SAN SIXTO II, PAPA, Y COMPAÑEROS MÁRTIRES

Fue ordenado obispo de Roma el año 257. Al año siguiente, mientras celebraba la sagrada liturgia en el cementerio de Calixto, fue detenido por unos soldados, en virtud del edicto del emperador Valeriano, y ejecutado al momento, junto con cuatro de sus diáconos, el día 6 de agosto. Recibió sepultura en el mismo cementerio.

 

Sixto II fue un gran constructor de paz que acogió a los herejes arrepentidos sin rebautizarlos. También revocó la excomunión a los que rebautizaban. Debido a las persecuciones anticristianas de Valeriano, a solo once meses de pontificado, murió en 258, junto a seis de los siete diáconos de Roma.

Sixto II, el Papa número veinticuatro de la Iglesia Católica, se atusó la espesa barba, pensativo y cariacontecido. Estaba muy cansado. No eran tiempos fáciles, desde luego, y la situación duraba ya demasiado tiempo.

Sixto II

El Papa Sixto II y sus diáconos, con san Lorenzo. (Fra Angélico)

 

El Romano Pontífice, a quien algunos llamarían el Bueno y el Pacífico con toda justicia, sabía muy bien que sobre la Iglesia de Roma se cernían dos amenazas terribles en aquella época: de un lado, la persecución encarnizada de Valeriano, el todopoderoso emperador sin escrúpulos; y de otro, las propias intrigas internas que dividían y debilitaban a los cristianos perseguidos.

 

Sixto II no acertaba a distinguir cuál de las dos era más letal

Del emperador Valeriano, ¿qué decir? A todos les sorprendió el edicto. Venían de una época de relativa calma, cuando de pronto el emperador arremetió contra ellos exigiéndoles no solo renunciar a su credo religioso, sino incluso ofrecer un sacrificio a sus dioses paganos. Muchos habían sido ejecutados ya por negarse a blasfemar contra Dios, mientras otros salvaron el pellejo por renegar de su fe.

Las malas lenguas atribuían el cambio radical de Valeriano a la necesidad de sanear las maltrechas finanzas del imperio con ayuda de los bienes confiscados a los cristianos más pudientes. Sea como fuere, allí estaba Sixto II entonces, sumido en la celebración de la Santa Misa en el interior de las catacumbas del Praetextatus, muy cerca de la Via Appia.

Desde su silla recordaba, emocionado, la firme promesa de Jesús: «Donde dos o más se reúnen en mi nombre, allí en el centro estoy Yo». Ese era su único consuelo en aquel momento.

sixto II papaSolo la fe le ayudaba a aceptar esa terrible condena de vivir escondido en cementerios o grutas subterráneas, como el peor de los delincuentes, para poder rezar y renovar la pasión de Cristo en el altar, sin perder tampoco la esperanza de profesar la fe en libertad algún día.

Pero, aun así, Sixto presentía que se acercaba su final y experimentaba una enorme desazón por todo lo que aún le quedaba por hacer.

Percibió entonces el eco lejano de los pasos soldadescos en su busca. Corría el 6 de agosto del año 258.

Los emisarios de Valeriano, armados hasta los dientes, procedieron a capturarle instantes después.

«Bendito seas siempre, Señor», prorrumpió el pontífice mientras le apresaban. Zarandeado por aquellos salvajes, el Obispo de Roma se sorprendió de su falta de miedo.

 

Restablecer relaciones

Solo le importaba su Iglesia y pedía a Cristo con todas sus fuerzas que velase por su rebaño sin pastor. En realidad, a Sixto II únicamente le inquietaba la amenaza interna en la Iglesia, es decir, el efecto corrosivo de las luchas de poder disfrazadas de discrepancias doctrinales que debilitaban a la sagrada institución desde sus mismos cimientos. Sin saberlo entonces, Sixto II pasaría a la historia por haber realizado una labor de reconciliación valiosísima.

 

La profecía cumplida del Papa Sixto II

No en vano, restableció las relaciones con Cipriano, Obispo de Cartago. La Iglesia de Roma y la del Norte de África volvieron así a entenderse después de largo tiempo. Al fin y al cabo, Sixto II hizo entender a Cipriano que una Iglesia no debía resquebrajarse por diferencias de criterio en el trato a los apóstatas que renunciaban a su fe, los llamados lapsis.

Sixto II fue conducido así ante las autoridades, que le condenaron a muerte junto con cuatro diáconos ejecutados también en el cementerio de Calixto, en la Vía Apia. Canonizado años después, Sixto II murió decapitado, pero antes de eso se cruzó con San Lorenzo, diácono de Roma, rumbo hacia el patíbulo.

Cuenta la leyenda, atribuida a San Ambrosio de Milán, que en aquel fugaz encuentro camino del martirio, San Lorenzo (el santo de origen español a quien más tarde rendiría homenaje Felipe II con su monasterio de El Escorial), le preguntó a Sixto II con afección: «¿Adónde vas sin mí, sin tu diácono, sin tu hijo y sirviente?». La respuesta del Papa debió helarle la sangre: «En cuatro días, tú me seguirás», profetizó Sixto II con mirada fulminante.

Y así fue: San Lorenzo falleció cuatro días después exactamente, el 10 de agosto del año 258, de forma tal vez aún más terrible que Sixto… ¡Asado vivo en una parrilla!

recompensas cristianas

La leyenda provenía, según la tradición, de San Ambrosio de Milán, Obispo de la localidad italiana, además de destacado teólogo y orador. Por si fuera poco, San Ambrosio ha sido reconocido como uno de los treinta seis doctores de la Iglesia Católica.

 

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https://www.primeroscristianos.com/catacumbas/

 

ver en Wikipedia  

No sé si es el lugar más impresionante de Tierra Santa -eso ya depende de cada uno-, pero desde luego es un sitio que no deja indiferente

El monte Tabor está a 588 metros de altura sobre el nivel del mar. Allí tuvo lugar la transfiguración del Señor delante de los tres apóstoles, y con la aparición de Elías y Moises. Este es el precioso mosaico que hay en el interior de la Iglesia católica del monte Tabor.

Antes de venirme a Tierra Santa hablando con un amigo en su casa, me decía:

-A mí lo que más ilusión me hace de Tierra Santa es poder visitar el monte Tabor.

Antes de dos años cumplió su sueño mi amigo, y no quedó defraudado. Ciertamente es un monte impresionante. Siempre lo he subido en coche, aunque haciendo el propósito de hacer la ascensión andando en cuanto tuviera oportunidad.

