Según este himno, el martirio de Santa Eulalia tuvo lugar durante el reinado del emperador Diocleciano (285-305). Educada cristianamente, la jovencísima Eulalia tenía solamente 13 años cuando se presentó ante el gobernador Daciano y, pese a las furiosas persecuciones que padecían entonces los cristianos, proclamó abiertamente su fe.
Eulalia ensalzó las virtudes del cristianismo y la gloria de la cruz en su comparecencia ante el juez; el magistrado ordenó que fuese azotada y que recibiera los tormentos de la laceración de sus miembros con garfios y con fuego; tras ser así martirizada en el potro, fue crucificada. A su muerte, según la narración, se vio salir de su boca su alma en forma de paloma.
Una tradición posterior, del siglo VII, añade nuevos detalles al relato, como el de la nieve que cubrió repentinamente el cuerpo de la mártir expuesto en la cruz. A consecuencia de la invasión musulmana (711), el culto a Santa Eulalia no se reemprendió hasta 877, fecha en que el obispo Frodoino halló las reliquias de la santa en la iglesia de Santa María de las Arenas (actual Basílica de Santa María del Mar); éstas fueron trasladadas a la catedral de Barcelona, donde desde entonces son veneradas. En 1327 sus restos se trasladaron a la catedral nueva, dentro de un sepulcro de mármol obra de un artista originario de Pisa.
El culto a Santa Eulalia de Barcelona se extendió a toda la Península Ibérica, al sur de Francia y luego al resto de los países mediterráneos. La similitud del martirio de esta santa con el de Santa Eulalia de Mérida ha motivado la identificación, por parte de algunos eruditos como Moretus y Delehaye, de ambas santas en una sola; sin embargo, otros como Flórez, Caresmar, García Villada y Fábrega afirman la existencia de las dos.
Hasta el siglo XVII, Santa Eulalia fue la única patrona de la ciudad de Barcelona; pero desde 1687, por decisión del Consejo de Ciento, comparte el patronazgo con Nuestra Señora de la Merced. Su fiesta se celebra el 12 de febrero.
+ info -
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Santa Eulalia de Barcelona.
Ver Santa Eulalia de Barcelona en Wikipedia
Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino. Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador?
Respondió: “Sine dominico non possumus”; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir.
Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado.
(Benedicto XVI Homilía, Bari, 29-V-05)
A principios del s. IV, el culto cristiano estaba todavía prohibido por las autoridades imperiales. Algunos cristianos del Norte de África, que se sentían en la obligación de celebrar el día del Señor, desafiaron la prohibición.
Fueron martirizados mientras declaraban que no les era posible vivir sin la Eucaristía, alimento del Señor: sine dominico non possumus (Acta SS. Saturnini, Dativi el aliorum plurimorum martyrum in Africa. 7.9.10) Que estos mártires de Abitinia, junto con muchos santos y beatos que han hecho de la Eucaristía el centro de su vida, intercedan por nosotros y nos enseñen la fidelidad al encuentro con Cristo resucitado.
Nosotros tampoco podemos vivir sin participar en el Sacramento de nuestra salvación y deseamos ser iuxta dominicam viventes, es decir, llevar a la vida lo que celebramos en el día del Señor. En efecto, este es el día de nuestra liberación definitiva. ¿Qué tiene de extraño que deseemos vivir cada día según la novedad introducida por Cristo con el misterio de la Eucaristía?
(BENEDICTO XVI, Sacramentum Caritatis, 95)
Santos mártires de Abitinia (año 304). Mártires de la Eucaristía - 12 de febrero
Ver Eucaristía en Wikipedia
El salterio (del griego psalterion, propiamente es el nombre del instrumento de cuerda que acompañaba a los cantos, los salmos) es la colección de los 150 salmos.
La palabra salmo, etimológicamente hablando, viene de la palabra latina psalmus, que a su vez viene de la palabra griega psalmoi, que significa alabanza.
Son, pues, al mismo tiempo poemas religiosos y plegarias de alabanza.
Son unas composiciones que, principalmente y en la gran mayoría de casos, tienen como finalidad alabar a la divinidad; aunque también tienen otras finalidades (súplicas y lamentos).
Los salmos nos recuerdan la necesidad de alabanza y adoración, simplemente por la alegría de estar en la presencia de Dios que crea y sostiene el universo.
