar lo que la narrativa del Evangelio acerca de la estrella con lo que serían los comportamientos habituales de los objetos celestes.

 

 Los tres magos en las catacumbas de Priscilla

 

En particular, Crisóstomo dedicará toda la VI homilía del Comentario al Evangelio de Mateo a la estrella de Belén y su simbolismo.(cf. PG 57, 61-72). Debido al contexto helénico en el que escribe, inmediatamente aclarará que lo que dice la Escritura sobre la aparición de la estrella no se puede asimilar a ninguna profecía u horóscopo de naturaleza astrológica (cf. V, 1). El viaje de los Magos a Judea en sí presenta lados paradójicos, porque implica disposiciones de humildad que les permiten reconocer a un rey recién nacido donde nunca se le habría buscado ...

El autor parece concluir que "la estrella de los Magos no era una estrella ordinaria, más aún no era una estrella real, sino una fuerza invisible que tomaba la apariencia de una estrella […] Pensemos, entonces, de dónde vino la idea del viaje y qué los impulsó a emprenderlo. Me parece que no fue sólo obra de la estrella, sino también obra de Dios que movió sus almas ”(VI, 2.4).En esencia, quiere resaltar la dimensión espiritual del viaje y el reconocimiento, pero no niega la existencia de un signo sensible, por milagroso que sea, ya que no está vinculado a los fenómenos naturales, ordinarios o extraordinarios, del cielo estrellado.

El Papa León Magno (440-461) también presta especial atención al comentario sobre el episodio de los Magos en sus ocho Sermones sobre la Epifanía (PL 54, 234-263). En el tercero leemos:

«Una estrella, más brillante que las demás, llama la atención de los Magos, habitantes del Lejano Oriente. No eran hombres ignorantes en el arte de observar las estrellas y su brillo, por lo que comprenden la importancia del signo. Ciertamente, la inspiración divina operó en sus corazones, para que el misterio que significaba esta gran visión no se les ocultara y lo que se mostraba a los ojos no quedase oscuro para el alma "( Sermones, XXXIII, 2).

 

El autor, mientras desarrolla el valor alegórico-espiritual de la narración en este y otros sermones, se inclina por lo tanto hacia un evento natural como punto de partida que empujó a los Magos a comprender el significado superior al que apuntaba. La articulación se hace explícita en el primer sermón:

«Por eso apareció en Oriente una estrella de extraordinario brillo […] para que fácilmente pudiera llamar su atención. Así pudieron darse cuenta de que lo que les parecía tan inusual no estaba sucediendo por casualidad. De hecho, el que había dado la señal también dio a quienes la observaron la inteligencia para poder comprenderla ( dedit ergo aspicientibus intellectum, qui praestitit signum ). Y luego hizo que la gente buscara lo que había hecho comprender y, cuando lo buscaban, se dejaba encontrar "( Sermones, XXXI, 1).

 

De cierto interés sobre la universalidad con que habla el lenguaje del cosmos, también objeto de las ciencias, es la conexión propuesta por el s. Leon entre la dimensión celestial, en cierto modo pública, del signo y la vocación universal de todos los pueblos a conocer el acontecimiento y la gracia de Jesucristo. Comenta que, si bien el reconocimiento del Mesías por parte del Bautista, al inicio de su vida pública, e incluso antes de la Anunciación a María y la noticia del nacimiento de los pastores, había sido conocido por pocos,

"este signo que efectivamente conmueve los Magos de países lejanos y los atrae irresistiblemente hacia Jesús, Señor, sin duda es el signo sagrado de esa gracia y el comienzo de esa vocación por la que se habría predicado el Evangelio no solo en Judea, sino en todo el mundo.[…] El significado de estos hechos místicos aún persiste: lo que comenzó en la imagen ahora se cumple en la realidad. De hecho, la estrella irradia del cielo como una gracia, y los tres Magos, llamados por el resplandor de la luz del Evangelio, acuden todos los días en todas las naciones para adorar el poder del Rey Supremo "(Sermones , XXXV, 1-2).

 

En lo que respecta a la exégesis bíblica, cabe señalar que no pocas veces se ha inclinado por una lectura del relato evangélico en el marco del Midrash , una forma de interpretar las Escrituras propia del judaísmo. El autor del Evangelio según san Mateo , que escribe en un ambiente judío dirigiéndose principalmente a judíos, puede haberlo utilizado él mismo, es decir, reconstruyendo los hechos a la luz de la tradición bíblica anterior, asociando lo ocurrido en esos años con episodios o imágenes ya descritos en el libro.