Pero, por desgracia, siempre que visito el monte Tabor es con cierta prisa, pues acompaño a amigos en un día de excursión: venimos de estar en el mar de Galilea por la mañana, y nos queda todavía por ver Nazaret en lo que resta de tarde, para luego volver a Jerusalén por la noche.

Recuerdo la primera vez que estuve: cómo me impresionó el lugar y la vista que hay desde la cima de todo el valle del Esdrelón. Se respira una paz asombrosa y se reza muy bien. Entiendo que el Señor quisiera mostrar su divinidad a los discípulos en ese lugar tan especial.

El monte Tabor ha sido siempre considerado un monte Santo. Desde el Antiguo Testamento ya lo llamaban así las tribus israelitas del norte.

Existía ya un santuario cananeo cuyos restos son visibles aun hoy día en la cripta de la actual basílica. En el siglo III Antíoco III ocupó la cima donde estableció una tropa Siria.

Más adelante, con la primera revuelta judía del año 66 fue fortificado por José Flavio, y desmantelado por Vespasiano. En el Evangelio no se nos dice el lugar donde tuvo lugar la Transfiguración del Señor. Hay una antigua tradición del s. II, que sitúa esta escena evangélica en el monte Tabor. El evangelio dice “los llevó a un monte alto” (Lc. 9,2), y san Pedro en su II Carta dice “monte Santo”.

Debajo de la cripta de la nueva basílica fue descubierta una gruta, lugar de culto de los judeo-cristianos. Parece ser que en el monte pudo haber también un grupo de eremitas. Estos mantenían vivo el culto aun hasta después de la conquista árabe.

En la época cruzada parece que la situación mejoró mucho. Desde el siglo IV ya había un monumento erigido a la Transfiguración. En el siglo IX estaba confiado el culto a monjes benedictinos, que mejoraron mucho la Iglesia, pero en el 1200 el Sultán Malek Al-Adel queriendo fortificar el monte, hizo desaparecer la Iglesia, y realizó construcciones sarracenas cuyos vestigios aun hoy se pueden ver.

En el siglo XIII llegarón los franciscanos con el fin de custodiar los lugares Santos. Hasta el siglo XVII no consiguieron la propiedad del monte Tabor, que se la concedió el emir Fakr-ed Din. Estaba todo en ruinas. Hasta 1924 no se construyó la actual basílica por el arquitecto Barluzzi.

El mosaico que representa la transfiguración del Señor está en el ábside de la iglesia. Al entrar a la basílica a la izquierda está una capilla dedicada a Moisés, y a la derecha otra dedicada al profeta Elías.

De la primitiva basílica cruzada, además de la cripta y de algunos muros visibles debajo del muro reconstruido, forma parte también el altar que se encuentra en el centro mismo de la cripta.

Y de la basílica de época bizantina el único elemento cierto es el pavimento en mosaico que puede apreciarse hoy yendo en dirección a la sacristía.

También se conservan varios capiteles y fragmentos de columnas que pertenecieron a esta época.

Además podemos encontrar, al norte de la basílica y debajo del pavimento del lugar identificado como el refectorio del monasterio medieval, una pequeña gruta excavada que contenía en la pared restos de inscripciones en griego y algunos monogramas con cruces, quizá resto del cementerio de los monjes bizantinos que habitaron la montaña.

Para visitar los monumentos de la zona septentrional de la cima del Tabor hay que volver a la Puerta del Viento y desviarse a la derecha, entrando así en lo que es la propiedad griego-ortodoxa.

En el interior de la torre del nordeste, se puede visitar la gruta de Melquisedec y las ruinas de una iglesia cruzada excavada en gran parte de la roca de la montaña. Allí se conmemoraba el encuentro de Abraham con Melquisedec. Más allá se alza la iglesia y el monasterio de San Elías que tienen los monjes griego-ortodoxos, reconstruido sobre las ruinas de una antigua iglesia de la época cruzada.

No sé si es el lugar más impresionante de Tierra Santa -eso ya depende de cada uno-, pero desde luego es un sitio que no deja indiferente, y que queda muy fuertemente impreso en la memoria.

 

La última Cena, ya en versión digital

Cada año, cientos de miles de personas visitan la sala conocida como Cenáculo, donde se cree que tuvo lugar la Última Cena. Incluso el papa Francisco y Juan Pablo II han celebrado misa en el lugar sagrado.

 

 

FRANCISCO
Aquí nació la Iglesia y nació para salir.

Se ha creado una versión en 3D del Cenáculo para ayudar a los conservadores, arqueólogos e historiadores del arte a descubrir los numerosos aspectos desconocidos de este edificio de gran importancia histórica y religiosa. El proyecto brinda a todos los implicados la oportunidad de explorar el pasado.

cena

 

SORIN HERMON
Profesor Asociado, Instituto de Chipre

Quería formar parte de este proceso de desvelar historias ocultas.
Es parte de lo que significa la investigación del patrimonio: dar sentido en el presente a las cosas del pasado.

Pero esta versión en 3D de la sala no es solo para historiadores. También acerca Tierra Santa a personas de todo el mundo.

 

Ultima cena

 

AMIT REEM
Arqueólogo, Autoridad de Antigüedades de Israel

No necesariamente solo los exploradores, también las personas que no pueden visitar Jerusalén, que no pueden viajar a Jerusalén, pueden visitar el lugar desde su casa.

El equipo de historiadores planea desarrollar en el futuro una edición en 3D aún más sofisticada que podría seguir revelando descubrimientos avanzados de la época de Jesús.

 

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El Cenáculo de Jerusalén, recreado en 3D

 

fuente - romereports.com

 

Mérida, es el lugar de culto más antiguo en Hispania.

La Iglesia más antigua documentada en Hispania está en Mérida. A finales de 1980, se descubrió en la ciudad una casa romana que data de hace más de 1.700 años.

 

Casi 30 años más tarde, en 2008, se decidió reacondicionar el espacio para conferencias y exposiciones. Fue entonces cuando los arqueólogos encontraron un agujero al fondo del sótano.

 

 

 

FRANCISCO JAVIER HERAS
Director, Museo Arqueológico de Badajoz

Sabíamos que, a partir de mediados del S.III, existían fuentes que hablaban de grupos organizados, al frente del cual había un obispo, en Mérida. A pesar de ello, no había restos arqueológicos que, hasta ese momento, lo confirmasen.
Por tanto, digamos que había una especie de descompensación entre lo que decían las fuentes y lo que estábamos encontrando a nivel arqueológico.

