Gran experto en cristianismo primitivo y los Padres de la Iglesia

 

José Antonio Loarte (Talavera de la Reina, 1942) ha fallecido en Santander, el 13 de enero de 2020, de forma inesperada. Era licenciado en medicina por la Universidad de Navarra y doctor en teología por la Universidad Lateranense. Se trata de uno de los consultores de nuestra web  primeroscristianos.com, donde ha mantenido una destacada labor de asesoramiento y nos ha dejado una interesante entrevista realizada hace un tiempo. Nos seguirá ayudando desde el Cielo.

 

Es autor de varios libros de espiritualidad sobre temas marianos y patristicos. Vivió en Roma más de cincuenta años, siendo profesor de varias disciplinas teologicas. Además, se dedicó intensamente a tareas relacionadas con la conservación y clasificación de los textos de la predicación de san Josemaria Escrivá, junto a quien trabajó en los últimos años de su vida.

Entre sus obras destaca "El Tesoro de los Padres",  magnífica selección de textos de los Santos Padres dirigidos a los cristianos del tercer milenio, enriquecida con introducciones, notas biograficas, una práctica guia de lectura y un extenso índice temático. Se ha convertido en una obra de referencia. Decía que había escrito “El tesoro de los padres” precisamente por este asunto, para acercar estos escritos a la gente de a pie.

 

 

Explicaba en su introducción:

Los Padres son testigos privilegiados de la Tradición. Nos transmiten, con sus comentarios y escritos, la doctrina viva que predicó Jesucristo, transmitida sin interrupción por los Apóstoles a sus sucesores, los obispos. Por su cercanía a aquel tiempo, el testimonio de los Padres goza de especial valor.

Habitualmente se considera que su época abarca los siete primeros siglos de la Era Cristiana. Naturalmente, cuanto más antiguo sea un Padre, más autorizado será su testimonio, siempre que su doctrina resulte concorde con lo que Jesucristo reveló a la Iglesia, y su conducta haya estado en sintonía con esas enseñanzas.

 

Experto en cristianismo primitivo y asesor de nuestra página web, nos animó a dar a conocer los comienzos de la iglesia. Nos decía:  "Vosotros estáis haciendo un gran bien con vuestra página web, ya que acercáis la vida de los primeros cristianos y los Padres de la Iglesia a todo el mundo, y gracias a ella mucha gente puede conocerlos".  Siempre le estaremos agradecidos.

Destacamos también unas palabras suyas sobre la vida de los primeros cristianos:

"Pienso que hay dos cosas que conviene destacar de estos años primeros de la cristiandad. En primer lugar la caridad, el cariño que se tenian entre sí los primeros cristianos. Es sabido que algunos paganos exclamaban escandalizados: Mirad como se aman, y no lo decian como un elogio, sino que no les cabía en la cabeza que se quisiesen tanto.

Golpeó mucho las conciencias de la sociedad el amor que ponían en el cuidado de los huérfanos, de los pobres, de los enfermos, de las viudas. Y. por otro lado, no podemos olvidar el gran testimonio del martirio. A ningún pagano se le pasaba por la cabeza que alguien pudiese dar la propia vida, incluso hasta la muerte, por unas ideas".

 

José Antonio Loarte fue un sacerdote bueno y fiel entregado a la atención de los fieles hasta el último minuto. La afabilidad en el trato, su gran cultura y su sencillez hacían que fuese querido por todos.
Descanse en Paz.

 

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En 2021 se realizará una gran reconstrucción tecnológica del Coliseo de Roma

Dario Franceschini, ministro de Cultura de Italia, informó que para el próximo año comenzarán las obras para la reconstrucción del Coliseo de Roma, y se tratará de una estructura de alta tecnología, pero reversible y no invasiva.

 

Indicó que “ofrecerá al visitante la oportunidad no solo de ver, como hoy, el subsuelo, sino de contemplar la belleza del Coliseo”. Por el momento se han puesto a disposición 18,5 millones de euros para su construcción.

Según el ministro, la nueva arena:

“permitirá restaurar la lectura integral del monumento y permitirá al público comprender plenamente el uso y función de este icono del mundo antiguo, también a través de eventos culturales del más alto nivel”.

Reconstruir el Coliseo era ya un sueño de Franceschini cuando fue ministro de Cultura entre 2014 y 2018 y había elogiado el proyecto realizado por el arqueólogo Daniele Manacorda, publicado en la revista especializada Archeo de julio de 2014.

 

 

El proyecto de Manacorda prevé la construcción en madera del suelo del Coliseo, para que pueda instalarse de nuevo la arena, y construir un museo en los subterráneos que actualmente están al descubierto.

 

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Tierra Santa: después de 54 años, fiesta en el lugar donde Jesús fue bautizado

La entrada al lugar donde el bautismo recibido por Jesús a manos de Juan el Bautista en el río Jordán se encuentra en la orilla este de Jericó. Los franciscanos han hecho una peregrinación anual a este sitio, conocido como Qasr al-Yahud (Roca de los Judíos), desde al menos 1641.

Pero para 1967, debido a la Guerra de los Seis Días, toda el área había sido cerrada a los peregrinos y turistas. El sitio se convirtió entonces en un campo de minas de 55 hectáreas y fue convertido en una zona militar.

 

Trabajo de desminado

Sólo en el año 2000, con motivo de la peregrinación del Jubileo del Papa Juan Pablo II a Tierra Santa, se abrió un pequeño acceso al sitio. Pero más tarde, después de la segunda Intifada, se cerró de nuevo. Durante estos años, se ha llevado a cabo una larga operación de desminado en toda la zona de Qasr al-Yahud. Con el consentimiento de las autoridades israelíes y palestinas, se han eliminado un total de al menos 4000 minas. El trabajo fue completado por una organización humanitaria británica especializada en este tipo de intervención, "Halo Trust". Y después de más de 50 años, la iglesia de San Juan Bautista fue devuelta a la Custodia de Tierra Santa.

