Es una antigua tradición en la Iglesia preparar la fiesta de San José, el 19 de marzo, con la contemplación de los dolores y gozos del Santo Patriarca durante los siete domingos anteriores a su fiesta.
DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ
De la mano de san José iremos contemplando los dolores: aquellos momentos en los que tuvo que pasar las pruebas que el Señor le tenía preparadas, los momentos que se entregó de forma plena al querer de Dios, aun sin comprender del todo lo que tenía guardado para él.
También iremos meditando los gozos desan José: la alegría y la felicidad de compartir su vida junto a su esposa, la Santísima Virgen y el Niño. El gozo de saberse en las manos de un Dios que le había escogido para tan gran tarea.
A continuación puedes ir viendo algunos textos para meditar sobre los Dolores y Gozos de San José.
¡Oh feliz Varón, bienaventurado José! A quién le fue concedido no sólo ver y oir al Hijo de Dios, a quién muchos quisieron ver y no vieron , oir y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo.
V: Rogad por nosotros bienaventurado San José. R: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amen.
FINAL (para todos los días):
Acordaos Oh purísimo Esposo de María, oh dulce protector mío San José, que jamás se oyó decir que haya dejado de ser consolado uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro auxilio. Con esta confianza vengo a vuestra presencia y me encomiendo a Vos fervorosamente, oh padre nutricio del Redentor. No desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas piadosamente. Amén.
Oración: Oh Dios, que por providencia inefable os dignasteis escoger al bienaventurado José para esposo de vuestra Santísima Madre: os suplicamos nos concedáis la gracia de que, venerándole en la tierra como a nuestro protector, merezcamos tenerle por intercesor en los cielos. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria, por las intenciones del Papa.
El estanque de Siloé - Un sitio cristiano identificado por arqueólogos
El estanque de Siloé se ha considerado durante mucho tiempo un sitio cristiano sagrado, incluso si la identificación correcta del sitio en sí era incierta. Según el Evangelio de Juan, fue en el estanque de Siloé donde Jesús sanó al ciego (Juan 9: 1-11).
Tradicionalmente, el sitio cristiano del estanque de Siloé era el estanque y la iglesia que fueron construidos por la emperatriz bizantina Eudocia (c. 400-460 d. C.) para conmemorar el milagro narrado en el Nuevo Testamento junto a la iglesia de Santa Ana. Sin embargo, la ubicación exacta del estanque original tal como existía durante la época de Jesús siguió siendo un misterio hasta junio de 2004.
En 2004, los restos escalonados del antiguo estanque de Siloé, que durante mucho tiempo se pensó que se encontraron en otro lugar, fueron descubiertos cerca de la Ciudad de David. Según el Evangelio de Juan, fue en este lugar donde Jesús curó al ciego.
Durante los trabajos de construcción para reparar una gran tubería de agua al sur del Monte del Templo de Jerusalén , en el extremo sur de la cresta conocida como la Ciudad de David, los arqueólogos Ronny Reich y Eli Shukron identificaron dos escalones de piedra antiguos.
Una excavación adicional evidenció que eran parte de una piscina monumental del período del Segundo Templo, el período en el que vivió Jesús . La estructura que descubrieron Reich y Shukron tenía 225 pies de largo, con esquinas que son un poco más de 90 grados, lo que indica una forma trapezoidal, con el extremo ensanchado orientado hacia el valle de Tyropoeon.
El estanque de Siloé se encuentra junto al área de la antigua Ciudad de David conocida como el Jardín del Rey y está justo al sureste de los restos de la iglesia y el estanque del siglo V que tradicionalmente se cree que es el sitio sagrado cristiano.
Representación artística del estanque de Siloé, Imagen: Jason Clarke.
¿Cuál era la función del estanque de Siloé durante la época de Jesús?
Debido a que la piscina es alimentada por aguas del manantial Gihon, ubicado en el valle de Kidron, el agua de manantial que fluye normalmente habría calificado la piscina para su uso como mikveh para el baño ritual. Sin embargo, también podría haber sido una importante fuente de agua dulce para los habitantes de esa parte de la ciudad. Un erudito incluso sugirió que era una piscina de estilo romano.
Cualquiera que sea su propósito original, el estanque de Siloé donde Jesús sanó al ciego es un sitio cristiano importante, y su descubrimiento representa un momento decisivo en el campo de la arqueología bíblica.
Como ocurre con muchos sitios en Tierra Santa, los orígenes del estanque de Siloé se remontan aún más atrás en la historia, al menos siete siglos antes de la época de Jesús. El rey Ezequías de Judá (finales del siglo VIII a. C.) anticipó correctamente un sitio contra Jerusalén por parte del monarca asirio Senaquerib.
Obtenga más información sobre el túnel de Ezequías, incluidos el túnel de agua su construcción, en "El túnel de Ezequías".