Al bajar, los arqueólogos se encontraron con pinturas que, claramente, eran cristianas. Un crismón en la parte central, además de grabados de panes, peces y anclas. Una iglesia clandestina, ya que, en aquella época, había frecuentes persecuciones contra los cristianos. Este lugar de culto se ha documentado como el más antiguo de Hispania.

merida iglesia hispania antigua

Un crismón en la parte central, además de grabados de panes, peces y anclas.

 

 

FRANCISCO JAVIER HERAS
Director, Museo Arqueológico de Badajoz

En este caso, sí podríamos confirmarlo. Hay unos restos religiosos, indudablemente cristianos, indudablemente antiguos, relacionados con esa casa. El hecho de estar ocultos implica, o bien que el cristianismo está perseguido, o implica que quien vive ahí y practica los ritos a cuatro metros bajo tierra es porque, cuanto menos, no se está fiando o bien tiene ciertos reparos a la hora de exhibir su condición religiosa o su actividad religiosa en sentido general.

A Francisco Javier todavía se le ponen los pelos de punta al recordar una de las veces que bajó a la excavación. Allí, se encontró a un compañero sentado y en silencio. Estaba rezando el rosario.

merida iglesia hispania antigua 2

 

FRANCISCO JAVIER HERAS
Director, Museo Arqueológico de Badajoz

Y le pregunté: “¿Qué haces? Te veo muy en silencio”. Dice: “Bueno, pues ahora mismo estoy rezando. Para mí es una experiencia muy importante el poder rezar donde se rezaba hace muchísimos años y, después de todo ese tiempo, ser yo la primera persona que lo hace...” La verdad, debió ser... Yo lo entendí rapidamente. Debió ser algo bastante especial.

La idea es que los restos de esta iglesia primitiva se puedan visitar en un futuro. Así, podrán acercar a aquellos que quieran visitarla lo que sintieron los cristianos en el S.III d.C.

merida iglesia hispania antigua

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La basílica de San Pedro

La tradición oral siempre ha enseñado que el emperador Constantino construyó la primera basílica de San Pedro en el mismo sitio de la tumba del primer Papa

 

Hasta el siglo XX no se había hecho ningún intento de validar o invalidar esta creencia, confiando los hombres de fe a priori en la enseñanza transmitida de generación en generación. Pero, en 1939, un hecho fortuito provocó excavaciones arqueológicas e involucró a cristianos y científicos en una verdadera saga de Indiana Jones.

La basílica de San Pedro actual tiene un nivel inferior llamado «las grutas del Vaticano» donde están enterrados muchos papas. El nivel del suelo de estas cuevas corresponde aproximadamente al de la primera basílica, construida por el emperador Constantino en el siglo IV.

 

tumba san pedro necropolis

 

A su muerte en 1939, Pío XI expresó el deseo de ser enterrado en estas cuevas, junto a Pío X. A pesar de las condiciones de hacinamiento del lugar, el nuevo Papa Pío XII estaba deseoso de respetar los últimos deseos de su predecesor. Entonces decidió rebajar el pavimento de las cuevas, con el fin de ampliar el espacio dedicado al futuro mausoleo.

Mientras realizaban los trabajos, los trabajadores descubrieron un espacio vacío bajo el pavimento donde se podían ver los restos de un edificio funerario. Así aparece un tercer nivel, el de una vasta necrópolis romana.

Desde finales del siglo I, las fuentes cristianas evocan el martirio de Pedro en Roma: su arresto y su ejecución se produjeron bajo Nerón, tras el incendio que asoló la Urbs en el 64.

Pío XII siempre se ha interesado por la arqueología cristiana, viendo en ella, con razón, una excelente manera de dar vida a los escritos de la época protocristiana. Luego ordenó la continuación de la investigación y lanzó excavaciones arqueológicas con los mejores especialistas, arqueólogos y exégetas trabajando juntos.

En total, dos campañas de excavación (1940-1947 y 1953-1957) permitieron explorar, bajo la basílica, una de las necrópolis romanas más ricas y mejor conservadas, datada en los siglos I y II d.C. Los arqueólogos descubrieron veintidós tumbas grandes, así como cientos de tumbas más pequeñas, a ambos lados de un callejón estrecho.

Pero el descubrimiento más espectacular, el que desde entonces ha despertado la atención histórica y la devoción religiosa, es por supuesto el descubrimiento de la tumba de San Pedro. De hecho, los arqueólogos desenterraron, directamente debajo del altar mayor de Bernini, los restos de un pequeño monumento funerario construido a mediados del siglo II y que resulta ser, con toda probabilidad, la tumba del primer Papa.

 

san pedro

 

tumba san pedro necropolis

Enterrar a los mártires no lejos de su tormento

Desde finales del siglo I, las fuentes cristianas evocan el martirio de Pedro en Roma: su arresto y su ejecución se produjeron bajo Nerón, tras el incendio que asoló la Urbs en el año 64. Las Actas de Pedro, texto apócrifo, relata la crucifixión de el apóstol, boca abajo, en el circo de Calígula, que acaba de ser restaurado por Nerón.

Este circo se encuentra en las afueras de Roma, al pie de la colina del Vaticano, sobre la que se extiende un vasto cementerio donde se codean tumbas paganas y cristianas. No cabe duda de que la comunidad cristiana de Roma acudió a buscar el cuerpo de Pedro para enterrarlo dignamente, como autorizaba el derecho romano tras un fusilamiento.

En aquella época, los cristianos solían enterrar a los mártires en las inmediaciones del lugar de su tortura, sin duda para facilitar la transmisión de la memoria de los lugares. Por otro lado, todavía están apegados a la ley judía que prescribe que el difunto debe ser enterrado lo antes posible. Por lo tanto, Pedro fue ciertamente, como Cristo, enterrado en el cementerio más cercano al lugar de su ejecución, en un sitio que pertenecía a un cristiano.

De hecho, la basílica de Constantino se construyó sobre y alrededor de la tumba de Pedro. Los hombres del Renacimiento, en el momento de la reconstrucción de la basílica, respetaron perfectamente la creencia popular, sin embargo, sin tener ninguna prueba material.

