Hija del tribuno romano Quirino, fue bautizada, cuenta la tradición, por el Papa Alejando I junto con su padre convertido al cristianismo. Arrestada con su padre por orden del emperador Adrián, fue decapitada después de largas torturas alrededor del 130 y sepultada en la vía Apia.
En el Martirologio Romano anterior a la última reforma se leía: «En Roma, Santa Balbina, virgen, hija de san Quirino, mártir, que fue bautizada por el papa Alejandro y escogió a Cristo como su esposo en santa virginidad; después de terminar su curso en este mundo, fue sepultada en la Vía Apia, cerca de su padre.»
Este relato, el tradicional de la santa, desgraciadamente depende de la inserción completamente gratuita del martirologista Adón, quien tomó ciertos detalles de las «Actas del papa Alejandro», que Beda prudentemente pasó por alto, y usó los nombres de Quirino, Teodora y Balbina para llenar tres nombres dejados en blanco en el mes de marzo. Las así llamadas «Actas de Balbina» son meramente un tardío plagio de las actas de Alejandro.
Todo lo que sabemos es que a mitad del camino entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, hubo un monasterio de Balbina, probablemente llamado así, porque fue construido en las propiedades de una dama cristiana, llamada Balbina. Por otra parte, parece que hubo una Balbina, llamada hija de Quirino, pero no puede haber sido la misma, ya que la primera vivió en época muy anterior y fue sepultada en la catacumba de Pretéxtato.
Balbina fue honrada en una pequeña iglesia del siglo IV, en el Aventino, que llevó su nombre, pero es difícil determinar de cuál Balbina se trataba. La fecha que le asigna el Martirologio (anterior al 595) proviene de que esa pequeña iglesia es el único dato cierto que tenemos.
La fabulosa historia de Santa Balbina está publicada en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, pero está sacada de las Actas de Alejandro, en una versión en la que Balbina es presentada como mártir. Ver también Dom Quentin, Les martyrologes historiques, especialmente pp. 113 y 490; Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. II, pp. 137-157; y J. P. Kirsch, Die Römischen Titelkirchen im Altertum, pp. 94-96.
https://www.primeroscristianos.com/san-quirino-25-marzo/
GIULIA SPADANUDA Estudiante de doctorado en Topografía Cristiana (PIAC)
Estoy sacando a la luz esta zona que debería pertenecer al monasterio del siglo VI, para luego poder documentarlo con un dron y ver mejor los límites de todos los entornos desde arriba.
El 15 de marzo, los arqueólogos del Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC) iniciaron una misión plurianual de rehabilitación e investigación en el yacimiento arqueológico del Campo de los pastores, en Beit Sahour. Aquí, según la tradición, los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús a los pastores. El lugar pertenece a la Custodia de Tierra Santa, con la que PIAC ha firmado un convenio:
Mons. CARLO DELL’OSSO Secretario Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC)
Nuestro mayor deseo es hacerlo utilizable y al mismo tiempo volver sobre la importancia de este sitio desde un punto de vista histórico y religioso.
Fr. FRANCESCO PATTON Custodio de Tierra Santa
Los trabajos arqueológicos ayudan a mantener viva esta tradición típica de la Custodia de Tierra Santa y son también una vía para que los fieles locales recuperen su propia historia y una tradición muy importante, muy significativa y muy larga.
El proyecto nació casi de manera fortuita, pero sin duda providencial:
Fr. SIMONE SCHIAVONE ofm conv. Estudiante de doctorado en Arqueología Arquitectónica (PIAC)
Estuve en Tierra Santa por primera vez entre 2017 y 2018 y el primer lugar que visité fue el Campo de los Pastores. Teniendo al Padre custodio a mi lado, me mostró el yacimiento arqueológico y me dijo: 'Mira lo que puedes hacer'. Hace dos años, el rector de nuestro instituto me pidió que buscara un yacimiento en el Medio Oriente. Me vinieron a la mente las palabras del Padre Custodio. Todo este proyecto nació de ahí.
Después de un año "preparatorio" de limpieza del lugar, mapeo y estudio de los datos adquiridos, la campaña de excavación real comenzará en 2024 en las áreas ya conocidas y posiblemente en otras cercanas. Actualmente son visibles algunos restos de la zona litúrgica y la zona industrial.
Fr. SIMONE SCHIAVONE ofm conv. Estudiante de doctorado en Arqueología Arquitectónica (PIAC)
Estamos en el ábside de lo que debió ser la capilla del monasterio. El padre Corbo identificó dos fases: un primer ábside del siglo IV y otro posterior del siglo VI. Hemos sacado a la luz los muros de la primera capilla del monasterio, la del siglo IV y esto ya nos ha permitido identificar la técnica constructiva de esa época.
