Juan Pablo II gobernó la Iglesia rezando

Tras un brevísimo Juan Pablo I, sereno, sencillo y jovial, pero consciente de la seriedad de los problemas y falto de salud, llegó Juan Pablo II, sano y deportista, con buen humor y aplomo, mucha fe y una piedad que le salía natural

 

La sensación de que todo en la Iglesia tenía que ir para abajo fue lo primero que quebró aquella frase del discurso inaugural del Pontificado: No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo (22-X-1978). La llamada no fue muy advertida ni comprendida entonces, pero resultó un punto de inflexión en la tendencia a la baja de la época posconciliar y abrió un horizonte de esperanza y juventud, que se desarrollaría en los siguientes 26 años de pontificado. La frase se convertiría en el lema del pontificado, como subraya el himno Non abbiate paura, que Marco Frisina compuso para la beatificación.

Con esas palabras, un tanto solemnes y poéticas, como a él le gustaba, Juan Pablo II se dirigía, en primer lugar, a los sistemas políticos y económicos, especialmente a las sociedades marxistas, pero también a las liberales, para pedirles que acogieran el mensaje de Cristo. Era el programa del pontificado: no tener miedo a proponer la salvación de Cristo, el Evangelio, a todos los hombres. Tener claro cuál es su valor y, por tanto, cuál es la misión de la Iglesia, su punto fuerte y su justificación en el mundo moderno.

 

juan pablo 2

 

 

También era la justificación de su propia misión en el mundo, la del Papa, que no es solo un resto venerable de épocas pretéritas que atrae el turismo a Roma, lo mismo que los Museos vaticanos o el Foro romano. Juan Pablo II se sentía depositario de una misión, la de la Iglesia con su mensaje para todos los pueblos, y con la renovación y la urgencia que le había dado el Concilio Vaticano II. Le acompañaba entonces una convicción y una salud que subrayaban su propuesta. Después, fue perdiendo salud, pero no perdió convicción.

Juan Pablo II fue elegido Papa el 15 de octubre de 1978, con 58 años. Estaba en plenitud de facultades, fuerte, simpático y decidido. Venía de una Polonia que estaba entonces muy separada del resto de Europa por el telón de acero, y bajo un claro y severo dominio comunista. Quizá por eso no estaba en la lista de “papables”.

Recuerdo que, cuando el cardenal Felici pronunció su nombre en la plaza de San Pedro, nadie sabía quién era y su foto no estaba en los periódicos. Además, como intentó pronunciar Wojtyła con acento polaco, con la “l” barrada que es una “u”, no se podía reconocer el nombre en las listas. A mi lado, alguien comentó que debía ser swahili y buscó entre los cardenales africanos. La elección fue una sorpresa total y cada paso posterior una nueva sorpresa: los gestos, los temas, el estilo, las propuestas. En casi 26 años no paró y no dejó parar.

Quién era

Aunque no estaba entre los favoritos, era conocido por los cardenales electores y algunos se habían fijado en él. Había brillado en el reciente sínodo sobre la evangelización y catequesis. Había ayudado a redactar la encíclica Humanae vitae, del Papa Pablo VI (1968), y la había defendido en distintas conferencias por todo el mundo. Y había predicado los ejercicios espirituales a Pablo VI poco antes (1975). Se habla de la promoción que le hizo el entonces cardenal de Viena, Franz König.

Sin duda, tenía un perfil interesante. Había participado en la confección de Gaudium et spes del Concilio Vaticano II (1962-1964), a pesar de ser uno de los obispos más jóvenes. Tenía una fuerte formación e inclinación intelectual, por ser profesor de ética en Lublin, y haber promovido varias revistas de pensamiento cristiano y personalista.

Pero también era pastor en una situación difícil y había impulsado la pastoral de Cracovia, en medio de un régimen comunista. Los más enterados conocían su intervención en cuestiones difíciles de la Iglesia en Roma. Se sabía mover en público. No era nada tímido. Además, se le veían dotes naturales de simpatía, decisión y capacidad de diálogo. Tenía una asombrosa capacidad para los idiomas. Podía dialogar en francés, inglés, alemán, español e italiano, además de su polaco natal. Y le encantaba.

Un largo e intenso pontificado

Desde el principio, fue una sorpresa de estilo y de iniciativas. El estilo le salía de dentro. Los Papas cambian su nombre para expresar la nueva condición que adquieren. Karol Wojtyla cambió de nombre, pero asumió su misión, sin dejar de ser él mismo. Al contrario, estaba seguro -lo escribió- de que había sido elegido para que desarrollara lo que llevaba dentro. ¿Qué Papa se hubiera animado a escribir libros tan personales sobre su vida y pensamiento como: Cruzando el umbral de la esperanza; Don y misterio; Levantaos, vamos; y Memoria e identidad, además de las poesías?

No eran ocurrencias personales. Le había tocado vivir en su carne muchas encrucijadas de la Iglesia en la historia. Le había tocado vivir bajo los regímenes totalitarios nazi y comunista, le había tocado explicar a los jóvenes la moral de la Iglesia, especialmente la moral sexual, y le había tocado buscar caminos de la conciencia personal en su enseñanza universitaria de ética y moral. Además, le había tocado defender Humanae vitae, de una manera que implicaba luna idea de la sexualidad y del ser humano, una antropología cristiana.

Este era el programa del pontificado: no tener miedo a
proponer la salvación de Cristo, el Evangelio,
a todos los hombres. Tener claro cuál es su valor y,
por tanto, cuál es la misión de la Iglesia,
su punto fuerte y su justificación en el mundo moderno

Su aplomo, basado en fuertes convicciones y experiencias de fe, resultó inmensamente valioso en un momento de incertidumbres. Entró a todas las cuestiones difíciles, una tras otra, con una paciencia y una tenacidad verdaderamente asombrosas y propias de su carácter. Y, al mismo tiempo, con una característica holgura. No era un hombre tenso. Se daba tiempo para estudiar y hacer estudiar los asuntos y le gustaba dialogarlos. Esto podía dilatarlos, pero llegaron a puerto uno tras otro. Basta pensar en el Catecismo de la Iglesia Católica. Cuando se propuso, muchos pensaron que era una tarea imposible.