La primera mención que nos ha llegado de la tumba de Pedro en la colina vaticana data hacia el año 200. Se encuentra en una carta enviada por el sacerdote Cayo a un tal Proclo. Explica que los apóstoles Pedro y Pablo están enterrados en Roma, el primero en el Vaticano, el segundo en el camino a Ostia: «Obviamente puedo mostrarles los trofeos de los Apóstoles.

 

basilica de san pedro

 

Si quieres ir al Vaticano o de camino a Ostia, encontrarás los trofeos de quienes fundaron la Iglesia romana». En este texto, la palabra trofeo designa el monumento construido sobre la tumba, monumento que representa la recompensa del mártir, la victoria de la vida eterna sobre la muerte.

Como explica Christophe Dickès en su excelente biografía de San Pedro, el texto de Gayo y el monumento descubierto bajo la basílica vienen a confirmarse mutuamente, y vienen a añadir la fe a la tradición de la Iglesia, fruto de una larguísima transmisión oral y escrita data del primer siglo.

Pero la historia no termina allí. Un día de 1941, Monseñor Kaas, uno de los encargados de la excavación, hacía su recorrido diario en compañía del líder de los trabajadores. Por respeto a los difuntos, el obispo Kaas está particularmente atento a garantizar que los numerosos huesos humanos desenterrados sean recogidos y preservados piadosamente.

Así, cada lote de huesos es cuidadosamente registrado y registrado en una caja chica individual. Mientras hacían balance del trabajo del día, los dos hombres descubrieron huesos humanos en una especie de cavidad secreta, o loculus, excavada en una de las paredes del ahora conocido pequeño monumento funerario, que todos llaman trofeo Gaius.

Esta cavidad llama la atención porque está revestida con losas de mármol. El obispo Kaas recoge cuidadosamente los cien huesos humanos y los coloca en una caja numerada, que luego se une a las otras cajas en un cobertizo. Luego se olvida durante varios años.

 

Sorpresa absoluta

Durante la segunda campaña de excavación, un epigrafista saca la caja y envía los huesos al laboratorio. Su análisis revela que pertenecen a un solo individuo masculino, de constitución robusta a pesar de su artrosis, de 60 a 70 años al momento de su muerte. Esta descripción podría corresponder perfectamente a Pedro.

 

tumba san pedro

El muro de los grafitti

 

Junto a estos análisis, el epigrafista anota en la pared del loculus una inscripción en griego Petro Eni que puede traducirse como Pedro está aquí o Pedro descansa en paz. Estos descubrimientos resuenan como un trueno en el mundo científico y en el mundo cristiano: los arqueólogos creen haber encontrado no sólo la tumba de San Pedro, sino también sus santos restos.

 

tumba de san pedro

Fragmento de muro en el que se aprecia la inscripción PETROS ENI.

 

Ahora honradas en Roma y Constantinopla, estas reliquias constituyen un fuerte vínculo histórico entre católicos y ortodoxos.

Por lo tanto, los hallazgos arqueológicos, los hallazgos arquitectónicos y los análisis biológicos concuerdan con el testimonio bíblico de Gayo. Pero, aún más simple, todo este trabajo e investigación está de acuerdo con la Tradición de la Iglesia. De hecho, la basílica de Constantino se construyó sobre y alrededor de la tumba de Pedro. Los hombres del Renacimiento, en el momento de la reconstrucción de la basílica, respetaron perfectamente la creencia popular, sin embargo, sin tener ninguna prueba material. Y, siglos más tarde, la venerable tumba fue encontrada directamente sobre la cúpula de Miguel Ángel y el altar de Bernini.

Las reliquias del santo apóstol y primer papa fueron expuestas para la veneración de los fieles por primera vez en 2013. Seis años después, el papa Francisco, en un profundo gesto de unidad, ofreció parte de las reliquias de san Pedro al patriarca Bartolomé. Ahora honradas en Roma y Constantinopla, estas reliquias constituyen un fuerte vínculo histórico entre católicos y ortodoxos.

 

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Primera parte del vídeo sobre la Basílica de San Pedro

 

Segunda parte del vídeo sobre la Basílica de San Pedro

 

Tercera parte del vídeo sobre la Basílica de San Pedro

 

 

 

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Visita virtual a la Basílica de San Pedro 

 

Basílica de San Pedro - El Vaticano

Expansión del cristianismo en los tres primeros siglos

El predicador del Papa ofrece las claves para evangelizar en el mundo de hoy evitando los errores de antaño. El plan de las predicaciones del padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, en Adviento de 2011, se propuso, en respuesta al llamamiento papal a un empeño evangelizador renovado y preparación al Sínodo de los Obispos de 2012, comentar cuatro olas de evangelización en la historia de la Iglesia. 

 

Estas son: la expansión del cristianismo en los tres primeros siglos; los siglos VI al IX y la reevangelización de Europa; el siglo XVI, con el descubrimiento y la conversión al cristianismo de los pueblos del “nuevo mundo”; la época actual que ve a la Iglesia comprometida en una reevangelización del Occidente secularizado.

En cada uno de estos momentos, anuncia el predicador de la Casa Pontificia, “intentaré iluminar lo que podemos aprender en la Iglesia de hoy: qué errores hay que evitar y qué ejemplos hay que imitar y qué aportación específica pueden dar a la evangelización los pastores, monjes, los religiosos de vida activa y los laicos”.

En su primera predicación, hizo una reflexión sobre la evangelización cristiana en los tres primeros siglos. El periodo –dijo Cantalamessa- en el que el cristianismo hace camino por su propia fuerza”.

La novedad en los primeros dos siglos es que “la propagación de la fe se confiaba a la iniciativa personal”. Eran “profetas itinerantes, de los que habla la Didaché, que se trasladaban de sitio a sitio; muchas conversiones se debían al contacto personal, favorecido por el trabajo común ejercitado, de los viajes y de las relaciones comerciales, del servicio militar y de otras circunstancias de la vida”.

Cristianismo cantalamessa

 

En la segunda mitad del siglo III, “estas iniciativas personales se coordinan cada vez más y en parte se sustituyen por las comunidades locales”.

“Hacia el final del siglo III, la fe cristiana penetró prácticamente en cada estrato de la sociedad” y “Constantino no hace más que constatar la nueva relación de fuerzas. No fue él quien impuso el cristianismo al pueblo, sino el pueblo quien le impuso a él el cristianismo”. añadió.