 

Fiesta del Bautismo

Mañana, domingo 10 de enero, fiesta del Bautismo del Señor, estará marcada, a partir de las 9:00 de la mañana, por una serie de eventos, a los que asistirán algunas decenas de personas a causa de la pandemia, dirigidos por la Custodia de Tierra Santa. Tras la llegada al río Jordán, la procesión y la misa solemne, el programa incluye una peregrinación al Monte de la Tentación.

En este día, las palabras del Evangelio resonarán especialmente:

"Entonces Jesús vino de Galilea a Juan en el Jordán, para ser bautizado por él. Pero Juan quiso impedirlo, diciendo: "Soy yo quien necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le contestó: "Déjalo por ahora, porque conviene que cumplamos toda justicia". Así que le dejó hacerlo. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua; y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y venir sobre él. Y he aquí que una voz del cielo dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco".

Padre Faltas: un día histórico

Después de 54 años, por lo tanto, los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa podrán conmemorar el bautismo de Jesús en el mismo lugar donde Jesús fue bautizado por las manos de Juan el Bautista en el río Jordán. Será un día especial, subraya el padre Ibrahim Faltas, de la Custodia:

 

La entrevista con el Padre Ibrahim Faltas

R. - Para nosotros será una gran fiesta, un gran día. Un día histórico para los franciscanos que nunca han olvidado los Lugares Santos, incluso cuando perdieron uno de estos lugares por la guerra o por otras razones. Y así fue con el lugar del bautismo. El convento, que comenzó a ser construido por los franciscanos después de la compra del terreno en 1920, se llama San Juan Bautista. Luego, durante la guerra de 1967, los franciscanos perdieron este convento por el conflicto. Y después de 54 años, volvemos a celebrar la primera misa. Será un día histórico para nosotros. La misa comenzará el domingo a las 10 de la mañana. Será presidido por el Padre Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa. El Nuncio Apostólico en Jerusalén y los cónsules de Italia, España, Bélgica y Francia también estarán presentes. Y sólo nosotros los frailes celebraremos este día. Sólo unas 50 personas debido a la pandemia.

Un día histórico: lo que durante varios años fue un campo de minas y una zona militar ahora vuelve a ser un lugar de paz y oración...

R. - Es una vez más un lugar sagrado. De hecho, habrá una bendición de este convento. Recibimos el convento hace tres meses. Es un convento maravilloso, muy hermoso. El domingo habrá un día de celebración, de alegría para los franciscanos. El año 2020 fue un año difícil para todos debido a la pandemia y muchas otras cosas. Pero en lo que respecta a los franciscanos, podemos decir que este convento y el colegio de Alepo han vuelto a nuestra custodia.

El domingo es un día de celebración en un momento tan difícil como la pandemia. Pero también es un día para el renacimiento....

R. - Un nuevo año, un día para nacer de nuevo. Este es el significado del bautismo. No puedes imaginar nuestra alegría, la alegría de todos los frailes de la Custodia de Tierra Santa. El domingo será un día de celebración. Habrá una misa, la bendición. Y luego la procesión desde el convento hasta el río Jordán, precisamente en el lugar donde nuestro Señor Jesucristo fue bautizado. Es realmente una gran alegría volver a este convento, tan querido por todos los frailes de la Custodia. También para todos aquellos frailes que han dado su vida por estos Santos Lugares. Creo que también ellos en el cielo estarán felices de ver que este convento ha vuelto a la Custodia de Tierra Santa.

¿Qué significa este regreso para el Medio Oriente?

R. - Para el Medio Oriente significa que nunca debemos perder la esperanza. Nadie pensó que este monasterio podría volver a nuestra custodia. Para muchos era imposible. Siempre tenemos la esperanza, la confianza de que todo volverá a la normalidad. Estoy convencido de que un día veremos la paz en Tierra Santa. Estamos trabajando con las "piedras vivas" de la Tierra Santa, es decir, el pueblo, dándoles esperanza, el coraje para seguir permaneciendo en los Lugares Santos. Y esperando que el futuro sea mejor y haya paz. Lo que toda la gente de Oriente Medio quiere es ver la paz realizada en esta tierra. Y nuestra esperanza como franciscanos es también poder volver a custodiar el convento del Cenáculo. Esperamos que esto también vuelva, lo antes posible, para ser confiado a la Custodia.

 

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vaticannews.va

12 Enero

San Arcadio Mártir

(† ca. 304)

Nada seguro se dice en las actas que poseemos de San Arcadio, sobre el tiempo ni sobre el lugar de su martirio. Entre los cronistas, unos suponen que tuvo lugar en tiempo de Valeriano, hacia el 268; otros, más probablemente, en la persecución de Diocleciano, hacia él 304. Por otra parte, algunos martirologios antiguos colocan su nombre entre los mártires del Africa, y los historiadores modernos señalan en particular Cesarea de Mauretania, como el lugar de su martirio.

 

Efectivamente, hacia el año 304, ardía en el Africa la persecución de Diocleciano, que tantas víctimas costó a la Iglesia. Bastaba la menor sospecha para que los esbirros del gobernador de la Mauretania penetraran en las moradas particulares, y si daban con algún cristiano, saciaban en él desde el primer momento el odio que profesaban al nombre de Cristo, lo cargaban de cadenas y conducían inmediatamente delante del gobernador. Diariamente eran apresadas nuevas víctimas, a las que se obligaba a asistir a los sacrificios públicos ofrecidos a los dioses y a ofrecer incienso a los ídolos.