Para proteger el suministro de agua de la ciudad durante el asedio, Ezequías emprendió un proyecto de ingeniería estratégica que sería una hazaña impresionante en cualquier época: ordenó la excavación de un túnel de 1,750 pies debajo de la Ciudad de David para traer agua del manantial de Gihon, que colóquese fuera de la muralla de la ciudad, dentro de la ciudad hasta una piscina en el lado opuesto de la cresta.
En los años que siguieron, el “Túnel de Ezequías” continuará llevando agua fresca a esta sección de Jerusalén, y se construyeron diferentes estanques aquí a lo largo de los siglos, incluido el estanque del Segundo Templo que Jesús conocía.
Abraham fue hijo de Terá en la genealogía judía de Noé, su familia moraba en Ur de Caldea, y eran todos idólatras. Con el paso del tiempo los descendientes de Noé, habían dado la espalda a Yahvé, hasta que llamó a Abraham, le ordenó desplazarse a la ciudad de Salem, hoy Jerusalén, y ponerse a las órdenes de Melquisedec, rey y sumo sacerdote de la comunidad judía establecida en esa ciudad.
Fue el primero de los patriarcas postdiluvianos, de judíos, cristianos y musulmanes, padre de Ismael, Isaac, Madián y de muchos otros hijos que dieron origen a varias comunidades orientales. Nació en Ur situada en Caldea, cerca a la desembocadura del río Éufrates y murió y fue enterrado en Hebrón. En Ur se casó con Sara.
Abraham contaba con 75 años de edad cuando recibió la orden de Yahvé de dejar la nación idólatra a la que pertenecían sus antepasados, su familia y la casa de su padre. Tenía que dirigirse a la tierra de Canaán.
A cambio Yahvé le prometió que él y su descendencia serian benditos: Los que les bendijeran serían benditos, y malditos los que les maldijeran.
Salió de la ciudad de Ur con su padre y su sobrino Lot, y permaneció varios años en Harán, hasta la muerte de su padre. Desde Harán emigró con Sara y Lot, sus seguidores y rebaños, hasta Siquem, región de Canaán, donde Yahvé dio tierra a él y a su descendencia.
De Harán a Canaán había la ruta de Damasco, que muy posiblemente tomó Abraham al dirigirse al sur.
Durante los primeros diez años de sus peregrinaciones en Canaán, Abraham levantó sus tiendas en Siquem. Allí edificó un altar a Yahvé. Pasó después a Bet-el, donde erigió otro altar, también en nombre de Yahvé.
Tras un período pasado en Egipto, Abraham, Sara su esposa, y su sobrino Lot, fueron expulsados de Gerar, y regresaron a Bet-el en Canaán. Allí vivieron durante algún tiempo. Debido al gran incremento de sus riquezas en ganado, surgieron riñas entre sus pastores y los de Lot, por lo que decidieron separarse.
Abraham cedió a Lot el derecho de elegir a dónde dirigirse, y éste se decidió por la fértil tierra al este del río Jordán y cerca de Sodoma y Gomorra. Abraham entonces se estableció en el encinar de Mambre, en Hebrón.
Yahvé prometió que le daría toda la tierra que alcanzara a ver, a él y a su descendencia. Abraham vivió en Mambre al menos 15 años.
Un paseo por la ciudad de Abraham
Hebrón es una desconocida joya histórica en el corazón de un viejo conflicto. Su declaración como patrimonio de la humanidad por la Unesco da brillo a una urbe de piedra caliza
La antigua Hebrón es una desconocida joya de la historia. Ciudad abierta que nunca fue amurallada, santuario milenario para las tres religiones monoteístas, inmemorial etapa de caravanas comerciales. Pocos conocen los secretos que se esconden entre el dédalo de callejuelas que parten de la mezquita de Ibrahim, para el islam, o Cueva de los Patriarcas, para el judaísmo.
Centro de peregrinación ante las veneradas tumbas de Abraham, Isaac y Jacob —y de sus respectivas esposas Sara, Rebeca y Lea—, de acuerdo a la tradición del Antiguo Testamento. La declaración del casco histórico de Hebrón como Patrimonio de la Humanidad en peligro, adoptada por la Unesco el 7 de julio, sacudió como un tsunami los vetustos cimientos de la mayor ciudad de Cisjordania.
La Presentación del Señor en el Templo y la Purificación de la Virgen María
Después de la circuncisión había que cumplir dos ceremonias, según lo dispuesto: la madre debía purificarse de la impureza legal contraída; y el hijo primogénito debía ser presentado, entregado, al Señor y después rescatado.
Emprendieron el camino hacia Jerusalén. Desde Belén, el viaje de ida y vuelta se hacía con comodidad en una jornada.