¿Cuáles fueron las razones del triunfo del cristianismo?, se preguntó el padre Cantalamessa y respondió que, además de la caridad cristiana, destaca “la naturaleza ´sincretista´ de la fe cristiana, es decir la capacidad de conciliar en sí misma tendencias opuestas y distintos valores presentes en las religiones y en la cultura de la época”. “El éxito del cristianismo se debió a un conjunto de factores”.

“Se olvida –dijo- una cosa sencillísima: que Jesús había dado él mismo, como anticipo, una explicación de la difusión de su Evangelio y de ella hay que volver a partir cada vez que se asume un nuevo compromiso misionero” con dos breves parábolas evangélicas, la de la semilla que crece incluso de noche y la de la semilla de mostaza.

También en esta ocasión quien captó “el misterio escondido” fue Pablo.

“Me llama la atención –afirmó el padre Cantalamessa--, siempre, un hecho. El Apóstol predicó en el Aerópago de Atenas y vió el rechazo del mensaje, educadamente expresado con la promesa de escucharlo en otra ocasión. Desde Corinto adonde fue justo después, escribió la Carta a los Romanos en la que afirmaba haber recibido el deber de llevar a ´la obediencia de la fe a todas las gentes´. El fracaso no desanimó su confianza en el mensaje”.

cristianismo expansion

 

“Lo que los historiadores de los orígenes cristianos no cuentan o dan poca importancia es la certeza indestructible que los cristianos de entonces, al menos los mejores de ellos, tenían sobre la bondad y la victoria final de su causa”, dijo.

“Esto es lo que más necesitamos hoy: despertar en los cristianos, al menos en los que pretenden dedicarse a la obra de la reevangelización, la certeza íntima de la verdad de lo que anuncian”, aseveró.

Sembrar y ¡después.... irse a dormir! --afirmó el predicador pontificio--. Es decir sembrar y no quedarse allí todo el tiempo a mirar, a ver dónde surge, cuántos centímetros crece al día. El arraigo y el crecimiento no es asunto nuestro, sino de Dios y del que escucha”.

“Las reflexiones desarrolladas en esta meditación nos empujan --concluyó- a poner en la base del compromiso por una nueva evangelización un gran acto de fe y de esperanza que se sacuda todo sentido de impotencia y de resignación. Tenemos ante nosotros, es verdad, un mundo cerrado en su secularismo, embriagado por los éxitos de la técnica y por las posibilidades ofrecidas por la ciencia, que rechaza el anuncio evangélico.

Pero ¿era quizás menos seguro de sí mismo y menos refractario al Evangelio el mundo en el que vivían los primeros cristianos, los griegos con su sabiduría y el imperio romano con su potencia? Si hay una cosa que podemos hacer, después de haber ´sembrado ´ es la de ´regar´ con la oración la semilla sembrada”.

 

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FUENTE: www.religionenlibertad.com

 

La excavación ha descubierto mosaicos que retratan a Sansón

Un equipo de especialistas y estudiantes dirigido por la profesora Jodi Magness de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill ha descubierto un panel de mosaico espectacular en la sinagoga romana tardía (ca. 400 EC) en Huqoq, un antiguo pueblo judío en la Baja Galilea de Israel.

Magness, el profesor distinguido Kenan de estudios religiosos en la Facultad de Artes y Ciencias de Carolina, junto con el subdirector Dennis Mizzi de la Universidad de Malta, centraron esta undécima y última temporada de las excavaciones de Huqoq en el extremo sur de la sala principal de la sinagoga, o nave.

El mosaico recién descubierto consiste en un gran panel, en el centro del cual hay una enigmática inscripción hebrea enmarcada dentro de una corona. A los lados y debajo de la corona, una inscripción en arameo enumera los nombres de los donantes que proporcionaron fondos para los mosaicos de la sinagoga o los artistas que los hicieron, pidiendo que sean recordados para siempre. La corona está flanqueada a ambos lados por leones que descansan sus patas delanteras sobre cabezas de toros. Todo el panel está rodeado por un borde decorado que muestra animales de presa que persiguen a otros animales.

Las excavaciones de este verano también expusieron secciones adicionales de paneles de mosaico que se descubrieron en 2012 y 2013, que representan los episodios de Sansón y las zorras como se menciona en Jueces 15: 4 y Sansón cargando la puerta de Gaza sobre sus hombros a los que se hace referencia en Jueces 16: 3 .

Las secciones recién expuestas incluyen un jinete filisteo y un soldado filisteo muerto con un rostro clásico llamativo.

Las excavaciones en 2022 descubrieron un panel en el pasillo suroeste dividido en tres registros (franjas horizontales) que representan un episodio del capítulo 4 de Jueces: la profetisa bíblica y la jueza Débora debajo de una palmera, mirando a Barac, quien está equipado con un escudo ; y la mujer cenea Jael (Yael) clavando una estaca de tienda en el templo del general cananeo Sísara, quien yace muerto en el suelo con sangre brotando de su cabeza. Estas son las representaciones más antiguas conocidas de las heroínas bíblicas Débora y Jael.

El amplio proyecto arqueológico en Huqoq ha dejado un legado extraordinario de hallazgos históricamente significativos, que incluyen:

Mosaicos bíblicos de 1.600 años de antigüedad revelan una ...

Los arqueólogos han descubierto que a principios del siglo XIV d.C. (el período medieval tardío/mameluco), la sinagoga fue reconstruida y ampliada en tamaño. Este desarrollo aparentemente ocurrió a raíz del establecimiento de una nueva carretera internacional que conecta El Cairo y Damasco que corría junto a Yakuk, el nombre medieval de Huqoq, y el surgimiento de la tradición de que la Tumba de Habacuc estaba cerca, que se convirtió en un punto focal de finales de la Edad Media. peregrinación judía.

Las excavaciones de 2022 y 2023 también sacaron a la luz un enorme patio empedrado rodeado por una hilera de columnas conocida como columnata al este de la sinagoga . A finales del período medieval, el patio fue reutilizado y encima se construyó una enorme estructura abovedada de función desconocida.

Con la conclusión de esta última temporada de excavaciones, el área excavada se entregará a la Autoridad de Antigüedades de Israel y Keren Kayemet Le'Israel (Fondo Nacional Judío), que planean desarrollar el sitio como una atracción turística.

https://phys.org/

La tumba de Jesús, ya se frecuentaba en los primeros tiempos del cristianismo

La restauración en curso del suelo de la basílica del Santo Sepulcro ha permitido realizar nuevos descubrimientos arqueológicos que confirman que este lugar ya se frecuentaba en los primeros tiempos del cristianismo y la exactitud de las descripciones que dejó la peregrina Egeria.