No tenía miedo a las cuestiones espinosas. Se enfrentó con muchas de ellas, muy consciente de su misión. Reunió a los obispos de países que atravesaban momentos difíciles o a las congregaciones con problemas. Intervino en las grandes cuestiones internacionales y multiplicó la actividad diplomática del Vaticano en pro de la paz y los derechos humanos. Eso, en paralelo con una gran cantidad de iniciativas doctrinales, de constantes viajes y de visitas a las parroquias de Roma y a las diócesis italianas. Porque también ejercía de obispo de Roma y primado de Italia.

 

Juan Pablo II

Juan Pablo II

 

Fue un claro protagonista en la disolución del comunismo en el Este de Europa. Aquello fue tan milagroso como la caída de los muros de Jericó, aunque también supuso una consciente e intensa actividad diplomática y un apoyo moral decidido y explícito a sus connacionales del sindicado Solidaridad. Un apoyo que no era emocional y oportunista, sino basado en los principios de la justicia social y en la dignidad de las personas. Y le valió un atentado que le hizo claramente partícipe de la cruz.

Proclamó una y otra vez los principios morales y sus aplicaciones prácticas (defensa de la vida y la familia, doctrina social, prohibición de la guerra), fueran o no políticamente correctas. Se opuso decididamente a la guerra del Golfo. Dio la cara ante el régimen sandinista o el de Castro, y encauzó la teología de la liberación. Hizo investigar a fondo el caso Galileo.

Para preparar el cambio de milenio, quiso purificar la memoria histórica y pidió perdón por los fallos de la Iglesia y los pecados de los cristianos. Quiso una mayor transparencia en los asuntos vaticanos. Impulsó desde el principio el diálogo ecuménico con los protestantes y ortodoxos. Y tuvo gestos inéditos con los judíos, a los que apreciaba sinceramente; y también con los representantes de otras religiones, a los que reunió para rezar juntos.

Un estilo y una conciencia

Tanto como su ánimo, llamaba la atención su desenvoltura. Cualquier autoridad consciente siente el peso de su oficio. Por eso, necesita también guardar distancias. Juan Pablo II no descansaba de su oficio. Lo llevaba siempre puesto. Lo ejerció día a día, delante de todo el mundo. De manera habitual, tuvo invitados a su Misa matutina y a su mesa, desayuno, comida y cena, además de múltiples audiencias.

Buscó constantemente encontrarse con la gente y con frecuencia se saltaba el protocolo, con toda naturalidad. No era un hombre de curia y no le atraía el papeleo. Esto lo confiaba a sus subordinados. Y por allí, quizá, se le escaparon algunas cosas.

Estaba convencido de que su misión era transmitir el Evangelio como lo que es, un testimonio personal, y de que debía hacerlo unido a toda la Iglesia. De ahí, la importancia de los viajes y convocatorias, que, al principio, parecían una anécdota y, sin embargo, constituyen una de las claves del pontificado.

Reunió millones de personas para rezar, para escuchar el Evangelio o para celebrar la Eucaristía. Algunas concentraciones fueron las mayores registradas en la historia humana. Pero lo más importante es que esto fue un ejercicio privilegiado de su ministerio papal y produjo un visible impacto de unidad y renovación en toda la Iglesia en una época difícil.

Se cumplió ante todos los ojos el principio de que la Eucaristía construye la Iglesia. Tras tantas divisiones e incertidumbres, la Iglesia se reunió en todos los continentes, alrededor del sucesor de Pedro para manifestar su fe, celebrar el misterio de Cristo y aumentar su unidad en la caridad. Muchísimos obispos y sacerdotes recuperaron allí la esperanza, la alegría y las ganas de trabajar. Hay testimonios son innumerables, además de suscitar una oleada de vocaciones sacerdotales.

Un hombre de fe

Dio un testimonio constante y natural de piedad y de fe. Todos le vieron hablar con fe en la doctrina de la Iglesia, con fe también en los documentos del Concilio, en los que veía el camino de la Iglesia que él tenía que seguir. Tenía una doctrina que había madurado a fondo, con su mente de intelectual preocupado, desde que era profesor de universidad, por establecer un diálogo evangelizador con el mundo moderno.

Y también una experiencia pastoral y una clara preocupación por los jóvenes y sus inquietudes. Desde allí desarrolló concienzudamente la doctrina matrimonial y social cristiana. Y las relaciones entre la fe y la razón.

Dio un testimonio constante y natural de piedad
y de fe. Todos le vieron hablar con fe en la doctrina
de la Iglesia, con fe también en los documentos
del Concilio, en los que veía el camino de la Iglesia que él
tenía que seguir. Tenía una doctrina
que había madurado a fondo

 

Se le vio rezar, continuamente, año tras año. Lo comprobaron especialmente, los que vivían cerca de él, en las distintas etapas de su vida, que dejaron un testimonio unánime y un sinfín de anécdotas. Cuando tantas veces lo vieron en la capilla en las noches de aquellos viajes agotadores.

Antes que nada, el Papa Juan Pablo II gobernó la Iglesia rezando. No fue un gestor de los asuntos eclesiásticos. No buscó la eficacia en el despacho, sino en la capilla. Se le vio celebrar con intensidad y concentración la Eucaristía en Roma, en privado y en público. Le vieron millones de creyentes en sus viajes y por la televisión. Especialmente, en sus gozosos encuentros con cientos de miles de jóvenes de todo el mundo.

Se le vio también acudir personalmente con su característico aplomo y conciencia de fe a los foros internacionales y también al diálogo con las grandes autoridades del mundo, para proponer la fe de Jesucristo, con la convicción de que es salvadora para todos los hombres y todas las culturas. Se le vio oponerse a todas las guerras y a todas las violencias, y defender la vida humana del inicio al fin, y la dignidad humana en todas las circunstancias. Todo esto ha sido historia, y se hizo a la vista de todos.

Dejó una notable cantidad de documentos, que cubren todos los aspectos de la vida de la Iglesia. Dejó un Catecismo, que es una piedra miliar en su historia. Y el Código de Derecho Canónico renovado. Dejó muchos escritos personales luminosos. Y, sobre todo, la impronta personal de un hombre de fe y de oración. Y cumplió la misión que él mismo creía haber asumido, con su conciencia providencial, de entrar con la Iglesia en el tercer milenio, “cruzando el umbral de la esperanza”.