La Virgen, acompañada de San José y llevando a Jesús en sus brazos, se presentó en el Temploconfundida entre el resto de las mujeres, como una más. Se cumple la antigua profecía: Vendrá el Deseado de todas las gentes y henchirá de gloria este templo.
PURIFICACIÓN DE MARÍA
La Ley de Moisés prescribía en primer lugar la purificación de la madre de una impureza legal que la impedía tocar cualquier objeto sagrado o entrar en un lugar de culto.
En virtud de esta ley, cuarenta u ochenta días después del alumbramiento, según se tratase de un hijo o de una hija, estaban obligadas las madres a presentarse en el Templo de Jerusalén. Se podía retrasar el viaje si existían razones de cierto peso; por ejemplo, si la mujer que acababa de ser madre debía ir en breve plazo a la ciudad santa para celebrar alguna de las grandes fiestas religiosas, o si habitaba muy lejos de Jerusalén.
En este caso, otra persona podía en su nombre ofrecer los sacrificios prescritos. Sin embargo, las madres israelitas procuraban con empeño cumplir personalmente la ley. Aprovechaban además esta ocasión para llevar consigo a su primogénito, cuyo rescate asociaban a la ceremonia de su purificación. La Virgen hizo aquel corto viaje de Belén a Jerusalén con gozo, y se presentó en el Templo con su Hijo de pocos días en brazos.
Este precepto, en realidad, no obligaba a María. Así pensaron los primeros escritores cristianos, pues Ella era purísima y concibió y dio a luz a su Hijo milagrosamente.
Por otra parte, la Virgen no buscó nunca a lo largo de su vida razones que la eximieran de las normas comunes de su tiempo. Como en tantas ocasiones, la Madre de Dios se comportó como cualquier mujer judía de su época. Quiso ser ejemplo de obediencia y de humildad: una humildad que la llevaba a no querer distinguirse de las demás madres por las gracias con las que Dios la había adornado. Como una joven madre más se presentó aquel día, acompañada de José, en el Templo.
La purificación de las madres tenía lugar por la mañana, a continuación del rito de la incensación y de la ofrenda llamada del sacrificio perpetuo. Se situaban en el atrio de las mujeres, en la grada más elevada de la escalinata que conducía desde este atrio al de Israel. El sacerdote las rociaba con agua lustral y recitaba sobre ellas unas oraciones.
Pero la parte principal del rito consistía en la oblación de dos sacrificios. El primero era el expiatorio por los pecados: una tórtola o un pichón constituían su materia. El segundo era un holocausto, que para los más pudientes consistía en un cordero de un año y, para los pobres, en una tórtola o un pichón. María ofreció el sacrificio de las familias modestas.
LA PRESENTACIÓN DE JESÚS Y SU RESCATE
Después de la purificación tenía lugar la presentación y rescate del primogénito. En el Éxodo estaba escrito:
"El Señor dijo a Moisés: Declara que todo primogénito me está consagrado. Todo primogénito de los hijos de Israel, lo mismo hombre que animal, me pertenece siempre."
Esta ofrenda de todo primer nacido recordaba la liberación milagrosa del pueblo de Israel de su cautividad en Egipto y la especial soberanía de Dios sobre él. Todos los primogénitos eran presentados, entregados, a Yahvé, y luego eran restituidos a sus padres.
Los primogénitos del pueblo habían sido destinados primeramente a ejercer las funciones sacerdotales; pero más tarde, cuando el servicio del culto fue confiado únicamente a la tribu de Leví, esta exención se compensó con el pago de cinco siclos para el mantenimiento del culto. La ceremonia consistía, de hecho, en la entrega de estas monedas al Templo.
Nuestra Señora preparó su corazón para presentar a su Hijo a Dios Padre y ofrecerse Ella misma con Él. Al hacerlo, ponía una vez más su propia vida en las manos de Dios. Jesús fue presentado a su Padre en las manos de María. Jamás se hizo una oblación semejante en aquel Templo.
SIMEÓN Y ANA
Cuando estaban en el Templo se presentó ante ellos un anciano, Simeón, del que traza San Lucas el mejor elogio que se podía hacer de un hijo de Abrahán: era justo y temeroso de Dios, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba en él. Era cumplidor de los preceptos divinos, servidor de Dios, un hombre de fe que ansiaba la llegada del Mesías, que en la literatura judía es llamado la consolación de Israel.
La frase designaba la época mesiánica y servía incluso como fórmula de juramento: Si esto no es verdad, que no vea la consolación de Israel Simeón era un hombre bueno, lleno de virtudes. El Espíritu Santo habitaba en él, dirigía su vida y le había inspirado la certeza de que no había de morir sin ver al Mesías. También le movió a ir al Templo el día en que Jesús, en brazos de su Madre, hizo en él su primera entrada. Dios mismo había preparado el encuentro.
