San Gregorio Armeno fue quien extendió el cristianismo en Armenia

Estas evocadoras fotos en blanco y negro son mucho más que documentos artísticos. Son la biografía fotográfica de San Gregorio el Iluminador. Con estas fotos, Armenia muestra en el Vaticano su increíble historia.

Vartan Karapetian

Embajada Armenia ante la Santa Sede

“Hay muchos San Gregorios en la Iglesia católica, pero no todo el mundo conoce al San Gregorio armenio.

En el año 301, San Gregorio armenio fueel artífice de la conversión de Armenia al cristianismo. De hecho, Armenia es la primera nación que adoptó el Cristianismo como religión oficial.

Y Gregorio no lo tuvo nada fácil. Durante un ritual pagano, el rey descubrió que era cristiano. Como castigo, fue torturado y encerrado en un pozo durante 13 años. Fue liberado tras curar milagrosamente al rey.

“Tras ser liberado, bautizó al rey de Armenia y Armenia se convirtió al Cristianismo.”

Junto al pozo de Gregorio, se construyó esta iglesia, cerca del monte Ararat. Hoy es uno de los lugares de peregrinación más populares del país.

La devoción por San Gregorio está presente tanto en la Iglesia armenia como en la católica. De hecho, hay una estatua de San Gregorio en el Vaticano, en el exterior de la Basílica de San Pedro. En el año 2.000 Juan Pablo II donó unas reliquias de San Gregorio al Catolicós de la Iglesia armenia.

Hay una segunda parte de la exposición centrada en la dispersión de sus reliquias. San Gregorio está en Constantinopla, en Roma, en Nardò y muchos sitios más.”

Con esta muestra, la Embajada Armenia ante la Santa Sede no sólo celebra el legado de San Gregorio sino también un nuevo capítulo en las relaciones diplomáticas con el Vaticano. El pasado verano, envió a su primer embajador permanente. Es una conexión que, en cierto modo, se remonta a las raíces, a la evangelización y al legado de San Gregorio el Iluminador.

 

Romereports.com

Martirio de  San Fermín o Ferminio, obispo de Amiens y mártir

Originario de Pamplona, España, Fermín (o Firmino) nació en una familia pagana pero creció con un sacerdote que lo educó en el cristianismo. Evangelizador de Francia, se convirtió en obispo de Amiens y fue arrestado durante las persecuciones. Negándose a abjurar, fue martirizado entre 290 y 303.

 

Aunque en Pamplona, San Fermín es venerado el día 7 de julio, en Amiens se le venera el 25 de septiembre, fecha de su martirio.

De San Fermín obispo mártir poseemos las “Actas”, que según los bolandistas están datadas entre finales del siglo V a principios del VI, aunque poniendo “en cuarentena” algunos de los datos que en ella se dicen. Sin embargo, es necesario conocer los elementos principales de esta leyenda, ya que algunos episodios han servido como motivos de decoración escultórica en la propia iglesia catedral de Amiens.

Fermín sería originario de una noble familia hispana residente en lo que hoy es Pamplona, siendo hijo de Fermo y Eugenia que eran paganos pero que se convirtieron al cristianismo cuando San Saturnino de Tolosa estuvo predicando por aquella zona.

 

De Rowanwindwhistler - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=41262588

 

 

El hijo mayor, Fermín, fue puesto bajo la tutoría del sacerdote Honesto, quién lo bautizó y lo instruyó en la fe cristiana. Posteriormente, Honorato de Tolosa lo ordenó de sacerdote y posteriormente, de obispo. Y aquí aparece la primera contradicción, ya que en el elenco de los obispos de Tolosa no consta ningún Honorato.

Fermín se mantuvo en su ciudad natal – y de ahí nace la tradición que lo hace primer obispo de Pamplona -, y posteriormente se dedicó a evangelizar algunas regiones de las Galias, como Aquitania, Alvernia y otras del noreste francés. Dicen las actas que a pesar de la resistencia encontrada en los sacerdotes paganos, consiguió numerosísimas conversiones y como consecuencia de esto, fue arrestado por el gobernador romano Valerio, que lo golpeó con palos, pero que lo dejó en libertad.

Finalmente se estableció en “Samobriva Ambianorum” (la actual Amiens) donde durante algunos años siguió ejerciendo su labor apostólica, convirtiendo a muchas gentes del pueblo e incluso a algunos nobles, entre ellos al senador Faustiniano. Los magistrados Longulo y Sebastián lo hicieron encarcelar y lo invitaron a que abjurase de la fe, pero Fermín se mantuvo firme, por lo que los magistrados, a fin de no suscitar una rebelión popular, decidieron decapitarlo en secreto en la cárcel un 25 de septiembre.

Fermín tendría algo más de treinta años cuando murió y su cuerpo fue recuperado por Faustiniano, quién lo sepultó en la localidad de Abdalène, en el lugar donde hoy se erige una iglesia en honor de San Aqueolo.

 

 

Según estos datos, Fermín habría vivido en la segunda mitad del siglo III, por lo que algunos proponen como fecha del martirio el año 290, en tiempos de Diocleciano, pero antes de que Constancio Cloro gobernase en las Galias. Sin embargo esta fecha es un tanto problemática, ya que en ese año y en los siguientes no hubo persecuciones en las Galias, salvo que Fermín fuera víctima de la actuación de algún magistrado en concreto y no víctima de la aplicación de un edicto imperial.