En estas circunstancias, Arcadio, perteneciente a una distinguida familia, con el objeto de no comprometer a sus parientes retiróse a un lugar solitario, donde permaneció oculto algún tiempo, mientras ejercitaba allí sus prácticas religiosas y ayudaba, en cuanto le era posible, a sus hermanos cristianos en momentos tan difíciles. Mas por su condición distinguida en la población. su ausencia no pudo pasar mucho tiempo inadvertida. Así, pues. como los magistrados públicos no lo vieran comparecer en los sacrificios ofrecidos a los dioses, enviaron sus esbirros en su busca, los cuales allanaron su casa; pero no pudieron encontrar en ella más que a uno de sus parientes, de quien no hubo manera de obtener noticia ninguna sobre el paradero de Arcadio. Así, pues, llenos de furia ante su fracaso, apresaron a dicho pariente y lo condujeron ante el gobernador.

Entre tanto continuaba Arcadio en su escondite, bien seguro de las pesquisas de los satélites del gobernador. Pero, informado rápidamente de lo ocurrido, no pudo con su corazón noble y caritativo, consentir que aquel pobre pariente estuviera sufriendo por él. Uniéndose, pues, a este sentimiento su ansia de sufrir por Cristo, salió de su retiro y se dirigió espontáneamente ante el juez de la Mauretania, y atestiguó ante todo que él era Arcadio, a quien ellos buscaban, y luego hizo expresamente profesión de su cualidad de cristiano. "Por consiguiente, añadió, si por mi causa detenéis en prisiones a ese pariente mío, ponedlo inmediatamente en libertad, pues aquí me tenéis a mi. Yo os aseguro que él es inocente y ni siquiera conocía el lugar de mi retiro."

Inmediatamente, pues, el pariente fue puesto en libertad. Pero entonces comenzó la prueba más dura de Arcadio. El juez lo invitó formalmente a ofrecer sacrificio a los dioses protectores del Imperio. Si así lo hacía, quedaría inmediatamente en libertad. El diálogo siguiente y el atroz martirio que sufrió Arcadio, nos lo refieren las Actas que se nos han conservado, que el célebre historiador Dom Rinart incluye entre las Actas sinceras de los mártires, si bien modernamente no se les atribuye tanta autoridad. Según todos los indicios, el fondo es enteramente verídico; algunas de las circunstancias y los detalles de algunos tormentos pueden ser más o menos legendarios.

Efectivamente, según refieren dichas actas, Arcadio repuso al juez: "¿Es. posible que vos me hagáis la propuesta de sacrificar a los dioses, con la esperanza de obtener libertad? ¿No conocéis a los cristianos, o pensáis que el temor de la muerte me hará traicionar nunca a mi fe? Jesucristo es mi vida y la muerte es mi ganancia. Inventad los suplicios que más os gusten; pero sabed que nada podrá hacerme traicionar a mi Dios".

Es cierto que este género de respuestas de los mártires, por su carácter apasionado, impulsivo y acometedor, presenta todo el carácter típico de las leyendas posteriores; pero, despojándolas de lo que pueda haber de legendario o exagerado, queda en pie la firmeza inquebrantable del mártir, que espontáneamente se presenta ante el juez, hace profesión de cristiano y se niega decididamente a sacrificar a los dioses, sin dejarse amedrantar en lo más mínimo por las amenazas de los más duros suplicios y de la misma muerte. Así parece, con palabras más sencillas y objetivas. pero decididas y absolutas, en otras actas semejantes de mártires, sacadas de los mismos protocolos oficiales de los procesos.

Fácilmente se comprende la violenta reacción del juez romano ante una respuesta tan decidida de Arcadio. Con el intento de rendir la inquebrantable firmeza de Arcadio, el gobernador pone ante sus ojos con la mayor viveza los tormentos que se le aplicarán si no ofrece sacrificios a los dioses: los garfios de hierro, los azotes con puntas de plomo al estilo romano, y otros semejantes. Pero el servidor de Cristo no se deja intimidar y persiste en la más decidida confesión de su fe. Entonces el juez ordena que se practique en el mártir la más horrible carnicería: que se le corten, uno a uno, todos los músculos de los brazos, de las espaldas y de las piernas hasta los pies. Al escuchar este mandato, Arcadio siente que todo su cuerpo se estremece, pero levanta sus ojos a Dios y siente cómo Éste le comunica las fuerzas que necesita.

Las actas describen luego, con el más crudo realismo, cómo se fue realizando en el santo cuerpo del mártir la orden del gobernador. El mártir va ofreciendo el sacrificio de cada uno de sus miembros, pero, durante tan sangriento suplicio, no cesa de bendecir al Señor. Como el único miembro que le queda es la lengua, añaden las actas este rasgo, que aunque pertenezca a la leyenda, es sumamente significativo: "el mártir, se dice, continuaba bendiciendo a Dios con estas palabras: Dichosos miembros míos. Ahora sí que me sois verdaderamente caros, puesto que pertenecéis únicamente a mi Dios, a quien sois ofrecidos en sacrificio. Ahora me es más ventajoso estar separado de vosotros para estar luego unido con vosotros en la gloria". Y dirigiéndose a los testigos de aquellos tormentos, "aprended, les dijo, que todos estos tormentos no son nada para quien tiene ante sus ojos la corona del cielo. Vuestros dioses no son verdaderos dioses. Renunciad, pues, a ofrecerles sacrificio. Solo Aquel, por el que yo sufro y muero, es el Dios verdadero. Morir por Él, es alcanzar la verdadera vida; sufrir por Él, es gozar de inefables delicias".