El anciano vio a Jesús con sus padres. Él se detuvo y con gran piedad lo tomó en sus brazos. La Virgen no tuvo ningún inconveniente en dejarlo en sus manos. ¡Sabía que le daba un tesoro! Y dijo este hombre santo con verdadera alegría: Ahora, Señor, puedes sacar en paz de este mundo a tu siervo, según tu palabra.
Cada término de este canto profético tiene su valor propio. «Ahora» ya puede morir en paz, sin pena, porque se han cumplido todos sus deseos, pues ha contemplado con sus ojos maravillados al que tantos reyes y profetas ardientemente desearon ver, sin llegar a conseguir esta dicha. Como el patriarca Jacob, cuando recobró a su hijo José, siente colmada su alegría. Ahora ya puedes dejarme partir.
Aquel encuentro fue lo verdaderamente importante en su vida; ha vivido para este instante. No le importa ver sólo a un niño pequeño, que llegaba al Templo llevado por unos padres jóvenes, dispuestos a cumplir lo preceptuado en la Ley, igual que otras familias. Él sabe que aquel Niño es el Salvador: mis ojos han visto a tu Salvador. Esto le basta. No debieron ser muchos los días que el anciano sobrevivió a este acontecimiento.
Este Niño, continuó Simeón, será luz que ilumine a los gentiles y gloria de Israel... Esta mención de los gentiles por delante de los judíos era realmente extraordinaria. Sólo un profeta, Isaías, había declarado dos veces que el Mesías sería luz de los gentiles, pero esta profecía estaba un tanto olvidada. Simeón contempla y anuncia la redención para todos los hombres. Es éste el primer texto de la infancia de Jesús que tiene un carácter universal.
Su padre y su madre estaban admirados por las cosas que se decían acerca de él. ¿Cómo no quedar sorprendidos al ver que aquel anciano, desconocido para ellos, describía de modo tan pleno el futuro de su Hijo?
Después, Simeón bendijo a María y a José. Los proclamó bienaventurados, los felicitó por tener una misión tan estrecha con aquel Niño que sería la gloria de Israel. Con Jesús todavía en sus brazos, se dirigió a María y, movido por el Espíritu Santo, le descubrió los sufrimientos que su Hijo padecerá y la espada de dolor que traspasará el alma de Ella misma:
Éste –le dice, señalando a Jesús– ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel, y para signo de contradicción –y tu misma alma la traspasará una espada–, a fin de que se descubran los pensamientos de muchos corazones.
El sufrimiento de la Virgen –la espada que traspasará su alma– tendrá como único motivo los dolores de su Hijo, su persecución y muerte, la incertidumbre del momento en que sucedería y la resistencia a la gracia de la Redención, que ocasionaría la ruina de muchos. El destino de María es paralelo al de Jesús. Ésta es la primera vez que en el evangelio se alude a los padecimientos del Mesías y de su Madre.
María y José no olvidarían nunca las palabras que oyeron aquella mañana en el Templo.
Junto a este dolor, la Virgen recordaría llena de gozo la profecía de la redención universal: Jesús estaba puesto ante la faz de todos los pueblos, sería la luz que ilumine a los gentiles y la gloria de Israel. Ninguna pena más grande que el ver la resistencia a la gracia; ninguna alegría comparable a ver la Redención ya comenzada.
Quizá estaban ya a punto de marcharse del Templo cuando llegó otra persona llena también de virtudes y de esperanza en el Mesías. Y, movida igualmente por el Espíritu Santo, se acercó a la Sagrada Familia. Era Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. El evangelista ha querido darnos su ascendencia, lo que prueba que no escribe según esquemas literarios prefabricados, sino según los datos que ha recibido de la tradición. Y en pocas palabras expone su estado y condición: viuda después de siete años con su único marido, anciana de 84 años, piadosa.
Y llegando en aquel mismo momento alababa a Dios, y hablaba de él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Hablaba de Él, del Niño. Todo el que de verdad se encuentra con Jesús se siente movido a hablar de Él.
José y María, con el Niño, volvieron a Belén. José lo llevaría entre sus brazos una buena parte del camino. Y comentarían con todo detalle estos admirables acontecimientos.
800 años de fe y razón:explorando a Tomás de Aquino
Interesante Podcast con Enrique Alarcón, profesor de Metafísica y Fundamentos de la Filosofía de la Universidad de Navarra, experto en Tomás de Aquino
En 2025 se conmemora el 800 aniversario del nacimiento de Santo Tomás de Aquino. Es una figura clave, no solo para el ámbito universitario. Su pensamiento es uno de los más influyentes en la historia de la filosofía y de la teología cristiana. La obra de Tomás de Aquino continúa resonando en debates contemporáneos sobre la relación entre fe y razón, ética y naturaleza humana.