GABRIELE CASTIGLIA Ayudante de Cátedra de Topografía Cristiana (PIAC)
Estamos en un punto dedicado a la vida diaria del monasterio. Arriba tenemos toda la parte relacionada con la producción de vino y aceite, mientras que en esta zona probablemente —según la interpretación del padre Corbo, que excavó aquí en la década de 1950— había animales, ganado, todo ello ligado a la vida cotidiana del monasterio.
La voluntad es que el proyecto tenga un impacto positivo en el territorio, tanto en términos de valorización del propio lugar como desde el punto de vista social, con la implicación de instituciones y profesionales locales.
Mons. CARLO DELL’OSSO Secretario Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana (PIAC)
El interés del PIAC en este lugar tiene que ver con nuestra misión: La recuperación de yacimientos arqueológicos, lugares importantes desde el punto de vista histórico y arquitectónico, son parte de esa recuperación de la Creación que quiere el Santo Padre.
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La Santa Misa fue celebrada por Fr. Alberto Pari, secretario de Tierra Santa y concelebrada por los frailes de la Custodia.
El Santuario de Dominus Flevit fue construido por el arquitecto Antonio Barluzzi entre 1953 y 1955 en el lugar que recuerda el episodio evangélico en el que Jesús lloró sobre Jerusalén. Y del "llanto de un Dios que se hizo carne" habló en su homilía Fr. Alessandro Coniglio, profesor del Studium Biblicum Franciscanum.
Fr. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Profesor Studium Biblicum Franciscanum - Jerusalén El Dios que llora por nosotros es el Dios de Jesucristo, que se hace hombre y comparte plenamente nuestra propia condición humana, porque está tan implicado en la historia humana que no puede ser plenamente cada uno de nosotros. No mira impasible la condición miserable del hombre pecador, sino que e
ntra en la historia porque tiene esta preocupación por el bien del hombre, al que está ligado con un pacto de alianza eterna.
Incluso hoy, ante la historia del hombre inmerso en diversas situaciones de pecado, Dios quiere llamar a sus hijos a volver a él a través de su llanto.
Fr. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Profesor Studium Biblicum Franciscanum - Jerusalén Dios llora por nuestro pecado. Pero nuestro pecado toma mil formas diferentes. En particular podemos pensar en los pecados sociales, pensamos en la guerra, en las diversas guerras del mundo, pensamos en el asesinato, en el aborto, pensamos en las ofensas contra la vida humana en general, en la eutanasia y en los ataques a la familia.
Pensemos en todas las condiciones en las que personalmente como pecadores, nosotros individualmente —y luego también como sociedad— nos hemos dejado arrastrar al pecado, en lugar de volvernos hacia Dios que llora precisamente porque está ofendido por este pecado nuestro. Porque quiere llamarnos a sí mismo a través de sus lágrimas. Jesús también lloró por su amigo Lázaro
Un camino de Cuaresma que llevará cada miércoles a franciscanos, peregrinos y cristianos locales a hacer una parada en los Lugares de la Pasión: desde Getsemaní hasta los Santuarios de la Flagelación.
https://www.primeroscristianos.com/dominus-flevit-jerusalen/
A diferencia de Navidad o Año Nuevo, la fecha de celebración de Semana Santa cambia todos los años. Es una de las celebraciones más importantes para los católicos porque se conmemora la Muerte y la Resurrección de Jesús.
Durante los primeros tres siglos, la Semana Santa fue una de las pocas celebraciones de los cristianos. En sus orígenes la llamaban “La gran semana”. Actualmente comienza el Domingo de Ramos y culmina el Domingo de Pascua.
Sin embargo, todos los años surge la pregunta de cuándo será, ¿en marzo o en abril?. La Pascua cristiana se celebra el domingo pero depende del calendario lunar y su origen está asociado a la Pascua Judía.
Para los judíos, la Pascua o Pésaj, es una celebración que recuerda la libertad del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, plasmada en el libro del Éxodo, en el Antiguo Testamento de la Biblia. Se suele conmemorar cada año el día 15 del mes hebreo de Nisán, un período que arranca con la primera luna llena de primavera en el Hemisferio Norte.
Según el Antiguo Testamento, durante el Pésaj, Jesús tuvo el encuentro con sus discípulos en la Última Cena. Debido a que la Semana Santa debe coincidir con la fase de luna llena, esta celebración religiosa varía cada año.