Juan Luis Lorda

Jesús, María y Pedro: los actores de «The Chosen» en la 5ª temporada

Los actores de The Chosen están en Madrid: es la ciudad elegida para acoger la première europea de The Chosen: La Última Cena, que es la quinta temporada de la teleserie, una temporada especial, que describe los hechos de la Semana Santa. El año pasado la première tuvo lugar en Londres. En sus distintas plataformas e idiomas, la serie ha alcanzado a 280 millones de espectadores, con más de 17 millones de seguidores en las redes sociales.

 

Este 25 de marzo, Día de la Anunciación, actores y fans acuden a los céntricos Cines de Callao, junto a la Gran Vía de Madrid, donde se emiten dos capítulos en un pase especial: la entrada triunfal en Jerusalén y la ira de Jesús en el Templo con los mercaderes.

Hemos aprovechado para entrevistar en persona a 3 de los actores: primero a Jonathan Roumie (Jeesús), y después a la peruana Vanessa Benavente (María, madre de Jesús) y el israelí Shahar Isaac (Simón Pedro).

 

- Jonathan, te vimos tocando la batería en la JMJ de Lisboa, en un encuentro de oración que reunía a miles de católicos y protestantes...

- Sí, ¡toco la batería desde los 11 años! Tomé lecciones entonces y luego en más ocasiones.

- ¿Tocas en algún grupo de oración o de otro tipo?

- No, pero sí en un disco que saldrá pronto.

- En Lisboa dirigiste en una oración por el Papa y la Iglesia a miles de personas, católicos y protestantes...

- Ese encuentro de la JMJ me pareció una expresión hermosa de ecumenismo, un escenario mundial espectacular.

- Tú eres católico, en Chosen hay cristianos de distintas denominaciones, ¿qué has aprendido estos años sobre unidad de los cristianos?

Es más lo que nos une que lo que nos divide. Cuando nos centramos en Jesús, podemos hacer mucho juntos, y crecer en discipulado y relaciones.

- ¿Has hablado alguna vez con Jim Caviezel, el actor que interpreta a Cristo en La Pasión de Mel Gibson?

- Sí, lo conozco, hemos hablado. Es un actor brillante y un hombre magnífico. ¡Pero no hemos hablado de Jesús en el cine! No hay duda de que La Pasión de Cristo es una película que cambió el cine, y nuestro director, Dallas Jenkins, y yo mismo, reconocemos su influencia.

- En esta quinta temporada Jesús llega montado en burrito. ¿Qué tal se te da montar en burro?

- ¡Ya tenía experiencia montando a caballo y eso ayudó! Pero nuestro burrito era magnífico, muy amable y gentil. Es fácil trabajar con él. Se llama Thunderstruck.

 

 

- Te vemos hacer muchas cosas con el látigo en el templo, con los cambistas...

- Sí, entrené mucho con un especialista, el mismo que entrenó a Harrison Ford [que como Indiana Jones usa látigo] y a Michelle Pfeiffer [los usó como Catwoman, en una película de Batman].

- Has sido un Jesús alegre muchos episodios, pero en el templo tenemos un Jesús enfurecido...

- Me gusta que digas que es un Jesús alegre. Pero Jesús es plenamente humano, tiene todo un abanico de emociones humanas, y en esta temporada vamos a ver en Él más emociones que nunca.

- ¿Has vivido alguna vez la Semana Santa en un país hispánico, con procesiones?

- No, nunca. Pero la Semana Santa ahora ¡ha llegado a nuestra teleserie!

Vanessa Benavente, limeña que interpreta a María, la Madre de Jesús. Actualmente vive en Los Ángeles. Los capítulos se graban en Texas y Utah.

- ¿Cuántos hijos tienes en la vida real, Vanessa?

- Dos niñas, de 6 y 2 años.

- Dices que ser madre te ayuda a interpretar a María, pero esta María tiene un hijo crecido que trae gente extraña a casa...

- Jajaja. Me la imagino un poco como a mi abuela y mi tía abuela. Para ellas todos eran "hijitos", aunque fueran sobrinos, primos o amigos. Eran como muy mamás de los pollitos. Y me imagino así a María, como esa mujer de pueblo que te dice "quédate unos días aquí", te acoge, que se implica y cuida de muchos, como la mamá de todos.

- ¿Has hablado con otras actrices que hayan interpretado a María?

- No, nunca, no conozco a ninguna. Una de mis ideas fue no ver otras representaciones de María. Chosen tenía sabor a algo fresco y único, quería hacerlo muy mío.

- ¿Cómo es la relación de María con las otras mujeres que acompañan a los apóstoles en la serie?

- María es la mayor, es como la mentora de las otras. Cuando Reyma se pone muy inquieta porque María Magdalena ha desaparecido, María Madre es la que la anima a confiar. Ella es una guía, es la que lleva más tiempo con Jesús, es la primera discípula.

También hablamos con Shahar Isaac, que interpreta a Simón Pedro. Ahora vive en Estados Unidos, pero acude con frecuencia a su Israel natal.

- ¿Qué lugares de Tierra Santa te han conectado con la historia de Chosen?

- ¿Sabes? En el rodaje hago fotos, me ayuda a meterme en situación. Hice fotos de las dos primeras temporadas y luego, en Tierra Santa, busqué los lugares reales de los hechos. Algunos los conocía, otros no. Cerca mi pueblo siempre veía la señal a Cafarnaúm, pero ¡nunca había estado! Y en la época del coronavirus pude visitarlo, una organización italiana me hizo una visita privada...

- En Cafarnaúm están las ruinas de la casa de Pedro, y la sinagoga de época romana justo al lado...

- Sí, es impresionante. Pues ahora ya saqué un libro comparando con fotos esos lugares reales y mis impresiones, y comparándolo con el set de rodaje. Y ya fotografié el set de las temporadas 3,4 y 5 y quiero visitar los lugares reales en cuanto pueda.

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La quinta temporada de The Chosen se estrena en 40 países distintos, y más adelante llegará a las plataformas de streaming (online). En España las anteriores temporadas se pueden ver en: Acontra+, Mitele Plus, Amazon Prime Video, Movistar Plus+ y en The Chosen App.

La serie pretende tener 7 temporadas, lo que hace pensar que cubrirá muchos eventos sucedidos tras la Resurrección. Aunque Jesús es el gran protagonista, cada apóstol tiene su propia historia y evolución, es conocido por los espectadores, y el público querrá saber qué le sucede a cada discípulo después de la Ascensión o Pentecostés.