En este capítulo del podcast, exploraremos la vida y el legado de Tomás de Aquino. También abordaremos el impacto de su pensamiento en la historia y su relevancia para los estudiantes y pensadores de hoy.
Aprendizajes de este episodio:
Aspectos fundamentales de su vida y desarrollo
Importancia histórica y educativa de su figura
Relevancia de su pensamiento en los dilemas contemporáneos
Recomendaciones para profundizar en su legado
Contribuciones filosóficas específicas
Bibliografía recomendada:
Louis de Wohl, “La luz apacible. Novela sobre santo Tomás de Aquino y su tiempo” (Colección Arcaduz, número 27: editorial Palabra, Madrid, 2016)
Gilbert K. Chesterton, “Santo Tomás de Aquino” (Colección Esenciales: editorial Rialp, Madrid, 2022
Después de celebrar en 2023 y 2024 los 700 años de su canonización y el 750 aniversario de su muerte, la Orden dominicana y toda la Iglesia celebrará, en 2025, el 800 aniversario del nacimiento del posiblemente más conocido y citado teólogo de todos los tiempos.
Recordar a Tomás de Aquino es hacer memoria de una figura que sigue teniendo una influencia beneficiosa en la Iglesia de nuestros días. Tomás de Aquino es un clásico de la teología, pues más allá de sus particularidades históricas, su eficacia se ha hecho universal, al ser capaz de abrirse a otras culturas y de sugerir nuevas realizaciones.
Santo Tomás se ha convertido en “doctor común o universal de toda la Iglesia”, ya que “la Iglesia ha hecho suya su doctrina” (Pío XI), pues en ella “reconoce la expresión particularmente elevada, completa y fiel de su Magisterio y del sensus fidei de todo el pueblo de Dios”. Esta afirmación de Pablo VI es probablemente el mejor elogio que pueda hacerse de un teólogo.
Elogio tanto más significativo cuanto que santo Tomás no fue precisamente un teólogo conservador y sumiso, sino un teólogo libre, abierto al diálogo con las mejores aportaciones científicas y culturales de su tiempo. Si Tomás de Aquino es el doctor común de la Iglesia católica, eso significa que es un bien de todos y que pertenece a todos.
Según la Lista Mundial de la Persecución 2024, realizada por la organización cristiana Puertas Abiertas
Más de 365 millones de cristianos, 1 de cada 7 en todo el mundo, sufren altos niveles de persecución y discriminación a causa de su fe, según destaca el informe Lista Mundial de la Persecución 2024 (LPM 2024) presentado por la organización evangélica Puertas Abiertas. En este informe, se desarrolla una lista con los 50 países donde más violencia y discriminación se ejerce contra los cristianos.
A nivel mundial, 4.998 cristianos fueron asesinados en ataques por razones religiosas. Es probable que las cifras sean mucho más elevadas, pero no siempre se denuncian. Otros datos que muestran la creciente violencia anticristiana es que los ataques a iglesias, colegios y hospitales cristianos han aumentado siete veces en el último año, pasando a registrarse 14.766 agresiones contra edificios eclesiales.
Este informe también da a conocer casos de cristianos amenazados y agredidos, que han pasado a ser 42.849, frente a los cerca de 30.000 casos registrados en 2023. Los bautizados sufren también ataques a sus hogares, que han crecido casi por cuatro, llegando a registrarse más de 20.000 casos. Son las principales acciones violentas de persecución y discriminación anticristiana. Más de 278.000 personas han sido forzadas a huir de sus hogares y vivir en la clandestinidad en 2024, por el hecho de seguir la fe cristiana.
Corea del Norte, el primer puesto de la persecución
Corea del Norte ocupa nuevamente el primer lugar en la Lista Mundial de la Persecución. Los cristianos no tienen otra opción que practicar su fe de forma totalmente clandestina.
Los reportes de actividades cristianas rara vez llegan a filtrarse o publicarse en los medios internacionales, pero hubo un ejemplo que se viralizó en abril de 2023, cuando 5 cristianos se congregaron para orar en una granja en la zona central del país. Los creyentes se encontraron con que la policía había sido advertida por un delator y los estaban esperando para detenerlos y condenarlos a trabajos forzados.
África subsahariana
Al menos 4.606 cristianos fueron asesinados a causa de su fe en 18 de los 26 países de la Lista Mundial de la Persecución que están al sur del desierto del Sahara. Ese dato representa más del 90% del total de cristianos asesinados por su fe durante 2023. Además, 15 de estos 26 países alcanzaron la mayor puntuación en el apartado referente a la violencia en general.
