San Cirilo fue una figura clave en la lucha contra la herejía nestoriana

Por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama. Su fiesta se celebra el 27 de junio.

 

Pocos datos poseemos sobre la infancia y juventud de San Cirilo. Probablemente nacido en Alejandría entre el 370 y el 373. Su educación debió de ser muy esmerada: sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores paganos. Posteriormente tal vez se retiró al desierto, donde recibió de los monjes la educación ascética, según parece deducirse de las cuatro cartas íntimas que le escribió S. Isidoro de Pelusio.

El primer dato seguro que tenemos de su vida aparece en el año 403, cuando, acompañando a su tío Teófilo, obispo de Alejandría, asiste al concilio de la Encina, cerca de Calcedonia.

Al morir Teófilo el 15 de octubre del 412 d. C. es elegido Patriarca de Alejandría, no obstante la oposición de muchos, que temían fuese el candidato de naturaleza impaciente y dominadora, fiel trasunto de su tío.

A juzgar por las primeras actuaciones de su pontificado, no carecían de fundamento las aprensiones de los que se oponían a la elevación de Cirilo a la sede alejandrina.

Parece inconsiderado y violento contra los novacianos, riguroso en extremo con los judíos, frío y tirante en sus relaciones con Orestes, gobernador imperial de Alejandría.

Pero, afortunadamente, el sobrino, que comenzó como un nuevo Teófilo, acabó siendo un santo, dominando y educando sus impulsos.

San Cirilo de Alejandría

 

Y no sólo esto: por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama.

La figura de Cirilo empieza a emerger con auténtico relieve en la grave crisis suscitada por Nestorio en torno a la doctrina cristológica. En efecto, apenas elevado a la sede patriarcal de Constantinopla, el año 428, comenzó Nestorio a predicar las doctrinas peligrosas de Teodoro de Mopsuestia y Diodoro de Tarso, negando la unidad personal de Cristo y la maternidad divina de María, madre de Jesús.

Decía el Patriarca de Constantinopla que era pura fábula pagana la idea de un Dios envuelto en pañales y crucificado. La agitación consiguiente entre los fieles fue enorme; el Patriarca alejandrino Cirilo se hace eco de las protestas populares, y se convierte en el abanderado de la ortodoxia.

En la carta pastoral que dirige a todos sus fieles, durante la primavera del 429, Cirilo refuta los argumentos de Nestorio; poco después vuelve a defender la doctrina ortodoxa en una extensa carta-encíclica dirigida a todos los monjes de Egipto.

No paró ahí la actividad del patriarca de Alejandría: dirigiéndose a su colega de Constantinopla, le invita a retractarse de sus ideas. Pero todo fue en vano.

Ante la difícil situación creada en Oriente y, después de haber cruzado sin éxito algunas cartas, Nestorio y Cirilo apelan al arbitraje del papa Celestino, quien convocó un concilio en Roma para estudiar la cuestión.

Este sínodo declaró a Nestorio incurso en herejía y le conminó con la deposición si no se retractaba de sus errores diez días después de haber recibido la sentencia sinodal.

Fue Cirilo encargado por Roma para transmitir la comunicación a Nestorio, mediante una carta del Papa, a la que él adjuntó una fórmula de fe aprobada el año 430 en un sínodo de Alejandría y, además, una lista de 12 anatematismos de los errores que debía abjurar.

No quedaba más que una posibilidad para evitar una ruptura violenta en la Iglesia oriental: un concilio general. El emperador Teodosio II convocó en Éfeso a todos los metropolitanos y obispos del Imperio para la fiesta de Pentecostés del 431, con el fin de que asistieran a un sínodo, que se haría famoso en la Historia como el tercer concilio ecuménico.

El concilio, en su primera sesión (22 junio 431), condenó a Nestorio como reo de herejía y lo depuso de su sede. Todavía hubo de vencer Cirilo la obstinación de los obispos de la provincia antioquena, que se habían adherido, más o menos abiertamente, a las tesis de Nestorio.

Al fin, se reconcilió con ellos el año 433, desapareciendo de este modo el cisma antioqueno, aunque no el nestorianismo, que se extendió por Caldea y otras regiones de Asia, donde aún subsisten sus seguidores con el nombre de «cristianos de Santo Tomás». S. Cirilo murió el 27 de junio del 444, sin haber logrado vencer todas las resistencias.

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SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA

 

S. AZNAR TELLO
BIBL.: Fuentes: Las obras completas de S. Cirilo fueron editadas por primera vez por el canónigo J. AUBERT, Sancti Cyrilli Alexandrini opera omnia Graece et Latine, París 1638. Nuevos textos fueron publicados por A. MAI, Nova Patrum Bibliotheca, Roma 1844-45. Todas las demás son reproducciones de lade AUBERT, incluido MIGNE, PG 68-77, que a esta edición junta las de MAL Estudios monográficos: J. MANÉ, Cyrille d'Alexandrie, en DTC 111,2476-2527; G. BARDY, Cyrille d'Alexandrie, en Catholicisme, 111, 407-412; C. VONA, Cirillo di Alessandria, en Bibl. Sanct. 3,1308-1315; O. BARDENHEWER, Les Péres de l'Eglise (versión francesa), 11, París 1889, 217-232; A. LARGENT, Études d'histoire ecclesiastique: Saint Cyrille d'Alexandrie, París 1892.-Artículos: J. MANÉ, Les anathématismes, «Rev. d'Histoire Ecclesiastique» 8 (1906) 505-542; F. NAU, Saint Cyrille et Nestorius, «Rev. de FOrient chrétienne» 15 (1910) 365-391; 16 (1911) 1-54; M. JUGIE, La terminologie christologique de saint Cyrille, «Echos d'Orient» 15 (1912) 12-27; P. GALTIER, L'unio secundum hypostasim chez saintCyrille, «Gregorianum» 33 (1952) 351-398; G. JOUASSARD, Saint Cyrille d'Alexandrie et le schéma de 1'incarnation Verbe-chair, «Recherches de Science Religieuse» 44 (1956) 234-242; C. MOLARI, La cristologia di S. Cirillo e l'antropologia neoplatonica, «Euntes Docete» 12 (1959) 223-229; P. GALTIER, Saint Cyrille d'Alexandrie et Saint Léon le Grand á Chalcédoine, en Das Konzil von Chalkedon, 1,1962,345-387.

 

San Cirilo de Alejandría

"La fe cristiana es ante todo el encuentro con Jesús", explica Benedicto XVI al presentar a San Cirilo de Alejandria.

La fe cristiana no es un sistema de ideas o ético, esta ante todo el encuentro con Jesús, aclara Benedicto XVI.  Esta fue la conclusión a la que llegó en la audiencia general de este miércoles, en la que presentó a san Cirilo de Alejandría, padre de la Iglesia, fallecido en el año 444, quien entregó su vida paramostrar que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, ante las herejías de su época.

 

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 3 octubre 2007

«La fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, una persona que da a la vida un nuevo horizonte», explicó el Papa a los 40 mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano en un día prácticamente veraniego.

«Jesús entró en el tiempo con el nacimiento de María, la “Theotòkos”, y estará siempre con nosotros, según su promesa», siguió asegurando el Papa al recoger las enseñanzas de Cirilo, conocido por las Iglesias de Oriente como «custodio de la exactitud», es decir, de la verdadera fe.

«Y esto es importante --concluyó el pontífice--: Dios es eterno, nació de una mujer y sigue con nosotros cada día. En esta confianza vivimos, en esta confianza encontramos el camino de nuestra vida».

La catequesis fue una prueba del aprecio que los Papas, y en particular Benedicto XVI, sienten por la tradición teológica de los cristianos orientales, que hoy en su gran mayoría son ortodoxos.

Padres de la Iglesia de Oriente, como san Cirilo, aclaró, muestran «que tanto la tradición oriental como la occidental expresan la doctrina de la única Iglesia de Cristo».

Con su llegada al Vaticano para participar en la audiencia, Benedicto XVI ha dejado definitivamente la residencia pontificia de Castel Gandolfo, donde ha transcurrido la mayor parte del verano desempeñando sus actividades ordinarias.

 

 

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SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA

 

(ZENIT.org).-

Mis años con Juan Pablo II

Durante más de dos décadas, Joaquín Navarro-Valls fue portavoz del Vaticano. Seis años después de su muerte, un libro relata sus anécdotas personales con el papa Juan Pablo II, desde sus vacaciones hasta la última rueda de prensa sobre el empeoramiento de la salud del papa en 2005.