 

 

 

 

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Karol: El hombre que se convirtió en Papa

 El “Papa Grande”, el “Papa viajero”, el que amó profundamente a los jóvenes y les habló al corazón reuniendo a millones en torno suyo.

 

Aquí puedes ver  “Karol: El hombre que se convirtió en Papa”  sobre la historia y juventud de Karol Wojtyla, su paso por el seminario, primeros años de sacerdocio hasta su llegada al cónclave que lo convirtió en el Papa Juan Pablo II.

 

 

 

Sinopsis

Esta película trata sobre la vida del difunto Juan Pablo II, iniciando su trama en la Segunda Guerra Mundial y finalizando con la elección de Karol Wojtila como Papa.

En este camino se construye la vida de un gran hombre, que de niño tenía muchos sueños, los cuales se fueron desvaneciendo; primero por la pérdida de su madre y hermano. Luego, por el estallido de la guerra y el posterior éxodo de personas que huían de la muerte. Finalmente, por los primeros indicios de la persecución a los Judíos.

Estos hechos marcarían el comienzo de la larga travesía de Karol, desde obrero hasta poeta y maestro; una travesía llena de encuentros que con el tiempo lo llevarían a ser sacerdote y, por último, en 1978, a convertirse en el hombre que hoy todos conocemos: el hombre que ha signado una era, el hombre que ha construido la historia.

Este film muestra el lado más humano de Karol. Era un hombre que amaba, que lloraba, reía y sufría como cada uno de nosotros, pero que llevaba una luz en su corazón que lo hacía brillar: la luz del amor, la fe y la esperanza.

La película profundiza en temas como la felicidad, el dolor, el amor, la libertad, la muerte. Y sobre todo la vida de un hombre entregado a los demás a través de Dios.

karol

 

Ficha técnica de la película 

Género: Drama
País: Italia
Duración: 186 minutos
Calificación: Todo Público

 

+ info -

SAN JUAN PABLO II

 

 

 

 

Así quedará la Sagrada Familia de Barcelona en el 2026

La construcción de la Sagrada Familia de Barcelona comenzó en el año 1882. Su arquitecto, Antonio Gaudí, falleció sin verla finalizada.

El proyecto se ha retomado y este vídeo muestra cómo se espera que evolucionen los trabajos hasta que quede definitivamente terminada, en el año 2026.
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El Ángelus es una pequeña práctica de devoción en honor de la Encarnación repetida tres veces cada día.

 

El Ángelus es una pequeña práctica de devoción en honor de la Encarnación repetida tres veces cada día: mañana , mediodía y al caer la tarde, al toque de Campana. Consiste esencialmente en la triple repetición del Ave María, a las cuales en subsiguientes tiempos, le fueron agregados, de forma intercalada, tres versos más, y uno de conclusión, y una pequeña oración. La oración es la que pertenece a la antífona de Nuestra. Señora “Alma Redemptoris”, y su recitación no es de estricta obligación para ganar indulgencia.

 

La devoción deriva su nombre de la primera palabra del primer verso: “El Angel del Señor anunció a María...” (. Angelus Domini nuntiavit Mariæ…). La indulgencia de 100 días por cada recitación -con indulgencia plenaria una vez al mes- fue concedida por Benedicto XIII, el 14 de septiembre de 1724, pero las condiciones prescritas habían sido levemente modificadas por León XIII, el 3 de abril de 1884.

Originalmente era necesario que el Ángelus se dijese de rodillas (excepto en domingos y tarde de los sábados, cuando las rúbricas prescribían postura de pie) , y que se recitara al toque de campanas; pero una más reciente legislación permite dispensar de éstas regulaciones por motivos justificados, con tal que la Oración sea dicha en las horas apropiadas – mañana, al mediodía y por la tarde.

 

angelus

 

En éste caso, el Ángelus debe ser dicho como oficialmente ha sido impreso; pero aquellos que no conocen la oración de corazón, o no saben leer, pueden decir cinco avemarías en su lugar. Durante el tiempo pascual, la antífona “Salve Reina del cielo...” con sus versos y oración, sustituye al Ángelus. Las indulgencias del Ángelus son algunas de las que no se suspenden durante el año del Jubileo.

 

HISTORIA

La historia del Ángelus no es fácil de rastrear con seguridad, así como distinguir lo que tiene certeza de lo que es meramente conjetural.

En primer lugar, es cierto que el Ángelus en la mañana y al mediodía son de más tardía introducción que el de la tarde.

Segundo, es cierto que el Ángelus del mediodía, el más reciente de los tres, no fue meramente una imitación o desarrollo de aquellos de la tarde o la mañana.

Tercero no cabe duda de que la práctica de decir tres avemarías cerca de la caída del sol, se había generalizado a través de toda Europa durante la primera mitad del s. XIV, y que fue recomendada e indulgenciada por el papa Juan XXII en 1318 y 1327.

Estos hechos son admitidos por todos los investigadores en la materia; pero cuando profundizamos nuestra investigación, fuimos confrontados por ciertas dificultades. No parece necesario exponerlas; nos contentamos con establecer la semejanza con las conclusiones a las cuales T. Esser O.P. y el presente escritor han llegado, en dos series de artículos publicados de forma independiente el uno del otro.

 

 

 

EL ÁNGELUS DE LA TARDE

Aunque de acuerdo con el punto de vista del Padre Esser, de que no tenemos ejemplos de tres Avemarías recitados al toque de campanas antes del decreto del Sínodo Provincial de Gran en 1307, existen muy buenos hechos que sugieren que dicha práctica era común durante el s. XIII.

Así, hay una vaga y no muy bien confirmada tradición que adscribe al para Gregorio IX, en 1239, ordenando que una campana fuera añadida a la salutación y oraciones a Nuestra Señora. Y aún, hay una concesión del Obispo Félix de Brixen, a la Iglesia de Freins en el Tirol, también de 1239, que concede una indulgencia al recitar “Tres Avemarías al toque de campana de la Tarde”.

Ciertamente, lo anterior tiene sospecha de Interpolación, pero dicha objeción no puede ser aplicada a un decreto del Capítulo general Franciscano en tiempos e San Buenaventura (1239 o 1269), orando para que el pueblo se animase a decir Avemarías al toque de campana de completas. Más aún, éstas indicaciones están fuertemente confirmadas por inscripciones que aún se pueden leer en unas pocas campanas del s. XIII.