Orando con los salmos no tenemos que preocuparnos por pedir algo o por pedir explicaciones sino que más bien nos ayudan a admirarnos de la bondad de Dios y de su grandeza, y esta es la mejor oración; es una oración desinteresada, generosa y más grata a sus ojos.
Los salmos son unos himnos que ayudan a orar, como mejor lo dice san Atanasio, obispo de Alejandría (siglo IV):
La mayor parte de la Biblia nos habla, pero los salmos hablan por nosotros
El conjunto de los salmos o el salterio son los cánticos del Templo de Jerusalén. Todos ellos son, como toda la Sagrada Escritura, inspirados por el Espíritu Santo.
Y en la composición de estos himnos o cantos juegan un rol importante los levitas a quienes se les atribuye, aunque sea de manera anónima, unos 50 salmos.
Del resto, según la tradición, algunos salmos tienen como autores a personas concretas como es el caso, entre otros, del Rey David (a quien se le atribuyen 73 salmos) y del Rey Salomón.
Los salmos están agrupados en cinco libros o cinco colecciones:
Libro primero, del 1-41.
Libro segundo, del 42-72.
Libro tercero, del 73-89.
Libro cuarto, del 90-106.
Y libro quinto, del 107-150.
Cada uno de estos grupos está separado por una doxología.
En cuanto a los géneros literarios los salmos se dividen en:
– Himnos: los cánticos de Sión y los salmos del reino de Dios.
– Súplicas o salmos de sufrimientos o salmos de lamentaciones.
– Acción de gracias.
– Algunos escrituristas sacan ciertos salmos para conformar otros géneros como son: salmos mesiánicos, salmos didácticos y salmos de sabiduría.
El pueblo de Israel tenía una tradición o una práctica de rezar comunitariamente en horas establecidas, en tres momentos del día: mañana, tarde y noche.
Esta tradición se desarrolló hasta tal punto que se organizó un plan de oraciones teniendo como base los salmos, ya que expresaban los múltiples anhelos y deseos del corazón humano.
Son tan importantes, que nos hablan de Jesús, lo preanuncian. Él mismo lo dice:
“Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí” (Lc 24, 46).
Jesús mismo, como judío piadoso, oraba con los salmos, rezaba en dichas horas. Los salmos lo acompañaron a lo largo de su vida. “Desde pequeño”, Jesús se los aprendió de memoria, como también lo hizo Timoteo (2 Tm 3, 15).
Y Él los usaba no sólo para orar (para dirigirse al Padre) sino también para refutar las críticas de sus adversarios y para transmitir su mensaje al pueblo. Por ejemplo, Jesús utiliza un salmo para expresar el sentido de su misión al venir al mundo:
“Aquí estoy, he venido como está escrito en la ley: para hacer tu voluntad” (Sal 39, 8-9).
En la última cena Jesús entonó los salmos que recitaban los judíos al celebrar la cena pascual. El evangelista san Mateo dice que Jesús y sus discípulos, después del canto de los salmos (himnos), salieron hacia el monte de los Olivos (Mt 26, 30).
Y a la hora nona, estando crucificado Jesús rezó las primeras palabras del salmo 22:
«Dios mío, por qué me has abandonado».
Si los salmos eran y son importantes para Israel, el antiguo pueblo de Dios, lo son también para el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, comenzando por los apóstoles como ya hemos visto.
También fueron importantes para la Iglesia primitiva debido, principalmente, a que la mayor parte de los primeros cristianos eran conversos del judaísmo.
Sabemos que los fieles rezaban en ciertos momentos, principalmente cuando la noche desaparece con la salida del sol (las laudes) y al hacerse de noche cuando se encienden las luces (las vísperas).
Avanzando en los tiempos el transcurrir de las horas fue santificado con la oración comunitaria de las otras horas como vemos en los Hechos de los Apóstoles.
Allí encontramos reunidos a los Apóstoles en la hora de tercia (Hch 2, 15). Pedro “sube al tejado a orar hacia la hora de sexta” (Hch 10, 9). “Pedro y Juan subían al templo a orar hacia la hora de nona” (Hch 3, 1). “A medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios (Hch 16, 25)”.