A. Toda la historia de los magos, o incluso solo el episodio de la aparición de la estrella, podría ser un ejemplo de midrash haggadic (que a diferencia del halakhicno se refiere a legislación, sino a aspectos morales, filosóficos y teológicos), construida por el evangelista para demostrar el cumplimiento de las profecías de Balaam o de Miqueas, o la de Isaías (cf. Is 41,2-3).

Este último habla del rey persa Ciro (de quien la estrella apareció en el este o los mismos Magos que vinieron de ese lugar serían una imagen) que libera al pueblo de Israel de la esclavitud babilónica. Sería, con la terminología televisiva moderna, una ficción, es decir, de una representación plausible, basada en hechos reales. Esto no socavaría la historicidad de lo revelado, sino que solo afectaría la elección de los elementos de la narrativa.

De acuerdo con la lectura midráshica, la estrella y su resplandor también podría ser una forma de volver a proponer la gloria de Dios ( heb . Kabôd Jahvè ), que se manifestaba de manera visible con una nube, una luz o un resplandor, cubriendo el lugar. donde Yahvé descendió con su presencia, el Tabernáculo (b. 'ohel ) Éxodo y, más tarde, el Templo de Jerusalén (cfr. Est 40,30 a 34; 1 Reyes8.10).

El lugar de nacimiento de Jesucristo, visible con la humildad de una tienda o un arreglo improvisado, pero la figura del templo real, el invisible, quedaría así cubierta por el esplendor "luminoso" de la estrella, como la nube era "luminosa" de gloria divina en el AT. La exégesis, en cambio, no exploró interpretaciones de tipo astrológico-adivinatorio, ya que es una práctica condenada en el Antiguo Testamento (cf. Is 47,13-15; Jer 10,1-2) y rechazada por el cristianismo.

Michele Crudele

 

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La estrella de Belén y los Reyes magos en la Sagrada Escritura

 

El Evangelio de Mateo es la única fuente del NT que habla de este objeto, indicándolo con el nombre de "estrella" (Gr. Astér ). Aquí les informamos el texto completo:

 

«Jesús nació en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes. Algunos magos llegaron a Jerusalén desde el este y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que nació? Hemos visto ascender su estrella ( tòn astéra en têi anatolêi) y vinimos a adorarlo ”.

Al escuchar estas palabras, el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén. Reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntó por el lugar donde iba a nacer el Mesías.

Ellos le respondieron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres realmente la capital más pequeña de Judá; porque de ti saldrá un jefe que alimentará a mi pueblo, Israel. ".

Entonces Herodes, llamando en secreto a los Magos, les pidió que le dijeran exactamente la hora en que apareció la estrella y los envió a Belén exhortándoles: "Ve y averigua con cuidado sobre el niño y, cuando lo hayas encontrado, avísame, porque “Vengo a adorarlo”.

Habiendo escuchado las palabras del rey, se fueron. Y aquí está la estrella ( o aster), que habían visto en su levantamiento ( en têi anatolêi ), los precedió ( proêghen autoús ), hasta que llegó y se detuvo encima ( estáthe epáno ) del lugar donde estaba el niño.

Cuando vieron la estrella, sintieron una gran alegría. Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se postraron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.

Luego, advertidos en un sueño que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino […]. Herodes, al darse cuenta de que los magos se habían burlado de él, se enfureció y envió a matar a todos los niños de Belén y su territorio a partir de dos años, correspondiente a la hora en que le habían informado los magos "( Mt 2,1 -12,16)

 

Como es sabido, el texto del Evangelio de Mateo que se nos transmite es el griego. Sobre un posible original arameo, solo se hacen conjeturas. Por tanto, el problema de la interpretación del texto debe partir de las expresiones griegas. Las palabras en têi anatolêide vv. 2 y 9 a menudo se han traducido en el pasado como "en el este", lo que hace que parezca que se referían al "lugar" donde estaban los magos cuando vieron la estrella.

La traducción italiana oficial contemporánea dice más correctamente: "en su auge". De hecho, la expresión se utiliza para indicar un objeto estelar que, siguiendo la rotación de la bóveda celeste debido a la rotación de la tierra, “sube”; sería, según algunos, precisamente su salida en oposición al sol: significaría, es decir, que cuando el sol se pone, ese objeto sale.

Cabe señalar de inmediato que esta primera y más sencilla interpretación llevaría a considerar la mención o aparición de la estrella como una referencia simbólica, pero no como una indicación real de dirección: si los Magos vinieran "del este",como se dice de hecho en el v. 1, no podían tener, como guía material hacia el oeste (Jerusalén), un objeto que, al menos en esa época del año, apareciera hacia el este.