La Pascua Cristiana se celebra tres días después del día en que, según las escrituras Jesús fue crucificado. Con las variaciones del calendario lunar, la Pascua Cristiana tiene lugar siempre entre el 22 de marzo y el 25 de abril, celebrándose el conocido como Domingo de Resurrección el domingo siguiente a la luna llena siguiente al equinoccio de primavera en el hemisferio norte.
+ info -
https://www.primeroscristianos.com/los-origenes-de-la-semana-santa-1/
Ver en Wikipedia
Es la fiesta de la Encarnación: el Hijo eterno del Padre entra en la historia; se hace hombre en la carne de María, una muchacha humilde del pueblo de Israel. Desde entonces, «la historia no es una simple sucesión de siglos, años, días, sino que es el tiempo de una presencia que le da pleno significado y la abre a una sólida esperanza».
Es probable que ya en el siglo IV se celebrara esta fiesta en Palestina, pues en aquellas fechas se levantó una basílica en Nazareth, en el lugar donde la tradición emplazaba la casa de María. Esta impronta mariana se advierte en el nombre que la conmemoración también ha recibido: “Anunciación de la Virgen María”.
Muy pronto, durante el siglo V, la fiesta se difundirá por el Oriente cristiano, para después transmitirse al Occidente. En la segunda mitad del siglo VII ya hay testimonios de su celebración el 25 de marzo en la Iglesia romana bajo la advocación de Annuntiatio Domini.
La datación de la fiesta parte de una antigua tradición que emplazaba la creación del mundo en el día preciso del equinoccio de primavera (que al inicio de la era cristiana correspondía al 25 de marzo del calendario juliano).
De acuerdo con la idea de que la perfección implica el cumplimiento de ciclos completos, los primeros cristianos consideraron que la encarnación de Cristo (comienzo de la nueva creación), su muerte en la cruz, y su venida definitiva al final de los tiempos, se debían situar en esa misma fecha, que de este modo aparece cargada de sentido.
Además, el lugar preciso de la Navidad en el calendario –nueve meses después de la Anunciación–, parece tener su origen en esta primitiva datación.
Los textos de la Misa y de la Liturgia de las Horas de esta solemnidad se centran en la contemplación del Verbo hecho carne. El salmo 39 [40], evocado en la antífona de entrada, en el salmo responsorial y en la segunda lectura, es el hilo conductor de toda la celebración: «aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad»
Jesús se encarna en obediencia al querer de su Padre; y, como Jesús, así su Madre. María se turba, pero no pone objeciones: no duda de la palabra del ángel. Movida por la fe, dice “sí” a la voluntad de Dios.
«María se muestra santamente transformada, en su corazón purísimo, ante la humildad de Dios (...). La humildad de la Virgen es consecuencia de ese abismo insondable de gracia, que se opera con la Encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima en las entrañas de su Madre siempre Inmaculada»
https://www.primeroscristianos.com/anunciacion-virgen-25-marzo/
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RINA AVNER (Investigadora de Arqueología - Autoridad de Arqueología de Israel)
Esta es la iglesia de Katisma, y antes de las excavaciones la conocíamos solo por algunas fuentes históricas y por el Evangelio apócrifo de Santiago. Santiago relata que María y José se dirigían a Belén y el nacimiento de Jesús era inminente.
Ya cerca de Belén, María, cansada del viaje, se habría apeado del burro para descansar y sentarse en una roca. Se cuenta una visión, en la que María vio dos pueblos, uno que reía y el otro que lloraba. Los cristianos han visto en el pueblo que llora al pueblo judío, y en el pueblo que ríe al pueblo que cree en Cristo. El nombre de la iglesia es de origen griego y significa asiento.
RINA AVNER
Tenemos los testimonios de tres peregrinos del siglo VI. Uno de ellos nos dice que un tal Rubico vino aquí y tomó un fragmento de la roca sobre la que estaba sentada María, para usarla como altar en una iglesia que había construido en Constantinopla.
El peregrino Teodosio añade en su testimonio que el carro con la piedra, tirado por bueyes, se detuvo milagrosamente, y unos monjes de la Iglesia del Santo Sepulcro tomaron la piedra y la utilizaron como altar para la comunión.
RINA AVNER
Otro peregrino del siglo VI llegó aquí y narra que vio a los peregrinos traer agua de este lugar con ellos para buscar bendiciones y curaciones. La investigadora Rina Avner, que ha supervisado las excavaciones en el yacimiento, agrega que Kathisma es la iglesia más grande de su tipo descubierta en Israel, de hecho, es la iglesia más antigua del mundo dedicada al culto de María.