Este tipo de oración fue importante pues ayudó a la consolidación de la fe cristiana a medida que se expandía la Iglesia. Por donde se iba extendiendo la Iglesia los cristianos se reunían en las iglesias para rezar los salmos.
En este sentido, para la Iglesia, tienen tanta importancia que forman parte fundamental del Oficio Divino. El Oficio Divino es el conjunto de oraciones que la Iglesia ha querido que sean rezadas en diferentes horas del día, de aquí el otro nombre ‘Liturgia de las Horas’.
El objetivo de la Liturgia de las Horas es consagrar los diferentes momentos del día al Señor extendiendo la comunión con Cristo concretada en el sacrificio de la Misa.
Quien reza el oficio hace un alto en su cotidianidad para rezar con la Iglesia aunque se encuentre solo.
«Se invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es acción de la Iglesia” (Canon 1174, 2).
La Liturgia de las Horas o el Oficio Divino es parte fundamental que, junto con la Sagrada Eucaristía, forma parte de la oración pública y oficial de la Iglesia.
La casa de María era modesta, como la de sus vecinos. Tenía dos habitaciones. La interior, era una cueva que servía como granero y despensa. Tres paredes de adobe o mampostería adosadas a la roca delante de esa habitación interior sostenían un entramado de ramas, maderas y hojas que servía de techo, y formaban la habitación exterior de la casa. La luz entraba por la puerta.
Allí tenían algunos útiles de trabajo y pocos muebles. Gran parte de la vida de familia se hacía fuera, a la puerta de la casa, tal vez a la sombra de una parra que ayudaría a templar el calor del verano.
Casi todos sus vecinos tenían una casa similar. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz parte del antiguo Nazaret. En las casas se aprovechaban las numerosas cuevas que presenta el terreno para acondicionar en ellas sin realizar muchas modificaciones alguna bodega, silo o cisterna.
El suelo se aplanaba un poco delante de la cueva, y ese recinto se cerraba con unas paredes elementales. Posiblemente las familias utilizarían el suelo de esa habitación para dormir.
La jornada comenzaba con la salida del sol. Alguna oración sencilla, como el Shemá, y enseguida se iniciaba la dura faena. El Shemá es una oración, tomada de la Biblia, que comienza en hebreo por esa palabra, y dice así:
“Shemá Israel (Escucha Israel), el Señor nuestro Dios es uno solo Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas."
Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo. Incúlcaselas a tus hijos y háblales de ellas estando en casa o yendo de viaje, acostado o levantado. Atalas a tu mano como signo, ponlas en tu frente como señal. Escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas” (Dt 6, 4-9).
Una de las primeras tareas a realizar cada jornada, después de la oración, era la preparación del pan, alimento básico de cada día. Para eso, María, como solían hacer las mujeres, comenzaría por moler el grano de trigo o cebada para hacer la harina. Se han encontrado algunos molinos domésticos, de piedra, de la época de nuestro Señor, que se utilizaban para esta tarea.
Después la harina se mezclaba con agua y un poco de sal para formar la masa, a la que se añadía —excepto durante la fiesta de la Pascua— una pizca de levadura. Con la masa fermentada se hacían unas tortas muy delgadas, o unos panecillos, que se cocían en el horno o enterrados en unas brasas, y se comían recién hechos.
La comida de cada día sería bastante parecida a la que conocemos actualmente en las regiones mediterráneas.
El pan se partía con la mano, sin utilizar cuchillo, y se tomaba solo o con aceite, y acompañado por vino, leche, fruta, y cuando era posible por algo de carne o pescado. La leche se solía guardar en odres hechos con pieles de cabra cosidas, y se bebía directamente de los mismos. Lo más probable es que casi siempre al tomarla estuviese ácida. De la leche también se obtenían la mantequilla y el queso, que eran alimentos básicos allí donde había ganados, como en Galilea. Otro elemento importante en la alimentación de aquellas gentes era el aceite.
Y también se tomaban las aceitunas conservadas en salmuera. El aceite se llevaba incluso cuando se iba de viaje, en unas botellitas planas de arcilla de forma parecida a una cantimplora. También era frecuente beber vino, que solía ser fuerte, y por eso se tomaba habitualmente rebajado con agua, y a veces mezclado con algunas especias, o endulzado con miel.