La ciudad de Pamplona lo tiene como co-patrón junto a San Saturnino de Tolosa y en ella goza de un culto muy solemne y muy popular, del que por primera vez tenemos constancia en el año 1186, cuando el obispo Pedro II recibió desde Amiens reliquias de San Fermín, reliquias que aun se conservan y que son sacadas en procesión en su festividad del 7 de julio.

En el año 1217 ya tenía un altar dedicado en la catedral pamplonica y ya se celebraba su fiesta con una octava. En el 1332 se le compuso un Oficio litúrgico propio, que posteriormente fue desarrollado en los breviarios escritos en ese año y en los años 1383 y 1440.

El Papa Sixto V aprobó en el 1587 nueve lecciones propias para el Oficio de Maitines y su fiesta se celebraba el 10 de octubre; posteriormente, en el 1590 fue trasladada al 7 de julio, haciéndolo extensiva a toda España. El Papa Alejandro VII, el 14 de abril del 1657, declaró a San Fermín y a San Francisco Javier patronos principales de Navarra.

En la ciudad de Pamplona, actualmente sigue teniendo una capilla en la catedral y otra en la iglesia de San Lorenzo, que según la tradición, está construida en el solar que ocupaba la casa nativa del santo. Las fiestas de San Fermín en Pamplona son mundialmente conocidas y tienen un marcado carácter folklórico.

San Fermín figuraba en las letanías medievales de los santos. En Amiens, antiguamente, se le dedicaban cinco fiestas: el 13 de enero (la invención de las reliquias), el 25 de septiembre (el martirio), el 2 de octubre (la octava), el 10 de octubre (su llegada a Amiens) y el 16 de octubre (la reposición de sus reliquias). En el Medievo fue invocado como protector de los toneleros, de los mercaderes de vino y de los panaderos, y a él se recurría cuando se padecían las enfermedades del escorbuto y de la erisipela.

 

+info -  ¿Sabes quién era San Fermín?

 

 A finales del siglo II, más de 6 millones de personas vivían en las provincias romanas del norte de África

Dado el lento progreso de la romanización del norte de África, quizás sea sorprendente la rapidez con la que el cristianismo se extendió por la parte superior del continente. Desde la caída de Cartago en 146 a. C. hasta el gobierno del emperador Augusto (desde el 27 a. C.), África (o, más estrictamente hablando, África Vetus , 'África vieja'), como se conocía a la provincia romana , estuvo bajo el mando de un funcionario romano menor.

 

Pero, al igual que Egipto, África y sus vecinos Numidia y Mauritania (que estaban bajo el dominio de los reyes clientes), fueron reconocidos como posibles "cestas de pan" o graneros de trigo. Los romanos se sintieron atraídos por la disponibilidad de tierras para construir propiedades y riquezas, y durante el siglo I d. C., el norte de África fue fuertemente colonizado por Roma .

El emperador Augusto (63 a. C. - 14 d. C.)  añadió Egipto ( Aegyptus ) al imperio. Octaviano, como se le conocía entonces, había derrotado a Marco Antonio y había depuesto a la reina Cleopatra VII en el 30 a. C. para anexar lo que había sido el Reino Ptolemaico. En la época del emperador Claudio (10 a. C. - 45 d. C.) los canales se habían renovado y la agricultura estaba en auge gracias a la mejora del riego. El valle del Nilo alimentaba a Roma.

Bajo Augusto, las dos provincias de África , África Vetus ('África vieja') y África Nova ('Nueva África'), se fusionaron para formar África Proconsularis  (llamada así por estar gobernada por un procónsul romano).Durante los siguientes tres siglos y medio, Roma extendió su control sobre las regiones costeras del norte de África (incluidas las regiones costeras de los actuales Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos) e impuso una rígida estructura administrativa a los colonos romanos e indígenas: los pueblos bereberes, númidas, libios y egipcios.

Hacia el año 212 d.C., el Edicto de Caracalla (también conocido como Constitutio Antoniniana , 'Constitución de Antoninus') emitido, como era de esperar, por el emperador Caracalla, declaró que todos los hombres libres del Imperio Romano debían ser reconocidos como ciudadanos romanos (hasta entonces, los de las provincias, como se les conocía, no tenían derechos de ciudadanía).

 

Factores que influyeron en la difusión del cristianismo

La vida romana en el norte de África estaba muy concentrada en torno a los centros urbanos; a finales del siglo II, más de seis millones de personas vivían en las provincias romanas del norte de África, un tercio de las que vivían en las aproximadamente 500 ciudades y pueblos que se habían desarrollado .Ciudades como Cartago (ahora un suburbio de Túnez, Túnez), Utica, Hadrumetum (ahora Susa, Túnez), Hippo Regius (ahora Annaba, Argelia) tenían hasta 50.000 habitantes.

Alejandría considerada la segunda ciudad después de Roma, tenía 150.000 habitantes en el siglo III. La urbanización demostraría ser un factor clave en el desarrollo del cristianismo norteafricano. Fuera de las ciudades, la vida estuvo menos influenciada por la cultura romana. Los dioses tradicionales todavía eran adorados, como el Phonecian Ba'al Hammon (equivalente a Saturno) y Ba'al Tanit (una diosa de la fertilidad) en África Proconsuaris y las creencias del Antiguo Egipto de Isis, Osiris y Horus.