En medio de estos razonamientos, Arcadio entregó dulcemente su alma a Dios. Sin discutir en detalle cada uno de estos tormentos y las palabras que dirigió al juez y a los circunstantes, lo que ciertamente consta es la heroica constancia del mártir, que sin ablandarse por los mas fascinadores halagos, sin desfallecer ante los más atroces sufrimientos, derramó su sangre en defensa de su fe. Es el ejemplo sublime del mártir para los cristianos de todos los tiempos, que debemos estar siempre dispuestos a sufrir toda clase de penalidades en defensa de nuestra fe cristiana, y aun en la vida ordinaria, debemos arrostrar las mayores molestias por no ofender a Dios.

BERNARDINO LLORCA

11 de enero

San PEDRO "Apselamo" o "Bálsamo". M. c. 311.

Piedra firme. Roca
 

En lugar de renegar de su fe cristiana, Pedro prefirió la fidelidad y fue quemado vivo. Estamos en el siglo III, en Cesarea de Palestina, bajo la persecución del cruel emperador Maximino, que no se apiadó ni por la joven edad de este muchacho, llamado Apsélamo o Bálsamo, y lo hizo morir como mártir.

Martirologio Romano: En Cesarea de Palestina, san Pedro, llamado «Apselamo» o «Bálsamo», mártir, que en tiempo del emperador Maximino, invitado, tanto por el presidente del tribunal como por los demás asistentes al juicio, a reconsiderar su juventud, sin ceder a tales persuasiones demostró su fe en Cristo y murió con ánimo esforzado en el fuego, como oro purísimo.
Mártir en Cesarea de Palestina, durante la persecución de Diocleciano. Las Actas narran así su martirio:
"El asceta Pedro, por otro nombre Apselamo, natural de Aneas, aldea del término de Eleutherópolis, dio prueba, con generoso pensamiento, de su fe en Cristo de Dios. Suplicábanle insistentemente, tanto el juez como los que le rodeaban, que tuviese lástima de si mismo y tuviera en cuenta su juventud, la flor y vigor de su edad; más él despreciándolos, prefirió todo y a la vida misma la esperanza en el Dios del Universo". 
Eusebio narra el interrogatorio:
El prefecto Severo le preguntó: " -¿Cual es tu nombre? - De nombre de mi padre me llamo Bálsamo; por el Bautismo que he recibido me llamo Pedro. -¿De que pueblo o de que familia eres? - Soy cristiano. - ¿Qué profesión tienes? - Podría tener una más honrosa que practicar el cristianismo; ¿qué podría hacer mejor?"... el interrogatorio se hace más dilatado, donde nuestro santo defiende su fe... pero no lo incluimos aquí ya que es totalmente apócrifo, excepto lo que nosotros hemos incluído.
Pedro fue torturado pero su fe se mantuvo incólume y fue crucificado, según algunos hagiógrafos, o quemado según otros.

 

Papa entre los años 136 y 142

San Higinio nació en Atenas. Se le consideró un filósofo y como tal se comportó durante su pontificado.

 

Para asegurar el orden doctrinal –la amenaza gnóstica, por ejemplo–, no tuvo más remedio que encararse a personajes como Valentín y Cerdón, quien negaba la validez del Antiguo Testamento y parte del Evangelio de san Lucas.

En el ámbito eclesiástico, instituyó las Órdenes menores (ostiario, lector, exorcista, acólito) y ordenó quince presbíteros, cinco diáconos y siete obispos, determinando una jerarquía católica que aún existe: era una época de expansión de las comunidades cristianas y también de persecuciones.

Asimismo, a san Higinio se le debe la presencia de un padrino o madrina en el bautizo para que guíen al agraciado en su itinerario cristiano así como la dedicación de las Iglesias.

Las autoridades antiguas no contienen información sobre si murió como un mártir. Al morir fue enterrado en la Colina del Vaticano, cerca de la tumba de San Pedro. Su fiesta se celebra el 11 de enero.

 

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Historia del Papado en la Iglesia primitiva – Los papas del Siglo II

 

Comentarios al libro "EL BUEN LADRÓN: MISTERIO DE MISERCICORDIA" de ANDRÉ DAIGNEAULT

Algunos comentarios de Antonio Moreno al libro de André Daigneault sobre el Buen Ladrón. El Buen Ladrón, conocido como San Dimas, fue el primer santo de la historia de la Iglesia. Crucificado a la derecha de Jesucristo, le reconoció como Hijo de Dios. Sus palabras fueron “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”, y obtuvo de Cristo la promesa que no hizo a nadie más: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

 

El buen ladrón entendió en la cruz que tenía dos deudas con Jesucristo. Una infinita, la vida, que no hubiera podido devolver nunca y otra finita, todo lo que había robado. Su gran acierto fue entender cuál de las dos era más importante, la primera. Se dio cuenta de que ni con toda una vida por delante podría devolverle a Cristo la deuda de haberle creado y que, a su lado, era poco lo que había robado. Supo entonces que haber desaprovechado sus talentos no era el fin, ni mucho menos. Si Cristo le había dado algo tan grande -la vida- gratuitamente, le podía perdonar gratuitamente.

A lo largo de sus casi 300 páginas, el lector de "El buen ladrón: Misterio de Misericordia" (André Daigneault) se encontrará con relatos esclarecedores sobre el buen ladrón, uno de los "tapados" del Nuevo Testamento. Los comentarios siempre acertados y sugerentes de los Padres de la Iglesia y de Benedicto XVI, Juan Pablo II, Suárez, Mendizábal, Tettamanzi y muchos otros nos muestran bien a las claras quién era el buen ladrón y porqué Cristo vuelca su corazón sobre él. Comprendió, creyó, confió, se humilló, amó, se santificó, evangelizó. Una secuencia clave para todos los cristianos que el buenladrón experimentó y desarrolló en pocos instantes, junto a la Cruz del Señor. En tal situación y junto a Cristo, recibió una gracia fulgurante que aprovechó y le otorgó el pasaporte al paraíso.