Entre los guisos más habituales estaban los de garbanzos o lentejas. Las verduras más conocidas eran las habas, los guisantes, los puerros, las cebollas, los ajos, y los pepinos. La carne que más se solía comer era la de cordero o cabra, y algo la de gallina. Las frutas más habituales eran los higos, los dátiles, las sandías y las granadas. Las naranjas, hoy tan abundantes en aquella zona, todavía no eran conocidas en la Galilea en la que vivió Santa María.
Antes de comer cada día, se solían recitar unas oraciones para dar gracias a Dios por los alimentos recibidos de su bondad. La bendición de la mesa se hacía más o menos en estos términos: “Benditos seas, Señor, Dios nuestro, rey del Universo, que nos has dado hoy para comer el pan, fruto de la tierra”. Y se respondía: “Amén”.
Para la preparación de la comida, un trabajo duro que era necesario realizar cada día era el transporte del agua. La fuente de Nazaret estaba a cierta distancia, algo más de quince minutos andando desde las casas de la aldea.
Posiblemente María iría allí cada mañana a llenar su cántaro, y regresaría a su hogar cargándolo sobre la cabeza, como es costumbre en la zona, para seguir su trabajo. Y algunos días tal vez tuviera que volver a sus inmediaciones en otros momentos del día, para lavar la ropa.
La ropa que tendría que lavar María sería la que utilizaban ella, José y Jesús. La vestimenta habitual estaba compuesta por un vestido o túnica interior, amplia, que solía ser de lino. Caía hasta las rodillas o pantorrillas. Podía ser sin mangas o con mangas hasta la mitad del brazo.
La túnica se ceñía al cuerpo con una especia de faja, hecha con una franja larga y ancha de lino, que se enrollaba varias veces alrededor del cuerpo, pero no siempre ajustada de modo liso, sino que en algunas de esas vueltas se formaban pliegues, que podían utilizarse para llevar el dinero. Sobre la túnica se llevaba el vestido exterior, o manto, de forma cuadrada o redondeada, que habitualmente era de lana.
by Francisco Varo www.primeroscristianos.com
Ver Virgen María en Wikipedia
Goya Producciones rodará a mediados de febrero la parte de ficción de su nuevo largometraje Tierra Santa, El Último Peregrino, tras terminar la parte documental del filme, grabada en gran parte en Israel. Simultáneamente la productora lanza un crowdfunding recurriendo a la solidaridad popular para completar la financiación del proyecto.
“Esta película va a ser un revulsivo para los cristianos que han olvidado sus orígenes bíblicos, y a la vez una ayuda a los cristianos de Tierra Santa que, en estos tiempos duros, está vacía y sin peregrinos”, ha declarado el director de Goya Producciones, Andrés Garrigó.
“La Tierra Santa -añadió- ya se iba vaciando de peregrinos antes del Covid-19 a causa de otros virus: la indiferencia y la increencia. Pero ahora las piedras vivas que son los cristianos nativos tienen que emigrar en busca de trabajo”.
¿Se quedará sin cristianos la Tierra de Cristo?, eso es lo que esta película de 85 minutos pretende evitar. Para ello reúne diez testimonios impactantes de personas no creyentes, o no practicantes, que viajaron a los lugares santos de Israel y esa vivencia provocó un vuelco en sus vidas.
Con un formato similar al de Corazón Ardiente y Fátima el último Misterio, la cinta entrelaza esos testimonios con una trama de ficción en torno a los apuros una madre de familia que pugna con la hostilidad de sus hijos a sus planes de peregrinar a la tumba de Jesús.
Para el director, “esta película no va de ruinas, no es un documental turístico… Va de misterios, de cambios milagrosos, de salvación… Inyecta optimismo. Invita a contribuir a cambiar las cosas. A elevarte por encima de pandemias y contrariedades, viendo en pantalla la luz deslumbrante de la Resurrección”.
Puedes ayudar a financiar esta película AQUÍ
FICHA TÉCNICA
Título original: Tierra Santa, El Último Peregrino
Género: Drama
Duración: 85 minutos
País: España
Año: 2021
Director: Andrés Garrigó y Pablo Moreno
Guión: Andrés Garrigó, Pedro Delgado, Benjamín Lorenzo
Casting: Alex Larumbe, Rafa Jiménez, Susi Lillo, Carlos Cañas, Wendy Gara, Alex Tormo
Producida por: Narrow Gate 2020 AIE y Goya Producciones
Desde temprana edad abrazó la fe en el Señor y se distinguió por el largo tiempo que pasaba en la oración, por el sacrificio, por el ayuno y por las obras de caridad hacia el prójimo.