Hubo ecos de las religiones tradicionales en el cristianismo que también resultaron clave en la difusión de la nueva religión. El tercer factor clave en la expansión del cristianismo por el norte de África fue el resentimiento de la población hacia la administración romana, en particular la imposición de impuestos y la exigencia de que el emperador romano fuera adorado como un dios.

 

El Cristianismo llega al Norte de África

Después de la crucifixión, los discípulos se esparcieron por el mundo conocido para llevar la palabra de Dios y la historia de Jesús a la gente. San Marcos llegó a Egipto alrededor del año 42 d.C., San Felipe viajó hasta Cartago antes de dirigirse al este hacia Asia Menor, San Mateo visitó Etiopía (a través de Persia), al igual que San Bartolomé.

Entre las personas sometidas por la autoridad romana en el norte de África (Aegyptus, Cyrenaica, África, Numidia y Mauritania), el cristianismo se convirtió rápidamente en una religión en auge.

El Imperio Romano, por lo demás de "mentalidad abierta", no podía adoptar una actitud indiferente hacia el cristianismo; pronto siguió la persecución y la represión de la religión, lo que a su vez endureció a los conversos cristianos a su culto. El cristianismo estaba bien establecido en Alejandría a fines del siglo I d.C. A fines del siglo II, Cartago había producido un papa (Víctor I).

 

Alejandría como un centro temprano del Cristianismo

En los primeros años de la iglesia, especialmente después del Sitio de Jerusalén (70 EC), la ciudad egipcia de Alejandría se convirtió en un centro significativo (si no el más significativo) para el desarrollo del cristianismo. El discípulo y escritor del evangelio san Marcos estableció un obispado cuando estableció la Iglesia de Alejandría alrededor del año 49 EC, y hoy se honra a san Marcos como la persona que trajo el cristianismo a África.

Alejandría también fue el hogar de la  Septuaginta , una traducción griega del Antiguo Testamento que, según la tradición, fue creada por orden de Ptolomeo II para el uso de la gran población de judíos alejandrinos. Orígenes, director de la Escuela de Alejandría a principios del siglo III, también se destaca por compilar una compilación de seis traducciones del Antiguo Testamento: la  Hexapla. 

La Escuela Catequética de Alejandría fue fundada a fines del siglo II por Clemente de Alejandría como un centro para el estudio de la interpretación alegórica de la Biblia. Tenía una rivalidad mayoritariamente amistosa con la Escuela de Antioquía.

 

Primeros Mártires

Está registrado que en el año 180 d.C., doce cristianos de origen africano fueron martirizados en Scillium (pequeña población de Numidia, en el Africa proconsular romana) por negarse a realizar un sacrificio al emperador romano Cómodo (también conocido como Marco Aurelio Commodus Antoninus Augustus).

El registro más significativo de martirio cristiano, sin embargo, es el de marzo de 203, durante el reinado del emperador romano Septimio  Severo (145-211 d.C., gobernó 193-211), cuando Perpetua, un noble de 22 años, y Felicidad , esclava, fueron martirizados en Cartago (ahora un suburbio de Túnez, Túnez).

Los registros históricos, que provienen en parte de una narración que se cree que fue escrita por la propia Perpetua, describen en detalle la terrible experiencia que los llevó a la muerte en la arena: heridos por bestias y pasados ​​por la espada. La festividad de las Santas Felicidad y Perpetua se celebra el 7 de marzo.

El Latín como lengua del Cristianismo Occidental

Debido a que el norte de África estaba fuertemente bajo el dominio romano, el cristianismo se extendió por la región mediante el uso del latín en lugar del griego.

 Fue durante el reinado del emperador Cómodo (161-192 d.C., gobernó de 180 a 192) cuando se eligió el primero de los tres Papas 'africanos'. Víctor I, nacido en la provincia romana de  África  (ahora Túnez), fue Papa entre el 189 y el 198 d.C.Entre los logros de Víctor I se encuentra su respaldo a la celebración de la Pascua al domingo siguiente al 14 de Nisan (el primer mes del Calendario hebreo) y la introducción del latín como idioma oficial de la iglesia.

 

Padres de la Iglesia

Titus Flavius ​​Clemens (150-211 / 215 EC), también conocido como Clemente de Alejandría, fue un teólogo helenista y el primer presidente de la Escuela Catequética de Alejandría. En sus primeros años, viajó extensamente por el Mediterráneo y estudió a los filósofos griegos. Fue un cristiano intelectual que enseñó a varios líderes eclesiásticos y teológos notables (como Orígenes y Alejandro el obispo de Jerusalén).

Su obra más importante que ha sobrevivido es la trilogía  Protreptikos  ('Exhortación'),  Paidagogos  ('El Instructor') y  Stromateis  ('Misceláneas'). Clemente intentó mediar entre los gnósticos herejes y la iglesia cristiana ortodoxa y preparó el escenario para el desarrollo del monaquismo en Egipto a finales del siglo III.

Uno de los teólogos cristianos y eruditos bíblicos más importantes fue Oregenes Adamantius, también conocido como Orígenes (c.185-254 EC). Nacido en Alejandría, Orígenes es más conocido por su sinopsis de seis versiones diferentes del Antiguo Testamento, la  Hexapla. Orígenes fue un escritor prolífico y sucedió a Clemente de Alejandría como director de la Escuela de Alejandría.

 Tertuliano (c. 160 - c. 220 d. C.) fue otro cristiano prolífico. Nacido en Cartago , un centro cultural muy influenciado por la autoridad romana, Tertuliano es el primer autor cristiano en escribir extensamente en latín, por lo que fue conocido como el "padre de la teología occidental".