Cristo pasó a su lado, y el buen ladrón no desaprovechó su oportunidad. Pillería humana sí, pero también sabiduría enraizada en el corazón divino. ¿Por qué no pedir a Cristo mi salvación con ese descaro? Descaro del que podemos aprender los cristianos en nuestra oración de petición. San Josemaría Escrivá no cesaba de pedir oraciones en sus andanzas apostólicas. Asimismo, quizás la frase más repetida del Papa Francisco -tanto a través de los medios como en mensajes a las personas que ve- sea "Recen por mí". Descaro para pedir por el bien, para hacer el bien, y sí: vergüenza para hacer el mal. Vergüenza que el buen ladrón demuestra humillado con sinceridad y arrepentimiento de corazón.

Conmueve el perdón gratuito de Dios, que trasciende todo cálculo humano en torno al delito cometido. Sólo mira al giro del corazón humano reconociendo nuestras miserias. Los apegados a sí mismo perciben este giro como algo muy costoso en sus vidas, al contrario que los desproblematizados, que lo perciben como menos costoso. En cualquier caso, el caso del buen ladrón nos muestra que la sanación y la gracia viene de Dios: da igual cómo sea uno y lo que haya hecho. En definitiva, una receta frente al voluntarismo espiritual de nuestros días a través de la experiencia del primer santo canonizado.

Cuando uno se adentra en el corazón misericordioso del Señor, se enamora de él y se humilla ante Él. Esto lo experimentaron tanto el buen ladrón como el hijo pródigo. Una lectura superficial podría entonces cuestionar la relevancia de la virtud y el luchar por hacer las cosas bien. Después de todo, sólo sería suficiente con arrepentirse al cabo del tiempo y volverle a dar cuerda al reloj, hasta la próxima. Qué poco de amor entienden éstos, quizás como el hermano mayor del hijo pródigo... Además, ni el amor es estrictamente una cuestión de justicia, ni es suficiente una aplicación mecánica del "amor con amor se paga". Es, sin embargo, nuestra conversión constante encendida por el amor desbordante del Señor por nosotros la que ha de guiar nuestros días. Seremos entonces amor de Dios y divina voluntad.

Antonio Moreno
Profesor de Economía, Universidad de Navarra
Doctor en Economía, Columbia University

Roma anuncia que volverá a abrir la tumba de este emperador

El Evangelio de San Lucas explica que el emperador Augusto ordenó hacer un censo, y que por eso María y José viajaron a Belén, donde nació Jesús.

 

 

VIRGINIA RAGGI
Alcaldesa de Roma

“Reabrir un monumento como este es también un gesto de esperanza: Mirar con confianza un futuro que todavía es incierto por la evolución de la pandemia. Pero ya debemos trabajar y construir para el futuro, porque sea como sea nos adaptaremos al cambio”.

El mausoleo fue construido en el año 28, como sepulcro del emperador Augusto y su familia. Por eso, aquí estuvieron también Tiberio, Calígula y Claudio.

En el centro, la cámara sepulcral fue reconstruida, pero aún conserva muchos elementos originales.

Es la tumba circular más grande del mundo.

Con la caída de la Roma imperial, a lo largo de los siglos el edificio fue usado de otros modos.

 

 

 

MARIA VITTORIA MARINI CLARELLI
Superintendente de Roma

“En la Edad Media fue una fortaleza; en el Renacimiento, un jardín italiano, con plantas que seguíam el trazado del mausoleo; durante los años del 'grand tour', acogió corridas de toros y juegos pirotécnicos típicos de Roma; a principios del siglo XX fue una sala de conciertos dirigida por Toscanini”.

Roma trabaja contrareloj porque el Mausoleo se abrirá al público el 1 de marzo.

A partir de abril, incluirá una exposición de realidad virtual para ver el mausoleo tal y como era cuando fue realizada esta tumba.

Esta es una posible reconstrucción.

Tanto entonces como ahora, sin duda una de las obras arquitectónicas más imponentes de la historia de la humanidad.

Javier Martínez-Brocal

RomeReports

 

LA REACCIÓN PAGANA ANTE EL CRISTIANISMO NACIENTE

Presentamos 8 magníficos videos en los que se puede escuchar a varios expertos en Historia de la Iglesia exponiendo las circunstancias en las que tuvo que abrirse paso la doctrina cristiana en la cultura pagana de los cinco primeros siglos.

 

Se pretende con esta serie de videos exponer el enfrentamiento del paganismo a la fe cristiana hasta finales del siglo IV, concretamente hasta el momento en que, al ser declarados ilegales los cultos paganos por medio de las leyes promulgadas por el emperador Teodosio en 391-392, la nueva fe quedo considerada como la religión oficial del imperio.

 

 

 VIDEO 1 -     La aparición del Cristianismo como fenómeno social

                         (Santiago Casas, Universidad de Navarra)

 

 

 

VIDEO 2 -   La primera oposición sistemática: el "Discurso verdadero", de Celso

                                   (Giulio Máspero, Universidad de la Santa Cruz)

 

 

 

VIDEO 3 -  Réplicas cristianas a Celso: el "Contra Celsum" de Orígenes -

(Giulio Maspero, Universidad de la Santa Cruz)

 

 

 

VIDEO  4  -  La reacción de la cultura griega: Porfirio y la filosofía neoplatónica -

(Miguel Brugarolas, Universidad de Navarra)

 

 

 

VIDEO 5 -  Réplicas cristianas a la critica pagana en el período posterior a Porfirio -

(Miguel Brugarolas, Universidad de Navarra)

 

 

 

VIDEO 6 -  Juliano el Apóstata. Su obra el tratado “Contra los galileos”  -

(Manuel Mira, Universidad de Navarra)

 

 

 

VIDEO 7 -  San Agustin y la cultura de su epoca -

(Manuel Mira, Universidad de Navarra)

 

 

 

VIDEO 8 - Los Padres de la Iglesia y la nueva evangelizacion -

(Ramiro Pellitero, Universidad de Navarra)

 

 

 

 

 

Su perspectiva, sin embargo, es parcial porque trata de presentar la controversia tal como se refleja en los textos literarios de los primeros siglos de nuestra era, concretamente en la obra de tres autores que vivieron a lo largo de los siglos II-IV d. C. (1). No pretendemos, pues, estudiar la historia de las persecuciones, que se desarrolló a otro nivel, sino más bien describir la lucha intelectual, no menos encarnizada, que se desarrolló en el terreno de la cultura.