 

En la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, la restauración del pavimento que se está llevando a cabo es una oportunidad para realizar nuevas excavaciones en este lugar fundamental para la historia del cristianismo.

Ayer, la Custodia de Tierra Santa publicó una nota y algunas imágenes sobre la actividad arqueológica que se está desarrolló en la zona situada inmediatamente delante de la Ermita de la Tumba de Jesús, la cual se cerró durante 7 días y 7 noches en junio precisamente para realizar estos trabajos.

 

 

La excavación -conducida por el Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Roma La Sapienza que dirige Francesca Romana Stasolla- permitió comprender cómo estaba dispuesta esta zona en el siglo IV d.C. Al Edículo del Sepulcro, en la Rotonda construida por el emperador Constantino, se accedía a través de dos escalones de mármol blanco (en la imagen).

Frente a él, un pavimento de losas de piedra se extendía unos 6 m hacia el este, hacia la zona donde se levantaban el tripórtico construido en torno a la roca del Calvario y la gran basílica.

Que la disposición que salió a la luz con las excavaciones representa el aspecto definitivo de la Rotonda a finales del siglo IV lo confirma un cofre con monedas emitidas por el emperador Valente (364-378), enterrado bajo el pavimento según la costumbre de la época con motivo de obras importantes. Y esta datación es relevante: es una confirmación de la fiabilidad del relato transmitido por Egeria, la peregrina romana que unos años más tarde describió en su Itinerarium su viaje a los Lugares Santos.

 

tumba

 

Otros hallazgos interesantes de esta excavación recién concluida son un fragmento de revestimiento de la pared, muy probablemente del Edículo del Sepulcro: está lleno de grafitis que dejaron los peregrinos en varias lenguas, entre ellas griego, latín y armenio. Se cree que data del siglo XVIII, ya que la disposición actual data del siglo XIX.

Por último, también han surgido interesantes hallazgos al retirar el suelo del interior de la tumba: "En algunas secciones", escriben los arqueólogos, "se ve un pavimento de mármol anterior, de la Edad Media, de ahí el trabajo sobre la misma roca, con rastros de haber sido frecuentada intensamente, lo que la volvió extremadamente lisa". Esto confirma que el Santo Sepulcro ya era muy venerado en los primeros siglos.

También se "rastreó y documentó parte del fondo de una cámara sepulcral similar a las que se encontraron en la parte norte de la Rotonda, que se rellenó y acondicionó para animar a los peregrinos a visitarla desde finales de la época paleocristiana". La tumba de Jesús, por tanto, se encontraba originalmente junto a otras en un lugar que nunca podría haber llegado a ser un lugar de culto en un contexto judío.

 

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https://www.primeroscristianos.com/iglesia-santo-sepulcro/

 

 

 

LA ORACIÓN EN LOS PRIMEROS CRISTIANOS

¿COMO HACÍAN ORACIÓN?

 

La oración cristiana hay que situarla en línea de continuidad con la tradición orante del pueblo de Israel. Lógicamente los cristianos van a  estar muy vinculados a la oración de Jesús, puesto que el mismo Señor les indicó la forma de hacerlo, cuando se lo pidió uno de sus discípulos y les enseñó el Padrenuestro (Lc 11, 1-4).

 

Como textos representativos de la primitiva oración cristiana figura lo dispuesto en la Didaché donde se señala un criterio oracional distinto de la praxis judaica y se hace hincapié en seguir la recitación de Padrenuestro, «como mandó el Señor en su Evangelio (…). Así orad tres veces al día» (Did., VIII, 2-3). En la misma Didaché encontramos, a continuación, unas oraciones de acción de gracias, que debieron formar parte de la plegaria eucarística de una comunidad judeocristiana (Did., IX-X).

La Carta a los Corintios de san Clemente Romano termina con una larga oración de clara textura eucarística (Ad Cor. LIX-LXI). Un carácter más dramático nos ofrece la breve oración pronunciada por san Policarpo poco antes de consumar su martirio (Mart. Poly., 14).

 

 

De los testimonios que acabamos de presentar, aunque existen motivos y contenidos diversos en la oración cristiana, el cañamazo literario sobre el que se expresa es el de la berekahla bendición judía, cuyo esquema comprendía una invocación divina –recuerdo de las intervenciones divinas del A. Testamento–, y una doxología.

Otra observación que aflora inmediatamente es que se mantiene la tradición de la plegaria horaria judía (mañana, mediodía y tarde), pero se cambia el contenido; no será el Shemá Israel («escucha Israel») (Dt 6, 4-7), sino el Padrenuestro. Otro tanto se podría decir de las celebraciones dominicales de la eucaristía, atestiguadas por san Justino (I Apol., LXVII, 3), que recuerdan las del shabat judío.

En el momento de amanecer y al caer la noche, el cristiano se recoge en oración, medita la Escritura o canta un salmo (Tertuliano, De orat., 23). También era una herencia judía la oración de bendición antes de las comidas (Tertuliano, De orat., XXV, 4). Se puede decir que el carácter religioso de mesa era tal que los cristianos excluían de ella a los paganos.

Si fijamos nuestra atención en naturaleza de la oración cristiana, Clemente de Alejandría, no sin cierta vacilación, nos la definirá como trato o «conversación con Dios» (Strom., VII, 39, 6). De ahí que la oración, por muy vocal que sea, requerirá siempre la atención de la mente de quien la recite, precisamente por ser una forma de interlocución. Al verdadero sabio cristiano (gnostikós) las oraciones cotidianas se convierten en camino que lleva a la contemplación. Escuchemos de nuevo a Clemente:

«También sus ofrendas son plegarias, alabanzas, lecturas de la Escritura antes de la comida, salmos e himnos para las comidas y antes del descanso, y de nuevo plegarias por la noche. Con esto él [el sabio] se une al divino coro, inscribiéndose para una contemplación eterna por su constante recuerdo (…). Reza de cualquier modo y en todos los sitios: en el paseo, en la conversación, en el descanso, durante la lectura y en las tareas intelectuales; y aunque sólo reflexionara en el aposento, sin embargo, Él esta cerca e incluso delante del que conversa» (Strom., VII, 49, 4-7).