Se dice que sentó las bases sobre las que se basa la teología cristiana occidental. Tertuliano se convirtió al cristianismo en Roma a los veinte años, pero no fue hasta su regreso a Cartago que se reconocieron sus fortalezas como maestro y defensor de las creencias cristianas.

 La fecha de su muerte es desconocida, pero sus últimos escritos datan del 220 d.C.

 

+ info -

El auge del cristianismo en el imperio romano – La expansión de la Iglesia primitiva

 

 

“Sine dominico non possumus”

 

 

En Abitina, pequeña localidad de la actual Túnez, 49 cristianos fueron sorprendidos un domingo mientras, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía desafiando así las prohibiciones imperiales.

 

Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino. Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador?

Respondió: “Sine dominico non possumus”; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir.

Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado.

(Benedicto XVI Homilía, Bari, 29-V-05)

 

+ info -

La celebración de la Eucaristía en la Iglesia primitiva

 

Este era el aspecto del emperador Nerón, quien inició la persecución que llevó a San Pedro al martirio

Este es Trajano, el emperador-soldado que llevó más lejos las fronteras del Imperio. Y este es Marco Aurelio, el filósofo

El artista canadiense Daniel Voshart ha aplicado las últimas tecnologías a estatuas de los emperadores para reconstruir su rostro. Explica que el inicio de este proyecto fue el coronavirus.

 

DANIEL VOSHART
Artista
“Me puse a trabajar en esto porque en Canadá el coronavirus llevó a muchos despidos. Trabajo en la industria del cine y puesto que no se podían hacer grabaciones tuve mucho tiempo libre y me dediqué el tiempo a aprender a manejar programas de ordenador”.

Daniel lo considera un trabajo más artístico que científico, aunque para realizarlo consultó cientos de fuentes históricas.

Se trata de una aproximación a la realidad en la que, además, tuvo que tomarse algunas libertades como decidir el color de los ojos o el pelo.

También tuvo que hacer cambios después de consultar a expertos.

DANIEL VOSHART
Artista
“Recibí sobre todo críticas positivas, pero también negativas. Algunas de ellas muy precisas al señalarme que estaba mal informado. Así que para la segunda versión hablé con expertos o personas que sabían sobre emperadores”.

Daniel ha recreado 54 rostros de emperadores romanos. Son los que gobernaron entre el 27 antes de Cristo y el año 285. Ellos fueron entonces los hombres más poderosos del planeta. Son los rostros de personas cuyas decisiones marcaron el futuro de Occidente.

Javier Romero

Rome Reports

 

Se le atribuye la difusión del cristianismo en Etiopía

A Santa Efigenia, virgen, la Iglesia la recuerda el 21 de septiembre junto a san Mateo, que fue quien la convirtió a la religión cristiana.

 

Santa Efigenia era hija de los reyes Egipo y Eufenisa de Etiopía. Hay pocas noticias sobre su vida. Se sabe que ocho años después del día de la Ascensión de Jesús, el Apóstol Mateo y otros discípulos quisieron llevar el Evangelio a Etiopía, pero no fueron bien acogidos por los habitantes.

Sólo la princesa Efigenia comprendió la idea de un único Dios, rechazando el paganismo.

Evangelizadora de su pueblo

Al difundirse el cristianismo, los jefes paganos, muy influyentes en la comunidad, decidieron ofrecer a Efigenia en sacrificio. La Santa esperaba este trágico momento consagrándose a Dios, único Creador. Mientras se preparaba la hoguera, escuchaba las palabras de aliento de San Mateo, quien le animaba a sentir el amor de Dios en su corazón.

Cuando las llamas crecieron, Santa Efigenia levantó la voz invocando el Nombre de Jesús. Los testimonios cuentan que un ángel bajó del cielo arrancando a Efigenia de las manos de sus enemigos. Una vez a salvo, multiplicó sus esfuerzos por la conversión al cristianismo de todo su pueblo.

 

Protectora contra los incendios

La Santa encontró muchas resistencias, entre ellas la de Hirtaco. Éste habló con Mateo para que convenciera a Efigenia a casarse con él. Mateo rechazó su petición, y así -según reconstrucciones poco atendibles- marcó su camino hacia la muerte por martirio.

Efigenia y su hermano Efronio se salvaron de un gran incendio provocado por Hirtaco, y gracias a la ayuda del Señor, sobrevivieron, mientras que Hirtaco escapó. El pueblo proclamó rey al hermano de Efigenia, que gobernó 70 años en paz.

Cuando llegó el momento de la muerte de Efigenia, la Santa recibió los Sacramentos y esperó el momento en paz y serenidad. La Santa Efigenia es considerada la “liberadora de Etiopía” y se le invoca como protectora contra los incendios. De hecho, en casi todas sus representaciones aparece llevando en una de sus manos una casa o una iglesia en llamas.

 

 

San Jenaro Mártir

La tradición refiere que reconocido San Jenaro como obispo, cuando iba a prestar su ayuda a los cristianos prisioneros, fue apresado por los soldados y luego también encarcelado. Condenados todos a la última pena, San Jenaro y sus compañeros fueron arrojados a un horno encendido; pero las llamas milagrosamente les dejaron ilesos.