No tenemos testimonios más antiguos que éstos; pero, por otra parte, leemos en “Regularis Concordia”, una regla monástica redactada por Aethelwold de Winchester, ca. 975, que ciertos rezos, llamados las Tres Oraciones, precedidas por Salmos, eran dichos después del toque de completas, tanto como antes de Maitines y nuevamente antes de Prima; y aunque no hace mención de campanadas tras completas, hay una mención expresa de toques de campana para tres oraciones a diferentes horas.

Esta práctica , parece, es confirmada por ejemplos alemanes (Mart ne, De Antiq. Eccles. Ritibus, IV, 39), y según pasaba el tiempo, fue más y más definitivamente asociado a tres tañidos de campana separados, más especialmente en Bec, San Denis y en las costumbres del Canon regular de San Agustín, (e.g. en el Priorato de Barnwell y otros lugares).

No tenemos en éstos ejemplos antiguos, menciones del Ave María, que en Inglaterra llegó a ser familiar como antífona del Oficio Parvo de Ntra. Señora, cerca del principio del s.XI (The Month. Noviembre, 1901), pero sería la cosa más natural del mundo, que una vez el Ave María llegó a ser una oración diaria, tomó para los laicos el lugar de las tres oraciones más elaboradas recitadas por los monjes; como en el caso del Rosario, en que ciento cincuenta salmos del Salterio fueron sustituidos por ciento cincuenta Ave Marías.

Más aún, en el decreto franciscano del tiempo de San Buenaventura referido anteriormente, es precisamente donde encontramos que los laicos en general fueron animados a rezar Ave Marías al toque de campana en completas durante, o más probablemente después, del oficio de los frailes. Una especial justificación para éstos saludos a Nuestra Señora, fue la creencia en que justo a ésta hora, era saludada por el Ángel.

Nuevamente, es de notar que algunos costumbrarios monásticos, hablando de las tres oraciones, expresamente prescriben observancia de rúbricas sobre arrodillarse o ponerse de pie de acuerdo con la estación, según la recitación del ángelus de ése día.

 

 

 

De ello, podemos concluir que el Ángelus se trata de una imitación de las oraciones nocturnas de los monjes, y que nada tuvo que ver con las campanadas del toque de queda, como señal de la extinción de luces y fuego. Sin embargo, éste toque aparece primeramente en Normandía en 1061 y se le describe como una campana que sugiere al pueblo a decir sus oraciones y a cesar sus actividades.

En cualquier caso, parece que éste toque de queda se originó en previas campanadas de oraciones, y no viceversa. Si éste toque de queda y las campanadas del Ángelus coincidieron más tarde, fue puramente accidental.

 

EL ÁNGELUS MATUTINO

La última sugerencia sobre las tres oraciones también ofrece alguna explicación del hecho de que poco tiempo después de que el rezo de las tres Ave Marías vespertinas se hizo familiar, se estableció la costumbre de tocar la campana en la mañana y proceder al rezo de las oraciones.

La más antigua referencia se halla en las crónicas de la ciudad de tejas de Parma, en 1318, siendo la campana municipal la que tañía en éste caso. El obispo exhortaba a quienes escuchaban éste tañido, a decir tres Padrenuestros y tres Ave marías por la conservación de la paz, por lo que fue llamada la “campana de la paz” La misma designación fue aplicada a las campanadas de la tarde en todo sitio.

A pesar de algunas dificultades, parece suficientemente probable que ésta campana matutina era una imitación también del triple llamado monástico a las oraciones del mismo momento del día; por ello, como se notó antes, se tocaba al oficio matutino de Prima tanto como en Completas.

El Ave María matutino pronto se volvió familiar en las naciones de Europa, sin exceptuar Inglaterra, y fue casi tan observado como el Ángelus vespertino. Pero, mientras en Inglaterra, el Ave María verspertino fue hecho obligatorio por el obispo John Stratford de Winchester tan temprano como 1324, ningún conocimiento formal se tiene antes de la instrucción del Arzobispo Arundel en 1399.

 

EL ÁNGELUS DEL MEDIODIA

Ello sugiere un mucho más complicado problema que no puede ser adecuadamente discutido acá. El hecho claro que parece resultar distinto de los estatutos de varios sínodos alemanes en los siglos XIV y XV, tanto como de devocionarios de más tarde, es que el toque de campana del medio día, a menudo calificado como de la Paz y formalmente recomendado por Luis IX de Francia en 1475 por tal razón, fue estrechamente asociado con la veneración de la Pasión de Cristo.

Primero pareció que éste tañido –como en Praga en 1386 o en Mainz en 1423 -, solamente se llevaba a cabo en viernes, pero la costumbre gradualmente se extendió a los otros días de la semana. En el English Horæ y en el German Hortulus Animæ de inicios del siglo XVI, prefieren proveer largas oraciones conmemorando la Pasión para ser rezadas al toque del medio día, en adición a las ordinarias Ave Marías.

 

angelus anunciacion

 

 

Más tarde (ca. En 1575), en diversos libro de devoción (como el Thesaurus de Coster), donde ya aparecen los versos del Ángelus tal como los conocemos ahora –aunque sin la oración final-, una forma alternativa conmemorando la muerte del Señor en la cruz es sugerida para la campanada del mediodía. Estas instrucciones, que pueden ser halladas traducidas en un manuscrito inglés de 1576 (MSS. Hurlelan 2327) sugieren que la Resurrección debía ser honrada en la mañana, la Pasión al mediodía y la Encarnación en la tarde, pues son los momentos del día en que dichos grandes Misterios ocurrieron.

En algunos libros de oración de ésta época, se sugiere para cada una de las tres oraciones del día, diferentes devociones -como el Regian Coeli para la mañana (Esser 784)- oraciones de Pasión para el mediodía y los actuales versos para la caída del sol. A alguna de ésas prácticas indudablemente se debe el cambio del Regina Coeli por el Ángelus durante el tiempo pascual.

Esta sustitución fue recomendada por Angelo Rocca y Quarti a principios del siglo XVII. Nuestro presentes tres versos parecen haber hecho primeramente su aparición en un catecismo italiano impreso en Venecia en 1560 (Esser 789 ); pero la forma completa, universalmente adoptada no puede ser rastreada antes de 1612.