En aquel entonces, el perseguidor de los cristianos Sapricio se enteró de la fama de Dorotea y la encarceló para obligarla a ofrecer sacrificios a los dioses. Como la joven, a pesar de la amenaza de la hoguera, se mantuvo firme en no abjurar de su fe, Sapricio la confió a otras dos jóvenes que, antes que ella, sí habían abjurado para salvar sus vidas: Crista y Calixta. La idea del perseguidor, sin embargo, se volvió en su contra y el resultado fue que Dorotea hizo que estas jovenes se convertieran de nuevo a la fe en Jesús. Las dos jóvenes acompañaron y precedieron en el martirio a Dorotea.
Mientras era llevada a la horca, la tradición dice que Dorotea cumplió la promesa que había hecho antes al juez Teófilo quien, al condenarla a muerte por decapitación, la desafió diciendo: "Envíame manzanas y rosas desde el cielo". Así que, poco antes de ser asesinada, se dice que el juez vio que un un ángel le entregaba una cesta con tres rosas y tres manzanas en pleno invierno, con el resultado de que el sarcástico juez inmediatamente también se convirtió y aceptó la fe cristiana.
Como ya había sucedido con Crista y Calista, la gran fe de Dorotea sostenida por aquel prodigioso acontecimiento, obtuvo la nueva y sorprendente conversión de Teófilo. El resultado fue que debido a su sorpresiva profesión de fe, Teófilo también fue condenado a muerte. Por eso, su memoria litúrgica está asociada con la de Santa Dorotea en el mismo día.
Esta es una fiesta con mucha historia y tradición. En una homilía en 2002 San Juan Pablo afirmaba que “celebramos el misterio de la consagración: consagración de Cristo, consagración de María, y consagración de todos lo que siguen a Jesús por amor al Reino”.
La Candelaria recibe este nombre porque en esta fiesta se bendecían tradicionalmente las candelas que se iban a necesitar durante todo el año para que así no faltase luz en los hogares. De este modo, los fieles acudían al templo con sus velas, que eran solemnemente bendecidas por el sacerdote para a continuación realizar una pequeña procesión con estas luces encendidas.
Concretamente, esta fiesta se celebra exactamente 40 días después de la Navidad, es decir, del nacimiento de Cristo. De acuerdo a la ley de Moisés, una mujer que había dado a luz a un hijo varón era considerada impura durante siete días. Además, debía permanecer otros treinta y tres días en “purificación de su sangre”.
Por ello, al cumplirse el tiempo de su purificación María cumplió con este precepto de la ley donde además de quedar limpia la madre ofrecía a su hijo en el Templo.
Dice la tradición que los mismos ángeles quedaron extasiados al observar a María ofrecer en aquellos virginales brazos al mismo Hijo de Dios.
De este modo, una vez cumplida la ceremonia de la purificación, la Sagrada Familia estaba dispuesta para salir del templo cuando se produjo el encuentro con el anciano Simeón primero y Ana después que relata Lucas en su Evangelio. “Ahora, Señor, ya puedes dejar irse en paz a tu siervo, porque han visto mis ojos al Salvador… al que viene a ser luz para las gentes y gloria de tu pueblo Israel…”, afirmó el anciano, que además dijo a la Virgen: “Mira, que este Niño está puesto para caída y levantamiento para muchos en Israel… Y tu propia alma la traspasará una espada…”.
Es una fiesta que los cristianos celebraron desde muy antiguo. Hasta el Concilio Vaticano II se celebraba como principalmente mariana, pero desde entonces ha pasado a ser en primer lugar cristológica, ya que el principal misterio que se conmemora es la Presentación de Jesús en el Templo y su manifestación o encuentro con Simeón. El centro, pues, de esta fiesta no sería María, sino Jesús. María entra a formar parte de la fiesta en cuanto lleva en sus brazos a Jesús y está asociada a esta manifestación de Jesús a Simeón y a la anciana Ana.