No sabemos cuál fue la fuente de Mateo con respecto al episodio de los Magos. Si en su base hubiera una narración que se remonta a la madre de Jesús, quizás sería más plausible no atribuir un peso técnico excesivo a los términos utilizados.

 

Balaam señala la estrella de la Virgen
en las catacumbas de Priscilla

 

 

En el Antiguo Testamento, el Libro de los Números informa la siguiente afirmación:

"Una estrella se levanta de Jacob y un cetro se levanta de Israel" ( Núm. 24.17).

 

Estas son las palabras de Balaam, un adivino o mago que, llamado por el rey moabita Balac para maldecir a Israel, en cambio lo bendice y profetiza un futuro brillante porque recibe una revelación divina al respecto. Las interpretaciones de este texto van desde identificar la estrella con el Rey David (el símbolo del pueblo de Israel conocido como la "Estrella de David" se origina aquí), hasta ver una anticipación de la manifestación de la estrella de Belén. Sin embargo, la estrella que emerge de Jacob podría ser el mismo Mesías: esto ya fue leído por algunos comentaristas judíos de los primeros siglos antes de Cristo.

 

La profecía relatada en Mt 2,6 por los sacerdotes interrogados por Herodes es la del Libro de Miqueas :

"Y tú, Belén de Efrata, tan pequeña para estar entre las capitales de Judá, el que debe ser el gobernante de Israel saldrá de ti" ( Mi5.1).

 

Puedes ver la diferencia con la transcripción de Mateo que cambia la afirmación "tan pequeño" en "tú no eres realmente el más pequeño": esto no cambia el significado, sino que lo fortalece. Es una de las numerosas demostraciones del uso de las citas del AT, tan frecuentes en Mateo, a la luz de los hechos ocurridos en el NT. Al contrario de nuestra actitud moderna, el autor sagrado no estaba interesado en la perfecta correspondencia textual, sino en el significado y simbolismo de las profecías.

Los otros evangelistas no hablan de los Magos, ni de la estrella. Para Marcos y Juan no es de extrañar ya que su narración comienza con la vida pública de Jesús, mientras que Lucas, muy detallado sobre la infancia, curiosamente no menciona nada de este episodio.Quizás Lucas conocía el Evangelio de Mateo y no quería repetir lo que ya estaba escrito allí. También hay quienes atribuyen a Lucas cierta prudencia al evitar hablar bien de los persas (pueblo de origen de los magos), porque son enemigos de Roma.

Según Heródoto (siglo V a. C.), los Magos (Gr. Mágoi ) habrían sido una casta de los medos, perteneciente a la clase de sacerdotes eruditos, eruditos de los libros sagrados y dedicados a la observación del cielo (cf. Historias, lib. I, 101), pero la investigación historiográfica más reciente sitúa su origen más probablemente en Babilonia y Persia que en Media. En el Antiguo y Nuevo Testamento, ese nombre indica personas dedicadas a la magia, aunque ampliamente comprendidas.

Mateo no habla de "rey", ni tampoco lo definen los Padres de la Iglesia más antiguos; sin embargo, ya Tertuliano, a principios de 200, escribe que los magos de Oriente eran considerados reyes.

La explicación puede estar en el deseo de aplicar profecías como la de Isaías: "Los pueblos caminarán a tu luz, los reyes al esplendor de tu levantamiento" ( Is 60,3), o el Salmo 68: "Para tu templo, en Jerusalén , los reyes te traerán presentes "( Sal.68,30). El hecho de que el evangelista Mateo no cite estas y otras profecías, aunque tan oportunas y aplicables a los hechos narrados, podría ser un indicio de la historicidad de la historia de los magos: sabiendo que no eran reyes, no cree que estas citas sean pertinentes para su culto.  Si solo hubiera tenido como objetivo cumplir las profecías, no habría perdido la oportunidad de usarlas también. Pronto, sin embargo, en el cristianismo los Magos comenzaron a ser llamados Reyes, también para indicar su importancia y, con su adoración, la sumisión de los poderosos de la tierra al Dios hecho Niño.

Los personajes en cuestión eran casi con certeza de la religión zoroástrica y amantes de la observación del cielo, muy probablemente astrólogos, en el sentido que este término indicaba en ese momento, en su significado asirio-babilónico y no helénico. Recordemos que en la tradición mesopotámica original las apariciones del cielo eran vistas como un "reflejo" y en ocasiones como una "anticipación" de lo que estaba sucediendo en la tierra, pero sin implicaciones de naturaleza causal y astrolatra.