Como Clemente, Orígenes está también profundamente convencido de que la vida del cristiano ha de ser una continua oración, dentro de la cual la oración diaria tiene un lugar insustituible (De orat., XII, 2). El gran pensador alejandrino escribe un breve tratado Sobre la oraciónen el que comenta el Padrenuestro y da valiosos consejos para hacer mejor la oración.

Sugiere para que la oración sea fructuosa, tener como disposición inicial una actitud que la lleve al apartamiento constante del pecado y al empeño incesante de liberarse de las afecciones y pasiones. Como actitud positiva aconseja situarse en la presencia de Dios:

«Es sumamente provechoso al pretender hacer oración ponerse –durante toda ella– en actitud de presencia de Dios y hablar con Él como quien está presente y lo ve. Pues así como ciertas fantasías recordadas por nuestra memoria suscitan pensamientos que surgen cuando aquellas se contemplan en el ánimo, así también hay que creer será útil el recuerdo de Dios que está presente y que capta todos los movimientos, aún los más leves, del alma mientras ésta se dispone a sí misma para agradar a quien sabe que está presente, y que va y examina el corazón, y que escruta las entrañas.

Pues en la hipótesis de que no recibiese otra utilidad quien así dispusiera su mente para la oración, no se ha de considerar pequeño fruto el hecho mismo de haber adoptado durante el tiempo de la oración una actitud tan piadosa» (De orat., VIII, 2).

 

Con estas disposiciones previas, la oración de cristiano se debe desarrollar en una ascensión gradual. El primer escalón está representado por la oración de petición. Otro grado de oración es el de quien acompaña la alabanza de Dios con la oración de petición. El punto más alto del orar cristiano se alcanza en la oración interior, sin palabras, que une al alma con su Dios (Orígenes, In Num. hom., X, 3).

Orígenes no sólo era un excelente biblista y un gran teólogo, sino que como subraya Benedicto XVI: «A pesar de toda la riqueza teológica de su pensamiento, nunca lo desarrolla de un modo meramente académico; siempre se funda en la experiencia de la oración, del contacto con Dios».

Su doctrina sobre la oración contribuyó decisivamente a fomentar la piedad en el Oriente cristiano, especialmente en el mundo monástico, a partir del siglo IV. También influirá en la mística de Occidente, a través, sobre todo de san Ambrosio.

En el Occidente surgen igualmente tratados sobre la oración, que son comentarios al Padrenuestro, debidos a la pluma de dos autores latinos, Tertuliano y Cipriano. Coinciden con los alejandrinos en la necesidad de orar y en las disposiciones del alma, pero difieren al centrarse más en la nueva forma de oración, que enseñó Cristo y sólo los cristianos conocen, porque sólo ellos tienen a Dios por Padre (Tertuliano, De orat., 2). San Cipriano sitúa al cristiano que reza el Padrenuestro en el contexto de la filiación divina. Escuchemos lo que nos dice:

«Oremos, hermanos amadísimos, como Dios, el Maestro, nos ha enseñado. Es oración confidencial e íntima orar a Dios con lo que es suyo, elevar hasta sus oídos la oración de Cristo. Que el Padre reconozca las palabras de su Hijo, cuando rezamos una oración» (De orat. dominica., 3).

 

LA POSTURA AL REZAR

Las posturas que utilizaban los primeros cristianos para orar eran variadas y estaban inspiradas en la Biblia: de pie, de rodillas, inclinado y en postración. La forma más común es la del «orante», que aparece en numerosas representaciones iconográficas, a partir de los primeros siglos.

Tertuliano le da a esta manera de orar un valor de símbolo, porque imita al Señor sobre la cruz (De orat., 18-25). Por su parte, Orígenes prefiere esta postura orante:

«Siendo innumerables las posiciones del cuerpo, la postura de manos extendidas y ojos alzados ha de preferirse por reflejar así la misma disposición corporal una como imagen de las disposiciones interiores que son convenientes al alma en la oración. Y decimos que esta es la postura que se ha de guardar, si no hay alguna circunstancia que lo impida» (Orígenes, De orat., XXXI, 2).

La postura de poner las manos juntas no se empleaba en la Antigüedad, es un gesto de origen germánico de carácter feudal que el vasallo hacia a su señor, y que en la Edad Media se incorporaría en algunos usos litúrgicos.

 

oración primeros cristianos

 

La oración dirigida a Cristo se muestra, especialmente, en la orientación que adoptan los cristianos, a comienzos del siglo II, y que se impone ampliamente en Oriente y Occidente, durante el siglo III. Se ora vuelto al Oriente, porque de Oriente se espera que venga de nuevo Cristo, y en Oriente está el paraíso, anhelado por todos los cristianos. No hay que olvidar que la “luz viene del Oriente” (Ex oriente lux), y que esa luz la entendían los primeros fieles como referida específicamente a Cristo (Jn 3, 9. 19; 8, 12; 12, 46).

A la «orientación» se añade, ya desde el siglo II, la práctica de orar ante una cruz, que se coloca en la pared (en madera o pintada), de forma que quien vaya a rezar esté de cara al Oriente. La cruz como signo glorioso precederá al Señor en su segundo advenimiento desde el oriente. El uso de la señal de cruz estaba  muy arraigado entre los primeros creyentes. A finales del siglo II, Tertuliano escribía:

«En todos nuestros viajes, en nuestras salidas y entradas, al vestirnos y al calzarnos, al bañarnos y sentarnos a la mesa, al encender las luces, al irnos a la cama, al sentarnos, cualquiera que sea la tarea que nos ocupe signamos nuestra frente con la cruz» (De cor., 3).

En resumen, podríamos decir que hacer este signo es ya hacer oración. O mejor, dicho por Benedicto XVI:

«Hacer la señal de la cruz (…) significa decir un sí público y visible a Aquél que murió y resucitó por nosotros, a Dios, que en la humildad y debilidad de su amor, es el Todopoderoso, más fuerte que todo el poder y la inteligencia del mundo».

Domingo Ramos Lisson

 

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¿Qué importancia tenía la oración entre los primeros cristianos?