Obispo de Benevento, sufrió el martirio hacia el año 305 en la persecución de Diocleciano, juntamente con los diáconos Sosio, Próculo y Festo, el lector Desiderio y los cristianos Eutiquio y Acucio. Sus reliquias reposan en la capilla a él dedicada en la catedral de Nápoles.

Si no hay más datos rigurosamente históricos que los indicados, sin embargo, la leyenda y la tradición popular, siempre con ese pequeño núcleo de verdad transformada, nos han dejado otras noticias acerca de la vida del insigne mártir, cuya actividad más que terrena quiso Dios que fuera celestial.

La devoción del pueblo le exaltó y su acción protectora no ha dejado de sentirse, especialmente en la vida y lúcida ciudad de Nápoles que ha encontrado en la sangre de San Jenaro el símbolo de su vida cristiana. La historia de la ciudad mediterránea es la historia de la devoción a esa sangre que cada año selicúa y que fue derramada por mantener la fidelidad a Cristo.

Vida

La tradición refiere que reconocido San Jenaro como obispo, cuando iba a prestar su ayuda a los cristianos prisioneros, fue apresado por los soldados y luego también encarcelado. Condenados todos a la última pena, San Jenaro y sus compañeros fueron arrojados a un horno encendido; pero las llamas milagrosamente les dejaron ilesos. Enfurecido el juez los condenó a ser devorados por las fieras en el anfiteatro de Puteoli, hoy Pozzuoli; pero nuevamente salieron ilesos, ya que las feroces bestias se volvieron mansas y no los atacaron. Finalmente, el juez ordenó que fueran degollados.

La noche siguiente a su martirio, San Jenaro se apareció a un anciano y le entregó el lienzo ensangrentado con que taparon sus ojos antes de segar su cuello. Los cristianos, según su costumbre, recogieron un poco de sangre de los mártires en unas anforitas de cristal.

El cuerpo de San Jenaro fue enterrado en Pozzuoli y más tarde trasladado a Nápoles a unas catacumbas que pronto recibieron el nombre del Santo. Hay pruebas arqueológicas de una antiquísima devoción a San Jenaro en estas catacumbas: se trata de una pintura del Siglo V que representa al Santo con ornamentos pontificales y un nimbo sobre su cabeza con el anagrama de Cristo y esta inscripción Sancto lanuario (a San Jenaro).

A ambos lados del obispo mártir se pueden ver dos figuras, una adulta y otra niña con los brazos en alto y actitud orante. De las catacumbas de Nápoles las reliquias de San Jenaro fueron trasladadas, en el Siglo IX, a la ciudad de Benevento y luego a Montevergine, para volver definitivamente otra vez a la ciudad del Vesubio en 1497 y ser colocadas en la catedral.

Devoción

No interrumpió estos siglos de ausencia la devoción de los napolitanos a San Jenaro, ni la de los pueblos de la Campania. Él seguía su acción protectora sobre aquellos hombres que, con fe sencilla, le buscaban en sus necesidades.

Así ocurrió en 1527, cuando la peste asoló la región, quedando Nápoles exenta de tan terrible azote. Vuelve a repetirse esta protección extraordinaria sobre la ciudad en tiempos más próximos a los nuestros, cuando en 1884 queda libre de la acción devastadora de una epidemia de cólera que hizo verdaderos estragos en las regiones circunvecinas.

Si estas calamidades públicas y la protección del Santo están vivas en la devoción del pueblo, más aún lo está aquella otra en la que Nápoles fue librada de la ruina total por efecto de la gran erupción del Vesubio, acaecida el 1631, y que tuvo tres días de duración, salvándose la ciudad en medio de los gravísimos daños causados a muchas poblaciones vecinas.

 

Relicario de San Jenaro (Catedral de Nápoles)

 

El hecho más importante acerca de San Jenarpo es el de la licuefacción de su sangre. Ya ha quedado anotado más arriba, cómo los cristianos recogieron, en unas pequeñas ampollas de cristal, sangre del Santo mártir, que a través de los siglos se conservó celosamente.

Todos los años esta sangre, ordinariamente en estado sólido, se vuelve líquida con su propio color de un rojo vivo el día de la fiesta del Santo y en otros días señalados. Estas ampollas de cristal se conservan hoy en la catedral de Nápoles, dentro de una teca de metal con dos cristales transparentes que asemeja a una custodia en formade sol.

Este prodigioso hecho de la licuefacción tiene lugar en la presencia del clero catedralicio y de los devotos que prorrumpen en aclamaciones de entusiasmo. Esta sangre pasa al estado líquido, cambiando de color, de volumen y de peso, hasta llegar al doble y sin guardar proporción constante en el uno y el otro. El grado de temperatura ambiente se ha demostrado que no tiene relación alguna con el fenómeno.

Modernamente este extraordinario hecho se ha convertido en objeto de polémica acerca de la verdadera naturaleza. Para unos el fenómeno es totalmente sobrenatural y milagroso. Para otros es natural y de lo que se trata es de hallar la verdadera explicación.

Unas veinte hipótesis distintas han dado los estudiosos para explicar el prodigio como un fenómeno natural. Algunas de ellas, incluso se deben a autores católicos. Sin embargo, la totalidad de los fenómenos que acaecen en la licuefacción no parece que quedan satisfactoriamente esclarecidos con los datos que aducen los autores. Tampoco encuentra explicación natural el hecho de que el prodigio no pueda ser reproducido fuera de los días señalados.