 

 

JOAQUÍN NAVARRO-VALLS
Portavoz del Vaticano (1984-2006)

El Papa está consciente, extraordinariamente tranquilo, con los problemas normales de la dificultad respiratoria. Una imagen nueva para mí. Dificultad respiratoria lógica...Si hay alguna novedad nos mantenemos en contacto.

El libro titulado 'Mis años con Juan Pablo II' revela aspectos poco conocidos de la vida y el pontificado de este papa. Por ejemplo, Navarro-Valls reflexiona sobre el interrogante al que se enfrentó el polaco tras conocer que padecía parkinson.

 

P. FEDERICO LOMBARDI
Presidente de la Fundación Joseph Ratzinger

Se planteó personalmente la cuestión de la dimisión, reflexionó sobre ello, rezó durante muchos años. Para mí, hay dos aspectos nuevos en estas memorias: el parkinson y la reflexión sobre la dimisión. En mi opinión, hizo muy bien en no dimitir.

El libro de Navarro-Valls describe la singularidad del pontificado de Juan Pablo II y cómo consiguió llegar a la gente. De ahí, a que se le conociese como “el papa del pueblo”.

 

P. FEDERICO LOMBARDI
Presidente de la Fundación Joseph Ratzinger

Lo que más me ha fascinado y emocionado de este libro es esa revelación de la dimensión humana de Juan Pablo II.
No hay otro papa que haya utilizado tan sistemáticamente la idea de las comidas y cenas con invitados para tratar problemas de tan diversa índole.

Todos los relatos proceden directamente de las notas personales de Navarro-Valls. Solo la introducción y la conclusión se añadieron después de su muerte. Una cosa le impidió publicar el libro después de retirarse como portavoz del Vaticano en 2006.

 

P. DIEGO CONTRERAS
Editor, Mis años con Juan Pablo II

Básicamente, porque no quería publicarlo en vida. Y otra razón era que se preguntaba quién querría leerlo. Sin embargo, quería tener un libro sobre el papa. Lo escribió para eso, para ofrecer una visión de lo que no se conoce de Juan Pablo II.

'Mis años con Juan Pablo II' se ha publicado tanto en español como en italiano y ofrece una mirada al interior de la relación personal entre el papa polaco y su portavoz.

FUENTE: www.romereports.com

Después de 10 años de planificación y tres de obras y remodelaciones, vuelve a abrir sus puertas un renovado y modernizado Museo Torre de David, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, ofreciendo un recorrido interactivo por 4.000 años de historia de la ciudad santa.

 

La ciudadela de la Torre de David es la puerta de entrada a la Ciudad Vieja de Jerusalén. Y ahora es el único lugar del mundo que cuenta toda la historia de la ciudad, desde el principio hace 4.000 años. Queremos que el visitante conozca todo sobre la historia, la arqueología y la cultura, implicarlo mediante la tecnología, animaciones, 3-D, además de mostrar evidencias arqueológicas del pasado”, explicó a la agencia Efe la directora del Museo Torre de David, Eilat Lieber.

Los mismos muros del museo están cargados de historia: la mayoría pertenecen al edificio del siglo XV, pero hay algunos que tienen 3.000 años de historia.

El enclave de este museo es especial: en la zona alta de la ciudad, casi siempre fue la fortaleza que defendía el lugar o sede de sus gobernantes. «Allí los soldados hebreos de Ezequías construyeron un primer muro, los asmoneos lanzaron ballestas, Herodes erigió un magnífico palacio, los cruzados cavaron túneles, y los mamelucos construyeron el famoso minarete», describe Sara Gómez Armas, la periodista de agencia Efe.

 

museo torre de david

 

Diez galerías temáticas y maquetas detalladas

El museo nació en 1989, pero con las remodelaciones actuales ha ganado mucho espacio. La zona de exposición cuenta ahora con diez galerías temáticas nuevas en las que se explica la importancia de la ciudad para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Ofrece maquetas y modelos detallados de Segundo Templo judío (el que hizo Herodes el Grande, el de la época de Jesús), de la Iglesia del Santo Sepulcro o de la mezquita de la Cúpula de la Roca.

Ademas, el museo ha diseñado un muro multimedia interactivo de 12 metros, que recorre cronológicamente toda la historia de la ciudad santa, desde la época de población canaanita o jebusea hasta la creación del Estado de Israel en 1948. Compara los eventos históricos en Jerusalén con los que sucedían en otras partes del mundo en la misma época.

Lo primero que encuentra el visitante es un vídeo de 3 minutos resumiendo la historia de esta ciudad por la que lloró Jesús, obra del renombrado cineasta israelí Ari Foldman.

“El reto era hacer la historia interesante. Nosotros, los historiadores, sabemos que la historia es fascinante, pero el desafío era que lo fuera también para los demás. Por eso llamamos a los mejores artistas de Israel para crear una bella exposición con múltiples formatos”, aclaró Lieber.

Mapas interactivos y digitales

La experiencia inmersiva -con instalaciones de vídeo 360, una esfera y 14 mapas interactivos o maquetas digitales- se completa con objetos de inmenso valor histórico, como restos arqueológicos encontrados en ese mismo espacio de la ciudadela de la Torre de David, algunos con 1.500 años de antigüedad y exhibidos por primera vez; o las propias murallas del recinto, sometidas a un intenso trabajo de conservación, así como el minarete de la época musulmana.

El visitante encontrará muy atractiva la gran maqueta de la ciudad que se exhibió en la Exposición Universal de Viena de 1873, representando a la ciudad tal cual era en esa época, cuando aún estaba bajo dominio del Imperio Otomano. La maqueta estuvo durante años guardada (o perdida, según como se mire) en una institución calvinista en Ginebra, y fue localizada posteriormente por arqueólogos de la Universidad Hebrea.

“Queremos que el visitante sea activo, que pueda tocar las pantallas, jugar, palpar la historia y descubrir todo el contenido. Al final, se trata de descubrir Jerusalén, porque este museo se concibió para contar la historia de Jerusalén”, indica la directora del museo.

 

50 millones de dólares para este museo

El proyecto de remodelación y ampliación ha costado 50 millones de dólares, financiado por entidades públicas o fundaciones israelíes: la Autoridad de Antigüedades de Israel, el Ministerio sobre Asuntos de Jerusalén, la alcaldía de la ciudad o la fundación Clore Israel.

Sin embargo, desde un punto de vista de legalidad internacional, está ubicado en Jerusalén Este, la parte de ciudad ocupada por Israel en 1967 y unilateralmente anexionada en 1980, como recuerda la nota de agencia Efe.

 

 

https://fundaciontierrasanta.es/

 

Corazón de misericordia

Junio es el mes del Corazón de Jesús. En el retiro espiritual que el Papa Francisco impartió con ocasión del jubileo sacerdotal (2-VI-2016), la víspera de la fiesta del Corazón de Jesús, explicaba qué es la misericordia de Dios y cómo nos va cambiando en personas misericordiosas.

 

La misericordia aparece ante todo como atributo de Dios (el nombre de Dios es misericordia), de sus “entrañas maternas” y de su fortaleza y fidelidad paterna. También como fruto de la Alianza con su Pueblo elegido. Y esto nos llega en el perdón de nuestros pecados por el sacramento de la Confesión o de la Penitencia.

La misericordia se derrama, explica Francisco, por dos vertientes: la misericordia de Dios con nosotros y nuestra misericordia con los demás, que nos conduce siempre a recibir de nuevo, con un espléndido efecto “boomerang”, la misericordia de Dios. Dos vertientes, y al mismo tiempo, una sola fuerza unitiva, la mayor fuerza unitiva que atraviesa la vida espiritual.

Tres sugerencias iniciales apunta el Papa para la oración sobre la misericordia: saborear con gusto lo que Dios nos concede, para agradecerle sus dones; evitar una excesiva intelectualización de la misericordia (que está hecha para la acción, para el servicio y para ayudar a los demás); pedir la gracia de crecer en misericordia, es decir, de ser más capaces de recibir y dar misericordia. Y en esta línea ycomo consecuencia, pide el Papa también la “conversión institucional, la conversión pastoral”.

Sigamos ahora el desarrollo de cada una de las tres meditaciones.

