Pedro y Pablo

"Ambos son fundamento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica"

Estos dos Apóstoles son venerados en este día como columnas de la Iglesia romana, que consolidaron con su sangre derramada por Jesucristo en la ciudad eterena. San Pedro, elegido por Jesús como cabeza de la Iglesia, estableció su sede en Roma y allí fue crucificado. San Pablo, después de su intensa tarea apostólica por todo el Imperio, predicó también en Roma, donde sufrió dos veces cautividad y acabó siendo decapitado.

Benedicto XVI destacaba la diversidad de carismas de los ambos.

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 30 de junio de 2010 -

Benedicto XVI destacó la diversidad de carismas y misiones de los santos que son el fundamento de la Iglesia: Pedro y Pablo.

En su alocución previa al rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico vaticano, este martes, el Papa afirmó que “los dos santos patronos de Roma, a pesar de haber recibido de Dios carismas y misiones diversas que cumplir, son ambos fundamento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica”.

Respecto a Simón Pedro, el Pontífice señaló que “está tan cerca del Señor como para convertirse él mismo en una roca de fe y de amor sobre la que Jesús ha edificado su Iglesia”

Pedro y Pablo

San Pablo, añadió, “con la Gracia divina ha difundido el Evangelio, sembrando la Palabra de verdad y de salvación en medio de los pueblos paganos”.

Citando a san Juan Crisóstomo, Benedicto XVI afirmó que Dios ha hecho a la Iglesia “más fuerte que el mismo cielo” y recordó que Cristo le dijo a san Pedro que lo que atara en la tierra quedará atado en los cielos y lo que desatara en la tierra quedará desatado en los cielos.

También subrayó que la Iglesia está “permanentemente abierta a la dinámica misionera y ecuménica, ya que es enviada al mundo a anunciar y testimoniar, actualizar y extender el misterio de comunión que la constituye”

En sus palabras, pronunciadas tras celebrar en la Basílica Vaticana, la misa de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y entregar el palio a 39 arzobispos metropolitanos, explicó que el palio “simboliza tanto la comunión con el Obispo de Roma, como la misión de apacentar con amor a la única grey de Cristo”.

Finalmente, pidió que “el ejemplo de los Apóstoles Pedro y Pablo ilumine las mentes y encienda en los corazones de los creyentes el santo deseo de cumplir la voluntad de Dios, para que la Iglesia peregrina en la tierra sea siempre fiel a su Señor”. E invitó a los asistentes a dirigirse “con confianza a la Virgen María, Reina de los Apóstoles, que desde el Cielo guía y sostiene el camino del Pueblo de Dios”.

Tras rezar el Ángelus, el Papa saludó a los familiares y acompañantes de los arzobispos que acababan de recibir el palio y a los peregrinos en distintas lenguas. A los de lengua española les invitó a seguir el ejemplo de los santos Pedro y Pablo martirizados en Roma “para que, cada vez más unidos al Señor, sepáis dar en vuestra vida abundantes frutos de santidad y apostolado”.

Vídeo: Romereports

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SAN PEDRO Y SAN PABLO

El Sagrado Corazón de Jesús

 

El viernes siguiente al segundo domingo después de Pentecostés, la Iglesia dirige la mirada al costado abierto de Cristo en la Cruz, expresión del amor infinito de Dios por los hombres y manantial del que brotan sus sacramentos.

La contemplación de esta escena ha alimentado la devoción de los cristianos desde los primeros siglos, pues ahí han encontrado una fuente continua de paz y seguridad en las dificultades.

La mística cristiana nos invita a abrirnos al Corazón del Verbo Encarnado:

«Que Cristo habite en vuestros corazones por la fe, para que, arraigados y fundamentados en la caridad, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad; y conocer también el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para que os llenéis por completo de toda la plenitud de Dios» Ef 3, 17-19.

La piedad popular del bajo medioevo desarrolló una veneración profunda y expresiva de la Humanidad Santísima de Cristo sufriente en la Cruz. Se difundió así el culto a la corona de espinas, los clavos, las llagas... y al Corazón abierto, síntesis de todos los padecimientos del Salvador por amor a nosotros.

Estas formas de piedad dejaron su impronta en la Iglesia, de modo que en el siglo XVII nació la celebración litúrgica de la solemnidad del Sagrado Corazón.

El 20 de octubre de 1672 un sacerdote normando, san Juan Eudes, celebró por vez primera una misa propia del Sagrado Corazón y, a partir de 1673, se fueron difundiendo por Europa las visiones de santa Margarita María Alacoque sobre la expansión de este culto. Finalmente, Pío IX extendió oficialmente a la Iglesia latina esta fiesta.

sagrado corazon

 

La liturgia del día desarrolla los dos pilares teológicos de la devoción: las riquezas insondables del misterio de amor desplegado en Cristo, y la contemplación reparadora de su corazón traspasado. Los recogen las dos oraciones colecta que el Misal Romano ofrece:

«al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia»; «en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación».

 

La consideración del abismo de ternura del Señor por las almas es también una invitación a conformar el propio corazón al suyo, a unir al afán reparador el deseo eficaz de acercar más almas a Él:

«Nos hemos asomado un poco al fuego del Amor de Dios; dejemos que su impulso mueva nuestras vidas, sintamos la ilusión de llevar el fuego divino de un extremo a otro del mundo, de darlo a conocer a quienes nos rodean: para que también ellos conozcan la paz de Cristo y, con ella, encuentren la felicidad» San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 170

 

Magisterio papal más reciente

Desde que el papa Pío XII publicó su encíclica Haurietis aquas, varios de sus sucesores han tratado del culto al sagrado corazón de Jesús. El papa Pablo VI, en su carta apostólica titulada Las innumerables riquezas de Cristo (6 de febrero de 1965), recomendaba esta devoción como un medio excelente de honrar al mismo Jesús, y hacía notar la relación íntima entre esta devoción y el misterio eucarístico:

"Deseamos especialmente que el corazón de Jesús sea honrado por una participación más intensa en el sacramento del altar, puesto que el mayor de sus dones es la eucaristía".

Pablo VI contaba esta devoción entre las fórmulas populares de piedad que el concilio Vaticano II quería promover, porque no podía por menos de alimentar una piedad auténtica hacia la persona de Cristo. Estaba, además, en armonía con la liturgia, porque precisamente en el corazón de Jesús tiene la liturgia su origen y su vida; desde ese corazón el sacrificio de expiación se elevó hacia el Padre eterno.