 

Michele Crudele

 

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¿Quienes eran los Reyes Magos?

 

 

 

Ver en Wikipedia

 

La estrella de Belén y los Reyes magos en la Sagrada Escritura

 

El Evangelio de Mateo es la única fuente del NT que habla de este objeto, indicándolo con el nombre de "estrella" (Gr. Astér ). Aquí les informamos el texto completo:

 

«Jesús nació en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes. Algunos magos llegaron a Jerusalén desde el este y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que nació? Hemos visto ascender su estrella ( tòn astéra en têi anatolêi) y vinimos a adorarlo ”.

Al escuchar estas palabras, el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén. Reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntó por el lugar donde iba a nacer el Mesías.

Ellos le respondieron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres realmente la capital más pequeña de Judá; porque de ti saldrá un jefe que alimentará a mi pueblo, Israel. ".

Entonces Herodes, llamando en secreto a los Magos, les pidió que le dijeran exactamente la hora en que apareció la estrella y los envió a Belén exhortándoles: "Ve y averigua con cuidado sobre el niño y, cuando lo hayas encontrado, avísame, porque “Vengo a adorarlo”.

Habiendo escuchado las palabras del rey, se fueron. Y aquí está la estrella ( o aster), que habían visto en su levantamiento ( en têi anatolêi ), los precedió ( proêghen autoús ), hasta que llegó y se detuvo encima ( estáthe epáno ) del lugar donde estaba el niño.

Cuando vieron la estrella, sintieron una gran alegría. Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se postraron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.

Luego, advertidos en un sueño que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino […]. Herodes, al darse cuenta de que los magos se habían burlado de él, se enfureció y envió a matar a todos los niños de Belén y su territorio a partir de dos años, correspondiente a la hora en que le habían informado los magos "( Mt 2,1 -12,16)

 

Como es sabido, el texto del Evangelio de Mateo que se nos transmite es el griego. Sobre un posible original arameo, solo se hacen conjeturas. Por tanto, el problema de la interpretación del texto debe partir de las expresiones griegas. Las palabras en têi anatolêide vv. 2 y 9 a menudo se han traducido en el pasado como "en el este", lo que hace que parezca que se referían al "lugar" donde estaban los magos cuando vieron la estrella.

La traducción italiana oficial contemporánea dice más correctamente: "en su auge". De hecho, la expresión se utiliza para indicar un objeto estelar que, siguiendo la rotación de la bóveda celeste debido a la rotación de la tierra, “sube”; sería, según algunos, precisamente su salida en oposición al sol: significaría, es decir, que cuando el sol se pone, ese objeto sale.

Cabe señalar de inmediato que esta primera y más sencilla interpretación llevaría a considerar la mención o aparición de la estrella como una referencia simbólica, pero no como una indicación real de dirección: si los Magos vinieran "del este",como se dice de hecho en el v. 1, no podían tener, como guía material hacia el oeste (Jerusalén), un objeto que, al menos en esa época del año, apareciera hacia el este.

No sabemos cuál fue la fuente de Mateo con respecto al episodio de los Magos. Si en su base hubiera una narración que se remonta a la madre de Jesús, quizás sería más plausible no atribuir un peso técnico excesivo a los términos utilizados.

 

Balaam señala la estrella de la Virgen
en las catacumbas de Priscilla

 

 

En el Antiguo Testamento, el Libro de los Números informa la siguiente afirmación:

"Una estrella se levanta de Jacob y un cetro se levanta de Israel" ( Núm. 24.17).

 

Estas son las palabras de Balaam, un adivino o mago que, llamado por el rey moabita Balac para maldecir a Israel, en cambio lo bendice y profetiza un futuro brillante porque recibe una revelación divina al respecto. Las interpretaciones de este texto van desde identificar la estrella con el Rey David (el símbolo del pueblo de Israel conocido como la "Estrella de David" se origina aquí), hasta ver una anticipación de la manifestación de la estrella de Belén. Sin embargo, la estrella que emerge de Jacob podría ser el mismo Mesías: esto ya fue leído por algunos comentaristas judíos de los primeros siglos antes de Cristo.

 

La profecía relatada en Mt 2,6 por los sacerdotes interrogados por Herodes es la del Libro de Miqueas :

"Y tú, Belén de Efrata, tan pequeña para estar entre las capitales de Judá, el que debe ser el gobernante de Israel saldrá de ti" ( Mi5.1).