 

De la vergüenza a la fiesta

1. "De la distancia a la fiesta". Conviene que nos examinemos para ver dónde están nuestras heridas, dónde está nuestra distancia de Dios y nuestra sed de verdad, de bien y de belleza. Así se despertará en nosotros, como en el hijo pródigo, la nostalgia por la casa de nuestro Padre. Así pasaremos “de la distancia a la fiesta”, de la vergüenza por nuestros pecados a la dignidad por recuperar la condición de hijos de Dios.

Y todo, gracias al corazón del Padre y al corazón de Cristo que late al unísono con el de su Padre.

Ese experimentar una “vergonzosa dignidad”, como percepción a la vez del corazón y de la inteligencia, es bueno para el sacerdote (y también, cabría añadir, para todo cristiano; pues cada bautizado, como decía san Josemaría refiriéndose al sacerdocio común de los bautizados, tiene “alma sacerdotal”, participa del sacerdocio de Cristo y ejerce de mediador entre Dios y los hombres en la vida ordinaria, cuidando de sanar heridas, ser “buen Samaritano”, en las relaciones familiares, en el encuentro con las personas en su trabajo, en su vida social y cultural, en todos los horizontes de su existencia).

El Papa nos invita a contemplar nuestros pecados y tantos males y sufrimientos que hay en el mundo: “Tantas cosas comprende nuestra mente solo viendo a alguien tirado en la calle, descalzo, en una mañana fría, ¡o viendo al Señor clavado a la cruz por mí!”.

Junio - sagrado corazon

Esto nos debe llevar a implicarnos, a “mancharnos las manos”, a arriesgar las propias comodidades y seguridades para ayudar alos demás, para llevarles la misericordia.

“No es –observa Francisco– que la misericordia no considere la objetividad del daño provocado por el mal. Pero le quita poder sobre el futuro —y ese es el poder de la misericordia—, le quita poder sobre la vida que transcurre hacia adelante”. Así la misericordia (como el perdón al que va vinculada) quita el poder a la muerte, que es fruto amargo del pecado.

No es la misericordia (primero la de Dios, luego la nuestra) ingenua; porque ve el mal, pero perdona totalmente con el deseo de que el otro se ponga rápidamente en camino, también para dar vida a otros, quizá más alejados, frágiles y heridos.

Y un broche final: la misericordia no sabe de excesos: “El único exceso ante la excesiva misericordia de Dios es excederse en recibirla y en el deseo de comunicarla a los demás”.

Llagas y cicatrices

2. "El receptáculo de la misericordia". La misericordia de Dios, dice Francisco, se derrama precisamente sobre nuestro pecado, una y otra vez. Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. No solo eso, sino que Dios va reparando el odre haciéndolo cada vez nuevo, para derramar el vino nuevo de su misericordia de modo que a través de nosotros llegue a los demás.

Y hay que mantener viva la experiencia de haber sido objeto de misericordia, mirarse a sí mismo cada uno, contarse su propia historia, cómo Dios nos ha ido recreando el corazón.

De todo ello son imagen viva las llagas del Señor, sobre todo la de su “corazón llagado”. La impronta del pecado restaurado por Dios no se borra ni se infecta, sino que es, sobre todo en Jesús resucitado, una cicatriz. Y las cicatrices tienen una sensibilidad especial: nos recuerdan la herida sin mucho dolor mientras la vancurando.

Al llegar aquí, en el centro mismo del retiro, la meditación de Francisco alcanza su cúspide. Así describe cómo la misericordia de Dios va haciendo en nosotros su “receptáculo”:

“Contemplando el corazón llagado del Señor nos reflejamos en Él. Se parecen, nuestro corazón y el suyo, porque ambos están llagados y resucitados. Pero sabemos que el suyo era puro amor y fue llagado porque aceptó ser herido; nuestro corazón, en cambio, era pura llaga, que fue sanada porque aceptó ser amada”.

De esta manera cada santo recibe la misericordia de Dios “en” su pecado: Pablo en su “espina” (cf. 2 Co 12, 7); Pedro, en su negación a seguirle (cf. Jn 21, 22); Agustín en su nostalgia de haber llegado “tarde” al amor; Francisco de Asís en su custodia silenciosa de la Orden por él fundada; Ignacio de Loyola en su vanidad que se transforma en la búsqueda de la gloria de Dios;

el “cura rural” de Bernanos en la aceptación de sí mismo; el “Cura brochero” en la aceptación de su enfermedad con rectitud de intención; el cardenal Van Thuan redescubriendo en la cárcel la prioridad de Dios; y sobre todo, María como recipiente y fuente a la vez de la Misericordia.

Para una cultura de la misericordia


3. "El buen olor de Cristo y la luz de su misericordia". En las obras de misericordia podemos hoy sentir ese buen olor y percibir esa luz.

Los sacerdotes somos instrumentos del amor misericordioso de Dios con el pecador sobre todo en el sacramento de la Confesión. Por eso nos debe doler “que uno se pierda, o que se quede atrás, o que se equivoque por presunción; que esté fuera de lugar, digamos; que no esté preparado para el Señor, disponible para la tarea que Él quiere confiarle”. (Sobre la figura del sacerdote, ver el discurso del Papa Francisco a la Conferencia episcopal italiana, el 16-V-20016)

Debemos ser signos e instrumentos de su Misericordia, con coherencia, claridad y comprensión, evitando la “autorreferencialidad” y estando disponibles, sin ser nunca “burócratas de lo sagrado”. Así no perderemos el “olor de las ovejas” ni ellas perderán el “olor del pastor”, de modo que nos salvaremos a través del rebaño que se nos ha confiado como gracia.

Nos anima el Papa a todos los cristianos, cuando nos recuerda que “para ejercer las obras de misericordia el Espíritu escoge más bien los instrumentos más pobres, los más humildes e insignificantes, que tienen ellos mismos más necesidad del primer rayo de la misericordia divina”. Y añade que, además de las obras de misericordia concretas, hemos de aspirar a una “cultura de la misericordia”.

Así es, en efecto, la fiesta de la misericordia que Dios quiere hacer, con el concurso de nuestra libertad y saliendo al encuentro de nuestra miseria con su Corazón, en nuestra vida y en la vida del mundo.

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Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

 

 

La Misa en las "Domus  Eclesiae", «Casas de la Iglesia», no era una reunión informal

 

El cristianismo fue ilegal en el Imperio Romano hasta el año 313 d.C. en que el emperador Constantino emitió el Edicto de Milán, permitiendo practicar públicamente la fe. Anteriormente, las iglesias eran muy poco frecuentes, la Misa era habitualmente celebrada en casas particulares.

 

Esas «casas» eran habitualmente de un tamaño considerable, con un patio central o gran habitación que permitía algo ligeramente más formal que una Misa «alrededor de una mesa de comedor».

Los asistentes no se sentaban simplemente alrededor de una mesa o se sentaban en círculo, para nada. Ellos se sentaban o permanecían de pie formalmente, y todos miraban en la misma dirección: hacia el este.

 

misa dura europos Iglesia de Dura-Europos

 

En la imagen se puede ver el esquema de una antigua casa-iglesia (más conocidas como Domus Eclesiae) dibujado basándose en una excavación de una casa-iglesia del siglo tercero en Dura-Europos  (en la actual Siria).

La sala de la asamblea (assembly room) está a la izquierda y aparece representado un sacerdote u obispo conduciendo una celebración litúrgica (de cara al este) en un altar colocado contra la pared. Un baptisterio aparece a la derecha y un diácono está representado custodiando la puerta de entrada. El diácono solitario en la parte trasera de la asamblea está ahí para «preservar el orden». La imagen inferior muestra el baptisterio de la casa-iglesia de Dura-Europos.

 

misa dura europos

 

Algo que llama la atención sobre estas liturgias primigenias es lo formales que eran a pesar del hecho de que eran realizadas en unas circunstancias que estaban bastante lejos de ser ideales.

El siguiente texto es de la Didascalia [capítulo XII], un documento escrito aproximadamente sobre el año 250 d.C. Entre otras cosas, da detalles bastante elaborados sobre la celebración de las primeras Misas con esas «liturgias caseras». Incluimos un extracto aquí de este antiguo texto.

 

 

«LVII. 2. En vuestras asambleas, en las santas iglesias, reunid al pueblo con la mayor solicitud, preparando atentamente los lugares para los hermanos con mucha prudencia».