Juan Pablo II, en su primera encíclica, Redemptor hominis (4 de marzo de 1979), que trata del misterio de la redención, tiene la siguiente expresión:

"La redención del mundo -este tremendo misterio de amor en el cual la creación se renueva- es en su raíz más profunda la plenitud de la justicia en un corazón humano, el corazón del Hijo primogénito, para que pueda ser justicia en el corazón de muchos seres humanos, predestinados desde la eternidad en el Hijo primogénito a ser hijos de Dios y llamados a la gracia y al amor".

En una audiencia general, el 20 de junio del mismo año, habló abundantemente de la devoción al sagrado corazón, cuya fiesta estaba a punto de celebrarse. "Hoy, anticipando la fiesta de ese día, junto con vosotros, deseo volver los ojos de nuestros corazones hacia el misterio de ese corazón. Me ha hablado desde mi juventud. Cada año vuelvo a este misterio en el ritmo litúrgico del tiempo de la Iglesia".

Es característico del papa Juan Pablo hablar del corazón de Cristo asociándolo con todo corazónhumano. Es un caso de "cor ad cor loquitur", "el corazón habla al corazón". El corazón es un símbolo que habla del hombre interior y espiritual. El corazón humano, iluminado por la gracia, está llamado a comprender las "insondables riquezas" del corazón de Cristo.

San Juan el apóstol, san Pablo y los místicos de todos los tiempos, han descubierto por sí mismos y han compartido con otros esas mismas riquezas espirituales. Pero Jesús atrae a todos hacia su corazón, se revela a ellos, les habla al corazón, vive en sus corazones por la fe y quiere ser rey de ellos no por el ejercicio de la fuerza, sino con suavidad y amor.

Por fin, en una nota litúrgica, el papa explica cómo esta fiesta incluye y resume el ciclo litúrgico:

"Así, al final de este ciclo fundamental de la Iglesia, la fiesta del sagrado corazón de Jesús se presenta discretamente. Todo el ciclo está incluido definitivamente en él: en el corazón del Hombre-Dios. De él irradia también cada año la vida entera de la Iglesia".

 

 

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SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Ver el discurso del Papa Francisco a la Conferencia episcopal italiana, el 16-V-20016)

 

 

Aquí puedes ver una extracto de la Película 

 

A lo largo de la historia del cine se ha abordado la vida de Jesús de Nazareth en múltiples ocasiones y, por extensión, la de su bautista, Juan. Hoy 24 de junio es buena ocasión para repasar aquellas interpretaciones que intentaron acercar el personaje del santo al espectador.

 

Una de las más conocidas sin duda es la de Michael York en "Jesús de Nazareth"(1977), aquella producción italiana dirigida por Franco Zeffirelli que en su origen fue una miniserie, pero que se llegaron a hacer copias más cortas para cine y televisión. York realiza una soberbia interpretación de san Juan,  en todas sus acepciones.

 

 

El nacimiento del Bautista está marcado por la oración: el canto de alegría, de alabanza y de agradecimiento que Zacarías eleva al Señor, el ‘Benedictus’, exalta la acción de Dios en la historia e indica proféticamente la misión del hijo Juan: preceder al Hijo de Dios hecho carne para prepararle los caminos.

juan bautista

Toda la existencia del Precursor de Jesús está alimentada por la relación con Dios, en particular, el período transcurrido en regiones desiertas, regiones desiertas que son lugar de la tentación, pero también lugar en el que el hombre siente su propia pobreza porque está privado de los apoyos y las seguridades materiales, y comprende que el único punto de referencia sólido es Dios mismo.

 

San Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida.

 

juan bautista

 

 

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¿Qué relación existió entre San Juan Bautista y Jesús?

 

 

Un hombre para la eternidad (1966)

«Un testimonio excepcional de honestidad e integridad moral»

Caso de conciencia

Obra maestra de Fred Zinnemann, galardonada con 6 Oscar. La historia de Tomás Moro y su martirio a manos de Enrique VIII es un monumento a lo más sagrado del hombre: su conciencia. Excepcional trabajo de Paul Scofield, que ganó el Oscar.

 

Sinopsis 

Para divorciarse de su esposa Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos y tía del emperador Carlos V) y contraer matrimonio con Ana Bolena, Enrique VIII (1509-1547) trata de obtener el apoyo de la aristocracia y del clero. Sir Thomas Moro, uno de los más notables humanistas europeos ("Utopía", 1516), ferviente católico y hombre de confianza del monarca, se encuentra en una encrucijada: ¿debe actuar de acuerdo con su conciencia, arriesgándose a ser tachado de traidor y ejecutado, o debe ceder ante un rey que no tiene ningún reparo en adaptar la ley a sus necesidades?

La pieza es un dechado de perfección formal, con una trama meticulosa y hábilmente  construida para incardinar en la ficción episodios históricos verídicos y relevantes en los que participaron los protagonistas.

 

tomas moro

 

La acción avanza a un ritmo trepidante hacia el desenlace, dando entrada progresivamente a nuevos elementos que alimentan la línea de conflicto principal; elementos no sólo de carácter episódico, sino relativos a la evolución de los intereses y de las motivaciones ocultas de los personajes a medida que éstos se van adaptando a la nueva situación.

 

Crítica

A Man for All Seasons recibió numerosas evaluaciones positivas de críticos de cine, con una calificación del 80% en Rotten Tomatoes, con una calificación promedio de 7,8/10, con base en 35 revisiones. El consenso de los críticos afirma: "La cinematografía sólida y las actuaciones agradables de Paul Scofield y Robert Shaw añaden una chispa a esta adaptación deliberadamente marcada de la obra de Robert Bolt".

En 1995, con motivo del centenario del nacimiento del cine, el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Socialesde la Santa Sede la incluyó entre las mejores películas de todos los tiempos. En 1999, el British Film Institute nombró a A Man for All Seasons la 43.ª película británica más grande de todos los tiempos. En 2008, ocupó el lugar 106 en la lista de 500 mejores películas de todos los tiempos de la revista Empire.

 

¿Qué podemos aprender de ella?

Cuando san Pedro y los apóstoles son conminados por las autoridades judías a abandonar la predicación de la fe, responden: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch. 5, 29). Precisamente, en esta réplica, la Iglesia encuentra el fundamento de su posición ante las leyes que atentan contra los preceptos divinos:

«El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estas son contrarias a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política» (CCE, 2242).