RINA AVNER
Sabemos que aún antes de que se estableciera el 15 de agosto como fiesta de la Asunción de María al Cielo, esta fecha se celebraba aquí en la Iglesia de Katisma como fiesta conmemorativa del reposo de la Virgen en este lugar. La iglesia tenía forma octogonal; en el centro estaba la roca venerada, y el pavimento estaba decorado con preciosos mármoles y mosaicos.
El espacio exterior estaba dividido en capillas. En tiempos de los omeyas, los musulmanes ocuparon el lugar y tomaron la parte sur de la iglesia y construyeron allí un mihrab. Expresaron su fe en María a través de un mosaico que representa un árbol que pasa junto a dos pequeñas palmeras.
RINA AVNER
El musulmán que hizo la pintura vio la palmera mencionada en la narración coránica que ayudó a María, y dado que los musulmanes tienen prohibido hacer dibujos de personas en los lugares de culto, reemplazó la imagen de María dibujando un árbol pequeño.
Las huellas de la iglesia de Katisma permanecen descuidadas y en silencio, pero dan testimonio de una vida fuertemente animada por el culto a María.
RINA AVNER
Seguimos siendo optimistas sobre la colaboración con el patriarcado greco-ortodoxo propietario de esta tierra, y espero, a pesar de todo, ver aquí un lugar turístico como Tabgha y Kursi, donde viene gente de todas las religiones, pueblos y naciones a visitarlo.
FUENTE: www.cmc-terrasanta.com
El film que te proponemos hoy relata la historia de este hombre, cuyo testimonio es un ejemplo de amor y entrega en tiempos de persecución.
Conocido como Policarpo de Esmirna, vivió entre el 70 d.C. y el 155 y habitó la ciudad griega perteneciente a la provincia de Asia, llamada Esmirna. Fue evangelizado por la mujer que lo rescató de la esclavitud en su niñez. Además, fue aprendiz del apóstol Juan, el discípulo amado de Jesús, lo que significa que fue enseñado por la boca de uno de los testigos oculares de Jesucristo.
La película nos muestra cómo este hombre de fe dedicaba sus días a enseñar la Palabra de Dios y a transcribir los textos sagrados, de manera que más hermanos tuvieran acceso a la lectura. Nos presenta, además, el modo de vida que llevaban los cristianos de esa iglesia incipiente: ellos vivían juntos, tal como lo enseña la Biblia, y compartían sus pertenencias.
Eran tiempos en los que el Imperio Romano gobernaba y el procónsul emitió un edicto que obligaba a los habitantes de Esmirna a adorar a César quemando incienso como muestra de lealtad. Los cristianos, fieles al Dios verdadero, se negaron a realizar este acto y comenzaron a ser perseguidos.
El gobernador puso precio a la vida del predicador Policarpo, quien, a pedido de los hermanos, se había escondido en Éfeso, la ciudad vecina. Cuando los soldados romanos encontraron al hombre de Dios, él los hizo pasar, les dio de comer, oró por ellos y luego, sin poner resistencia, para que lo capturaran y lo llevaran a la muerte.
Frente al representante de Roma, se le ofreció la posibilidad de rendir adoración a César, pero se mantuvo firme en sus convicciones. Lleno de ira, el procónsul ordenó que lo quemaran en la hoguera.
Porque su relato nos confronta con nuestros límites. La vida de este hombre de fe y de sus contemporáneos nos lleva a preguntarnos cuánto estamos dispuestos a entregar por Jesús. También nos recuerda que antiguamente hubo quienes sacrificaron sus vidas. Y aún en la actualidad, en países del medio oriente, nuestros hermanos predican el Evangelio arriesgando todo por Jesús.
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de
mí, la hallará” (Mateo 16:25).
La película se encuentra disponible en la plataforma de videos YouTube.
Acta del martirio de San Policarpo de Esmirna (año 155 d.C.)
ver en Wikipedia
El origen de la Sábana Santay de la imagen que muestra sigue suscitando estudios en la comunidad científica. Sin embargo, una investigación médica reciente podría dar un giro a las hipótesis que se barajaban hasta el momento.
El doctor Bernardo Hontanilla, especialista en Cirugía Plástica de la Universidad de Navarra (España), acaba de publicar un artículo en la revista científica«Scientia et fides» en el que expone sus conclusiones: según ha explicado a Aleteia, la imagen de la Sábana Santa «corresponde a un hombre vivo».