Estas «liturgias caseras» no eran reuniones informales. El buen orden y la atenta preparación de los detalles eran esenciales

 

«3. Que haya un lugar reservado para los presbíteros en la parte de la casa que está hacia oriente».

Incluso en estas misas primigenias, el santuario (el lugar donde los sacerdotes ejercían su ministerio) era un área distinta de aquella en la que los laicos se reunían. La gente no estaba simplemente ahí reunida en torno a una mesa de comedor.

«4. Que el trono del obispo esté situado en medio de ellos para que los presbíteros se sienten junto a él. Asimismo, que los laicos se sienten en lo que queda de la parte oriental»

La oración era conducida de cara al este, no mirando hacia el pueblo.

«5. Lo establecido es que los presbíteros se sienten en la parte oriental de la casa, juntamente con el obispo, después de ellos los laicos, y finalmente las mujeres,»

Los hombres y las mujeres se sentaban en secciones separadas. Esto ha sido tradicional en muchas iglesias hasta tiempos relativamente recientes.

«de modo que, cuando os levantéis para orar, los que presiden se levanten los primeros, después los laicos y finalmente las mujeres. Debéis orar hacia oriente, recordando que está escrito: Alabad a Dios que sube sobre los cielos de los cielos hacia Oriente (Salmo 67,34)»

Todos miraban hacia el este, tanto los sacerdotes como los laicos. Todos miraban en la misma dirección. El texto cita la Escritura como razón de hacerlo así. Dios está hacia el este, el origen de la luz.

«6. En cuanto a los diáconos, que uno de ellos esté constantemente vigilando los dones de la Eucaristía, y que haya otro en la parte de fuera de la puerta para observar a los que entran;»

Era una época de persecución y los cristianos tenían cuidado de admitir a los Sagrados Misterios solamente a bautizados y miembros de buena fe. A nadie le era permitido entrar a la Sagrada Liturgia hasta después de haber recibido el bautismo. Los diáconos vigilaban la puerta para preservar esta disciplina.

«y después, cuando hayáis presentado vuestras ofrendas, que ambos sirvan juntos en la iglesia.»

Una vez que la puerta se había cerrado con llave y la Misa había comenzado, podría parecer que el diácono ocuparía su lugar en el santuario. Sin embargo también parece que uno de los diáconos permanecía fuera del santuario para mantener el «buen orden».

 

iconografia

«8. […] Igualmente, es preciso que, en la iglesia, los jóvenes estén sentados aparte, si hay espacio para ello, si no se estarán de pie; los de edad más avanzada estarán sentados aparte. Los niños estarán aparte, o bien su padre y su madre los tomarán consigo y estarán de pie. También los jóvenes estarán aparte, y, si no se dispone de más espacio, estarán de pie detrás de las mujeres. Las jóvenes casadas que tienen hijos estarán aparte, de pie, y las mujeres ancianas y las viudas se sentarán aparte»

Todo esto puede parecer  complicado, pero el objetivo era que los asientos se asignaban en función del sexo y la edad: los hombres aun lado, las mujeres en el otro, los ancianos delante, los jóvenes detrás. Además, aquellos que tenían que cuidar de los niños pequeños, permanecían en un área separada. Había una especie de «zona de guardería».

«9. El diácono velará para que cada uno de los que entren vaya a su lugar y no se siente en otro sitio.»

«10. El diácono también deberá velar para que nadie hable, ni duerma, ni se ría o haga señas con la cabeza.»

 

«11. Porque es preciso que cada uno, con un comportamiento digno y de manera conveniente, esté atento en la iglesia a fin de que sus oídos estén abiertos a la palabra del Señor.»

Esto nos da idea de la relevancia que daban a está celebración de la misa y a la presencia de Cristo en la Eucaristía.

 

 

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https://www.primeroscristianos.com/iconografia-en-iglesias-antiguas/

 

Ver en Wikipedia

¿Quién es Salomé?

Una tumba familiar de 2.000 años de antigüedad, una de las más elaboradas de Israel, fue descubierta en una excavación arqueológica en la Cueva de Salomé, en el Bosque Lachish, Tel Laquish, en la llanura de Judea.

 

Mientras se acondicionaba el sitio de cara al acceso público, los arqueólogos desenterraron delante de la cueva un gran patio de 350 metros cuadrados rodeado por muros y con un suelo formado por losas de piedra y mosaicos. Esta sería la monumental entrada del nicho de una importante familia judía de hace 2.000 años, la de Salomé.

En el evangelio apócrifo de Santiago se menciona a una partera que ayudó a María en Belén al momento de dar a luz. Según la tradición cristiana, como la mujer no se creía todavía que María fuera virgen, su mano se congeló hasta que tocó la cuna del niño.

 

 

 

 

Mientras algunos eruditos aseguran que el evangelista no le da nombre a esta mujer. Otros, sin embargo, se basan en registros arqueológicos encontrados cerca de Jerusalén para afirmar que se trata de Salomé.

Una capilla bizantina

Salomé, la partera, no tiene nada que ver con la princesa de Judea. Aunque muy seguramente coexistieron en la misma época. Ahora, con el hallazgo de una tumba en el sitio arqueológico de Tel Laquish, investigadores del Ministerio de Antigüedades de Israel, aseguran haber encontrado el recinto funerario donde se enterraron sus restos.

La cueva funeraria es de la época del Segundo Templo (siglos VI- I a.C.) y está ubicado a unos 35 kilómetros al suroeste de Jerusalén. El enterramiento fue una tumba de una rica familia judía y un lugar de peregrinación cristiana.

Los investigadores han documentado pruebas de que la cueva continuó en uso durante el periodo bizantino y los primeros compases de la ocupación islámica. En el citado patio se han encontrado vestigios de una serie de puestos donde se vendían lámparas de aceite, hechas con arcilla, que habrían sido utilizadas en las ceremonias religiosas celebradas en el interior del lugar, como una suerte de velas de las actuales iglesias.

La cavidad volvió a salir a la luz hace cuatro décadas debido la acción de los saqueadores. El sitio consta de varias cámaras con múltiples nichos funerarios excavados en la roca y osarios.

 

salomé

 

Israel revela la tumba de la misteriosa Salomé, comadrona en ...

 

 

Como testimonian las cruces y docenas de inscripciones grabadas en las paredes —algunas en árabe—, la cueva de Salomé, como es conocida hoy en día, fue reconvertida en capilla cristiana dedicada a este personaje y lugar de peregrinación hasta el siglo IX.

«El nombre de Salomé era muy común entre los judíos en el periodo del Segundo Templo y conocido entre las familias asmoneas y herodianas», explicaron los arqueólogos. La tumba familiar atestigua que sus dueños fueron una familia de alto estatus del Sefelá en el periodo del Segundo Templo.

Según los historiadores, el culto a Salomé pertenece a un fenómeno más amplio mediante el cual los peregrinos cristianos del siglo V d.C. encontraron y santificaron lugares judíos. Es posible que el nombre de Salomé apareciese en la antigüedad en alguno de los osarios de la tumba que no se conservan y a partir de ahí se desarrolló la tradición que identifica el sitio con Salomé la partera.

“La tumba familiar es un testimonio de que  sus propietarios eran una familia de alto nivel en la planicie de Judea, en la época del Segundo Gran Templo. El culto a Salomé, santificado en el cristianismo, pertenece a un fenómeno más amplio, según el cual, los peregrinos cristianos del siglo V de la era común, encontraron y santificaron sitios judíos.

Es posible que el nombre de Salomé, apareciera en la antigüedad en uno de los osarios de la tumba (que ya no se conservan) y que se desarrollara la tradición que identificara al sitio con Salomé, la partera, y que la cueva pasara a ser venerada por el cristianismo”.

 

 

salome

Según Saar Ganor, director del Proyecto del Sendero de los Reyes de Judea, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, “una vez que las tareas restauración y desarrollo sean completadas, la explanada  y la cueva  serán abiertas al público, como parte del Proyecto del Sendero de los Reyes de Judea, en cooperación con el Fondo Nacional Judío y el Ministerio de Jerusalén y Patrimonio.

Este camino, que atraviesa la llanura de Judea, es la espina dorsal del patrimonio cultural del pueblo judío, y abarca decenas de sitios de la época de la Biblia, el Segundo Gran Templo, la Mishná y el Talmud. En las excavaciones llevadas a cabo a lo largo del Sendero de los Reyes de Judea, la Autoridad de Antigüedades de Israel está creando una conexión significativa y profunda para el público en general, entre la arqueología y el patrimonio cultural”.