«La amenaza procedente de los militantes islámicos en África Subsahariana se ha intensificado hasta tal punto que muchos cristianos en la región viven cada vez con más miedo», denuncia Frans Veerman, director ejecutivo de la unidad de investigación de la LMP de Puertas Abiertas. A nivel mundial, más del 82% de asesinatos de cristianos a causa de su fe se produjeron en Nigeria. Este país de África Occidental ocupa el puesto 6 en la Lista Mundial de la Persecución 2024.
Nicaragua se deteriora rápidamente
Las dictaduras comunistas en Latinoamérica son cada vez más hostiles hacia el cristianismo. Nicaragua no es una excepción, como evidencia su ascensión de hasta 20 puestos en la LMP 2024.
La represión hacia la libertad religiosa del gobierno de Ortega se ha vuelto más explícita. En febrero de 2023, al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, firme defensor de las libertades cívicas, se le confiscó la ciudadanía y fue sentenciado a 26 años de prisión.
Cierres de iglesias en China e India
Las cifran del informe muestran que en China fueron cerradas unas 10.000 iglesias evangélicas y en India se han registrado 2.228 ataques y cierres. Estos dos países acumularon alrededor del 83% de la totalidad de incidentes, ataques y cierres a locales cristianos en todos los países de la LMP 2024.
El gobierno de China cerró miles de iglesias escudándose en un conjunto de viejas y nuevas medidas autoritarias. Las llamadas «iglesias en casas», congregadas en hoteles o bloques de oficinas clandestinas, se vieron obligadas a subdividirse en pequeños grupos caseros. También, muchos de los locales de iglesias aprobados previamente por el estado se vieron obligados a cerrar y fusionarse con iglesias más grandes.
Por otro lado, los ataques a iglesias en la India son perpetuados por turbas agresivas, habitualmente de grupos extremista hindúes. Según el arzobispo Dominic Lupon, de la diócesis de Imphal, se destruyeron 249 iglesias en las primeras 36 horas de los mencionados ataques violentos en Manipur.
Algunos datos positivos
En junio de 2023, los ciudadanos de Malí aprobaron una nueva constitución que podría representar un primer paso hacia el regreso al régimen civil. En esta nueva carta magna, se reconoce claramente a la minoría cristiana en el país.
Tras las elecciones regionales de India, en primavera del 2023, el Congreso Nacional suspendió al Partido Popular Indio (BJP), hindú-nacionalista, en el estado de Karnataka, con la promesa de que se revisarían las leyes de anti-conversión. La mayoría de estas leyes se introdujeron progresivamente en todos los estados por el gobierno del BJP de Narendra Modi, desde su ascensión al gobierno de la India en 2014.
San Pablo - Un personaje indiscutiblemente fundamental en la historia de la Iglesia primitiva
San Pablo Apóstol. El 25 de enero la Iglesia conmemora su conversión. Recogemos a continuación una selección de textos pronunciados por Benedicto XVI en sus intervenciones sobre la figura de san Pablo durante las Audiencias Generales. El Papa Emérito quiso profundizar a lo largo de cuatro discursos, desde octubre de 2006, en la vida del apóstol Pablo.
VOCACIÓN
En el camino hacia Damasco, a inicios de los años treinta, Saulo, según sus palabras, fue «alcanzado por Cristo Jesús» (Filipenses 3, 12). Mientras Lucas cuenta el hecho con abundancia de detalles -la manera en que la luz del Resucitado le alcanzó, cambiando fundamentalmente toda su vida- en sus cartas él va directamente a lo esencial y habla no sólo de una visión (Cf. 1 Corintios 9,1), sino de una iluminación (Cf. 2 Corintios 4, 6) y sobre todo de una revelación y una vocación en el encuentro con el Resucitado (Cf. Gálatas 1, 15-16).
De hecho, se definirá explícitamente «apóstol por vocación» (Cf. Romanos 1, 1; 1 Corintios 1, 1) o «apóstol por voluntad de Dios» (2 Corintios 1, 1; Efesios 1,1; Colosenses 1, 1), como queriendo subrayar que su conversión no era el resultado de bonitos pensamientos, de reflexiones, sino el fruto de una intervención divina, de una gracia divina imprevisible.
A partir de entonces, todo lo que antes constituía para él un valor se convirtió paradójicamente, según sus palabras, en pérdida y basura (Cf. Filipenses 3, 7-10). Y desde aquel momento puso todas sus energías al servicio exclusivo de Jesucristo y de su Evangelio. Su existencia se convertirá en la de un apóstol que quiere «hacerse todo a todos» (1 Corintios 9,22) sin reservas.
APOSTOLADO
En el apostolado de Pablo no faltaron dificultades, que él afrontó con valentía por amor a Cristo. Él mismo recuerda que tuvo que soportar «trabajos…, cárceles…, azotes; peligros de muerte, muchas veces…Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué…
Viajes frecuentes; peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío y desnudez. Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la preocupación por todas las Iglesias» (2 Corintios 11,23-28).