Nótese que en algún momento antes de esto, la práctica en Italia de rezar “De profundis” por las benditas Animas inmediatamente tras el Ángelus vespertino, empezaba a manifestarse. Otra costumbre, también de origen italiano, es aquella de añadir tres Glorias al Ángelus, en acción de gracias a la Bendita Trinidad por los privilegios concedidos a Nuestra Señora.

 

 

Ver en Wikipedia

Anunciación.

La Vocación de la Virgen María. Su respuesta inmediata

"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»

María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.»

Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue".  Evangelio según San Lucas (Lc 1, 26-38)

La fe de la Virgen María

Palabras de san Juan Pablo II comentando el relato de la Anunciación

Luminosa respuesta del Ángel

1. Al ángel que le propone ser madre, María le hace presente su propósito de virginidad. Ella, creyendo en la posibilidad del cumplimiento del anuncio, interpela al mensajero divino sólo sobre la modalidad de su realización, para corresponder mejor a la voluntad de Dios, a la que quiere adherirse y entregarse con total disponibilidad.

«Buscó el modo; no dudó de la omnipotencia de Dios», comenta san Agustín (Sermo 291).

 

Movida por su gran amor

2. San Lucas no indica el lugar preciso en el que se realiza la anunciación del nacimiento del Señor; refiere, solamente, que María se hallaba en Nazaret, aldea poco importante, que no parece predestinada a ese acontecimiento.

Además, el evangelista no atribuye especial importancia al momento en que el ángel se presenta, dado que no precisa las circunstancias históricas. En el contacto con el mensajero celestial, la atención se centra en el contenido de sus palabras, que exigen a María una escucha intensa y una fe pura.

Esta última consideración nos permite apreciar la grandeza de la fe de María, sobre todo si la comparamos con la tendencia a pedir con insistencia, tanto ayer como hoy, signos sensibles para creer. Al contrario, la aceptación de la voluntad divina por parte de la Virgen está motivada sólo por su amor a Dios.

 

La Anunciación

 

La Anunciación: Su pregunta manifiesta su fe

3. María es invitada a creer en una maternidad virginal, de la que el Antiguo Testamento no recuerda ningún precedente.

En realidad, el conocido oráculo de Isaías: «He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel» (Is 7, 14), aunque no excluye esta perspectiva, ha sido interpretado explícitamente en este sentido sólo después de la venida de Cristo, y a la luz de la revelación evangélica.

A María se le pide que acepte una verdad jamás enunciada antes. Ella la acoge con sencillez y audacia. Con la pregunta: «¿Cómo será esto?», expresa su fe en el poder divino de conciliar la virginidad con su maternidad única y excepcional. Respondiendo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lc 1, 35), el ángel da la inefable solución de Dios a la pregunta formulada por María.

La virginidad, que parecía un obstáculo, resulta ser el contexto concreto en que el Espíritu Santo realizará en ella la concepción del Hijo de Dios encarnado. La respuesta del ángel abre el camino a la cooperación de la Virgen con el Espíritu Santo en la generación de Jesús.

 

Pentecostés

 

Siempre fe para la salvación

4. En la realización del designio divino se da la libre colaboración de la persona humana. María, creyendo en la palabra del Señor, coopera en el cumplimiento de la maternidad anunciada.

Los Padres de la Iglesia subrayan a menudo este aspecto de la concepción virginal de Jesús. Sobre todo san Agustín, comentando el evangelio de la Anunciación, afirma: «El ángel anuncia, la Virgen escucha, cree y concibe» (Sermo 13 in Nat. Dom.). Y añade: «Cree la Virgen en el Cristo que se le anuncia, y la fe le trae a su seno; desciende la fe a su corazón virginal antes que a sus entrañas la fecundidad maternal» (Sermo 293).

El acto de fe de María nos recuerda la fe de Abraham, que al comienzo de la antigua alianza creyó en Dios, y se convirtió así en padre de una descendencia numerosa (cf. Gn 15, 6; Redemptoris Mater, 14). Al comienzo de la nueva alianza también María, con su fe, ejerce un influjo decisivo en la realización del misterio de la Encarnación, inicio y síntesis de toda la misión redentora de Jesús.

La estrecha relación entre fe y salvación, que Jesús puso de relieve durante su vida pública (cf. Mc 5, 34; 10, 52; etc.), nos ayuda a comprender también el papel fundamental que la fe de María ha desempeñado y sigue desempeñando en la salvación del género humano.

Juan Pablo II, 3 de julio de 1996

 

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Los orígenes de la devoción a la Virgen

 

ver en Wikipedia

 

 

Su conversión causó gran sensación en la Roma de la época

Fabiola pertenecía a una familia noble de Roma (la gens Fabia), muy joven se casó con un hombre, de quien se divorció (en total respeto con las leyes del derecho romano) debido a las continuas peleas, incomprensiones y sobre todo por la violencia que soportaba por parte de su marido. Los biógrafos dicen de ella que era malcriada, egoísta y arrogante.

 

Después de su divorcio, Fabiola volvió a casarse, pero al poco tiempo enviudó. Esta segunda tragedia coincidió con su acercamiento al cristianismo, y concretamente, a san Jerónimo (el famoso traductor de la Vulgata) y su círculo de seguidores, especialmente a dos matronas cristianas muy conocidas de Roma, Marcela y Paula.

Al año de conocerlas, Fabiola decide cambiar radicalmente su vida: se presentó en la vigilia de Pascua vestida con un saco o vestidura áspera que se usaba antiguamente para la penitencia, en la basílica de San Juan de Letrán, pidiendo perdón al papa y a los fieles por los pecados cometidos y el papa Siricio la recibió formalmente en comunión plena con la Iglesia.

La santa donó todos sus bienes a la Iglesia, dedicándose a los pobres y especialmente a los enfermos fundando lo que fue el primer hospital romano. Su conversión causó gran sensación en la Roma de la época.

San Jerónimo, en su Epístola LXXVII escribió sobre Fabiola

“… ha sido la primera que ha construido un hospital para acoger a todos los enfermos que encontraba por las calles: narices corroídas, ojos vacíos, pies y manos secas, vientres hinchados, piernas esqueléticas, carnes podridas con un hormiguero de gusanos… Cuántas veces, personalmente ella ha cargado a enfermos de lepra… Les daba de comer y hacía beber a aquellos cadáveres vivientes una taza de caldo…”

Fabiola

 

 

Estos centros hicieron más que brindar cuidado a los enfermos: se trataba de verdaderos hospitales-posadas, que proporcionaban un hogar para la tercera edad a aquellas familias que no podían cuidar siempre de sus ancianos, y hostales para los viajeros; además, incorporaron familias sin trabajo y formaron con ellas nuevas vocaciones.