 

 

 

 

LA PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA - SIGLOS I AL IV

 

”El modo de presencia de Cristo sobre las especies eucarísticas es único. Él eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y la hace como si fuera la coronación de la vida espiritual y el fin al que tienden en todos los sacramentos.

En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, el cuerpo y la sangre están verdadera, verdadera y sustancialmente contenidos junto con el alma y la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo y, por lo tanto, todo Cristo. Esta presencia se llama real, no por exclusión, como si los otros no fueran reales, pero yo soy autónomo, porque es sustancial y por eso Cristo, Dios y el hombre se convierte en un don completo ”(CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA).

Desde el principio, la Eucaristía ha tenido un papel central en la vida de los cristianos. Maravilla ver la fe y el cariño con el que tratan a Jesús en el Pan eucarístico. Tienen una fe inquebrantable en que el pan y el vino se convierten, por las palabras de la consagración, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo

 

En varios textos de los siglos I y II, vemos cómo va evolucionando y construyéndose la liturgia de la Iglesia. Emociona comprobar cómo seguimos celebrando la misma Misa que se celebraba en el siglo I: lo podemos ver en la descripción del Santo Sacrificio que San Justino, en el año 155, hace al emperador Antonino Pío; o en la “Traditio Apostólica” de San Hipólito de comienzos del siglo III.

Los textos que exponemos a continuación son una prueba de que ya desde los primeros tiempos del cristianismo (siglo I), en la Iglesia primitiva existía una fe muy clara en la presencia de Jesucristo en el Pan y en el Vino “eucaristizados”.

 

“ ESTE ES MI CUERPO (…) ESTA ES MI SANGRE ”   (Mateo 26, 26-28)

eucaristia - ultima cena

 

 

DIDACHE

“En cuanto a la Eucaristía, celébrala de la siguiente manera (…) nadie debe comer ni beber de tu Eucaristía si no está bautizado en el nombre del Señor, porque el Señor dijo al respecto, no des cosas sagradas a los perros ”(9, 1.5).

 

 

IGNACIO DE ANTIOQUIA

“Se apartan de la Eucaristía y la oración porque no profesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, que sufrió por nuestros pecados y que, en su bondad, el Padre ha resucitado ” (Carta a los Esmirnos 4,1).

 

“Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo y uno sólo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo obispo junto con el presbítero y con los diáconos consiervos míos; a fin de que cuanto hagáis, todo hagáis según Dios”  (Carta a los de Filadelfia, 4).

 

“No me complace la comida corruptible, ni disfruto los placeres de esta vida. Deseo el pan de Dios, que es la carne de Jesucristo, del linaje de David, y de bebida deseo su sangre, que es amor incorruptible ”(carta a los Romanos 7.3).

 

 

SAN JUSTINO 

”Este alimento se llama entre nosotros 'Eucaristía' en el que nadie puede participar a menos que crea que nuestras enseñanzas son verdaderas y sea lavado en el baño del bautismo que trae la remisión de los pecados y la regeneración, y vive de acuerdo con lo que Cristo nos enseñó .

De hecho, no tomamos estas cosas como pan o bebida ordinaria, sino de la manera en que Jesucristo, nuestro Salvador, hecho carne en virtud de la palabra de Dios, tuvo carne y sangre para nuestra salvación, por eso nos enseñó que, en virtud de la oración al verbo que viene de Dios, alimentarse del que se dijo Acción de Gracias - alimento del que, por transformación, nuestra sangre y nuestra carne se nutren - es la carne y la sangre de ese mismo Jesús encarnado.

Así es como los apóstoles en las memorias que escriben llamaron los Evangelios, nos transmiten que así les fue ordenado, cuando Jesús,tomando pan y dando gracias, dijo: haced esto en memoria mía. Este es mi cuerpo; e igualmente, tomando la copa y dando gracias, dijo: Esta es mi sangre" (1 Apología 66, 1-3).

 

 

SAN IRENEO DE LION

"Aconsejando también a sus discípulos que ofrecieran a Dios las primicias de sus criaturas, no porque él lo necesitara, sino para que no parecieran inoperantes e ingratas, tomó el pan que viene de la creación, dio gracias, diciendo: Este es mi cuerpo; Asimismo, tomó la copa, y viene cuando nosotros, los de la creación, declaramos su sangre y establecimos la nueva oblación del nuevo testamento.

Esta es la misma oblación que la iglesia recibió de los Apóstoles y que, en todo el mundo, ofrece a Dios que nos da de comer, como Primicias de los dones de Dios" (Contra herejías 4,17, 5).

 

"En cuanto a nosotros, nuestra manera de pensar y estar de acuerdo con la Eucaristía,  y esta confirma nuestra doctrina, porque ofrecemos lo que ya es suyo, proclamando, como es justo, la comunión y unidad de la carne y el espíritu. Como el pan que sale de la tierra, al recibir la invocación de Dios, ya no es el pan ordinario, sino la Eucaristía, compuesta de dos elementos: terrenal y celestial; Asimismo, nuestros cuerpos, porque reciben la Eucaristía, ya no son corruptibles, porque tienen la esperanza de la Resurrección" (Contra las herejías 4,18, 3-4).

 

”Así como la semilla de la vid, depositada en la tierra después da fruto, y el Grano de Trigo caído en la tierra y destruido, resurge multiplicado por la acción del Espíritu de Dios que todo lo sostiene y, entonces, por el trabajo de los hombres, estas cosas se hacen vino y pan para lo que por la palabra de Dios se convierten en la Eucaristía, es decir, en el cuerpo y la sangre de Cristo.

De la misma forma; nuestros cuerpos, nutridos por esta Eucaristía, después de descomponerse, resucitarán en su tiempo, cuando la palabra de Dios los hará elevar a la gloria de Dios Padre,porque dará inmortalidad a lo corruptible ya que el poder de Dios se manifestará en la debilidad"(Contra herejías 5,2, 2-3)

 

 

TERTULIANO DE CARTAGO

 

“Por lo tanto, por el sacramento del pan y el cáliz, ya hemos probado en el evangelio la verdad del cuerpo y la sangre del Señor, contraria al fantasma predicado por Marción (Contra Marción 5: 8).

 

“El sacramento de la Eucaristía encomendado por el Señor durante la cena y a todos, también lo tomamos en las reuniones antes del amanecer y no de manos ajenas sino de quienes presiden (…) Sufrimos angustia si algo cae de nuestro cáliz o también de nuestro pan ”(De la corona 3)

 

 

HIPÓLITO DE ROMA 

“Que todos los fieles se apresuren a recibir la Eucaristía, antes de intentar nada. Si lo recibe porque tiene fe, lo que se le dé más tarde, aunque sea mortal, no puede dañarlo.

Hacer todo lo posible para que el infiel no pruebe la Eucaristía, o que lo haga una rata u otro animal, y que ninguna parte de ella se caiga y se pierda: es el cuerpo de Cristo, que deben comer los creyentes y no hay que descuidarlo ”(Tradición Apostólica).

 

 

ORÍGENES DE ALEJANDRIA

“¿No tienes miedo de comulgar el cuerpo de Cristo y acercarte a la Eucaristía como si fueras limpio y puro? ¿Cómo puedes despreciar el juicio de Dios? ¿No recuerdas que está escrito: 'por eso hay muchos entre ustedes débiles, enfermos y muchos que mueren'? ¿Por qué muchos son débiles? porque no se juzgan a sí mismos, no nos examinamos, no entienden lo que significa participar en la iglesia, ni [entienden] lo que es acercarse a tantos y tan exquisitos sacramentos. Sufren lo que suelen sufrir los que tienen fiebre. cuando se atreven a comer de los manjares de Santos, es decir, se arruinan a sí mismos ”(Comentarios sobre los Salmos 37,2,6).

 

“No, al contrario, damos gracias al creador de todo; comemos el pan ofrecido con acción de gracias y oración por los dones recibidos a través de la oración eucarística en un cuerpo santo y santificador que lo usa con propósito" (Contra Celso 8.33).