 

 

 

 

Título original.           A Man for All Seasons

Año.     1966

Duración120 min.

País-  Reino Unido

Dirección      Fred Zinnemann

 

 

tomas moro

 

El mundo cristiano celebra los 1.700 años del Concilio de Nicea, primer concilio ecuménico

 

Primer Concilio de Nicea, también primer concilio ecuménico. En él se declaró que Jesucristo es Dios (verdadero Dios y verdadero hombre), hijo eterno de Dios (homousios = de la misma naturaleza del Padre) y hecho hombre por nuestra salvación. La filiación divina de Jesús nos ha hecho hijos en Él y hermanos entre nosotros, especialmente los cristianos.

 

Esto ha tenido y sigue teniendo grandes consecuencias para la historia y la cultura, a través de la vida cristiana, como se apunta en el documento de la Comisión Teológica Internacional, “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador: 1700 años del Concilio Ecuménico de Nicea (325-2025)”. Nos limitamos aquí a señalar algunas implicaciones educativas de las conclusiones del texto (cf. nn 121-124).

 

 

Belleza, asombro

Ante todo, el camino de la belleza. Se dice que esta celebración “es una invitación apremiante para que la Iglesia redescubra el tesoro que se le ha confiado y aproveche para compartirlo con alegría, en un nuevo impulso, incluso en una ‘nueva etapa de evangelización’”, con palabras del Papa Francisco. Sin duda con implicaciones educativas.

Lo primero que propone es “dejarnos asombrar por la inmensidad de Cristo para que todos queden maravillados; reavivar el fuego de nuestro amor al Señor Jesús, para que todos puedan arder de amor por él. Nada ni nadie es más hermoso, más vivificante, más necesario que Él”, como ya dijo Dostoievski.

En efecto, ¿cómo es posible acostumbrarse a que Dios se haya unido, en Cristo, a la humanidad para llevarla a la plenitud de la vocación humana, y, además, de modo que nos ha hecho hijos amados y hermanos en la familia de Dios mediante el Espíritu Santo?

Y por eso: “Quienes han visto la gloria (doxa) de Cristo pueden cantarla y dejar que la doxología se convierta en anuncio generoso y fraterno, es decir, en kerigma”.

 

Realismo

Segundo, el realismo. Conviene señalar que el mensaje cristiano no es nada ingenuo: no pasa por alto el mal, ni la complejidad de la realidad, ni tampoco olvida nuestra resistencia a los planes divinos.

Señala el documento: “Proclamar a Jesús como nuestra Salvación desde la fe expresada en Nicea no es ignorar la realidad de la humanidad. No da la espalda a los sufrimientos y a las sacudidas que atormentan al mundo y que hoy parecen socavar toda esperanza”.

Así es, porque no se puede decir que Jesús no haya conocido “la violencia del pecado y del rechazo, la soledad del abandono y de la muerte”; pero desde ese abismo del mal, “ha resucitado para llevarnos también a nosotros en su victoria hasta la gloria de la resurrección”.

Además, el anuncio renovado de la salvación obrada por Cristo, “tampoco ignora la cultura y las culturas, al contrario, también aquí con esperanza y caridad las escucha y se enriquece con ellas, las invita a la purificación y las eleva”.

Al mismo tiempo, “entrar en una esperanza tal requiere evidentemente una conversión, en primer lugar, de parte de quien anuncia a Jesús con la vida y con la palabra, porque implica una renovación de la inteligencia según el pensamiento de Cristo”.

Por eso, siendo Nicea “fruto de una transformación del pensamiento que ha sido posible por el acontecimiento Jesucristo”, “solo será posible una etapa nueva de evangelización para aquellos que se dejan renovar por este acontecimiento, para quienes se dejan aferrar por la gloria de Cristo, siempre nueva”.

 

 

Misericordia

Tercero, la concreta escuela de la misericordia: “Proclamar a Jesús como nuestra Salvación desde la fe expresada en Nicea significa prestar especial atención a los más pequeños y vulnerables de nuestros hermanos y hermanas”. Nos compromete personal y socialmente: “Proclamar significa aquí “dar de comer”, “dar de beber”, “acoger”, “vestir” e “ir a visitar” (Mt 25,34-40)”. Es decir, con las obras de misericordia, “irradiar la humilde gloria de la fe, de la esperanza y de la caridad para con aquellos en los que no se tiene confianza, de quienes nadie espera nada y que no son amados por el mundo”.

Pero aquí no se habla solo del que hace las obras de misericordia, sino también del que las recibe: “No nos equivoquemos: estos crucificados de la historia son Cristo entre nosotros, en el sentido más fuerte posible: “conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40).

Él se identifica con ellos y ellos con Él: “El Crucificado-Resucitado conoce íntimamente sus sufrimientos y ellos conocen los suyos. Son, por tanto, los apóstoles, maestros y evangelizadores de los ricos y de los sanos”.

 

Testimonio, coherencia

Finalmente, la fe que viene de Nicea es la fe cristiana que se proclama en el Credo y se vive mediante la liturgia y los sacramentos, y la oración. Y que se testimonia con una conducta centrada en la fraternidad que se funda en Cristo. Por tanto, “el anuncio solo será fructífero si hay consonancia entre la forma del mensaje y su contenido, entre la forma de Cristo y la forma de la evangelización”. Esto requiere seguir a Cristo “manso y humilde de corazón” (Mt 11,29; cf. Mt 5, 5) y dejarle actuar en nosotros para alcanzar Su victoria.

No es esta, se concluye, una victoria sobre los adversarios (excepto Satanás). No se trata de una batalla que deje perdedores; sino de la configuración con Cristo, que miraba con amor y compasión, dejándose llevar por el Espíritu del Padre.

En efecto, porque, en la vida de los cristianos, se cumple aquello de que el mensajero forma parte de un mensaje que abre siempre de nuevo al asombro.

 

 

 

FUENTE: iglesiaynuevaevangelizacion.blogspot.com

24 de junio

Nacimiento de Juan Bautista

Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista, Precursor del Señor, que, estando aún en el seno materno, al quedar lleno del Espíritu Santo exultó de gozo por la próxima llegada de la salvación del género humano.

Su nacimiento profetizó la Natividad de Cristo el Señor, y su existencia brilló con tal esplendor de gracia, que el mismo Jesucristo dijo no haber entre los nacidos de mujer nadie tan grande como Juan el Bautista.