Fabiola muere en el 339 y su festividad se celebra el 27 de diciembre. La santa es patrona de las personas divorciadas, víctimas de abusos, adulterios o infidelidades en el matrimonio. Su memoria pervivió a través de los años por la biografía escrita por san Jerónimo. Pero su historia se hizo famosa gracias al romance histórico del cardenal Nicholas Patrick Stephen Wiseman, titulado Fabiola o la Iglesia de las catacumbas

Una nota interesante que gira entorno a la santa son las más de 400 réplicas pintadas por desconocidos y principiantes de un cuadro que la retrata, realizado por el pintor francés Jean-Jacques Henner en 1885, y que actualmente se encuentra desaparecido.

 

Fabiola

Cuadro realizado por el pintor francés Jean-Jacques Henner en 1885

 

Intrigado por la supervivencia y la propagación de esta pintura, un artista llamado Francis Alÿs ha logrado reunir cientos de copias hechas a mano que compró en diversos mercadillos del mundo, sin dar todavía con la pintura original. Y esta es la imagen con la que generalmente se representa a Santa Fabiola.

 

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SAN FABIOLA

 

 

Japón - manga cristiano

¿Cómo transmitir a las nuevas generaciones el tesoro de una historia de fe y testimonio que tuvo lugar hace siglos en Japón, y de la que quedan pocas huellas en los documentos históricos?

 

 

Una respuesta ha surgido en el mundo del manga, dado que la historia que hay que contar a los chicos y chicas de hoy tuvo lugar en Japón.

Apreciados en todos los rincones del planeta por un público cada vez más numeroso, los cómics manga llevan mucho tiempo fascinando a grandes y pequeños. Pero más allá de las aventuras de superhéroes ficticios, los mangas también pueden narrar historias reales, como la de los “cristianos ocultos” de Japón. Durante más de dos siglos, estos fieles mantuvieron su fe en secreto tras la prohibición del cristianismo y la expulsión de los misioneros a partir del 1600.

 

 

manga cristiano

 

 

Sin sacerdotes ni iglesias, las comunidades cristianas japonesas se organizaron en la clandestinidad. El jefe de la aldea lideraba la comunidad, fijaba las festividades religiosas según el calendario litúrgico y conservaba los libros sagrados.

El catequista enseñaba a los niños, mientras que aquellos que conocían las fórmulas bautismales administraban el sacramento. Un heraldo recorría las casas anunciando los domingos, las fiestas cristianas y los días de ayuno y abstinencia.

La autora de este manga es Kan Takahama, quien presentará su proyecto en Italia del 17 al 20 de marzo en un ciclo de conferencias organizado por la Embajada de Japón ante la Santa Sede y la Archidiócesis de Lucca.

Estos encuentros, que se celebrarán en Roma y Lucca, conmemoran el 440 aniversario de la “Embajada Tensho”, la primera delegación japonesa que visitó la Santa Sede en marzo de 1585. El nombre de la embajada hace referencia al décimo año de la era Tensho, según el calendario japonés de la época.

manga cristiano

Kan Takahama

La idea de enviar a Europa a jóvenes dignatarios japoneses surgió del jesuita italiano Alessandro Valignano, quien desde 1573 desarrollaba actividades misioneras en Extremo Oriente.

Eligió personalmente a dos muchachos de tres de las principales familias cristianas daimyō de Japón.

Los daimyō eran poderosos señores feudales que gobernaron gran parte del país desde el siglo X hasta mediados del siglo XIX, durante el inicio del periodo Meiji.

A la expedición se unieron otros dos jóvenes nobles y un pequeño grupo de acompañantes, entre ellos el jesuita Diogo de Mesquita, quien actuó como guía e intérprete.

Este viaje, que duró ocho años (de 1582 a 1590), tenía como propósito dar a conocer Japón a la Iglesia europea y disipar los estereotipos sobre el país nipón.

La historia de la artista Takahama también está vinculada a este episodio. Originaria de Amakusa, su ciudad natal fue el lugar donde, en 1591, la Compañía de Jesús fundó un colegio para la formación de sacerdotes japoneses.

Allí, los jóvenes de la Embajada Tensho continuaron sus estudios tras su regreso a Japón, gracias a la imprenta de Gutenberg que trajeron consigo. Con su ayuda, se imprimieron los primeros libros cristianos en Japón.

Durante los 250 años de persecución, las regiones de Amakusa y Nagasaki se convirtieron en refugios para los cristianos, quienes mantuvieron su fe a pesar de la ausencia de sacerdotes. Hoy, estas regiones están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Takahama descubrió por casualidad documentos antiguos sobre la persecución de los cristianos en el archivo de su casa. Desde entonces, ha aprendido a leerlos y descifrarlos, recopilando además tradiciones orales que nunca fueron transcritas, en un esfuerzo por reconstruir la historia de los “cristianos ocultos” locales.

De esta investigación nace su obra “Shishi to Botan” (León y Peonías), inspirada en un hecho real: la revuelta de campesinos cristianos en 1638, liderada por el samurái cristiano Amakusa Shiro que fue brutalmente reprimida.

Pero ¿cómo se traslada la investigación histórica al cómic manga? Esta será la cuestión central de las conferencias de Takahama, que se celebrarán los días 17 y 18 de marzo en Roma (en la Pontificia Universidad Gregoriana y la Pontificia Universidad Salesiana) y el 20 de marzo en el Palacio Arzobispal de Lucca.

 

fides.org

 

Peregrinación de las Siete Iglesias es una iniciativas para Roma del Jubileo 2025

Tradición heredada de San Felipe Neri en el siglo XVI, la Peregrinación de las Siete Iglesias es una de las iniciativas propuestas para el Jubileo 2025. Siguiendo las huellas de los primeros mártires del cristianismo en Roma, se invita a los peregrinos a realizar esta "gran caminata con paradas espirituales", como explica Marc Reverdin, autor de una nueva guía de la peregrinación.

 

En la ciudad de las mil iglesias, la tradicional Peregrinación de las Siete Iglesias invita a sumergirse en la historia milenaria de la Iglesia católica en Roma. Es un recorrido de 25 kilómetros salpicado por las cuatro basílicas mayores y otras tres basílicas (Santa Cruz de Jerusalén, San Sebastián y San Lorenzo).