 

Puedes ver la diferencia con la transcripción de Mateo que cambia la afirmación "tan pequeño" en "tú no eres realmente el más pequeño": esto no cambia el significado, sino que lo fortalece. Es una de las numerosas demostraciones del uso de las citas del AT, tan frecuentes en Mateo, a la luz de los hechos ocurridos en el NT. Al contrario de nuestra actitud moderna, el autor sagrado no estaba interesado en la perfecta correspondencia textual, sino en el significado y simbolismo de las profecías.

Los otros evangelistas no hablan de los Magos, ni de la estrella. Para Marcos y Juan no es de extrañar ya que su narración comienza con la vida pública de Jesús, mientras que Lucas, muy detallado sobre la infancia, curiosamente no menciona nada de este episodio.Quizás Lucas conocía el Evangelio de Mateo y no quería repetir lo que ya estaba escrito allí. También hay quienes atribuyen a Lucas cierta prudencia al evitar hablar bien de los persas (pueblo de origen de los magos), porque son enemigos de Roma.

Según Heródoto (siglo V a. C.), los Magos (Gr. Mágoi ) habrían sido una casta de los medos, perteneciente a la clase de sacerdotes eruditos, eruditos de los libros sagrados y dedicados a la observación del cielo (cf. Historias, lib. I, 101), pero la investigación historiográfica más reciente sitúa su origen más probablemente en Babilonia y Persia que en Media. En el Antiguo y Nuevo Testamento, ese nombre indica personas dedicadas a la magia, aunque ampliamente comprendidas.

Mateo no habla de "rey", ni tampoco lo definen los Padres de la Iglesia más antiguos; sin embargo, ya Tertuliano, a principios de 200, escribe que los magos de Oriente eran considerados reyes.

La explicación puede estar en el deseo de aplicar profecías como la de Isaías: "Los pueblos caminarán a tu luz, los reyes al esplendor de tu levantamiento" ( Is 60,3), o el Salmo 68: "Para tu templo, en Jerusalén , los reyes te traerán presentes "( Sal.68,30). El hecho de que el evangelista Mateo no cite estas y otras profecías, aunque tan oportunas y aplicables a los hechos narrados, podría ser un indicio de la historicidad de la historia de los magos: sabiendo que no eran reyes, no cree que estas citas sean pertinentes para su culto.  Si solo hubiera tenido como objetivo cumplir las profecías, no habría perdido la oportunidad de usarlas también. Pronto, sin embargo, en el cristianismo los Magos comenzaron a ser llamados Reyes, también para indicar su importancia y, con su adoración, la sumisión de los poderosos de la tierra al Dios hecho Niño.

Los personajes en cuestión eran casi con certeza de la religión zoroástrica y amantes de la observación del cielo, muy probablemente astrólogos, en el sentido que este término indicaba en ese momento, en su significado asirio-babilónico y no helénico. Recordemos que en la tradición mesopotámica original las apariciones del cielo eran vistas como un "reflejo" y en ocasiones como una "anticipación" de lo que estaba sucediendo en la tierra, pero sin implicaciones de naturaleza causal y astrolatra.

 

Michele Crudele

 

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Benedicto XVI, un papa sabio y humilde

 

Ha muerto Benedicto XVI, ese papa bávaro, humilde, sencillo y hogareño, de corazón benedictino e intelecto agustiniano, amante de la música y la liturgia y de todo cuanto bello y bueno existe en este mundo, cerveza incluida. Afincado en el Vaticano desde 1981, como tesorero de la fe católica, Ratzinger fue el más estrecho colaborador y el complemento perfecto de Juan Pablo II, a quien sucedió en 2005, más por deseo de los cardenales electores que por voluntad propia.

 

 

Su pontificado estuvo repleto de luces, pero tampoco faltaron las sombras. Entre las luces se encuentra la implementación del Concilio Vaticano II, que atravesó su vida como una flecha, sus tres excelentes encíclicas, su fecundo magisterio contra el relativismo moral y el laicismo desafiante, el desarrollo del ecumenismo, la promoción del diálogo interreligioso, la defensa de los derechos humanos y su firme grito de tolerancia cero ante el escándalo de los abusos sexuales.

Benedicto se entrevistó con las víctimas, modificó la legislación eclesiástica, exigió la cooperación con las autoridades civiles y luchó contra la cultura encubridora que campaba a sus anchas en el seno de la Iglesia. Pero los abusos sexuales y el escándalo de los Vatileaks, que evidenciaba la corrupción en el corazón del Vaticano, ensombrecieron su pontificado.