Hasta el siglo VII no se introdujo esta fiesta en la liturgia de Occidente. Al final de este siglo ya estaba extendida en toda Roma y en casi todo Occidente. En un principio, al igual que en Oriente, se celebraba la Presentación de Jesús más que la Purificación de María.
No se sabe con certeza cuándo empezó a celebrarse la Procesión en este día. Parece ser que en el siglo X ya se celebraba con solemnidad esta Procesión y ya empezó a llamarse a la fiesta como Purificación de la Virgen María. Durante mucho tiempo se dio gran importancia a los cirios encendidos y después de usados en la procesión eran llevados a las casas y allí se encendían ante alguna necesidad.
María, Salud de los enfermos, ruega por nosotros
https://www.primeroscristianos.com/presentacion-senor-y-purificacion-virgen-maria/
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 3 de junio de 2009 (VIS)
Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a Rabano Mauro, abad del monasterio de Fulda, arzobispo de Maguncia y "praeceptor Germaniae".
Rabano, nacido en Maguncia alrededor del 780, entró muy joven en un monasterio benedictino y "con su excepcional capacidad de trabajo contribuyó quizá más que ningún otro a mantener viva y en parte a desarrollar con aportaciones personales, la cultura teológica, exegética y espiritual que atesoraron los siglos sucesivos".
Gracias a esa "extraordinaria cultura" fue "consejero de príncipes", y no obstante su elección, primero como abad de Fulda y luego como arzobispo de Maguncia, "no dejó de proseguir en sus estudios demostrando con el ejemplo de su vida que se puede estar simultáneamente a disposición de los demás sin privarse por eso de tiempo para la reflexión, el estudio y la meditación. Así Rabano Mauro fue exegeta, filósofo, poeta, pastor y hombre de Dios".
"Sus obras -prosiguió el Santo Padre- abarcan seis volúmenes de la Patrología Latina de Migne y es el autor, con toda probabilidad, de uno de los himnos más hermosos y conocidos de la Iglesia latina, el "Veni Creator Spiritus", síntesis extraordinaria de pneumatología cristiana".
Uno de sus textos más significativos es "De laudibus Sanctae Crucis", donde utiliza "la forma poética y la pictórica en el mismo código manuscrito. (...) Ese método, (...) que procedía de Oriente, tuvo un gran desarrollo en Occidente, alcanzando cumbres inigualables en los códigos miniados de la Biblia y en otras obras que florecieron en Europa hasta la invención de la imprenta y después de ésta".
Rabano Mauro se caracteriza por "su conciencia extraordinaria de la necesidad de implicar, en la experiencia de la fe, no solamente la mente y el corazón, sino también los sentidos mediante los aspectos del gusto estético y de la sensibilidad, que llevan al ser humano a disfrutar de la verdad con toda su persona "espíritu, alma y cuerpo". Es muy importante porque la fe no es solo pensamiento; la fe abarca todo nuestro ser".
Muy interesado por la liturgia, el autor de los "Carmina" "no se dedicaba al arte poética como un fin en sí misma, sino que la supeditaba, como cualquier otro tipo de conocimiento, a la profundización de la Palabra de Dios".
Así, se preocupó por "introducir a sus contemporáneos, pero sobre todo los obispos, presbíteros y diáconos, a la comprensión del significado profundamente teológico y espiritual de todos los elementos de la celebración litúrgica".
Y, dado que parte integrante de la liturgia es la Palabra de Dios, Rabano Mauro, a lo largo de su vida, "produjo explicaciones exegéticas apropiadas para casi todos los libros bíblicos del Antiguo y el Nuevo Testamento con una intención claramente pastoral".
Su faceta de pastor se pone de relieve también en los "Penitenciarios", donde "según la sensibilidad de la época se enumeraban los pecados y las penas correspondientes, utilizando siempre que le era posible motivos basados en la Biblia, en la decisión de los Concilios y los decretos de los Papas".
A la misma faceta corresponden obras como "De disciplina ecclesiastica" y "De institutione clericorum", donde "explicaba a las personas sencillas y al clero de su diócesis los elementos fundamentales de la fe cristiana, una especie de pequeño catecismo".