 

“Conócete a ti mismo, que estás acostumbrado a ver los misterios contándolos: cuando recibimos el cuerpo del Señor, lo guardas con todo mimo y veneración, para que nada caiga de él, ni desaparezca nada del don consagrado; esto se debe a que, como sabes, serán acusados, y por una razón justa, si se perdió algo por negligencia" (Homilía sobre Éxodo 13, 3).

 

“Por tanto, si pasáis con él (Jesús) a celebrar la Pascua, os dará la copa del nuevo pacto y también el pan de bendición; dará su cuerpo y su sangre ”(homilía sobre Jeremías 19:13).

 

”[Anteriormente,] el maná era alimento en Enigma; ahora, claramente la carne de la palabra de Dios es verdadera comida como él mismo dice: mi carne es verdaderamente comida y mi sangre es verdaderamente bebida (homilía sobre el número 7.2).

 

 

SAN HILARIO DE POITIERS

“El verbo se hizo realmente carne y nosotros, en la comida del Señor, recibimos realmente la carne del verbo (…) Él nos da tanto la realidad de su carne como la realidad de su divinidad en el sacramento de su carne” (De la Trinidad 8, 13)

 

“Si es cierto que 'la palabra se hizo carne', también es cierto que en el alimento sagrado (Eucaristía) recibimos la palabra hecha de carne. Por tanto, debemos estar convencidos de que quien (…) también se fundió en el sacramento que comunica su carne con la naturaleza de la eternidad (…) por su carne, permanece en nosotros, en nosotros y nosotros en él. (…) Él mismo testifica que estamos en un alto grado en él, a través del Sacramento en el que nos comunica su carne y su sangre (…) esta es, por tanto, la fuente de nuestra vida: la presencia de Cristo a través de su carne en nosotros. ”(De la Trinidad 8.13 rasgo 16)

 

“Él mismo dice: 'Mi carne es verdaderamente comida y mi sangre es verdaderamente bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, conmigo permanece y yo con él ”(Juan 6,56). En cuanto a la verdad de la carne y la sangre, no cabe duda: es verdaderamente carne y verdaderamente sangre, como vemos por la propia declaración del Señor y por nuestra fe en sus palabras. Esta carne, una vez comida, y esta sangre, bebida, nos hacen también uno en Cristo y a Cristo en nosotros. ”(de la Trinidad).

 

 

SAN ATANASIO DE ALEJANDRIA

“Verás a los levitas traer pan y una copa de vino, y colocarlo sobre la mesa. Mientras no se hagan las invocaciones y oraciones, no hay más que pan y vino en el cáliz, sin embargo, después de que se hayan dicho las grandes y admirables oraciones, entonces el pan se convierte en el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo y el vino y se convierte en tu sangre.  (Al recién bautizado pág. 26,325 ).

 

 

SAN CIRILO DE JERUSALÉN

“Por tanto, habiendo pronunciado y dicho sobre el pan: 'Este es mi Cuerpo', ¿quién se atreverá a dudar de él a partir de entonces? Y habiendo afirmado y dicho: "Esta es mi Sangre", ¿quién puede dudar y decir que no es Su Sangre? (…) En otra ocasión, con su señal, convirtió el agua en vino en Caná de Galilea. Entonces, ¿no deberíamos creerlo cuando convierte el vino en sangre? (…)

Así, con total seguridad, participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Esto es porque en la figura del pan se te da el Cuerpo, y en la figura del vino se te da la Sangre, para que, habiendo participado del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, seáis corpóreos y consanguíneos a Él.  Nos convertimos así en 'Cristóforos', es decir, portadores de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre difunden nuestros miembros.Y luego, como dice San Pedro, "participamos de la naturaleza divina" (2Pd 1,4). En efecto, no lo consideres mero pan y mero vino, porque son el Cuerpo y la Sangre de Cristo, según la fe: cree firmemente, sin ninguna duda, que has sido hecho digno del Cuerpo y la Sangre de Cristo ” (Lecturas catequéticas 4.1-2.6).

"Y aunque los sentidos no puedan sugerirlo, la fe debe confirmarlo con confianza.  No juzgues la cosa por el gusto, sino por la fe, llénate de confianza, sin dudar que fuiste juzgado digno del Cuerpo y la Sangre de Cristo ”respectivamente, Cuerpo y Sangre de Cristo, según la afirmación del Señor"(Lecturas catequéticas 4.3.6).

“El pan que parece pan no es pan, aunque se ve y sabe a pan, pero es el Cuerpo de Jesús. El vino, aunque parezca vino por su sabor y color, no es vino, sino la Sangre del Señor ”.

 

 

SAN GREGORIO DE NISA 

“Aunque son de poco valor antes de la bendición, después de la santificación que viene del Espíritu, ambas cosas [- el pan y el vino -] funcionan excelentemente” (Del bautismo de Cristo).

SAN AMBROSIO DE MILÁN 

“Quizás digas: 'Mi pan es pan común'. Sin embargo, este pan es Pan antes que palabras sacramentales. Tan pronto como tiene lugar la consagración, el pan que es, se convierte en la Carne de Cristo ”(De los Sacramentos 4).

 

“El Señor mandó y se hizo el cielo; el Señor mandó e hizo la tierra; el Señor ordenó y se hicieron los mares; el Señor ordenó y generó todas las criaturas. Vea, por tanto, cuán eficaz es la palabra de Cristo. Si la palabra del Señor Jesús es tan poderosa que, a través de ella, comienza a ser lo que antes no era, cuánto más tendrá que ser para que las cosas que ya eran sean y se conviertan en otra cosa ”( De los sacramentos 4,4,15).

 

“Confirmemos la verdad del misterio de la Eucaristía con el ejemplo de la Encarnación: ¿el nacimiento de Cristo fue precedido por un proceso natural? (…) Es evidente que de la Virgen nació por encima del orden natural. Ahora, el cuerpo que consagramos nació de la Virgen. ¿Por qué buscas ordenar el Cuerpo de Cristo (= Eucaristía) cuando por encima de la naturaleza nació el Señor de la Virgen? La carne de Cristo, crucificado y sepultado, era verdadera; por tanto, este sacramento es verdaderamente de su carne ”.

“Sabes, pues, que lo que recibes es el Cuerpo de Cristo (…) dice [el sacerdote], quien, en vísperas de su pasión, tomó el pan en sus santas manos. Antes de la consagración es pan, pero en cuanto se añaden las palabras de Cristo, es el Cuerpo de Cristo (…) Antes de las palabras de Cristo, el cáliz está lleno de vino y agua; pero mientras actúan las palabras de Cristo, allí se hace la sangre de Cristo que redimió al pueblo ”.

“A pesar de las apariencias de pan y vino, sin embargo, debemos creer que, después de la consagración, no hay nada más en ellos que el Carne y Sangre de Cristo ”.

 

SAN JUAN CRISÓSTOMO 

“Te lo suplicamos: envía tu Espíritu Santo sobre nosotros y sobre estas ofertas. Haz de este pan el precioso Cuerpo de tu Cristo, transformándolo con tu Espíritu Santo. Amén. A todos los que lo reciban, sea provechoso para el alma, el perdón de los pecados, la comunión de tu Espíritu Santo, la plenitud del Reino de los Cielos, confíen en Ti y no para el pecado y la condenación ”(Anáfora) .

“[El sacerdote] dice: 'Este es mi Cuerpo'. Esta palabra transforma las cosas ofrecidas, al igual que esa palabra: 'Crecer y multiplicarse; llenad la tierra '(Gn. 1:28), aunque se dice una sola vez, llena nuestra naturaleza de fuerza para procrear hijos. Así, esta palabra (= 'Este es mi Cuerpo'), habiendo sido dicha una sola vez, desde ese tiempo hasta hoy y hasta la venida del Señor, obra el sacrificio perfecto en todas las iglesias (…) [Sobre el altar, ] allí yace Cristo inmolado ”(Homilía 1).
“Su Cuerpo está ahora ante nosotros [en el altar]” (Homilía sobre Mateo 50, 2).
“No es el hombre quien hace que las cosas ofrecidas se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino el mismo Cristo, quien fue crucificado por nosotros. El sacerdote, figura de Cristo, pronuncia estas palabras, pero su eficacia y gracia son de Dios. 'Este es mi Cuerpo' - dice. Estas palabras transforman lo ofrecido ”(Prod. Jud. 1.6).

by Gabriel Larrauri – www.primeroscristianos.com

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La celebración de la Eucaristía en la Iglesia primitiva

 

Ver en Wikipedia

 

Historias del Antiguo Testamento que son corroboradas

El Antiguo Testamento es una de las dos patas de las que consta la Biblia. Un fragmento que muchas veces es considerado como legendario o mitológico y, sin embargo, existen pruebas arqueológicas de que muchas de las historias del Antiguo Testamento fueron reales.