 

ver Catecismo de la Iglesia Católica

 

Los mártires suponen un paradigma en la historia, la remueven hasta los cimientos

El rector de San Bartolomeo all'Isola, que alberga el memorial dedicado a quienes han perdido la vida por su fe, es uno de los miembros de la Comisión creada por el Papa Francisco para el Jubileo de 2025 y que deberá recoger los testimonios de martirio de los últimos 25 años. Conocerlos es fundamental, son "perlas del Evangelio" y relatan esas áreas del mundo de las que se habla muy poco

 

Michele Raviart – Ciudad del Vaticano

Fieles coptos en Libia asesinados por el Estado islámico, víctimas de los atentados de Pascua en Sri Lanka en 2019. Las religiosas Luisa Dall'Orto en Haití y Maria De Coppi en Mozambique. Y los padres Santoro en Turquía y Hamel en Francia.

Se trata de algunos de los "nuevos mártires" de los últimos 25 años, cuyos testimonios serán recogidos por la Comisión instituida por el Santo Padre Francisco para el próximo Jubileo, como ya sucedió en el Jubileo del año 2000. Entre los miembros se encuentra también el sacerdote Angelo Romano, de la Comunidad de San Egidio, rector de la Basílica de San Bartolomeo all'Isola, dedicada precisamente a los mártires de los siglos XX y XXI.

Hemos entrado en un nuevo milenio y en un nuevo siglo, por lo que es necesario, una vez más, recoger los testimonios de quienes han dado su vida por el Evangelio. Se subraya también el valor ecuménico de este trabajo. La búsqueda de estos nuevos testigos de la fe concierne no sólo a la Iglesia católica, sino que se extiende a todas las confesiones cristianas. También se enumeran las diferentes situaciones que producen mártires.

En algunos casos, incluso el mero hecho de asistir a la Eucaristía dominical significa arriesgar la propia vida. Así es que hay esta atención a una Iglesia que, como el Papa Francisco ha dicho tantas veces, se ha convertido de nuevo en una "Iglesia de mártires" y que quiere conocer y luego apreciar las historias de todos estos hijos del Señor que han dado sus vidas por el Evangelio.

 

Mártires en el siglo XXI | Revista Heraldos del Evangelio

 

El Papa escribe, y no es la primera vez, que los mártires son más numerosos en nuestra época que en los primeros siglos del cristianismo. ¿Por qué se ha llegado a estas cifras?

La sorpresa es más bien la cuestión del hecho en sí, porque quizás habíamos olvidado cuanto el testimonio de los cristianos es de alguna manera "perturbador" en tantas situaciones. Los cristianos, por ejemplo, en contextos controlados por el hampa organizada, educan a los jóvenes, recogen a los pobres, los ayudan sin segundas intenciones...

Representan un elemento de fastidio muy fuerte para las organizaciones criminales, que luego, al final, de hecho, como sucede en diversos contextos latinoamericanos, no dudan en matar, incluso a presbíteros, o a obispos. El testimonio cristiano, aunque "manso", es un testimonio fuerte.

“Frente a un amor fuerte que muchas veces estalla en una aversión que infelizmente llega hasta quitarse la vida. En muchas partes del mundo, los cristianos sufren la tensión de ser minoría o de vivir en sociedades que aún no tienen una concepción verdadera y perfecta de la libertad religiosa”

Además, también están expuestos a la aversión política y al intento de reducir la experiencia cristiana al mero acto de culto. Se intenta mutilar la vida de la Iglesia de tantos aspectos fundamentales. Pensemos en la asistencia a los más pobres, en la educación. Es un discurso complejo, pero que nos recuerda que el Evangelio es, de alguna manera, algo que cambia la realidad, no la deja como está, y esto, obviamente, genera reacciones y reacciones en contra.Lamentablemente, a veces incluso negativas.

“La fuerza del Evangelio muchas veces, de alguna manera, tiene este tipo de consecuencias por parte de aquellos que quieren apagar esa luz de esperanza, esa propuesta alternativa, ese fermento que de alguna manera, vemos, está transformando la sociedad”

Papa Francisco crea comisión para identificar a "mártires" del siglo XXI | Proceso

 

Usted es rector de San Bartolomeo all'Isola, en Roma, en una iglesia dedicada a los mártires de los siglos XX y XXI y donde hay un monumento conmemorativo. ¿Quiénes son las figuras más eminentes precisamente de este último cuarto de siglo?

Hay sin duda muchas personalidades en los últimos 25 años. Pienso en particular en la historia del padre Hamel, que en estos días ve a Francia sacudida por una violencia muy dolorosa. Un hombre de paz, un hombre de gran fraternidad, que había donado un terreno parroquial para la construcción de un centro islámico que permitiera rezar a los musulmanes de su barrio, y que fue asesinado por dos hombres muy jóvenes que habían llegado al extremo en internet mientras celebraba la liturgia. Lo impresionante son los frutos de este trágico evento.

“Hubo una reunión de todos, incluidas muchas autoridades religiosas islámicas, que manifestaron algo que no era formal, sino que era verdadero dolor por un hombre bueno”

La sangre de los mártires remueve misteriosamente algo profundo en la historia, lo hemos visto en tantas situaciones y lo vemos una y otra vez. Está su testimonio cristiano que aparentemente es una derrota, pero paradójicamente, al final se convierte un poco como la cruz, en signo de victoria. En su historia vemos los signos luminosos de una victoria del bien sobre el mal y de la vida sobre la muerte.

La trágica historia de los mártires cristianos, perseguidos, torturados y masacrados por su fe - Infobae

 

¿Cómo pueden ser un ejemplo para los cristianos de hoy, en el 2023, las historias de los mártires?

Conocerlos ya es algo fundamental. De hecho, la tarea de la Comisión, como se desprende de la carta del Papa Francisco, que fue también la tarea de la Comisión de los nuevos mártires con vistas al Jubileo del año 2000, es precisamente la de recoger las historias, por lo tanto, recoger los testimonios sobre estos acontecimientos, para que sean conocidos.

“Lo cierto es que la mayoría de estos testigos de la fe viven en un contexto del que no se habla o se habla muy poco, como Haití, como Kivu en la República Democrática del Congo, o como algunos rincones de Oriente Medio. Conocer sus historias significa también abrir una grieta en un velo de silencio que tantas veces no nos permite conocerlas y apreciarlas”

Pero son historias atractivas, son historias hermosas, son perlas del Evangelio que es absolutamente necesario contemplar. Mueven a la contemplación, a la admiración y a la gratitud hacia una vida que ha sabido llegar a donde humanamente nunca se debería llegar, es decir, al don de la vida, pero a través de un camino iluminado por la gracia de Dios.

 

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Acta de los protomártires romanos

 

https://www.vaticannews.va/es.html

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