"Rabano Mauro también nos habla hoy -concluyó el pontífice-, incluso en el tiempo del trabajo con sus ritmos frenéticos o en las vacaciones, de que tenemos que reservar tiempo para Dios (...) y no olvidarnos del domingo como el día del Señor, el día de la liturgia, para percibir en la belleza de nuestras iglesias, de la música sacra, de la Palabra, la belleza de Dios y dejarlo entrar en nuestra vida, porque solo así se vuelve grande y verdadera".
Finalizada la catequesis, el Papa saludó entre otros a los fieles polacos, y recordó que "estos días la Iglesia en Polonia celebra el 30 aniversario del primer peregrinaje de Juan Pablo II a su patria. Me uno a la acción de gracias por todo lo que se cumplió en Polonia y Europa merced a aquella visita".
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En Cafarnaun se pueden ver los restos bellamente conservados de la antigua sinagoga que muchos creen que marcó el sitio, si no el edificio real, de las primeras enseñanzas de Jesús. Pero aún queda un detalle importante: ¿En qué lugar de la ciudad había vivido realmente Jesús? ¿Dónde estaba la casa de Pedro , que la Biblia sugiere que fue la casa de Jesús en Capernaum (Mateo 8: 14–16)?
Es posible que los excavadores italianos que trabajaban en Capernaum descubieran los restos de la humilde casa de Pedro que Jesús llamó hogar mientras estaba en Capernaum. Esta casa de Pedro fue uno de los primeros descubrimientos arqueológicos bíblicos en el mar de Galilea.
Debajo de los cimientos de una iglesia bizantina octogonal en Cafarnaum, los arqueólogos hicieron uno de los descubrimientos arqueológicos bíblicos más emocionantes: una casa sencilla del siglo I que pudo haber sido la casa de Pedro, el hogar de Jesús en Capernaum.
Aunque un poco más grande que la mayoría, la casa era sencilla, con paredes toscas y un techo de tierra y paja. Como la mayoría de las casas del período romano temprano, constaba de unas pocas habitaciones pequeñas agrupadas alrededor de dos patios abiertos. A pesar de que más tarde demostró ser uno de los descubrimientos arqueológicos bíblicos más importantes, la casa parecía bastante común. Sin embargo, según los excavadores, fue lo que sucedió con la casa después de mediados del siglo I dC lo que la señaló como la casa de Pedro, la casa de Jesús en Capernaum.
Plano de las ruinas de Cafarnaúm. Abajo, la orilla del lago, arriba la carretera.La calle principal, o cardo, iba desde la carretera hasta el lago, de norte a sur.A la izquierda del cardo vemos tres manzanas. La de más arriba era la manzana donde aparecieron las ruinas de la sinagoga, a continuación una manzana de vecinos, y abajo la manzana habitada por la familia de Pedro.
En los años inmediatamente posteriores a la muerte de Jesús , la función de la casa cambió drásticamente. La habitación principal de la casa estaba completamente enyesada desde el suelo hasta el techo, una rareza para las casas de la época. Aproximadamente al mismo tiempo, la alfarería de la casa, que anteriormente había sido ollas y cuencos domésticos para cocinar, ahora consistía completamente en grandes frascos de almacenamiento y lámparas de aceite.
Tales alteraciones radicales indican que la casa ya no funcionaba como residencia, sino que se había convertido en un lugar para reuniones, posiblemente de las primeras comunidades cristianas, un factor clave en cómo comenzó el cristianismo. Como ocurre con muchos descubrimientos de la arqueología bíblica, a menudo los pequeños detalles vinculan de manera más convincente los restos del material antiguo a los acontecimientos bíblicos.
Vemos el nivel arqueológico correspondiente al siglo I. Había aquí un conjunto residencial en torno a un patio interior. Todo el conjunto de casas tenía una única salida a la calle principal a la izquierda. La habitación marcada en negro es la que muestra signos de culto muy antiguo. Ya antes de la época bizantina sus paredes estaban tarrajeadas y pintadas y tenía suelo de material. Luego se hizo un arco con dos columnas para poder poner un techo firme. En el siglo V se construyó encima de los restos de las habitaciones anteriores la basílica octogonal
Por ejemplo, los excavadores descubrieron que durante los siglos siguientes, la habitación enlucida de la casa original había sido renovada y convertida en la sala central de una iglesia rudimentaria. Las viejas paredes de piedra de la habitación estaban reforzadas por un arco de dos pisos recién construido que, a su vez, sostenía un nuevo techo de piedra. La habitación incluso fue revocada y pintada con diseños florales y geométricos de varios colores.