 

Origen de la fiesta

La Iglesia celebra normalmente la fiesta de los santos en el día de su nacimiento a la vida eterna, que es el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una excepción y se celebra el día de su nacimiento. San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel, según el Evangelio.

 

juan bautista

 

 

fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría, para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.


El nacimiento de Juan Bautista

Isabel, la prima de la Virgen María estaba casada con Zacarías, quien era sacerdote, servía a Dios en el templo y esperaba la llegada del Mesías que Dios había prometido a Abraham. No habían tenido hijos, pero no se cansaban de pedírselo al Señor. Vivían de acuerdo con la ley de Dios.

Un día, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías, quien se sobresaltó y se llenó de miedo. El Árcangel Gabriel le anunció que iban a tener un hijo muy especial, pero Zacarías dudó y le preguntó que cómo sería posible esto si él e Isabel ya eran viejos. Entonces el ángel le contestó que, por haber dudado, se quedaría mudo hasta que todo esto sucediera. Y así fue.

La Virgen María, al enterarse de la noticia del embarazo de Isabel, fue a visitarla. Y en el momento en que Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó de júbilo en su vientre. Éste es uno de los muchos gestos de delicadeza, de servicio y de amor que tiene la Virgen María para con los demás. Antes de pensar en ella misma, también embarazada, pensó en ir a ayudar a su prima Isabel.

El ángel había encargado a Zacarías ponerle por nombre Juan. Con el nacimiento de Juan, Zacarías recupera su voz y lo primero que dice es: "Bendito el Señor, Dios de Israel".

Juan creció muy cerca de Dios. Cuando llegó el momento, anunció la venida del Salvador, predicando el arrepentimiento y la conversión y bautizando en el río Jordán.

 

La predicación de Juan Bautista

Juan Bautista es el Precursor, es decir, el enviado por Dios para prepararle el camino al Salvador. Por lo tanto, es el último profeta, con la misión de anunciar la llegada inmediata del Salvador.

Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Venían hacia él los habitantes de Jerusalén y Judea y los de la región del Jordán. Juan bautizaba en el río Jordán y la gente se arrepentía de sus pecados.

Predicaba que los hombres tenían que cambiar su modo de vivir para poder entrar en el Reino que ya estaba cercano. El primer mensaje que daba Juan Bautista era el de reconocer los pecados, pues, para lograr un cambio, hay que reconocer las fallas.

El segundo mensaje era el de cambiar la manera de vivir, esto es, el de hacer un esfuerzo constante para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Esto serviría de preparación para la venida del Salvador. En suma, predicó a los hombres el arrepentimiento de los pecados y la conversión de vida.

Juan reconoció a Jesús al pedirle Él que lo bautizara en el Jordán. En ese momento se abrieron los cielos y se escuchó la voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado...". Juan dio testimonio de esto diciendo: "Éste es el Cordero de Dios...".

Juan Bautista

 

Reconoció siempre la grandeza de Jesús, del que dijo no ser digno de desatarle las correas de sus sandalias, al proclamar que él debía disminuir y Jesús crecer porque el que viene de arriba está sobre todos.

Fue testigo de la verdad hasta su muerte. Murió por amor a ella. Herodías, la mujer ilegítima de Herodes, pues era en realidad la mujer de su hermano, no quería a Juan el Bautista y deseaba matarlo, ya que Juan repetía a Herodes: "No te es lícito tenerla".

La hija de Herodías, en el día de cumpleaños de Herodes, bailó y agradó tanto a su padre que éste juró darle lo que pidiese. Ella, aconsejada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Herodes se entristeció, pero, por el juramento hecho, mandó que le cortaran la cabeza de JuanBautista que estaba en la cárcel.

 

¿Qué nos enseña la vida de Juan Bautista?

Nos enseña a cumplir con nuestra misión que adquirimos el día de nuestro bautismo: ser testigos de Cristo viviendo en la verdad de su palabra; transmitir esta verdad a quien no la tiene, por medio de nuestra palabra y ejemplo de vida; a ser piedras vivas de la Iglesia, así como era el Papa Juan Pablo II.

Nos enseña a reconocer a Jesús como lo más importante y como la verdad que debemos seguir. Nosotros lo podemos recibir en la Eucaristía todos los días.

Nos hace ver la importancia del arrepentimiento de los pecados y cómo debemos acudir con frecuencia al sacramento de la confesión.

Podemos atender la llamada de Juan Bautista reconociendo nuestros pecados, cambiando de manera de vivir y recibiendo a Jesús en la Eucaristía.

El examen de conciencia diario ayuda a la conversión, ya que con éste estamos revisando nuestro comportamiento ante Dios y ante los demás.

 

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SAN JUAN BAUTISTA

 

ver en Wikipedia

 

¿Por qué la fiesta de Corpus Christi?

La solemnidad del Corpus Christi tuvo origen en un contexto cultural e histórico determinado: nació con el objetivo de reafirmar abiertamente la fe del Pueblo de Dios en Jesucristo vivo y realmente presente en el santísimo sacramento de la Eucaristía".

El Papa Benedicto XVI explica así la historia de esta fiesta, que remonta al siglo XIII

 

Santa Juliana de Cornillón tuvo una vision que “presentaba la luna en su pleno esplendor, con una franja oscura que la atravesaba diametralmente. El Señor le hizo comprender el significado de lo que se le había aparecido.

La luna simbolizaba la vida de la Iglesia sobre la tierra; la línea opaca representaba, en cambio, la ausencia de una fiesta litúrgica(…) en la que los creyentes pudieran adorar la Eucaristía para aumentar su fe, avanzar en la práctica de las virtudes y reparar las ofensas al Santísimo Sacramento (…).

La buena causa de la fiesta del Corpus Christi conquistó también a Santiago Pantaleón de Troyes, que había conocido a la santa durante su ministerio de archidiácono en Lieja. Fue precisamente él quien, al convertirse en Papa con el nombre de Urbano IV, en 1264 quiso instituir la solemnidad del Corpus Christi como fiesta de precepto para la Iglesia universal, el jueves sucesivo a Pentecostés.

 

Detalle del relicario donde se custodia el corporal con las huellas del milagro eucarístico acontecido el 1263 en Bolsena. Se encuentra en la catedral de Orvieto (Italia).