Aquí no hubo derramamiento de sangre, pero se utilizaron instrumentos dialécticos que no son menos interesantes de analizar, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos de ellos se siguen esgrimiendo en la actualidad, a pesar de que hayan desaparecido tiranos, hostilidades abiertas y espectáculos circenses (2).

Lo que aquí nos ocupa es la reacción de los paganos y la obra de los protagonistas de la resistencia a la nueva fe, fundamentalmente Celso, en el s. II, Porfirio en el s. III y el emperador Juliano, en el s. IV, sus respectivas obras y sus objetivos: la descalificación social en el caso del primero, la puesta en entredicho de la coherencia del mensaje en el segundo y la presión política revestida de razones intelectuales en el tercero.

 

El Emperador Juliano el Apóstata

 

Los originales de estas obras se han perdido, por razones obvias de heterodoxia, refrendadas por órdenes imperiales de destrucción; por eso, nuestro conocimiento de ellas no sólo es indirecto y fragmentario, sino que además está tamizado por la perspectiva con que las expusieron sus adversarios cristianos, respectivamente Orígenes, San Agustín y Cirilo de Alejandría.

Se puede afirmar que cada vez que el racionalismo, de cualquier tipo que sea, ha pretendido atacar la Revelación cristiana, ha repetido consideraciones que Celso, Porfirio y Juliano esgrimieron ya en los primeros siglos (3).

Todo el esfuerzo de estos autores se ha centrado en mostrar que el Jesús de los evangelios no existió en la realidad, que su mito lo imaginó Pablo de Tarso, que sus palabras, sus milagros, no sólo son inverosímiles, sino perjudiciales y que la vida de los cristianos es funesta para la sociedad. Han intentado mostrar, a través de sus obras, la diversidad y la incompatibilidad del cristianismo con el orden establecido por la religión tradicional, resaltando, con todo el aparato expresivo que ponía a su alcance la retórica (4), las antítesis irreconciliables entre mono / politeísmo, fuerzas de la naturaleza / milagros, vida terrena / eternidad, exclusividad / tolerancia, dogmatismo / eclecticismo que contraponen ambas concepciones de la religión.

Al mismo tiempo han hecho todo lo posible por encontrar figuras o sistemas en los que realmente vale la pena creer, sean personajes mitológicos, como el héroe Hércules y el dios bienhechor de la humanidad Asclepio (Esculapio), hombres extraordinarios como Apolonio de Tirana y Apuleyo, pensadores como Pitágoras y Sócrates, o finalmente sistemas filosóficos, sobre todo el platonismo y el estoicismo, cuyo vivo resplandor, a su parecer, ponía en la sombra la brillante aureola del Dios de Galilea.

No vamos a hacer por tanto una exposición de la fe, sino a través de la crítica a que fue sometida una y otra vez por sus detractores. Si aparece la
Revelación misma, que es el objeto principal de la discusión, lo hace de la mano de sus adversarios, cuyas objeciones, como decimos, continúan siendo utilizadas en la actualidad. En este sentido, la moderna apología de la fe, podría ganar en contundencia y eficacia sólo con esgrimir los argumentos que aportaron entonces los primeros intelectuales cristianos, que por supuesto estaban dotados del mismo bagaje de formación y cultura que sus oponentes paganos. De ahí la perenne actualidad de la literatura patrística (5).

Cuando Orígenes polemiza contra Celso, el argumento decisivo que esgrime es que, con Cristo, no sólo el dios impasible, que gobierna el mundo desde allá arriba, sin ningún contacto posible con la materia carnal y por tanto incapaz de encarnarse, ha superado ese abismo entre el ser supremo y su creación, sino que ha irrumpido definitivamente en la Historia “la Verdad en persona” (6). Esta pretensión es, ni más ni menos, el punto fundamental de la controversia que al cabo de dos milenios tiene planteada la teología cristiana en su diálogo con el mundo moderno.

Algo análogo cabe decir de los otros dos enfrentamientos, salvando las oportunas distancias de época y talante de los respectivos antagonistas. Ante el ataque masivo de Porfirio, la Ciudad de Dios agustiniana presenta el espectáculo grandioso de una humanidad penetrada por la doctrina salvadora de Cristo y a Cirilo, apenas unos decenios tras la muerte de Juliano el Apóstata, le basta con constatar que no queda ni huella de su intento de acabar con los cristianos.

Tanto el punto de partida como los objetivos de los tres polemistas son diferentes. Mientras Celso se enfrenta a una comunidad marginal a la que pretende excluir de la vida social y en cualquier caso mantener aislada, Porfirio se encuentra con una realidad ya introducida por todas partes, con peso social y poseída de un seguro exclusivismo (7), a la que debe prestarse atención y a la que no se puede descalificar, sino intentar asimilar en un sistema filosófico-teológico, ecléctico y universalista.