En 1902 el contenido de las ampollas se sometió a un examen espectroscópico, realizado por el científico Sperindeo. El resultado fue que se trata de verdadera sangre humana. La festividad de San Jenaro y compañeros mártires se celebra el19 de septiembre.

FIDEL G. CUÉLLAR (GER)

BIBL.: Acta Sanct. sept. VI, p. 761; D. MALLARDO, S. G. e compagni martiri nei piú antichi test¡ e monumenti, Nápoles 1940; G. SPERINDEO, 11 miracolo di San Gennaro, 3 ed. Nápoles 1908; P. SILVA, 11 miracolo di San Gennaro, 4 ed. Roma 1916.

 

 

La Iglesia necesita hoy mujeres santas,  señala el Papa

 

Mística, teóloga y música alemana de la Edad Media

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 8 de septiembre de 2010

Benedicto XVI constató que la Iglesia necesita en estos momentos mujeres santas, así como la contribución de teólogas, al recordar la figura de santa Hildegarda de Bingen, mística, teóloga, y música alemana de la Edad Media.

Continuando en la audiencia general por segunda semana consecutiva con el recuerdo de esa mujer excepcional, que se convirtió en consejera espiritual de los grandes de su época y de comunidades religiosas , el pontífice alentó a las teólogas a ofrecer a la Iglesia la contribución propia de su sensibilidad.

"Invoquemos siempre al Espíritu Santo para que suscite en la Iglesia mujeres santas y valientes, como santa Hildegarda de Bingen, que apreciando los dones recibidos de Dios, aporten su preciosa y peculiar contribución para el crecimiento espiritual de nuestras comunidades y de la Iglesia en nuestro tiempo", deseó el pontífice en el encuentro con los peregrinos.

Al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI, en el segundo episodio de una nueva serie de catequesis que ofrecerá sobre grandes mujeres de la historia de la Iglesia, el Santo Padre hizo un repaso de las visiones místicas de esa abadesa y escritora, fallecida en 1179.

Santa Hildegarda
"Con los rasgos característicos de la sensibilidad femenina, Hildegarda, en la parte central de su obra, desarrolla el tema del matrimonio místico entre Dios y la humanidad realizado en la Encarnación. En el árbol de la Cruz se realizan las bodas del Hijo de Dios con la Iglesia, su esposa, llena de gracias y que ha recibido la gracia de ser capaz de dar a Dios nuevos hijos, en el amor del Espíritu Santo", evocó.

"Vemos ya cómo también la teología puede recibir una contribución peculiar de las mujeres, porque son capaces de hablar de Dios y de los misterios de la fe con su inteligencia y sensibilidad propias", aseguró el Papa teólogo.

Y añadió: "Aliento por este motivo a todas aquellas que desempeñan este servicio a realizarlo con profundo espíritu eclesial, alimentando la propia reflexión con la oración y teniendo en cuenta la gran riqueza, aún en parte inexplorada, de la tradición mística medieval, sobre todo la representada por modelos luminosos, como Hildegarda de Bingen".

Por último, el Papa recordó la labor de Hildegarda ante la corriente herética de los cátaros, su nombre quería decir "puros", que "propugnaban una reforma radical de la Iglesia, sobre todo para combatir los abusos del clero".

"Ella les reprendió con fuerza por querer subvertir la naturaleza misma de la Iglesia, recordándoles que una verdadera renovación de la comunidad eclesial no se consigue tanto con el cambio de las estructuras, como con un sincero espíritu de penitencia y un camino de conversión. Este es un mensaje que nunca debemos olvidar", remachó.

 

 

  Vídeo: Romereports

Ver texto completo


Es una pieza de plomo grabada con iconografía religiosa encontrada en restos de una iglesia

 

Los arqueólogos han desenterrado una copa del siglo V grabada con símbolos de la iconografía cristiana primitiva mientras excavaban una iglesia en ruinas del siglo V en Northumberland, en el norte de Inglaterra.

 

Según una declaración de Vindolanda Charitable Trust, la copa de plomo o cáliz se recuperó en 14 fragmentos del fuerte romano de Vindolanda cerca del Muro de Adriano, una barrera de piedra de 73 millas construida alrededor del 122 d.C. para identificarel borde del Imperio Romano.

Aunque en mal estado, los símbolos identificados en la copa incluyen un chi-rho (o monograma que se dice que representa a Jesucristo), un obispo feliz, barcos, una congregación, un pez y una ballena. Además, las letras latinas, griegas y potencialmente Ogam, una escritura medieval temprana, aparecen junto a los dibujos.

 

 

 


Cristianismo primitivo en Europa

“La combinación de tantos de estos grabados y el contexto del descubrimiento hace que este artefacto sea uno de los más importantes de su tipo provenientes del cristianismo primitivo en Europa Occidental”, se lee en el comunicado.

“Es el único cáliz parcial sobreviviente de este período en Gran Bretaña y el primer artefacto de este tipo que proviene de un fuerte en el Muro de Adriano”.

Andrew Birley, director de excavaciones de Vindolanda, dijo al Independent que las inscripciones pueden haber transmitido historias cristianas en un momento en que las biblias eran difíciles de adquirir.

“Hasta ahora, cuando encontramos grabados en piedras en iglesias o en pisos de mosaico, a menos que sean una parte integral de la estructura, hemos pensado que son ‘grafitis’ dejados por adoradores o el equivalente al cristiano primitivo de Banksy, pero este artefacto cambia bastante la narrativa”, dijo.