 

Hasta el fin del mundo

En la bula de institución, titulada Transiturus de hoc mundo (11 de agosto de 1264) el Papa Urbano alude con discreción también a las experiencias místicas de Juliana, avalando su autenticidad, y escribe:

«Aunque cada día se celebra solemnemente la Eucaristía, consideramos justo que, al menos una vez al año, se haga memoria de ella con mayor honor y solemnidad. De hecho, las otras cosas de las que hacemos memoria las aferramos con el espíritu y con la mente, pero no obtenemos por esto su presencia real.

En cambio, en esta conmemoración sacramental de Cristo, aunque bajo otra forma, Jesucristo está presente con nosotros en la propia sustancia. De hecho, cuando estaba a punto de subir al cielo dijo: “He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20)».

 

corpus

 

El Pontífice mismo quiso dar ejemplo, celebrando la solemnidad del Corpus Christi en Orvieto, ciudad en la que vivía entonces. Precisamente por orden suya, en la catedral de la ciudad se conservaba —y todavía se conserva— el célebre corporal con las huellas del milagro eucarístico acontecido el año anterior, en 1263, en Bolsena.

Un sacerdote, mientras consagraba el pan y el vino, fue asaltado por serias dudas sobre la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. Milagrosamente algunas gotas de sangre comenzaron a brotar de la Hostia consagrada, confirmando de ese modo lo que nuestra fe profesa.

Textos que remueven

Urbano IV pidió a uno de los mayores teólogos de la historia, santo Tomás de Aquino —que en aquel tiempo acompañaba al Papa y se encontraba en Orvieto—, que compusiera los textos del oficio litúrgico de esta gran fiesta. Esos textos, que todavía hoy se siguen usando en la Iglesia (himno Adorote Devote), son obras maestras, en las cuales se funden teología y poesía.

Son textos que hacen vibrar las cuerdas del corazón para expresar alabanza y gratitud al Santísimo Sacramento, mientras la inteligencia, adentrándose con estupor en el misterio, reconoce en la Eucaristía la presencia viva y verdadera de Jesús, de su sacrificio de amor que nos reconcilia con el Padre, y nos da la salvación.(…)

 

Adoración eucarística en Hyde Park, en Londres, septiembre de 2010

 

Una «primavera eucarística»

Quiero afirmar con alegría que la Iglesia vive hoy una «primavera eucarística»: ¡Cuántas personas se detienen en silencio ante el Sagrario para entablar una conversación de amor con Jesús! Es consolador saber que no pocos grupos de jóvenes han redescubierto la belleza de orar en adoración delante del Santísimo Sacramento.

Pienso, por ejemplo, en nuestra adoración eucarística en Hyde Park, en Londres. Pido para que esta «primavera eucarística» se extienda cada vez más en todas las parroquias, especialmente en Bélgica, la patria de santa Juliana.

El venerable Juan Pablo II, en la encíclica Ecclesia de Eucharistia, constataba que «en muchos lugares (…) la adoración del Santísimo Sacramento tiene diariamente una importancia destacada y se convierte en fuente inagotable de santidad.

La participación fervorosa de los fieles en la procesión eucarística en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo es una gracia del Señor, que cada año llena de gozo a quienes participan en ella. Y se podrían mencionar otros signos positivos de fe y amor eucarístico» (n. 10).

Recordando a santa Juliana de Cornillón, renovemos también nosotros la fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Como nos enseña el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica,

«Jesucristo está presente en la Eucaristía de modo único e incomparable. Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su alma y su divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del vino» (n. 282).

 

Queridos amigos, la fidelidad al encuentro con Cristo Eucarístico en la santa misa dominical es esencial para el camino de fe, pero también tratemos de ir con frecuencia a visitar al Señor presente en el Sagrario. Mirando en adoración la Hostia consagrada encontramos el don del amor de Dios, encontramos la pasión y la cruz de Jesús, al igual que su resurrección.

Corpus ChristiAdoración Eucarística durante la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011

Fuente de alegría

Precisamente a través de nuestro mirar en adoración, el Señor nos atrae hacia sí, dentro de su misterio, para transformarnos como transforma el pan y el vino. Los santos siempre han encontrado fuerza, consolación y alegría en el encuentro eucarístico.

Con las palabras del himno eucarístico Adoro te devote repitamos delante del Señor, presente en el Santísimo Sacramento: «Haz que crea cada vez más en ti, que en ti espere, quete ame». Gracias.

 

BENEDICTO XVI, Audiencia general, 17 de noviembre de 2010
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¿Por qué la fiesta de Corpus Christi?

 

 

Catacumbas de San Sebastián - Roma

Un viaje al corazón de la Roma subterránea, entre las catacumbas de los primeros cementerios cristianos, la memoria de los apóstoles Pedro y Pablo y el martirio de Sebastián. Un lugar que aún habla a los peregrinos del siglo XXI.

 

12 km de galerías

Desde el siglo I, la cantera fue explotada y destinada a ubicar sepulturas en nichos, tanto paganas como cristianas. Se construyeron varios columbarios, típicos ambientes sepulcrales romanos, y al menos dos edificios residenciales conocidos como la “Villa grande” y la “Villa pequeña”, con notables decoraciones pictóricas en las paredes.

El crecimiento de la comunidad cristiana y los elevados costos de los terrenos suburbanos provocaron la excavación continua de esta área, dando lugar a la formación de una red intrincada de galerías subterráneas de 12 kilómetros de longitud y distribuidas en tres niveles.

 

¿Las catacumbas eran refugios?

Es necesario desmentir el lugar común, aún muy arraigado en el imaginario colectivo, que sostiene que las catacumbas eran un refugio para los primeros cristianos, cuya fe, en los primeros siglos, realmente se vivía en la clandestinidad, bajo pena de muerte.

“Esta leyenda surge por el carácter laberíntico de las intrincadas galerías que caracterizan los cementerios cristianos”, comenta Flavio Pallocca, arqueólogo de la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra. Esta red de túneles fue, de hecho, creada por los fossori, es decir, los obreros encargados de excavar las tumbas subterráneas.

“En las galerías encontramos nichos, arcosolios, a veces espacios más amplios, como verdaderas capillas privadas que llamamos cubiculi y que confieren a estos lugares un notable carácter funerario. Las catacumbas eran cementerios”.

 

El descanso en espera de la resurrección

Al término griego necropolis, ciudad de los muertos, utilizado por los romanos, los primeros cristianos prefirieron el de koimào, cementerio, que literalmente significa “dormir”.