Juliano, por su parte, protagoniza una maniobra a la desesperada por aniquilar la fuerza arrolladora que está a punto de acabar con la religión tradicional, de la que él se siente apóstol (8) . El proceso desembocará en el triunfo de la Iglesia, que se presenta como la fuerza moral que se apresta a regular, no sólo la cultura, sino la vida pública de los siglos siguientes.

Toda esta polémica no fue estéril sino que contribuyó a que el cristianismo, comenzando por el orbis christianus, que surgirá de ella y perdurará al menos a lo largo de la Edad Media, adquiriera una experiencia que le hizo mantenerse abierto a las cuestiones que se le han presentado en contacto con la cultura de todos los tiempos.

 

 

Los capítulos de esta serie son:

 

 1. La aparición del Cristianismo como fenómeno social -

(Santiago Casas, Universidad de Navarra)

 2. La primera oposición sistemática: el "Discurso verdadero", de Celso -

(Giulio Máspero, Universidad de la Santa Cruz)

3. Réplicas cristianas a Celso: el "Contra Celsum" de Orígenes -

(Giulio Maspero, Universidad de la Santa Cruz)

 4. La reacción de la cultura griega: Porfirio y la filosofía neoplatónica -

(Miguel Brugarolas, Universidad de Navarra)

5. Réplicas cristianas a la critica pagana en el período posterior a Porfirio -

(Miguel Brugarolas, Universidad de Navarra)

 6. Juliano el Apóstata. Su obra el tratado “Contra los galileos”  -

(Manuel Mira, Universidad de Navarra)

 7. San Agustin y la cultura de su epoca -

(Manuel Mira, Universidad de Navarra)

 8. Los Padres de la Iglesia y la nueva evangelizacion -

(Ramiro Pellitero, Universidad de Navarra)

 

 

 

 

 

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1 No fueron los únicos, pero sin duda los más relevantes. En efecto, entre los dos primeros se encuentra la obra de HIEROCLES, un gobernador de la provincia de Bitinia y consejero de Diocleciano, cuya crítica —en la que ponía énfasis por rebajar la figura de Jesús a quien muestra inferior a Apolonio de Tiana— nos es conocida a través de LACTANCIO y el historiador EUSEBIO DE CESAREA
2 Sin dejar de tener en cuenta las innegables diferencias entre uno y otro tiempo, no faltan las voces que equiparan la antigüedad tardía, en la que vivieron y publicaron nuestros protagonistas, con la época moderna. Valga aludir, como ejemplo entre otros muchos (generalización de bienes materiales y culturales a todos los niveles), a la confrontación con el mundo islámico, que presenta cierto paralelismo con el enfrentamiento entre cristianos y paganos. 8 Agustín López Kindler
3 Bien se haya tratado de discutir el sentido del texto revelado, como ha hecho una parte de la
hermenéutica a partir de F. D. E. Schleiermacher, o bien de poner en tela de juicio la divinidad
de Jesucristo, crítica retomada de Celso por H. S. Reimarus con su famosa distinción entre el
Jesús de la Historia y el Cristo de la fe.
4 El arte de la palabra domina por encima de todos los demás, incluso de la filosofía, la pedagogía
del mundo antiguo, a la que tenían acceso solamente las capas superiores de la sociedad.
5 Por ejemplo, sigue siendo actual el modo cómo Orígenes responde a las cuestiones sobre el origen
de la materia —concretamente, el cuerpo humano— y del mal en los capítulos 54-61 y 62-
66 respectivamente del libro IV en su Contra Celsum, o cómo Cirilo de Alejandría defiende la
libertad del hombre —Contra Iulianum 5 (cf. J.-P. MIGNE, PG 76, 743C)—, ante el ataque de
Juliano (fragmentos 16-17) a un dios que prohíbe a su criatura la ciencia del bien y del mal en
el Paraíso y reacciona con la ira y el castigo ante la trasgresión del mandato.
6 ORÍGENES, Contra Celsum VI 47.
7 Es importante aclarar que este concepto se aplica en dos sentidos: en primer lugar, por lo que
se refiere a la unicidad de Dios, frente al politeísmo y al cada vez más extendido sincretismo
paganos; pero luego, también, al convencimiento de que el cristianismo es la única doctrina de
salvación, lo cual lleva consigo un comportamiento en sociedad que, en su búsqueda de nuevos
adeptos, excluye a quienes no la comparten.
8 Conviene precisar de una vez por todas que el intento de restauración protagonizado por
Juliano presenta rasgos de una verdadera innovación, porque no trata simplemente de renovar
el culto oficial a los dioses de Homero y Hesíodo, habitantes estáticos del Olimpo, en los que a
esas alturas de la historia apenas se creía, sino de propagar una doctrina de salvación personal
en el sentido de los misterios orientales, de acuerdo con la mentalidad de su tiempo. Estamos
por tanto ante una adaptación de elementos cristianos a un culto pagano, practicado con una
mentalidad propia de la antigüedad tardía.

 

 

LA HUIDA A EGIPTO

Se trata de uno de los hechos más duros y difíciles de la vida de María y de José.

Inmediatamente después de la partida de los Magos, tal vez la misma noche, se apareció un ángel a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estate allí hasta que yo te diga". Y le dio el motivo de esta huida precipitada: "Herodes va a buscar al niño para matarlo".

 

A la gran alegría de la visita de aquellos hombres importantes siguió el abandono de la casa recién instalada y de la pequeña clientela que ya tendría José en Belén, el dirigirse a un país extraño y desconocido para él y, sobre todo, el temor a Herodes, que buscaba al Niño para matarlo.

José despertó a María, recogió lo indispensable y, de noche, se puso en camino hacia la frontera de Egipto. No había un instante que perder. Muchas cosas domésticas necesarias quedaron abandonadas. Y así, con lo indispensable y con el sobresalto de una amenaza de muerte real, iniciaron la marcha.