Para el decimotercer apóstol, Cristo se convirtió en su razón de ser y en el motivo profundo de todo su trabajo apostólico. En sus cartas, después del nombre de Dios, que aparece más de quinientas veces, el nombre mencionado con más frecuencia es el de Cristo (380 veces).
Pablo ya no vivía para sí mismo, sino que vivía de Cristo y con Cristo: dándose a sí mismo. Se puede ilustrar esto con algunas de las expresiones plásticas que san Pablo anota en sus cartas. «En cuanto a mí -escribe, por ejemplo, en Gálatas 6, 14-, ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo!». Tenemos que exclamar con san Pablo: «Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?».
ESPÍRITU SANTO
Saulo de Tarso no sólo muestra que el Espíritu Santoimprime el empuje para testimoniar el Evangelio por los caminos del mundo, como se muestra en los Hechos de los Apóstoles, sino que además ilustra su presencia en la vida del cristiano.
Es decir, Pablo reflexiona sobre el Espíritu mostrando su influjo no solamente sobre el actuar del cristiano sino sobre su mismo ser. Tal y como afirma el decimotercer apóstol, el Espíritu nos penetra hasta en nuestras profundidades personales más íntimas. «Gracias a Él –aclara el apóstol en la Carta a los Romanos (8, 2.15)-, el cristiano puede exclamar “¡Abbá, Padre!”».
LA IGLESIA
El apóstol descubrió la Iglesia gracias una intervención directa de Cristo, quien, al revelarse en el camino de Damasco, se identificó con la Iglesia y le dio a entender que perseguir a la Iglesia era perseguirle a Él, el Señor: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» (Cf. Hechos 9, 4).
Entonces, Pablo se convirtió, al mismo tiempo, a Cristo y a la Iglesia.
Pablo llega a presentar a la Iglesia como esposa de Cristo, retomando así una antigua metáfora profética, que hacía del pueblo de Israel la esposa del Dios de la alianza.
LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO
TEXTOS DE LOS PRIMEROS SIGLOS SOBRE LA UNIDAD DE LA IGLESIA
Los primeros cristianos están dispuestos a dar su vida por la unidad de la Iglesia. Se esfuerzan por mantener unido el rebaño de Cristo, que empieza a verse atacado y zarandeado por herejías, infidelidad, etc.
La Iglesia, como Cuerpo místico de Cristo, va creciendo y desarrollándose a pesar de las dificultades externas -de persecución, odio, etc.- y de las internas que irá encontrando paulatinamente.
Las heridas más dolorosas son las producidas por sus propios hijos. Pero siempre cuenta y contará con la asistencia del Espíritu Santo.
Son un magnífico testimonio de unidad las palabras de San Ireneo de Lyon con las que explica –en el siglo II- cómo :
“Las Iglesias de Germania creen y transmiten lo mismo que las otras de los Iberos o de los celtas, de Oriente, Egipto o Libia o del centro del mundo. Al igual que el sol, criatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la predicación de la verdad resplandece por doquier e ilumina a todos aquellos que quieren llegar al conocimiento de la verdad”. (Tratado contra los herejes, 1,10,1-3)
A continuación puedes acceder a algunos textos, sobre la unidad de los cristianos, escritos en los primeros tiempos de la iglesia.
LA DIDACHÉ NOS HABLA DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Nos habla la Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles. Siglo I. Los primeros cristianos están dispuestos a dar su vida por la unidad de la Iglesia. Se esfuerzan por mantener unido el rebaño de Cristo, que empieza a verse atacado y zarandeado por herejías, infidelidad, etc.
TEXTOS DE LOS PRIMEROS SIGLOS SOBRE LA UNIDAD DE LA IGLESIA
1. (La Didaché o Enseñanza de los Doce Apóstoles es uno de los escritos más venerables que nos ha legado la antigüedad cristiana -su composición se data en torno al año 70-. Emociona ver cómo desde los comienzos está presente en la Iglesia su petición ferviente por la unidad…)
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu caridad, y congregarla desde los cuatro vientos, santificada, en tu Reino que le has preparado. Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos. (DIDACHÉ O ENSEÑANZA DE LOS DOCE APÓSTOLES, 10, 7)
2. Como este fragmento estaba disperso sobre los montes y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino. Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente. (DIDACHÉ o ENSEÑANZA DE LOS DOCE APÓSTOLES, 9, 4)
Originario de Huesca, fue diácono en Zaragoza. Sufrió martirio en la persecución de Diocleciano , en Valencia, el año 304. Su culto se extendió enseguida por toda la Iglesia.