“Eran dormitorios”, continúa Pallocca. “Aquí los cuerpos de los cristianos se dormían en espera de la resurrección. Las catacumbas, de hecho, nunca son lugares tristes. Los frescos están llenos de temas que nos hablan de esperanza y de vida más allá de la muerte”.

 

La memoria de los Apóstoles Pedro y Pablo

El complejo arqueológico de San Sebastián, en la Vía Apia Antigua, la Regina viarum, está señalado por la presencia de la basílica homónima, construida por mandato del emperador Constantino en el siglo IV en honor a los Apóstoles Pedro y Pablo.

Según la tradición, de hecho, durante las persecuciones de Valeriano en el siglo III, precisamente aquí fueron resguardadas las reliquias de ambos santos. Por este motivo, el sitio cristiano era conocido como Memoria Apostolorum (Memoria de los Apóstoles).

 

Las oraciones grabadas en la pared

Las reliquias de los dos apóstoles fueron probablemente colocadas en la Triclia, un espacio cubierto formado por una gran sala porticada. En la pared de fondo se han encontrado más de 600 grafitos con invocaciones y oraciones dirigidas a Pedro y Pablo.

Algunas de estas inscripciones aún son visibles. Particularmente conmovedora es la de un peregrino que, dirigiéndose a los dos mártires más importantes del cristianismo, escribió: Paule et Petre petite pro Victore (San Pablo y San Pedro, rueguen por Víctor).

De los Apóstoles a Sebastián

"Los peregrinos se agolpaban en el patio exterior de la Triclia para venerar a los Apóstoles. Las fuentes", continúa el arqueólogo, "son muy precisas al identificar este como el lugar del culto apostólico.

Sabemos por los calendarios martiriales que, en el año 258, Tusco et Basso consulibus, durante el consulado de Tusco y Basso, aquí mismo, ad catacumbas, además de en los santuarios más conocidos del Vaticano y del Ostiense, se practicaba la veneración de Pedro y Pablo. Solo más tarde, este culto se complementó con el de San Sebastián, quien se convirtió en el titular del cementerio".

 

Testigo de la fe hasta la muerte

Recorriendo las galerías de la catacumba, impacta la variedad de tumbas y decoraciones: lámparas, monedas, joyas, juguetes de niños, nombres grabados en la cal, que transmiten la memoria de los difuntos. La veneración de los fieles por el mártir romano, quien, a pesar de ser una respetada guardia personal del emperador Diocleciano, dio testimonio de su fe en Cristo hasta las últimas consecuencias, aumentó, moldeando la conformación interna del cementerio. Los lugares cercanos a su tumba se volvieron cada vez más solicitados.

“El lugar de sepultura de Sebastián era objeto de gran interés por parte de los cristianos, especialmente los más adinerados, que deseaban ardientemente descansar cerca de él para asegurarse una ascensión más rápida al paraíso. Además, bajo el pontificado del Papa Dámaso, entre los años 366 y 384, alrededor de las tumbas de los mártires se construyeron verdaderas basilicas o cubiculi más amplios, que permitían a los peregrinos acceder con mayor facilidad a estos lugares”.

 

El sueño de Lucina

“En una Passio, es decir, una fuente hagiográfica compilada a principios del siglo V, se cuenta la anécdota de la piadosa matrona Lucina, a quien, en un sueño, Sebastián le indicó el lugar donde encontrar su cuerpo” – primero atravesado por flechas y luego arrojado en la Cloaca Maxima por las guardias de Diocleciano.

“El mártir habría pedido entonces a la mujer que trasladara sus restos al cementerio ad catacumbas, a tres millas de la Vía Apia. Esta fuente nos señala el lugar donde fue enterrado Sebastián: en una cripta, es decir, en un ambiente subterráneo cerca de las reliquias de los Apóstoles. De hecho, el sitio de la sepultura de Sebastián que hoy conocemos corresponde a esta descripción y está topográficamente ubicado debajo de la basílica dedicada en la época constantiniana a los Apóstoles Pedro y Pablo”.

 

Un lugar siempre vivo

Custodiadas en un sarcófago en la base del altar de la cripta, las reliquias de Sebastián fueron trasladadas al Vaticano en el siglo IX, pero regresaron a la basílica en la Vía Apia en el siglo XIII. “Este cementerio”, señala Flavio Pallocca, “también gracias a la presencia de una comunidad monástica en la basílica, nunca ha sido olvidado.

Es una característica que lo distingue de otros sitios arqueológicos, redescubiertos solo a finales del siglo XVI. San Sebastián ha mantenido siempre una continuidad en la visita de los peregrinos. Pensemos en una figura tan importante del catolicismo como san Felipe Neri, que, como lo certifican los actos del proceso de canonización, en el siglo XVI, rezaba asiduamente en las galerías de San Sebastián y vivió la experiencia mística de la fractura de su costado”.

 

La peregrinación y el Jubileo

Desde el siglo VI, las catacumbas están documentadas como destino de peregrinajes provenientes de toda Europa. El Jubileo de la Esperanza que estamos viviendo confirma esta vocación.

Durante todo el 2025, la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra ha creado El camino de los mártires: un “pasaporte” del peregrino que incluye las seis catacumbas de Roma abiertas al público.

“Se recibe en la taquilla y quienes acceden”, explica Flavio Pallocca, “además de beneficiarse de descuentos en el precio de las entradas, podrán hacer que se estampe un sello en la casilla correspondiente a la catacumba visitada en cada recorrido. Al finalizar el recorrido, se les otorga un testimonium, es decir, un documento que certifica la realización del peregrinaje”.

 

 

También durante las celebraciones jubilares, en las diversas criptas y tumbas de los mártires presentes en las catacumbas se han colocado las cruces del Jubileo: objetos inspirados iconográficamente en los sarcófagos del anastasis, es decir, de la resurrección. Son señales que indican a los peregrinos los lugares espirituales más importantes dentro de las catacumbas.

Una invitación a reservar un momento para la oración personal, dirigida a la memoria de los mártires, cuyo culto fue el origen del desarrollo de los primeros cementerios cristianos.

 

 

 

fuente - vaticannews.va

EL DOGMA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO

La Santísima Trinidad en los primeros cristianos

¿Evolucionan los dogmas en la Iglesia? Teniendo en cuenta el desarrollo histórico de la Iglesia, podríamos decir que si bien no evolucionan en cuanto a su contenido (la verdad es la misma ayer, hoy y mañana), se desarrollan en cuanto a la conciencia que de ellos va adquiriendo la Iglesia. Así, el tiempo ha permitido que la terminología vaya enriqueciéndose para expresar de forma más precisa, lo que la Iglesia ha creído siempre.