Su renuncia, en 2013, convierte a Benedicto en una figura singular en la historia de la Iglesia. Si Juan Pablo II gobernó enfermo la Iglesia durante años, sin bajarse de la cruz, como se dijo entonces, Benedicto, en cambio, al renunciar a su pontificado, sostuvo la Iglesia, es decir, la cruz, con el silencio sacerdotal de su vida contemplativa. Dos modos distintos, pero sublimes de servir y vivir unidos a Jesucristo. Tanto monta, monta tanto.

Conocí personalmente a Ratzinger en la Universidad de Navarra en 1998, cuando era todavía cardenal. Pasó unos días en el campus universitario de Pamplona, viviendo entre estudiantes, con ocasión del doctorado honoris causa que le otorgó esta institución académica. La profundidad de su pensamiento y la sencillez de su vida cautivaron mi espíritu de joven profesor universitario. Fue entonces cuando comencé a leer, más bien a devorar, los escritos de Ratzinger, que luego fueron de gran utilidad para mis trabajos como jurista.

 

Benedicto

 

Vi en Ratzinger una suerte de Francisco de Vitoria del siglo XXI, que unía de manera magistral teoría y práctica. Comprobé en sus charlas y seminarios cómo Ratzinger captaba con gran sagacidad la unidad del saber, la unidad de la verdad y, en el fondo, la unidad de la realidad.

Por eso, Benedicto fue capaz de trascender e integrar tantos dualismos limitantes y de derribar las falsas murallas levantadas entre la fe y la razón, la tradición y la renovación, el cristianismo y la ilustración, el amor y el sufrimiento, el carisma y la jerarquía, lo positivo y lo natural, el trabajo y la contemplación, lo humano y lo divino.

Sí, la realidad es simple, la realidad es una, porque Dios es la realidad: “Él es la realidad. La realidad que soporta toda la realidad”, enfatizó Ratzinger en una de sus últimas conversaciones (Letzte Gespräche p. 269).

Todo el magisterio de Ratzinger, como teólogo, obispo, cardenal y papa, ha estado dirigido a la búsqueda de la unidad en la verdad, en consonancia con su lema episcopal: servidores de la verdad (cooperatores veritatis) (3 Juan 8). Para Benedicto, esta verdad solo se encuentra en Jesucristo: “Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo”, ha dejado escrito en su testamento espiritual.

 

benedicto XVI

 

No sorprende que la persona de Jesucristo haya ocupado durante decenios la investigación teológica de Benedicto, hasta culminar en una de sus obras maestras: Jesús de Nazaret. Le movió escribirla un intenso deseo pastoral y la necesidad de mostrar el rostro del hijo de Dios, uniendo inseparablemente el Jesús de la historia con el Cristo de la fe.

El último apartado del capítulo décimo del primer volumen es, en mi opinión, el más logrado. Ahí vemos a un Benedicto XVI filósofo, exégeta, pastor, intelectual y teólogo al mismo tiempo, desentrañando con gran acierto el sentido del nombre de Cristo como el que es: “Yo soy”.

Sí, Jesucristo es la única persona que puede decir siempre y en todo momento, en presente: “Yo soy”. Jesucristo no es un fui nostálgico ni un seré prometedor, sino un soy amante, que ama hasta la locura de un Dios que no puede ni quiere dejar de amar.

Este es el Jesús de Nazaret de quien Benedicto XVI se enamoró desde su infancia y con el que hoy y ahora, siempre en presente, se habrá fundido en un abrazo eterno. Descanse en el amor quien pasó su vida sembrando amor.

 

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https://www.primeroscristianos.com/testamento/

 

El hogar de la Sagrada Familia: el lugar donde Dios saludaba cotidianamente a sus vecinos

 

En 2021 y 2022, muchos judíos israelíes que solían viajar al extranjero, viendo limitados los viajes por los confinamientos, hicieron «turismo interior» y visitaron lugares que no solían, como Nazaret.

 

Allí les decían que tenían que visitar dos espacios importantes para los cristianos, pero también por su interés artístico: la casa de soltera de la Virgen María (es decir, la de sus padres), que es la Basílica de la Anunciación, y la casi adyacente «casa de San José«, que es, en realidad la casa de la Sagrada Familia, donde Jesús pasó la mayor parte de su vida, una cueva ampliada que probablemente incluía el taller de trabajo de San José, o al menos su almacén de herramientas.