Mártir de principios del s. IV, uno de los más famosos santos españoles. Nació en Huesca, de padres cristianos, en la segunda mitad del s. III. Valerio, obispo de Zaragoza, lo toma como diácono al servicio de su diócesis. Su fervor y elocuencia, junto con su ejemplaridad, se hicieron muy pronto populares. Su actividad diaconal se desarrolló durante una época relativamente serena y pacífica (el a. 270 el emperador Aurelio restablece la unidad del Imperio, y Diocleciano en el 284 le da una nueva organización), que favorece el impulso expansivo de la Iglesia.
Ello contribuye al asentamiento y asimilación orgánica del cristianismo en las regiones ya más evangelizadas, como la Hispania: el Conc. disciplinar de Elvira (v.), que presupone un desarrollo y madurez considerables de la Iglesia en España, al menos en la provincia Bética, se celebró en fecha inmediata al a. 300.
Tras de esta situación favorable, se originó una nueva y más sangrienta persecución, decretada por los emperadores Diocleciano y Maximiano. En marzo del 303 se publica el primer edicto imperial en este sentido. Para llevar a cabo los diversos edictos persecutorios, llega a España el prefecto Daciano, que permanece en la Península dos años, ensañándose con fanatismo y crueldad en la población cristiana. Daciano hace su entrada en España por Gerona, encargando allí del cumplimiento de los decretos imperiales al juez Rufino, pasando 61 a Barcelona y después a Zaragoza.
De Zaragoza el Prefecto llevó consigo a Valencia al obispo Valerio y a su diácono Vicente. Pronto se deshace del obispo enviándolo al destierro, mientras que a V. lo somete a toda la gama de torturas para provocar su apostasía: potro, garfios, tenazas y fuego. Por último lo envía a prisión, donde V. recibe una aparición angélica, narrada tanto por las Actas como por Aurelio Prudencio.
El dato es admitido como cierto por algunos historiadores modernos (cfr. Z. García Villada, o. c. en bibl., 279-281), aunque otros dudan de su historicidad por su acusado sabor legendario. En la prisión encuentra V., finalmente, la muerte.
La autenticidad de sus virtudes diaconales (de servicio), vividas heroicamente en la sencillez de su vida ordinaria, quedó sancionada por la sangre derramada en los momentos difíciles de la persecución. Y la Iglesia correspondió a su eminente servicialidad con el homenaje de su pronto y extenso culto. Éste queda testimoniado a lo largo y a lo ancho de la geografía cristiana: S. León Magno en Roma, S. Ambrosio en Milán, S. Isidoro en Sevilla y S. Agustín en África son testigos de la amplia difusión de su fama.
Sólo de S. Agustín se conservan seis sermones «in natali Vincenti Martyris» (en la festividad del mártir Vicente: PL 38,1252-68), siendo de 61 estas encomiásticas palabras: «¿Hasta dónde se extiende el Imperio romano o el cristianismo que no se celebre con gozo la festividad de S. VIcente?» (Sermón 276: PL 38,1257). Tres basílicas dedicadas a su culto en la Roma medieval atestiguan la popularidad de su nombre. Es también uno de los pocos mártires mencionadosen el Calendario de Polemio Silvio (CIL, 1, 2 ed., 259).
Por su parte el Librr Sacramentorum mozarabicus (ed. M. Ferotin, París 1912, 112-121) contiene una Misa en su honor. Su imagen, en actitud orante, con una gran tonsura, y revestido de la pérula, aparece en un fresco del s. VI-VII dentro del cementerio de Ponciano, en Roma.
Se celebra su fiesta el 22 de enero. Es honrado especialmente en Zaragoza, en Salona, Sagunto y Tolosa. Reliquias suyas se veneran en Carmona (Sevilla) y en algunas ciudades de África. Las fuentes principales para el estudio de la vida de S. VIcente son las Actas de su martirio, un himno del poeta español Aurelio Prudencio (Peristephanon, V), y los seis sermones panegíricos de S. Agustín, ya mencionados.
Las Actas o Passio que han llegado hasta nosotros son bastantes tardías y difieren probablemente de la Passio original (perdida), pero concuerdan en líneas generales con el himno de Prudencio y con los datos que aportan los sermones agustinianos.
F. MENDOZA RUIZ. BIBL. : Passio Sancti Vincentii levitae, ed. D. Rulz BuENo, en Actas de los Mártires, BAC, Madrid 1962, 995-1017; I. BAUDOT, Dictionnaire d'hagiographie, París 1925, 646; z. GARCfA VILLADA, Historia Eclesiástica de España, I, Madrid 1929, 279-281; M. DE MAILÚ, Vincent d'Agen et Vincent de Saragosse, París 1949; L. DE LACGER, St. Vincent de Saragosse, «Rev. d'histoire de l'l?glise de France» 13 (1927), 307-59; T. MORAL, Vincenzo di Saragozza, en Bibl. Sanct. 12,1149-55.