 

El autor Dave Armstrong, en la web National Catholic Register, enumera 15 elementos que han sido contrastados por la ciencia moderna y que podrían haber ocurrido de verdad.

1. El diluvio pudo existir y ser local

Las pruebas arqueológicas existentes demostrarían que hubo una inundación hacia el 2900 a. C. en la llanura de Mesopotamia (actualmente el sur de Irak), en un área plana entre dos grandes ríos (el Tigris y el Éufrates).

Así lo aseguró el arqueólogo Lonard Wooley mientras excavaba la antigua ciudad bíblica de Ur. Las aguas del diluvio tardaron 10 meses en desaparecer (Génesis 7:11; 8:13).

Un hecho nada raro si se tienen en cuenta otros ejemplos de la historia como las inundaciones de 1926-1927 en Luisiana, cerca del río Mississippi (EE.UU). En este caso llovió durante ocho meses y las aguas tardaron un año en desaparecer.

2. Abraham vivió en Beerseba… en el desierto

Los escépticos siempre han dicho que el patriarca Abraham no vivió en la ciudad de Beerseba y que esto era un anacronismo, ya que dicha ciudad no existía en su tiempo.

Sin embargo, en ninguna de las once menciones que hace la Biblia aparece un pueblo, y mucho menos una ciudad. La primera mención, durante la vida de Abraham (Génesis 21:14), se refiere al «desierto de Beerseba».

3. Sodoma y Gomorra: juzgadas con «azufre y fuego»

En Génesis 19:24, la Biblia habla de la destrucción que hace Dios de las ciudades pecadoras de Sodoma y Gomorra.

La ciencia actual propone que esto pudo deberse al estallido de un meteorito en el aire en 1750-1700 a. C, en vida del propio Abraham. La explosión fue tan fuerte que las rocas se convirtieron en vidrio.

4. José fue vendido como esclavo por «20 siclos»

El código Hammurabi (1750 a. C.) y los archivos de Mari (1761 a. C.) confirman que el precio de los esclavos en la época de José era de 20 siclos.

antiguo testamento
                                    La arqueología asegura que José costó según el precio de mercado de la época.

5. Los pactos en Éxodo, Levítico y Deuteronomio: propios de la época

Se conocen más de 100 documentos de pactos de la antigua Mesopotamia y Egipto. Y tendrían vinculación con los pactos que se hacen en los libros bíblicos de Éxodo, Levítico y Deuteronomio.

La forma de estos pactos de entre 1350 a. C. y 1180 a. C (a diferencia de los anteriores y posteriores) podrían ser muy similares a los egipcios.

Esto se debería a que se hicieron en vida de Moisés, que fue criado por la hija del Faraón (Éxodo 2:10), y que habría tenido grandes oportunidades de aprender sobre leyes egipcias.

6. El rollo que demuestra la cuota de los esclavos egipcios

Un rollo egipcio que data del año quinto del reinado del faraón Ramsés II (1275 a. C.) menciona que los esclavos eran responsables de una cuota de 2.000 ladrillos de barro (Éxodo 5:8- 5:19).

7. Dios alimentó a los israelitas con codornices

La Biblia sitúa las codornices en la península del Sinaí, específicamente a lo largo de las costas (Éxodo 16:1) y durante la primavera (Éxodo 16:1; Números 10:11, 11:31, 34).

La ciencia moderna ha confirmado migraciones anuales y masivas de codornices en primavera, que se alinean perfectamente con las descripciones hechas por la Biblia.

8. Moisés sacaba agua de las rocas en el desierto

En los libros de la Biblia de Éxodo 17:6, Números 20:10 y Deuteronomio 8:15, se muestra a Moisés sacando agua de las rocas en el desierto.

Esto podría deberse a que la Península del Sinaí contiene mucha arenisca y piedra caliza, que son rocas porosas, capaces de absorber y almacenar agua. En condiciones de mucho calor, desarrollan una costra dura que, si se golpea lo suficientemente fuerte, puede hacer que el agua fluya.

9. Jericó no existía en la época de Josué, por alguna razón

Los escépticos aseguran que la arqueología no proporciona evidencias de que Jericó existiera en la época de Josué (1200 a. C.), cuando la Biblia afirma que sus muros se derrumbaron (Josué 6:20).

Podrían tener razón, pero hay una explicación lógica para esto. Jericó está muy cerca del Mar Muerto, uno de los lagos más salados del mundo. La erosión por culpa de la sal y de una larga temporada de lluvias (de finales de octubre a abril) pueden explicar la erosión masiva de los muros de la ciudad.

10. David no es tan mítico como el rey Arturo: fue real

Mientras los historiadores mitificaban al rey David, algo cambió en julio de 1993. En el norte de Israel se descubría la estela de Tel Dan, que data del siglo IX a. C., y que contenía la frase «Casa de David» (1 Samuel 20:16).

11. El profeta Amós vivió en el siglo VIII a. C.

Entre los relatos de la Biblia hay una referencia a un terremoto que ocurrió en Jerusalén, la capital del reino de Judá. Hoy, gracias a unas excavaciones en el Parque Nacional de la ciudad de David, se han encontrado evidencias de que este, efectivamente, se produjo, hace 2800 años.

El profeta Amós, dice: «Estas son las palabras de Amós, que era un pastor de Tecoa. Tuvo una visión acerca de Israel durante los reinados de Uzías en Judá, y de Jeroboán hijo de Joás en Israel. Esto sucedió dos años antes del terremoto» (Am 1.1-2).

12. Ezequías reinó hacia el 715– 687/6 a. C.

En el Antiguo Testamento, Ezequías es uno de los reyes que se mencionan en la genealogía de Jesús. En 2015, se encontró el sello del rey bíblico Ezequías en la parte más antigua de Jerusalén. Estaba fechado entre el 727 y el 698 a. C.

Ezequías fue el encargado de cavar el famoso túnel que lleva su nombre (2 Reyes 20:20; 2 Crónicas 32:2–4,30; Isaías 22:11) y que hoy se puede visitar.

13. El profeta Isaías vivió desde el 740 al 681 a C.

En el Antiguo Testamento, Isaías fue uno de los mayores profetas de Israel. La tradición hebrea cree que nació alrededor del 765 a. C. en Jerusalén y el cristianismo le atribuye el anuncio del nacimiento, el sacrificio y la gloria de Jesús.

En 2018 se encontró en Jerusalén un sello con su nombre. Los arqueólogos que trabajan en las ruinas del templo de esta ciudad localizaron un pequeño sello de arcilla llamado bulla. En su interior figura el nombre Yesha’yah[u] (Isaías) en letras hebreas junto a la expresión NVY. Parecen las primeras letras de la palabra nun-beit-yod-aleph, que significa literalmente profeta.

14. El profeta Jeremías vivió del 650 al 570 a.C.

Existen 19 pruebas arqueológicas separadas e independientes que así lo demuestran.

15. Nabónido llegó a ser rey de Babilonia

El que se conoce como último rey de Babilonia (556–539 a. C.) no se menciona en ninguna parte de la Biblia.

En cambio, su hijo Belsasar es llamado «rey de Babilonia» (Daniel 7:1; cf. 5:1, 5-10, 13, 30; 8:1). Eso se debe a que su padre estuvo en el extranjero durante 10 años, por lo que actuó como su regente (por lo tanto, podría llamarse «rey»).

Historias del Antiguo Testamento que han sido corroboradas.

 

Antiguo Testamento

Eucaristía - Cómo era la Misa en el siglo II

Gracias a los testimonios de los primeros cristianos, podemos conocer cómo era la Eucaristía del siglo II. Glosando la famosa descripción de San Justino Mártir en su libro Apología I, encontramos algunos elementos invariables hasta nuestros días.

La liturgia de la Eucaristía se desarrollaba conforme a una estructura fundamental que comprende dos grandes momentos y que forman una unidad básica: la liturgia de la Palabra y la liturgia eucarística.