 

 

Santa Croce in Gerusalemme - Roma

Santa Croce in Gerusalemme - Roma

 

 

En los primeros siglos después de Cristo, muchos cristianos fueron martirizados en Roma, la ciudad que gobernaba todo el Mediterráneo. Tal fue el caso de Pedro, apóstol de Cristo y pescador de Galilea, y de Pablo, ciudadano romano convertido al cristianismo.

Una peregrinación ligada a los jubileos

Después de que el cristianismo se convirtiera en religión oficial bajo el emperador Constantino, con el Edicto de Milán de 313, el culto a los mártires salió de las catacumbas y se hizo público. Se construyeron basílicas en los lugares de los mártires, como la primera basílica de San Pedro, en el emplazamiento del circo de Calígula.

"Fue el Papa San Gregorio Magno, en el siglo VI, quien organizó por primera vez una ruta para invitar a los peregrinos a venir a rendir homenaje a las reliquias de los mártires, Pedro, Pablo, luego Sebastián, Esteban, Lorenzo...", explica Marc Reverdin, autor de una reciente guía sobre la peregrinación a las Siete Iglesias.

Luego, a partir de 1300, el Papa Bonifacio VIII instituyó el primer Jubileo, invitando a los fieles a peregrinar a Roma, ya que la ciudad de Jerusalén había quedado bajo dominio mameluco. "Visitar las reliquias de los grandes santos fundadores de la Iglesia se convirtió en una obligación para los peregrinos".

 

 

 

Marc Reverdin, autor de una nueva guía de la peregrinación a las Siete Iglesias.

 

 

Una oferta espiritual antes de la Cuaresma

Finalmente, San Felipe Neri formalizó en el siglo XVI lo que se convertiría en la "peregrinación de las siete iglesias" (ndr, en español más conocida como "la visita a las siete iglesias").

"El Renacimiento italiano fue una época en la que se quería acercarse a las masas, poco alfabetizadas pero también poco cristianizadas", señala Marc Reverdin, francés afincado en Roma desde hace unos diez años. Responsable de la parroquia Chiesa Nuova, en el centro de Roma, San Felipe quiere ofrecer una alternativa alegre y espiritual al libertinaje moral que recorría las calles de Roma durante el Carnaval, antes de la Cuaresma.

Este "gran paseo, un poco pastoral, marcado por etapas espirituales" comienza en la Basílica de San Pedro, lugar de sepultura de Pedro, a quien Jesús confió su Iglesia. Continúa a lo largo del Tíber hacia San Pablo Extramuros, y luego prosigue subiendo hasta la basílica de San Sebastián, donde el soldado romano fue atravesado por las flechas. Bajo la iglesia se encuentran las catacumbas utilizadas por los cristianos para sus entierros durante las persecuciones de los primeros siglos.

 

 

peregrinaciónBasílica de San Sebastián.

 

 

El itinerario continúa hacia San Juan de Letrán, catedral del Sumo Pontífice, y justo al lado la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, con las reliquias de la Pasión traídas de Jerusalén por Santa Elena, madre de Constantino. Los peregrinos terminan su viaje en la basílica de San Lorenzo Extramuros, que alberga las reliquias del primer mártir, San Esteban, y finalmente de Santa María la Mayor.

Una adaptación del recorrido

"Hay muchas otras iglesias notables en la ruta", explica el autor de la guía, como la abadía de las Tre Fontane, lugar del martirio de Pablo, y la iglesia de San Bartolomé, en la Isla Tiberina. Sin embargo, esto añade muchos kilómetros, mientras que el viaje completo dura unas 8 horas, a veces más dependiendo de la duración de las paradas en las distintas basílicas. Marc Reverdin recomienda empezar con la misa en San Pedro a las 7 de la mañana.

También recomienda hacer algunos cambios en el itinerario, ya que las calles de Roma han cambiado desde el siglo XVI y algunas se han vuelto muy concurridas, muy lejos del "paseo campestre" imaginado por San Felipe. Además, para quienes no deseen recorrer 25 kilómetros a pie, es posible realizar varias etapas en transporte público.

Por último, la nueva guía editada por los Píos Establecimientos de Francia indica, para cada tramo, diversas oraciones inspiradas en las estaciones de la Pasión de Cristo o en los misterios del rosario. Una sugerencia espiritual que podría interesar a los millones de peregrinos que se esperan en Roma para el Jubileo de 2025.

 

 

Jean-Benoît Harel - Ciudad del Vaticano

Documental "Corazón de Padre" muestra milagros actuales desconocidos atribuidos a San José

La película Corazón de Padre muestra que San José no es un personaje del pasado, sino que está muy presente en la vida de personas del siglo XXI.

 

Sus productores entrevistaron por todo el mundo a gente de toda y clase condición que asegura haber recibido la ayuda del santo, un personaje cuyo mensaje, asegura el director del largometraje, es más actual que nunca.

 

 

 

 

ANDRÉS GARRIGÓ
Director, “Corazón de Padre”

Hay una necesidad de recuperar la persona del padre, del varón, que es el centro junto con la madre de la familia, que está partido en brecha, destrozado intelectualmente y ante la opinión pública por los movimientos radicales.

La película se apoya en las narraciones del padre Donald Calloway en su libro “Consagración a San José: Las maravillas de nuestro padre espiritual”. Entre otras cosas cuenta cómo él mismo, tras una adolescencia conflictiva se convirtió y cómo le fue ayudando en su vida espiritual la devoción a San José.

 

 

ANDRÉS GARRIGÓ
Director, “Corazón de Padre”

Él dice: De todos los títulos que tiene San José, patrón de la familia, patrón de los obreros, patrón de la buena muerte. Miles de cosas. Para mí el mejor es terror de los demonios.
Porque lo que espanta más al demonio son las virtudes de San José, que son la humildad y la castidad, estas son las que faltan más hoy en día en el mundo.

San José

 

 

 

Este largometraje documental ha recibido gran acogida en países como Brasil. Y espera seguir tocando el corazón de católicos de todo el mundo para recordar que la historia de quien hizo las veces de padre de Jesús no ha terminado y que está más vivo que nunca.

 

 

 

VER LA PELÍCULA EN FAMIPLAY

 

 

FUENTE: www.romereports.com

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