 

 

Objeto sagrado

“Los grabados no son un acto al azar, y un cáliz es un objeto cristiano sagrado. Es el único artefacto portátil de este período que aún se ha encontrado y que está adornado con “grafitis” o grabados”.

“Los símbolos son una especie de código cristiano, mecanismos mediante los cuales los cristianos podrían identificarse y contarse las historias entre sí. Recuerde que esto fue mucho antes de que algo como la Biblia hubiera estado disponible comúnmente”.

Estudiar el cáliz, dijo, podría ayudar a revelar “lo que era importante para las congregaciones hace casi 1.500 años y justo después de la caída de la Gran Bretaña romana”.

El cáliz está siendo examinado por el Dr. David Petts, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham. Dijo que la copa tiene el potencial de “decirnos mucho sobre el desarrollo del cristianismo primitivo al comienzo del período medieval”.

“Este es un hallazgo realmente emocionante de un período poco comprendido en la historia de Gran Bretaña”, dijo. “Sus aparentes conexiones con la iglesia cristiana primitiva son increíblemente importantes, y este curioso recipiente es único en un contexto británico”.

La excavación también descubrió los cimientos de una iglesia importante del siglo V o VI, lo suficientemente grande para unos 60 feligreses, según The Guardian.

La iglesia se derrumbó, el cáliz se selló de manera segura bajo los escombros “quizás en una ceremonia que marca el final de la iglesia”, señala el medio.

“Ser capaz de demostrar que tienes una iglesia del siglo V o VI es difícil a menos que encuentres material asociado dentro de ella”, dijo Birley.

 

Expansión del cristianismo

“Lo realmente importante de este cáliz es que es un artefacto cristiano definido. Nos ayuda a reevaluar los otros edificios similares en el Muro de Adriano del mismo período, que tienen características similares, pero no tienen artefactos conservados “.

Birley también le dijo a BBC News que encontrar “un cáliz cubierto de símbolos cristianos” ofrece una oportunidad para una mayor comprensión de la expansión del cristianismo en la región.

“Se han localizado muchas estructuras de iglesias potenciales de este período, pero sin los artefactos cristianos que respaldan eso, no se podrían probar más allá de toda duda”, dijo.

Los descubrimientos anteriores en el fuerte incluyeron un juego de mesa y un trozo de cuero cortado en forma de ratón, según The Smithsonian.

 

vindolanda.com

 

 

"Una espada traspasará tu alma"

Se puede decir que, desde el principio del cristianismo, la espada que atravesó el alma de María –según las palabras de Simeón (Lc. 2,35)– ha provocado compasión tierna de los buenos cristianos. Y es que, al recordar la pasión del Redentor, los hijos de la Iglesia no podían menos de asociar al dolor del Hijo de Dios los sufrimientos de su benditísima Madre.

En el siglo XVII se dio principio a la celebración litúrgica de dos fiestas dedicadas a los Siete Dolores, una el viernes después del Domingo de Pasión, llamado Viernes de Dolores, y otra el tercer domingo de septiembre. La primera fue extendida a toda la Iglesia, en 1472, por el papa Benedicto XIII; y la segunda en 1814, por Pío VII, en memoria de la cautividad sufrida por él en tiempos de Napoleón. Esta segunda fiesta se fijó definitivamente para el 15 de septiembre.

La fiesta de este día hace alusión a siete dolores de la Virgen, sin especificar cuáles fueron éstos. Lo del número no tiene importancia y manifiesta una influencia bíblica, ya que en la Sagrada Escritura es frecuente el uso del número siete para significar la indeterminación y, con más frecuencia tal vez, la universalidad. Según esto, conmemorar los Siete Dolores de la Virgen equivaldría a celebrar todo el inmenso dolor de la Madre de Dios a través de su vida terrena. De todos modos, la piedad cristiana suele referir los dolores de la Virgen a los siete hechos siguientes: 1º la profecía de Simeón; 2º la huida a Egipto; 3º la pérdida de Jesús en Jerusalén, a los 12 años; 4º el encuentro de María con su Hijo en la calle de la Amargura; 5º la agonía y la muerte de Jesús en la cruz; 6º el descendimiento de la cruz; y 7º la sepultura del cuerpo del Señor y la soledad de la Virgen.

Sin duda que la piedad cristiana ha sabido acertar al resumir en esos siete hechos-clave los momentos más agudos del dolor de María. Porque, ¿no es cierto que son como hitos que señalan la trayectoria ascendente de los insondables sufrimientos de la Madre de Dios? En efecto, si las enigmáticas palabras de Simeón (He aquí que éste está destinado para caída y resurrección de muchos en Israel, y para signo de contradicción, y una espada atravesará tu misma alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones (Lc. 2, 34-35), tuvieron que entristecer el semblante de María, ¿que no habremos de pensar que ocurriría en la huida a Egipto, ¡Su hijo, tan tierno, arrojado por el vendaval del odio a tierras lejanas! Y, en cuanto a la pérdida de Jesús en Jerusalén, a los doce años, ¿quien es capaz de profundizar en el abismo de incertidumbre y en la agonía de una Madre privada de su Hijo?

Pero donde los dolores de la Virgen rebasaron toda medida fue en el drama del Calvario y, especialmente, al pie de la Cruz. Detengámonos en su contemplación con el alma transida de compasión amorosa, como hacían los santos.