El origen: la Última Cena

Dice Ratzinger: «La liturgia cristiana tiene su origen en el Cenáculo, en el que se anticipó el misterio pascual de la muerte y resurrección y se abrió a una actualización cultual en el presente».

La liturgia cristiana parte de los gestos sencillos de aquella gran hora de Jesús. El contexto pascual de aquella cena explica también la presencia de la Palabra: porque Jesús pronunció una bendición y dio gracias, con una alusión evidente a la oración judía de alabanza y agradecimiento (llamada berakah). Asimismo, las fuentes hablan de que antes de salir a Getsemaní (Mt 25,30) cantaron unos salmos, el gran Hallel (Salmos 113-117).

 

eucaristia

Testimonio de San Justino

«El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo. Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los profetas, tanto tiempo como es posible. Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas.

Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros […] (Apología, 1, 67) y por todos los demás donde quiera que estén, […] a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar así la salvación eterna. Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros. Luego se lleva al que preside a los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclados.

El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da gracias (en griego: eucharistian) largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias, todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo: Amén. […]

Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua ‘eucaristizados’ y los llevan a los ausentes» (Apología, 1, 65).

El testimonio explicado

Al inicio trata sobre el marco o contexto en el que se desarrolla la celebración: «El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo». Vemos que la asamblea cristiana se reúne el “día del sol”. Hace referencia al primer día de la semana, más tarde llamado “domingo”, día del Señor, en recuerdo de Su Resurrección. Una celebración semanal, matutina, festiva y para una comunidad concreta.

 

Liturgia de la Palabra

Más adelante, san Justino recoge los elementos de la liturgia de la Palabra. En efecto, los cristianos se separaron enseguida de los sacrificios del Templo, pero seguían reuniéndose en el atrio de Salomón y participaban allí en la celebración de la palabra y en la oración de Israel.

Leían la Escritura referida a Cristo. Pero pronto fue necesario organizar una celebración de la palabra unida a la eucarística. Hay eco de esto en el relato de los discípulos de Emaús: «En el camino les explicaba las Escrituras, luego sentándose a la mesa con ellos, tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio» (Lc 24, 13-35). Encontramos, por tanto:

1. Lecturas de los libros de la Sagrada Escritura, del Nuevo y del Antiguo Testamento: «Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los profetas…».

2. Homilía: «Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra…».

3. Oración universal: «Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros y por todos los demás donde quiera que estén, a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones…».

4. Rito de la paz: «Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros». Actualmente este gesto tiene lugar antes de la comunión, aunque se está estudiando la posibilidad de cambiar su lugar (cfr. Sacramentum caritatis, n. 49).

 

Liturgia Eucarística

En segundo lugar, presenta la liturgia eucarística propiamente dicha:

1. Presentación del pan y del vino: «Luego se lleva al que preside a los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclados».

2. Acción de gracias consecratoria: “El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da gracias largamente (…). Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias, todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo: Amén».

3. Comunión: «Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua ‘eucaristizados’ y los llevan a los ausentes». Vemos ya la praxis de la comunión de los creyentes; asimismo, quienes estaban ausentes por enfermedad recibían en sus casas la comunión.

Se pueden observar los elementos de continuidad entre la Última Cena, las reuniones de los primeros cristianos para celebrar la Eucaristía y la Santa Misa de hoy día. Ser conscientes de este origen apostólico ayuda a nuestra fe. Vivimos la comunión de los santos, celebramos la fe que nos han legado y que estamos llamados a transmitir.

 

+ info -

https://www.primeroscristianos.com/eucaristia-iglesia-primitiva/

 

 

 Pedro Sauras

BIBLIOGRAFÍA

  • Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1345-1347.
  • F. M. Arocena (ed.), Contemplar la Eucaristía, Rialp, Madrid 2000, 38-40.
  • A. García Ibáñez, La Eucaristía, don y misterio, Eunsa, Pamplona 2009, 105-107.
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El Texto completo de San Justino es :

«Después de ser lavado de ese modo, y adherirse a nosotros quien ha creído, le llevamos a los que se llaman hermanos, para rezar juntos por nosotros mismos, por el que acaba de ser iluminado (bautizado), y por los demás esparcidos en todo el mundo. Suplicamos que, puesto que hemos conocido la verdad, seamos en nuestras obras hombres de buena conducta, cumplidores de los mandamientos, y así alcancemos la salvación eterna.
Terminadas las oraciones, nos damos el ósculo de la paz. Luego, se ofrece pan y un vaso de agua y vino a quien hace cabeza (cf. I Timoteo V, 17), que los toma, y da alabanza y gloria al Padre del universo, en nombre de su Hijo y por el Espíritu Santo. Después pronuncia una larga acción de gracias por habernos concedido los dones que de Él nos vienen.
Y cuando ha terminado las oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo presente aclama diciendo: Amén (cf. I Corintios XIV, 16), que en hebreo quiere decir γένοιτο (así sea). Cuando el primero ha dado gracias y todo el pueblo ha aclamado, los que llamamos diáconos dan a cada asistente parte del pan y del vino con agua sobre los que se pronunció la acción de gracias, y también lo llevan a los ausentes.
A este alimento lo llamamos Εὐχαριστία (Eucaristía). A nadie le es lícito participar si no cree que nuestras enseñanzas son verdaderas, ha sido lavado en el baño de la remisión de los pecados y la regeneración, y vive conforme a lo que Cristo nos enseñó.
Porque no los tomamos como pan o bebida comunes, sino que, así como Jesucristo, Nuestro Salvador, se encarnó (cf. San Juan I, 14) por virtud del Verbo de Dios para nuestra salvación, del mismo modo nos han enseñado que esta comida –de la cual se alimentan nuestra carne y nuestra sangre– es la Carne y la Sangre del mismo Jesús encarnado, pues en esos alimentos se ha realizado el prodigio mediante la oración que contiene las palabras del mismo Cristo.
Los Apóstoles –en sus comentarios, que se llaman Evangelios– nos transmitieron que así se lo ordenó Jesús cuando, tomó el pan y, dando gracias, dijo: “Haced esto en conmemoración mía; esto es mi Cuerpo” (San Lucas XXII, 19). Y de la misma manera, tomando el cáliz dio gracias y dijo: “ésta es mi Sangre” (cf. San Mateo XXVI, 27-28).
Y sólo a ellos lo entregó. Esto es lo que los perversos demonios han imitado en los misterios de Mitra, ordenando hacer la misma cosa. Porque, un pan y un vaso de agua con ciertos encantamientos son puestos en los ritos mistéricos de quien está siendo iniciado, como sabeis o podeis oir.
Nosotros, en cambio, después de esta iniciación, recordamos estas cosas constantemente entre nosotros. Los que tenemos, socorremos a todos los necesitados y nos asistimos siempre los unos a los otros. Por todo lo que comemos, bendecimos siempre al Hacedor del universo a través de su Hijo Jesucristo y por el Espíritu Santo.
El día que se llama del sol [Domingo, N. del E.], se celebra una reunión de todos los que viven en las ciudades o en los campos, y se leen los recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas, mientras hay tiempo. Cuando el lector termina, el que hace cabeza nos exhorta con su palabra y nos invita a imitar aquellos ejemplos.
Después nos levantamos todos a una, y elevamos nuestras oraciones. Al terminarlas, se ofrece el pan y el vino con agua como ya dijimos, y el que preside, según sus fuerzas, también eleva sus preces y acciones degracias, y todo el pueblo exclama: Amén. Entonces viene la distribución y participación de los alimentos consagrados por la acción de gracias y su envío a los ausentes por medio de los diáconos.
Los que tienen y quieren, dan libremente lo que les parece bien; lo que se recoge se entrega al que hace cabeza para que socorra con ello a huérfanos y viudas, a los que están necesitados por enfermedad u otra causa, a los encarcelados, a los forasteros que están de paso: en resumen, se le constituye en proveedor para quien se halle en la necesidad.
Celebramos esta reunión general el día del sol, por ser el primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo; y también porque es el día en que Jesucristo, Nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos; pues hay que saber que le entregaron en el día anterior al día de Saturno [Sábado, N. del E.], y en el siguiente –que es el día del sol–, apareciéndose a sus Apóstoles y discípulos (cf. San Mateo XXVIII, 9), nos enseñó esta misma doctrina que exponemos a vuestro examen».
SAN JUSTINO MÁRTIR, Apología I a Antonino Pío, capítulos LXV-LXVII.
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