Los arqueólogos y la tradición de la Iglesia creen que las han identificado (o se han acercado mucho), una a poca distancia de la otra. Los arqueólogos han comprobado que estas casas  en parte eran cuevas, con su mikvá (baño ritual de agua corriente), junto a espacios para animales, y en la calle de enfrente más casas…

La casa de José, es decir, la casa de la Sagrada Familia, el lugar donde hubo más santidad concentrada durante más tiempo, entrelazada en la cotidianidad de la crianza, el trabajo y la vivienda, es austera y oscura, cueva natural con roca tallada.

La piedra sugiere dureza, pero siendo un hogar de carpinteros sin duda completó con muebles de madera y no faltarían telas. Una pintura moderna sugiere que el mismo fuego que servía para hornear pan podía iluminar la casa.

 

Roca en la casa de la Sagrada Familia en Nazaret donde quizá se encendía el fuego y horneaba el pan. Una imagen recrea cómo podían ser las escenas cotidianas en la casa.

La calle donde Dios saludaba a sus vecinos

La calle ante la basílica, donde los autobuses se atascan para dejar a los peregrinos (los años que hay peregrinos) sería la calle donde jugaba Jesús de niño hace dos mil años. O donde María charlaba con las comadres. O donde a José le paraban para preguntarle por algún encargo.

Es la calle donde Dios, hecho hombre, saludaba a sus vecinos. Y a sus primos, que debían ser al menos unos cuantos, a los que la Biblia llama «hermanos del Señor» (pero nunca hijos de María; aún hoy los niños árabes en Palestina hablan continuamente a las religiosas cristianas de su multitud de ‘hermanos’ que en realidad son primos).

Bajo la basílica y esa calle siguen apareciendo restos arqueológicos.

 

familia nazaret

La casa de José era la casa de Jesús. Este era su mikvá, la bañera con agua no estancada que usaban los judíos para purificarse. El mosaico es posterior a la época de Jesús.

Hacer más fácil llegar a la casa de la Sagrada Familia

Nazaret tiene casi 80.000 habitantes. Casi todos ellos son árabes con ciudadanía israelí. Es la mayor concentración de población árabe en Israel. Un 30% de ellos son cristianos de distintos ritos e iglesias, por lo que es también la ciudad en Israel con mayor porcentaje de cristianos.

El Ministerio de Turismo israelí ha anunciado que dedicará bastante dinero en 2022 a mejorar el acceso y las instalaciones a lugares santos, sin especificar cuáles.

Nazaret es una ciudad árabe y bastante caótica, de callejas estrechas y tráfico complejo. No es muy fácil acceder a sus «casas de María». Mejorar ese acceso ayudará a la ciudad y sus habitantes, y a los devotos que acuden ahora que  la pandemia lo permite a poder disfrutar de la maravillosa experiencia que resulta la visita a la ciudad de Jesús.

 

 

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¿Es esta la casa de Nazaret donde vivió Jesús?

 

El hogar de la Sagrada Familia: el lugar donde Dios saludaba cotidianamente a sus vecinos

 

En 2021 y 2022, muchos judíos israelíes que solían viajar al extranjero, viendo limitados los viajes por los confinamientos, hicieron «turismo interior» y visitaron lugares que no solían, como Nazaret.

 

Allí les decían que tenían que visitar dos espacios importantes para los cristianos, pero también por su interés artístico: la casa de soltera de la Virgen María (es decir, la de sus padres), que es la Basílica de la Anunciación, y la casi adyacente «casa de San José«, que es, en realidad la casa de la Sagrada Familia, donde Jesús pasó la mayor parte de su vida, una cueva ampliada que probablemente incluía el taller de trabajo de San José, o al menos su almacén de herramientas.

Los arqueólogos y la tradición de la Iglesia creen que las han identificado (o se han acercado mucho), una a poca distancia de la otra. Los arqueólogos han comprobado que estas casas  en parte eran cuevas, con su mikvá (baño ritual de agua corriente), junto a espacios para animales, y en la calle de enfrente más casas…

La casa de José, es decir, la casa de la Sagrada Familia, el lugar donde hubo más santidad concentrada durante más tiempo, entrelazada en la cotidianidad de la crianza, el trabajo y la vivienda, es austera y oscura, cueva natural con roca tallada.

La piedra sugiere dureza, pero siendo un hogar de carpinteros sin duda completó con muebles de madera y no faltarían telas. Una pintura moderna sugiere que el mismo fuego que servía para hornear pan podía iluminar la casa.