 

Los padres de la Iglesia primitiva ya utilizaban el término “Trinidad”

Respecto al dogma sobre la unidad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, ya en los primeros cristianos surge el término “Trinidad, como una forma de definir el misterio de que hay un solo Dios en Tres Personas distintas que tienen una misma naturaleza o sustancia.

Aunque algunas personas defienden que la doctrina Trinitaria fue “inventada” bajo la influencia del paganismo sobre el cristianismo, nada mejor que estudiar el testimonio de los primeros cristianos anteriores al Concilio de Nicea (año 325) para conocer cuál fue el verdadero desarrollo de la doctrina Trinitaria a lo largo de la historia.

Trinidad - dogma

 

El Testimonio de los primeros cristianos

1. La Didaché

La Didaché es un excelente testimonio del pensamiento de la Iglesia primitiva, y lo mencionamos por incluir un testimonio de cómo la fórmula bautismal Trinitaria era utilizada por la Iglesia Primitiva.

“Acerca del bautismo, bautizad de esta manera: Dichas con anterioridad todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en agua viva.”   (Didaché, VII, 1)

 

 2. El Martirio de Policarpo (155 d.C.)

Es una carta de la Iglesia de Esmirna a la comunidad de Filomeno donde se narra el martirio de San Policarpo, discípulo directo del apóstol San Juan y obispo de Esmirna. Es uno de los escritos apostólicos que hace uso de las bellas doxologías Trinitarias que expresan tan claramente el dogma Trinitario.

“A Él [Jesucristo] sea la gloria con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.” (Martirio de Policarpo, XXII, 3)

3. Arístides de Atenas(mitad del siglo II)

Dejó una apología de la fe dirigida al emperador Adriano César. En dicha apología Arístides utiliza la fórmula Trinitaria mencionando a las tres Personas Divinas.

“Este tuvo doce discípulos, los cuales, después de su ascensión a los cielos, salieron a las provincias del Imperio y enseñaron la grandeza de Cristo, al modo que uno de ellos recorrió nuestros mismos lugares predicando la doctrina de la verdad, pues conocen al Dios creador y artífice del universo en su Hijo Unigénito y en el Espíritu Santo, y no adoran a ningún otro Dios fuera de éste.(Arístides, Apología XV, 2)

 

4. Atenágoras de Atenas (178 d.C.)

Atenágoras aún sin usar el término Trinidad es bastante explícito al definirla. He aquí su forma de explicar la Trinidad:

“Así, pues, suficientemente queda demostrado que no somos ateos, pues admitimos a un solo Dios increado y eterno e invisible, impasible, incomprensible e inmenso, sólo por la inteligencia a la razón comprensible… ¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a quienes admiten a un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que muestran su potencia en la unidad y su distinción en el orden?” (Atenágoras de Atenas, Súplica en favor de los cristianos)

5. San Ireneo de Lyon(140 d.C.- 202 d.C.)

San Ireneo en su célebre tratado “Contra las Herejíasexpresa con claridad la fe Trinitaria de la Iglesia en un Solo Dios Padre, un Solo Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo. Jesucristo es para los cristianos “Señor y Dios y Salvador y Rey”. Particularmente importante es el testimonio de San Ireneo sobre que dicha doctrina es predicada y creída por todas las Iglesias del orbe, cual si tuvieran una sola boca o un solo corazón, ya que este testimonio es bastante anterior al concilio de Nicea.

 “Que el Verbo, o sea el Hijo, ha estado siempre con el Padre, de múltiples maneras lo hemos demostrado. Y que también su Sabiduría, o sea el Espíritu estaba con El antes de la creación.”  (Ireneo de Lyon, Contra las herejías IV,20,3)

6. Teófilo de Antioquía (180 d.C.)

Así como Tertuliano sería el primero en utilizar el vocablo latino Trinitas, San Teófilo sería el primero en utilizar la palabra griega Τριας (trinitas) para expresar la unión de las tres Divinas Personas en Dios.

“Los tres días que preceden a la creación de los luminares son símbolo de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría.”

“Teniendo, pues, Dios a su Verbo inmanente en sus propias entrañas, le engendró con su propia sabiduría, emitiéndole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo El por ministro de su creación y por su medio hizo todas las cosas….Este se llama principio, pues es Príncipe y Señor de todas las cosas por Él fabricadas.”  (Teófilo de Antioquia, Ad Autolycum, II,15)

7. Tertuliano(160 – 220 d.C.)

Tertuliano

Fue el primero en aplicar el vocablo latino Trinitas (Trinidad) a las tres divinas Personas. En “De pudicitia” escribe:

“..Para la misma iglesia es, propiamente y principalmente, el Espíritu mismo, en el cual es la Trinidad de Una Divinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo.”  (Tertuliano, Sobre la modestia, 21)

En “Adversas Praxean” da una explicación de la doctrina Trinitaria aún más completa.  Afirma que el Hijo es “de la substancia del Padre”: Filium non aliunde deduco, sed de substantia Patris, y el Espíritu es “del Padre por el Hijo”: Spiritum non aliunde deduco quam a Patre per Filium.

Si la pluralidad en la Trinidad te escandaliza, como si no estuviera ligada en la simplicidad de la unión, te pregunto: ¿cómo es posible que un ser que es pura y absolutamente uno y singular, hable en plural: “Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”?

Tertuliano se sirve del término “persona” para explicar que la Palabra (lógos) es distinto del Padre en “en el sentido de persona, no de substancia, para distinción, no para división” y la cual aplica también al Espíritu Santo a quien llama “la tercera persona”.

8. Orígenes (185 – 254 d.C.)

Orígenes utiliza frecuentemente el término Trinidad y que el Hijo procede el Padre, y dado que Dios es eterno, sigue que este acto de generación es también eterno, por lo que el Hijo no tiene principio y no hubo un tiempo en que Él no existiera.

De este modo, se opone con antelación a la herejía del arrianismo que afirmaría posteriormente lo opuesto: que hubo un tiempo en que el Hijo no existía.