El papel clave del edificio en la comprensión de cómo comenzó el cristianismo fue confirmado por más de cien grafitis rayados en las paredes de la iglesia. La mayoría de las inscripciones dicen cosas como "Señor Jesucristo, ayuda a tu siervo" o "Cristo, ten piedad". Están escritas en griego, siríaco o hebreo y, en ocasiones, van acompañadas de grabados de pequeñas cruces o, en un caso, un barco. Los excavadores afirman que el nombre de Peter se menciona en varios grafitis, aunque muchos estudiosos ahora cuestionan estas lecturas.
Este sencillo edificio de la iglesia, útil para determinar cómo comenzó el cristianismo, sobrevivió durante más de 300 años antes de que finalmente fuera reemplazado en el siglo V por una iglesia martyrium octogonal bien construida. Las iglesias octogonales se construyeron para conmemorar un sitio importante, como la casa original de Pedro que una vez estuvo aquí. El santuario interior del edificio octogonal se construyó directamente sobre los restos de la misma habitación de la casa del siglo I que había formado la sala central de la iglesia anterior.
Aunque no hay prueba definitiva en este caso de que la ruina de la casa descubierta por los excavadores sea en realidad la antigua casa de Pedro, hay capa tras capa de evidencia circunstancial para apoyar su importancia en el cristianismo primitivo y su asociación con Jesús en Cafarnaum y su discípulo principal, Pedro. Si no fuera por su asociación con Jesús y Pedro, ¿por qué otra razón una casa corriente del primer siglo en Capernaum se habría convertido en un punto focal de la adoración e identidad cristianas en los siglos venideros?
Cada año, la organización Open Doors publica el informe “World Watch List”, con la lista de los 50 países que más persiguen a los cristianos.
La lista los clasifica según la dureza de la discriminación, que puede ser incluso muy alta o extrema.
Uno de los datos más sorprendentes de este año es que el número de cristianos asesinados por su fe ha aumentado un 60%respecto al año pasado. Se explica por el aumento de conflictos armados en Nigeria y en el África Subsahariana.
El país más duro con los cristianos es Corea del Norte. Se calcula que en la actualidad allí entre 50 mil y 70 mil cristianos están en la cárcel o en campos de concentración a causa de su fe.
El segundo es Afganistán, seguido de Somalia, Libia y Pakistán. El director de Open Doors explica que allí muchos cristianos se encuentran ante el dilema de elegir entre abandonar la fe o la muerte.
CRISTIAN NANI
Director, Open Doors Italy
“Más que sorprenderme, me hace sufrir. Y mucho, porque estamos hablando de almas, de personas. Son viudas, niños huérfanos, pueblos enteros que deben huir o que son saqueados. Hay mucho sufrimiento a causa de la persecución”.
A pesar de todo, Open Doors no pierde la esperanza. Gracias a donaciones y a sus propios recursos han podido construido centros de ayuda a cristianos por todo el mundo.
“En el caso de la India, en 2020 ayudamos a unas 100.000 personas en sus necesidades básicas. Hemos ayudado a familias que se habían empobrecido en cuestión de días o semanas y que se estaban muriendo de hambre”.
Open Doors es una organización internacional que ayuda a cristianos perseguidos en más de 60 países.
Se ocupa sobre todo de quienes se encuentran en situaciones de emergencia. Ofrecen asistencia material y espiritual en lugares donde son minoría y donde se les priva de bienes básicos.
“El objetivo principal es ir a los lugares donde hay más hostilidad contra los cristianos, contra el evangelio. Nos ocupamos de comunidades pequeñas o grandes, aisladas o incluso escondidas”. “El corazón de Open Doors es decir a esos cristianos: 'No estáis solos, vamos a donde estéis, a preguntarte qué necesitas. No te decimos qué necesitas'. Este es el punto de partida de nuestro trabajo”.
Después de este informe, Open Doors trabaja para contribuir al diálogo interreligioso y colaborar con gobiernos locales y con voluntarios para que el resultado del año que viene sea mejor.