 

Roca en la casa de la Sagrada Familia en Nazaret donde quizá se encendía el fuego y horneaba el pan. Una imagen recrea cómo podían ser las escenas cotidianas en la casa.

La calle donde Dios saludaba a sus vecinos

La calle ante la basílica, donde los autobuses se atascan para dejar a los peregrinos (los años que hay peregrinos) sería la calle donde jugaba Jesús de niño hace dos mil años. O donde María charlaba con las comadres. O donde a José le paraban para preguntarle por algún encargo.

Es la calle donde Dios, hecho hombre, saludaba a sus vecinos. Y a sus primos, que debían ser al menos unos cuantos, a los que la Biblia llama «hermanos del Señor» (pero nunca hijos de María; aún hoy los niños árabes en Palestina hablan continuamente a las religiosas cristianas de su multitud de ‘hermanos’ que en realidad son primos).

Bajo la basílica y esa calle siguen apareciendo restos arqueológicos.

 

familia nazaret

La casa de José era la casa de Jesús. Este era su mikvá, la bañera con agua no estancada que usaban los judíos para purificarse. El mosaico es posterior a la época de Jesús.

Hacer más fácil llegar a la casa de la Sagrada Familia

Nazaret tiene casi 80.000 habitantes. Casi todos ellos son árabes con ciudadanía israelí. Es la mayor concentración de población árabe en Israel. Un 30% de ellos son cristianos de distintos ritos e iglesias, por lo que es también la ciudad en Israel con mayor porcentaje de cristianos.

El Ministerio de Turismo israelí ha anunciado que dedicará bastante dinero en 2022 a mejorar el acceso y las instalaciones a lugares santos, sin especificar cuáles.

Nazaret es una ciudad árabe y bastante caótica, de callejas estrechas y tráfico complejo. No es muy fácil acceder a sus «casas de María». Mejorar ese acceso ayudará a la ciudad y sus habitantes, y a los devotos que acuden ahora que  la pandemia lo permite a poder disfrutar de la maravillosa experiencia que resulta la visita a la ciudad de Jesús.

 

 

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El papel de los abuelos es precioso en las familias y en la sociedad

En el último Ángelus de 2014, Papa Francisco invocó «concreta solidaridad para las familias en dificultades por la crisis». Francisco pidió un aplauso para los abuelos. Después se recogió en oración con los 60 mil fieles que estaban reunidos en la Plaza San Pedro. Rezó por las familias obligadas a migrar y que están en dificultades económicas, que sufren por la enfermedad, por la pérdida de la armonía.

 

En el último domingo del año, el Pontífice argentino insistió en la necesidad de un pacto entre generaciones y dedicó el Ángelus al modelo de familia que constituyen San José y María. «El papel de los abuelos es precioso en las familias y en la sociedad -explicó Francisco. ¡Cuán importante es su presencia!». Después subrayó: «La buena relación entre los jóvenes y los ancianos es decisiva para el camino de la comunidad civil y eclesial».

Dirigiéndose a la Plaza, invitó a «saludar con un aplauso a todos los abuelos del mundo», pensando en Ana y en Simeón, los dos ancianos en el templo que aparecen en el Evangelio de hoy. «Que nuestra concreta solidaridad no falte especialmente para con las familias que están viviendo situaciones difíciles por las enfermedades, la falta de trabajo, la necesidad de migrar o por problemas de desunión», pidió el Pontífice.

Y por ello invitó a los fieles a rezar en silencio por estas familias. «Mi pensamiento va, en este momento, a los pasajeros del avión malayo que desapareció mientras estaba viajando entre Indonesia y Singapur, así como a los pasajeros de las naves en tránsito en las últimas horas en las aguas del mar Adriático y que se han visto involucradas en algunos accidentes», recordó Francisco.

 

El Papa se reunió con la asociación de las familias numerosas, a quienes dijo, al final de un discurso muy apasionado, que rezaba «en particular por las familias más afectadas por la crisis económica, esas en las que el papá o la mamá han perdido el trabajo, en las que los jóvenes no logran encontrarlo; las familias afectadas en los afectos más queridos y las familias tentadas de rendirse a la soledad y a la división».

A pocos pasos de la columnata de Bernini, decenas de «sin techo» se defienden del frío romano. Hace diez días, en ocasión de su cumpleaños, Francisco los había sorprendido con el regalo de 400 sacos para dormir. Llevaban todos el escudo papal y fueron distribuidos por voluntarios, entre los que había incluso guardias suizos que normalmente salen del Vaticano para ayudar a las personas que no tienen hogar.

 

 

 

http://vaticaninsider.lastampa.it

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