El doctor Hontanilla, con 25 años de carrera profesional y experto encirugía del rostro, aporta los siguientes datos. Puedes verlo en la galería fotográfica y leer la explicación detallada a continuación:
«En la imagen de la Sábana se ven con claridad los surcos nasogenianos. Son esas hendiduras o pliegues que tenemos a derecha e izquierda de la nariz y que bajan hasta la boca», explica el doctor. En un cadáver, estos surcos no se aprecian porque con la muerte los músculos se relajan y desaparece el pliegue.
Esos surcos solo desaparecen -en el caso de una persona viva– cuando se ha producido una parálisis facial.
«La presencia de los surcos nasogenianos es incompatible con un cadáver excluyendo el espasmo facial que no se da en la figura», concluye Hontanilla.
Este médico afirma que «al morir, el cuerpo experimenta un acto de relajación y esto provoca la apertura de la boca. En la imagen de la Sábana Santa no se da esta situación: hay labios cerrados».
La presencia de labios cerrados y la presencia de los surcos al mismo tiempo es, de nuevo, incompatible con un cadáver.
El doctor Hontanilla se basó en el modelo en tres dimensiones (3D) extraído a partir de la Sábana Santa y, por su parte, pidió a varones de 1,70-1,80 metros de altura y complexión atlética que se tumbaran en posición decúbito supina (horizontal boca arriba) e hicieran el gesto de incorporarse.
El resultado le hizo apreciar lo que él observa en la Sábana Santa: «Hay una flexión del cuello hacia delante, hay una semiflexión asimétrica de las piernas (se dobla un poco la rodilla y no de igual forma una pierna que otra) y hay una planta del pie apoyada en el suelo. Al mismo tiempo, las manos llegan a los genitales y los cubren». Hontanilla añade: «Lo que muestra la Síndone es el conjunto de movimientos que hace una persona al incorporarse».
Aunque hasta ahora se ha pensado siempre que la Sábana Santa ilustraba la imagen de un hombre muerto, el doctor Hontanilla afirma que «aporta signos de muerte y signos de vida». Entre los signos de vida están los que manifiestan a un varón en actitud de levantarse.
En cuanto a los signos de muerte que presenta la Síndone se encontrarían, por ejemplo, los restos de sangre: «Hay sangre pre-mortem en la cara y la espalda; y restos de sangre post-mortem en el costado, donde hay un halo de suero alrededor del coágulo».
Para el doctor Bernardo Hontanilla, los datos de su estudio «no alcanzan a determinar si estamos hablando de Jesucristo porque para eso necesitaríamos ADN y cotejarlo con Él, ni tampoco son prueba de la resurrección, pero lo que sí puede aportar este trabajo científico es que no se observa nada incompatible con el relato evangélico tanto en la muerte como en la resurrección de Jesús».
En el artículo, que puede leerse completo en el número 8(1)/2020 de «Scientia et Fides», entre las páginas 9 y 30, entra en más detalles como la musculatura facial o los tiempos en que se produjo la rigidez cadavérica.
Hontanilla no niega que, con su teoría, la imagen del «hombre de la Síndone» combina “signos de muerte y signos de vida».
Según él, si se tratara de la figura de Jesucristo, la imagen de la Síndone debió de producirse entre las 18 y las 30 horas de la muerte, algo que también encaja con la narración del Evangelio, pero subraya que esta última aportación es de carácter hipotético.
https://www.primeroscristianos.com/imagen-impresa-en-la-sabana-santa-es-de-una-persona-viva/
Se llama Domingo de la Alegría porque así comienza el introito de la misa: “Alégrate Jerusalén”. En Adviento también se suele hacer lo mismo aunque en el tercer domingo. Se le llama Domingo Gaudete. El motivo es el mismo: invitar a mirar hacia lo que está por venir, la salvación, y alegrarse por ello.
FRANCISCO
Celebramos hoy el tercer domingo de Adviento. En la primera lectura, el profeta Isaías, invita a toda la tierra a alegrarse por la venida del Señor, que trae la salvación a su pueblo.
Hace siglos, en el cuarto domingo de Cuaresma, el papa recorría el camino que separaba San Juan de Letrán, catedral de Roma, a la basílica de la Santa Cruz, donde la tradición señala que se custodian pedazos de la Cruz de Cristo. Llevaba en la mano una rosa dorada que entregaba al prefecto de Roma. De ahí luego nació la costumbre de enviar una rosa dorada a los soberanos católicos, personalidades públicas o como regalos de los pontífices a la Virgen María.
No está claro este origen de por qué este protagonismo de la rosa, aunque se piensa que podría venir de la Antigua Roma, donde esta flor escenificaba el paso de la dureza del invierno a la alegría de la primavera.