 

Existían fundamentalmente dos caminos que conducían desde Belén a Egipto

El más corto y también menos duro, pero más frecuentado, se dirigía hacia la costa hasta enlazar con la Via maris, paralela al mar, hasta Gaza; en esta ciudad se aprovisionaban las caravanas de víveres y agua, pues era la última ciudad antes de entrar en el desierto. Era un camino conocido y relativamente seguro por las numerosas caravanas que mantenían relaciones comerciales con el país vecino. Pero era también el más peligroso para la Sagrada Familia, pues los soldados de Herodes podían alcanzarles con más facilidad.

 

La Via maris era la ruta principal que atravesaba Palestina. Esta importante vía de comunicación no fue creación romana, pues existía desde muchos siglos antes. Se trataba del camino natural entre Egipto y Mesopotamia, donde estuvieron asentados los mayores imperios de la antigüedad. Este camino, por el que transitaron tantos mercaderes y ejércitos, iba cerca de la ribera del Mediterráneo a través de las llanuras costeras, para eludir montañas y desiertos. Los romanos, quizá en tiempos de Augusto, la empedraron y la acondicionaron, llegando a ser una auténtica calzada romana. Tenía ramales secundarios que partían de ella, uno de los cuales pasaba por Cafarnaún, Corazaín y Betsaida (cfr J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Arqueología..., pp. 109-110).

 

Por esta razón, es probable que José prefiriera marchar hacia Hebrón y Bersabé, hacia el Sur, por una ruta más larga y fatigosa, y también menos frecuentada. Es muy posible que el viaje se hiciera en un borrico, quizá el mismo que les sirvió para ir de Nazaret a Belén. Llevaría a la Virgen buena parte del camino, y también los enseres que habían juzgado indispensables: algo de ropa, una vasija para el agua, los instrumentos de trabajo de José, su bastón, algún cacharro de cocina...

 

Fue una travesía larga y penosa

Dios no quiso ahorrarles la zozobra de una huida precipitada, el continuo sobresalto y el temor a ser reconocidos, la sed, el cansancio, la incertidumbre acerca de dónde vivirían y de qué se alimentarían. La huida estuvo muy lejos del panorama que nos presentan los evangelios apócrifos:

Una de estas leyendas nos cuenta que María, acalorada y fatigada del camino, reposaba bajo una palmera cargada de frutos. «Yo quisiera –dijo–, si fuera posible, gustar de la fruta de este árbol». «A mí –respondió José– lo que me inquieta es la falta de agua, porque nuestros odres están vacíos». Dijo entonces el Niño a la palmera: «Inclínate y da de tus frutos a mi madre». La palmera se encorvó, quedando su copa a los pies de María; y cuando María y José hubieron arrancado los dátiles, Jesús ordenó de nuevo: «Enderézate ahora, y abre y descubre tus raíces, para que brote el agua que éstas ocultan». La palmera obedeció al instante y manó de sus raíces agua fresca y límpida. Cuando los peregrinos reanudaron la marcha, el sendero desaparecía tras ellos como por encantamiento. Llegaron por fin a una ciudad llamada Salín, donde no conocían a nadie: entraron en un templo, y los trescientos sesenta y cinco ídolos que en él había cayeron en tierra hechos pedazos. Así se cumplió la profecía de Isaías: «El Señor vendrá en una nube veloz y entrará a Egipto y todas las hechuras de los egipcios temblarán ante su faz».

 

Nada de esto ocurrió en la realidad. Dios utilizó las vías ordinarias para salvar a los que más quería sobre la tierra. Podía haber fulminado a Herodes y a sus perseguidores, pero una vez más empleó medios normales: la obediencia pronta de José, su reciedumbre, su prudencia...

 

Huída a Egipto

 

El viaje desde Gaza hasta la primera ciudad de Egipto duraba unos siete días. Si se añaden a éstos los que tardaron desde Belén a Gaza y los que caminaron por la región de Egipto, se concluye que tardarían en llegar de doce a catorce días.

 

 

Quizá a Leontópolis, al norte de El Cairo

Después de un viaje extenuante, agravado por la persecución y por la falta de experiencia en aquellos malos caminos (el viaje más largo de José habría sido de Nazaret a Belén), llegaron a tierra egipcia, quizá a Leontópolis, al norte de El Cairo. Por aquel tiempo residían en Egipto muchos israelitas, formando pequeñas comunidades; se dedicaban principalmente al comercio. Es de suponer que José se incorporó con su Familia a una de estas comunidades, dispuesto a rehacer una vez más su vida con lo poco que había podido traer desde Belén. Con todo, llevaba consigo lo más importante: a Jesús y a María, y su laboriosidad y empeño por sacarles adelante.

En su mayoría, aquellas colonias judías se encontraban cerca de los límites fronterizos [34].En Egipto, José comenzó como pudo, pasando estrecheces, realizando al principio todo tipo de trabajos. Procuró a María y a Jesús un hogar y los sostuvo, como siempre, con el trabajo de sus manos. Después de un tiempo, encontraría cierta estabilidad.

Quizá más tarde, de nuevo en Nazaret, recordarían aquella época como «los años de Egipto» y hablarían –como se comentan las cosas pasadas– de las preocupaciones y sufrimientos del viaje y de los primeros meses..., pero también de la paz y de la alegría de aquellos días.
Después de un tiempo, pasado el peligro, nada retenía ya a José en aquella tierra extraña, pero allí permaneció, sin otra razón que el cumplimiento del mandato del ángel: Estate allí hasta que yo te diga.

Vida de Jesús

 

+ info -

https://www.primeroscristianos.com/la-huida-a-egipto-de-jesus-maria-y-jose/

 

Ver en Wikipedia

 

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