9. Justino Mártir (165 d.C.)

En su primera apología distingue claramente y por orden a las Tres Personas Divinas:

“Y luego demostraremos que con razón honramos también a Jesucristo, que ha sido nuestro maestro en estas cosas y que para ello nació, el mismo que fue crucificado bajo Poncio Pilato, procurador que fue de Judea en tiempo de Tiberio César, que hemos aprendido ser el Hijo del mismoverdadero Dios y a quien tenemos en segundo lugar, así como al Espíritu profético tenemos en el tercero.” (Justino Mártir, Apología I, 13,3)

10. San Cipriano de Cartago (205 – 258 d.C.)

 Nació hacia el año 205, probablemente en Cartago. Se dedicó en su juventud a la retórica. En 248, San Cipriano fue elegido obispo de Cartago.

Cipriano de Cartago declara la divinidad de Cristo numerosas veces, y afirma que quien niegue que Cristo es Dios no puede ser templo de Dios.

“Después de la resurrección, cuando el Señor envió los apóstoles a las naciones, Él les ordenó bautizar a los gentiles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… Cristo mismo ordenó que las naciones sean bautizadas en la completa y unida Trinidad.  (Cipriano de Cartago, Carta 73,18)

11. Dionisio de Roma (Siglo III)

Siendo Papa desde el 259 al 268 combatió el modalismo y el subordinacionismo. En la carta a Dionisio de Alejandría el Papa dice Es necesario, sin embargo, que la palabra divina [Jesucristo] esté unida con Dios del Universo; y el Espíritu Santo debe respetar y morar en Dios. Por tanto la Trinidad Divina debe ser reunida en Una, una cumbre, como si fuera – quiero decir, el Dios Omnipotente del Universo.”

“Ni entonces podemos dividir en tres cabezas divinas la maravillosa y divina monarquía, ni desacreditar llamando “obra” la dignidad y excelente majestad de nuestro Señor, pero debemos creer en Dios, el Padre Todopoderoso, y en Jesús su Hijo , y en el Espíritu Santo, y sostenemos que a el Dios del universo la Palabra está unida.”  (Carta a Dionisio de Roma a Dionisio de Alejandría)

Conclusión

Después de haber estudiado los principales testimonios patrísticos anteriores al Concilio de Nicea (325 d.C.) no es difícil darse cuenta que la doctrina Trinitaria no es ninguna novedad y mucho menos un invento del paganismo. La Iglesia fue fiel en reconocer que hay un solo Dios, siendo el Padre Dios, el Hijo Dios, y el Espíritu Santo Dios, y esta verdad era comprendida y enseñada con mayor o menor claridad en la Iglesia de los primeros cristianos.

Es claro también que la mayoría de ellos rechazaban abiertamente tanto el arrianismo (que afirmaba que Jesucristo era un dios menor creado subordinado al Padre y que alguna vez no existió) y el modalismo (que afirmaba que había una sola Persona Divina en Dios, siendo el Hijo el Padre y viceversa, pero manifestados de manera diferentes).

Ciertamente algunos padres no comprendieron en su totalidad el misterio Trinitario, cosa totalmente comprensible en una materia de tanta complejidad. Han sido precisamente conflictos tan graves como el arrianismo y otras herejías, las que han dado oportunidad a la Iglesia para profundizar en estas verdades de fe.

 

+ info -

SANTÍSIMA TRINIDAD

 

Fuentes:

Gabriel Larrauri  “ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS”

apologeticacatolica.org

 

Ver en Wikipedia

El Trisagio Angélico a la Santísima Trinidad

Para preparar la fiesta de la Santísima Trinidad con esta devoción milenaria

La Santísima Trinidad es el misterio central de nuestra fe. Es la fuente de todas las gracias y el misterio inefable de la vida íntima de Dios. La fiesta, que se celebra el domingo después de Pentecostés, fue establecida para todo Occidente en 1134 por el Papa Juan XII.

El Trisagio Angélico se reza durante tres días, empezando el viernes antes de esta fiesta. Es una oración de adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima.

Trisagio Santisima Trinidad

Conoce la oración más antigua a la Santísima Trinidad: el Trisagio

La oración del Trisagio (palabra que significa «tres veces Santo»), o Trisagio Seráfico o Angélico, como también se le conoce a esta oración, es la más antigua que tenemos a la Santísima Trinidad. Pues, de hecho, está compuesta principalmente por las palabras que hallamos en el libro del Profeta Isaías, cuando aún el misterio mismo de la Trinidad no se había revelado a los hombres. Un breve pasaje del profeta nos narra una visión mística:

«El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban. Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.».

Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo. Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!» Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.» Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame.»» (Isaías 6, 1-8)

 

 

El Trisagio Angélico se reza durante tres días, empezando el viernes antes de esta fiesta. Es una oración de adoración y alabanza a la Trinidad Beatísima.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén
.

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre…
R. Como era en el principio…

 

Primera decena


En primer lugar, dicen todos la deprecación Santo Dios… ; después, como de costumbre, alternan la oración dominical el sacerdote (o el que dirige el rezo de las oraciones) y los demás; a continuación, se repiten nueve veces los versos siguientes, diciendo el sacerdote (o el que dirige el rezo de las oraciones) A Ti la alabanza… y respondiendo todos: Santo...; al terminar se añade: Gloria al Padre

 

Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal,
ten misericordia de nosotros.

Padre nuestro…

V. A Ti la alabanza, a ti la gloria,
a Ti hemos de dar gracias por los siglos
de los siglos, ¡oh Trinidad beatísima!

R. Santo, Santo, Santo Señor Dios
de los ejércitos. Llenos están los
cielos y la tierra de tu gloria.

V. Gloria al Padre…

R. Como era en el principio…

 

Las Otras dos decenas se dicen del mismo modo, comenzando por las palabras Santo Dios...
Al terminar la última decena, todos dicen la siuiente antífona.

Antífona

A ti Dios Padre no engendrado,
a ti Hijo unigénito,
a ti Espíritu Santo Paráclito,
santa e indivisa Trinidad,
con todas las fuerzas de nuestro corazón
y de nuestra voz, te reconocemos, alabamos y bendecimos;
gloria a ti por los siglos de los siglos.

V. Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.

R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

 

Oración

Oh Dios todopoderoso y eterno,
que con la luz de la verdadera fe
diste a tus siervos conocer la gloria
de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad:

haz, te suplicamos, que, por la
firmeza de esa misma fe, seamos defendidos
siempre de toda adversidad.

Por Cristo nuestro Señor

R. Amén.

 

Líbranos, sálvanos, vivifícanos, ¡oh Trinidad beatísima!

 

 

Santísima Trinidad Trisagio

 

Ver en Wikipedia

 

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