Entre los personajes que asistieron de cerca a la tragedia del Gólgota destaca la figura de la Virgen. De su presencia en el Calvario nos habla San Juan en su Evangelio con palabras sencillas pero impregnadas de un intenso dramatismo: Estaban en pie, dice, junto a la Cruz de Jesús su Madre y la hermana de su Madre, María de Cleofás, y María Magdalena... Podemos representarnos la escena sin necesidad de hacer grandes esfuerzos de imaginación: Jesús acaba de recorrer las calles de Jerusalén con su cruz a cuestas. Durante el lúgubre desfile, el populacho le ha injuriado y escarnecido o, cuando menos, ha contemplado su paso con estupor y desconcierto. Porque, ¿no era Aquél el que hacía unos días había entrado en la ciudad santa en medio de aclamaciones? ¿No tendrían razón los escribas y fariseos al decir que era un vulgar impostor y un blasfemo?

Jesús, según asegura la tradición, se encontró con su Madre bendita en la calle que el pueblo cristiano llamó "de la amargura". ¿Qué se dirían con la mirada el Hijo y la Madre? Tal vez sólo las madres que tienen la inmensa desdicha de asistir a sus hijos antes de ser ajusticiados pueden sospechar algo de lo que pasaría por el alma de la Virgen.

Pero la comitiva siguió avanzando. Y después de muchos tropezones e incluso caídas de los que llevaban sudorosos sus cruces, y entre ellos iba como un vulgar facineroso Jesús, llegaron al Calvario. La Virgen caminó también, deshecha en el dolor, en pos de su Hijo. Era el primero y el más sublime de los Viacrucis.

Ya está en el lugar de la crucifixión. Es Él. Los sayones le quitan sus vestiduras. La Virgen contemplaría aquella túnica inconsútil que con tanto cariño había tejido para su Hijo...

Unos momentos después suenan unos martillazos terribles. En un remolino instantáneo de recuerdos desfilarían ante la Virgen las escenas de Belén y de Nazaret, cuando las manecitas de su Niño le acariciaban con perfume de azucenas o le traían virutas para encender el fuego... Pero todo aquello quedaba muy lejos. Ahora tenía ante sí la realidad brutal de los pecados de los hombres horadando aquellas sacratísimas manos, pródigas en repartir beneficios.

Unos momentos más, y la cruz, su Hijo hecho cruz, era levantada entre el cielo y la tierra. En medio del clamor confuso de la multitud, María escucharía el respirar fatigoso y jadeante de su Hijo, puesto en el mayor de los suplicios. ¡Ella que había recogido su primer aliento en el pesebre de Belén y había arrimado tantas veces su virginal rostro al corazón de su Niño Jesús, palpitante de vida!

Las tres horas que siguieron, mientras Jesús derramaba gota a gota por la salud del mundo la sangre que un día recibiera de María, fueron las más sagradas de la historia del mundo. Y, si hasta las piedras se abrieron, como señala elEvangelio, ante el dolor del Hijo y de la Madre, ¿cómo podremosnosotros, los causantes de aquella "divina catástrofe" (como dice la liturgia), permanecer indiferentes en la contemplación de este divino espectáculo? Eia, Mater, fons amoris, me sentire vim doloris faic, ut tecum lugeam. (¡Ea! Madre, fuente de amor, hazme sentir la fuerza de tu dolor, para que llore contigo). Así exclama el autor del Stabat Mater. Y es que se necesita que la gracia sobrenatural aúpe y levante el corazón humano para que pueda siquiera rastrear la intensidad de los sufrimientos de Cristo y de su Madre.

Jesús, pues, como anota San Juan, habiendo visto a su Madre y al discípulo amado, exclamó: "Madre, ahí tienes a tu hijo". Y en seguida, dirigiéndose al discípulo: "Ahí tienes a tu Madre" (lo. 19, 26). Fueron las únicas palabras que, según narra el Evangelio, dirigió Jesús a María en su agonía. Estas palabras, en su sentido literal, se refieren sin duda a San Juan, a quien encomienda a su Madre, que iba a quedar sola en el mundo. Pero, en el sentido que los exegetas llaman supraliteral y plenior (más completo), significaban que Juan, es decir, el género humano, a quien el apóstol representaba en aquellos momentos, pasaba a ser hijo de la Santísima Virgen. Esta es la interpretación que dan los Santos Padres y escritores eclesiásticos y que la Iglesia siempre ha aceptado.

Es cierto que la Virgen creía firmísimamente en la resurrección de su Hijo; pero esta creencia, como observa San Bernardo, en nada se opone a los sufrimientos agudísimos ante la pasión de su Hijo; lo mismo que Éste pudo sufrir y sufrió, aun sabiendo que había de resucitar.

Jesús, dice el Evangelio, dando una gran voz, exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". E inclinando su cabeza expiró".

María, que había dado el "sí" a la encarnación, que al pie de la cruz aceptó el ser nuestra Corredentora, se unió a la entrega de su Hijo y le ofreció al Padre como la única Hostia propiciatoria por nuestros pecados.

Que la Virgen Dolorosa nos infunda horror al pecado y marque nuestras almas con el imborrable sello del amor. El Amor, he ahí el secreto de la íntima tragedia que acabamos de contemplar.

Porque todo tiene su origen en aquello, que tan profundamente se grabó a San Juan, espectador excepcional de todo este drama: "De tal manera amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo Unigénito" (lo. 3, 16).

FAUSTINO MARTÍNEZ GOÑI.

magnifiercrosschevron-down